Mostrando entradas con la etiqueta KangIn. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta KangIn. Mostrar todas las entradas

sábado, 17 de enero de 2015

Wild Kiss

Título: Wild Kiss
Pareja: KangChul (KangIn x HeeChul) (SJ)
Clasificación: R
Géneros: humor, smut
Número de palabras: 1.080 palabras
Resumen: las bromas de KangIn comienzan a ser demasiado para HeeChul, que solo quiere matarlo.
Notas: fic escrito desde 2012 y que nunca me atreví a subir. Mucho tiempo después y con varios retoques para adaptarlo a mi nuevo estilo, aquí está.
Comentario de autora: hace tiempo que llevo pensando en quitarme de en medio todos aquellos fics que o bien escribí y no me gustaron, o bien tengo a medias desde hace demasiado tiempo antes de comenzar otros nuevos. Espero que os guste esta cosa random, sino, me vuelvo a Narnia.


domingo, 14 de abril de 2013

La Chica del Otro Lado del Teléfono


La Chica del Otro Lado del Teléfono


   Todavía no sabía exactamente cómo había accedido a hacer aquello, pero necesitaba la pasta, o si no, no podría terminar de pagarme los estudios, y sólo me quedaba un año de Universidad. Estaba muy mal de dinero y mi amiga me lo propuso, podía trabajar desde casa y me sacaba buenos ingresos, por lo que no pude decir que no. Pero ahora, que sonaba el teléfono, lo miraba con miedo. Respiré hondo y lo descolgué, lo llevé a mi oreja y dije la frase que me habían enseñado.

   -Lolitas calientes, le atiende Deyanira, ¿qué desea?
   -No, no, no- escuché la voz de mi amiga al otro lado de la línea y me relajé- tienes que decirlo con más garbo, con una voz más sensual, que les haga a los tíos ponérsela dura nada más oírte.
   -Sí… sí… ya lo sé…
   -Pues esmérate- dijo y me colgó. Suspiré y volví a dejar el teléfono en su lugar. Nada más soltarlo, comenzó a sonar de nuevo. Cogí aire y me dispuse a poner la voz más sensual que podía para demostrarle a mi amiga que podía hacerlo bien. Descolgué.
   -Lolitas calientes, le atiende Deyanira, ¿qué desea?
   -Yo…- escuché una voz masculina al otro lado de la línea- creo que… me he equivocado… mis… mis amigos me dieron… este número… porque… me dijeron… que me ayudarían… con mis problemas…- suspiró- pero ya… veo que me han… tomado el pelo… lo siento- noté cómo iba a colgar, y algo en mi interior me hizo detenerlo. Parecía muy desesperado por algo.
   -Espere- dije- yo… bueno… podría hablar con usted de lo que necesite… lo escucharé…- durante unos momentos sólo escuché su respiración al otro lado, pero luego contestó.
   -¿Podría ayudarme…?- preguntó y lo noté asustado, no por nada estaba estudiando Psicología, si podía ayudar a ese hombre, lo haría.
   -Haré todo lo que pueda.

   A partir de ese momento, comencé a hablar a cada momento con él. Tenía unos problemas bastante grandes. Se había escapado de casa, estudiaba con lo que ganaba de un trabajo que apenas le dejaba tiempo para nada y vivía en un bloque de mala muerte. Además, su vida amorosa era un verdadero poema, cuando se fue de casa, lo hizo porque su novia se quedó embarazada, pero luego era mentira y lo dejó, desde ahí, su vida amorosa había ido de mal en peor. La verdad, no lo entendía, parecía un buen chico, tenía una voz agradable, era educado y muy majo.

   Sonreí tras colgar el teléfono, el quinceavo día consecutivo. Quince días llevaba de trabajo y quince días hablando con él en los ratos que no tenía que trabajar o estudiar, y ya no podía estar más pillada por él.

   Salí de mi apartamento, en aquel lugar de mala muerte, y a la vez que yo, salía mi amargado vecino de enfrente, con una sonrisa radiante. Suspiré, porque seguro que me diría cualquier cosa extraña y empezaría a bromear y a ser odioso. Pero nada de eso pasó.

   -Buenos días, KyungSora- saludó con esa radiante sonrisa y yo me quedé un poco pillada.
   -Buenos días, YoungWoon- contesté con recelo, pero la cotilla que había en mí no podía pasar sin saber, qué le había pasado para tener esa sonrisa- ¿te ha pasado algo bueno, vecino?- pregunté mientras ambos bajábamos las cochambrosas escaleras del edificio.
   -Oh, sí, me ha pasado algo muy bueno- contestó- he conocido a una chica impresionante- me quedé aún más pillada- estoy pensando en pedirle una cita…
   -Oh, vaya…
   -Tú también tienes una sonrisa hermosa, ¿te pasó algo?- preguntó.
   -Conocí a un chico- contesté refiriéndome al chico con el que hablaba.
   -Me alegra eso- dijo- nos vemos otro día- y se despidió de mí. Todo me dejó sumamente confusa, pero bueno, él, por muy hijo de puta que fuera, también merecía ser feliz, ¿no?

-oooOOOooo-

   Cuando llegué a casa esa noche, cogí rápidamente el teléfono y me dispuse a llamar a esa chica, Deyanira. Pero mis dedos no marcaban, estaba muy nervioso. Quería pedirle una cita, pero no me atrevía. ¿Y si ella no quería verme? Suspiré una y mil veces hasta que al final, sí marqué. Esperé tres tonos y luego escuché su voz.

   -Lolitas calientes, le atiende Deyanira, ¿qué desea?
   -Deyanira… hola, soy… soy yo… KangIn…- contesté. En realidad, no me llamaba así, pero no quería decirle mi verdadero nombre, también, ella no me había dicho su verdadero nombre, porque Deyanira, seguro que tampoco se llamaba.
   -Oh, KangIn, me alegra escucharte- dijo ella- ¿cómo estás?
   -Eh… bien… sí… mucho mejor, desde que hablo cada día contigo.
   -Me alegra oír eso- dijo ella. En ese momento, me armé de valor para pedírselo.
   -Me gustaría… esto…- me rasqué la cabeza- bueno… me gustaría verte… poder conocerte… o sea… salir… ya sabes… a tomar algo… y… y eso…- acabé por decir.
   -No sé si estaría bien…- contestó ella y yo me decepcioné- pero eres un chico muy majo… así que… bueno… me gustaría mucho…- su voz sonaba avergonzada.
    -Wow, genial, eso es genial- me puse muy feliz al escuchar sus palabras- ¿te… vendría bien este Sábado?- pregunté- es el único día que tengo libre esta semana…
   -Claro- dijo- ese día me viene perfecto.

-oooOOOooo-

   Me pasé toda la semana como loca. No me concentraba en nada de lo que hacía, sólo pensaba en mi encuentro con KangIn ese Sábado y cuando el día llegó, me pasé toda la tarde arreglándome y poniéndome guapa, hasta que llegó la hora de salir de mi piso.

   Llegué al restaurante que él me dijo y pregunté al camarero por la mesa reservada por KangIn y él me llevó hasta ella. En la mesa, ya estaba sentado él, de espaldas a mí. Mi corazón comenzó a latir rápidamente y respiré hondo antes de andar hacia él. Cuando lo vi, me quedé completamente en shock, al igual que él, pero luego, después de unos segundos, comencé a reírme y me senté frente a él.

   -Si es que no puede ser…- murmuré- debe ser el karma… YoungWoon…
   -O el destino, KyungSora…