Wild Kiss

Título: Wild Kiss

Pareja: KangChul (KangIn x HeeChul) (SJ)

Clasificación: R

Géneros: humor, smut

Número de palabras: 1.080 palabras

Resumen: las bromas de KangIn comienzan a ser demasiado para HeeChul, que solo quiere matarlo.

Notas: fic escrito desde 2012 y que nunca me atreví a subir. Mucho tiempo después y con varios retoques para adaptarlo a mi nuevo estilo, aquí está.

Comentario de autora: hace tiempo que llevo pensando en quitarme de en medio todos aquellos fics que o bien escribí y no me gustaron, o bien tengo a medias desde hace demasiado tiempo antes de comenzar otros nuevos. Espero que os guste esta cosa random, sino, me vuelvo a Narnia.

Wild Kiss

            YoungWoon es un hijo de puta. Un gran hijo de puta. Sus bromas ya estaban yendo más allá de lo que deberían y HeeChul ya no le iba a dejar pasar ninguna más. Ninguna. Y todo había sido el resultado de la última broma perpetrada por el menor.

            Hace treinta minutos…

            HeeChul está sentado tranquilamente en el sofá del apartamento que comparte con Han Geng, KiBum y Jay viendo una película mala que están echando en la tele porque no puede dormir, mientras que sus compañeros lo hacen a pierna suelta. Ha intentado descansar por varias horas, pero el sueño no le llega, así que por eso ha acabado en aquel lugar. Era bastante tarde y probablemente aquella noche la tendría que pasar en vela porque tampoco faltaba tanto tiempo para despertarse e ir a ensayar a la empresa.

            En un momento dado, la puerta del apartamento se abre con un potente estruendo y HeeChul se sobresalta porque aquello no se lo esperaba. El chico se levanta del lugar en el que se había pasado las últimas horas y camina hacia la puerta, encontrándose al hacerlo a YoungWoon, intentando cerrar la puerta y que no armara tanto jaleo como anteriormente, chistándole y pidiéndole silencio al inanimado objeto.

            —¿Qué cojones haces aquí a estas horas? —pregunta HeeChul. Sin embargo, YoungWoon no responde a la demanda del mayor y simplemente lo toma de la mano, llevándolo hasta el sofá y no lo suelta hasta que ambos no están sentados—. ¿A qué has venido? —cuestiona de nuevo, sin recibir respuesta solamente un suspiro cargado de olor a alcohol—. Si es porque estás borracho y te has equivocado de piso solo tienes que…

            HeeChul quiere seguir replicando pero no puede hacerlo porque YoungWoon lo calló de golpe, posando sus labios sobre los suyos, de una forma bastante demandante y salvaje desde el inicio. El mayor intenta alejarlo, con los ojos como platos, pero lo único que consigue es que el otro cuele una de sus manos por debajo de la parte de arriba de su pijama rosa. Es entonces cuando HeeChul comienza a pegarle en el pecho manotazos y patadas en cualquier que se encontrara en su camino, pero no es hasta que un poco después, cuando YoungWoon se harta de intentar que abriera su boca y siguiera su beso, que se aleja.

            —¿Qué cojones haces? —HeeChul lo intenta alejar más de su cuerpo, pero el otro no se mueve ni un milímetro.

            —Quiero besarte —murmura, contestando por primera vez a las preguntas.

            —Pero qué demonios…

            Otra vez, HeeChul no puede terminar de decir su frase porque es patéticamente atrapado de nuevo por los labios de YoungWoon, esta vez con la boca abierta por maldecir y aunque no quiera, no puede evitar tener que dejar que la lengua del menor se adentre en su boca y la explore, dejándole el sabor de todo el alcohol que ha tomado. El mayor intenta de nuevo que se aleje, pero la mano del otro, que anteriormente se había colado bajo su camisa, lo hace ahora por su pantalón y por su bóxer, tocando descaradamente su miembro.

            Sin poder contenerlo, o sin hacer el intento siquiera, HeeChul gime y comienza a abandonarse a las caricias que el menor le proporciona porque quizás lleva demasiado tiempo sin que nadie más que él lo toque en aquel lugar. Muchos vaivenes y gemidos entrecortados después, se corre el la mano de YoungWoon y, por consiguiente, en su bóxer.

            HeeChul recupera su cordura en aquel momento y abre los ojos, que había cerrado cuando el orgasmo lo alcanzó, encontrando a YoungWoon, con la mano todavía metida dentro de sus pantalones, pero con la cabeza recargada contra el sofá, durmiendo a pierna suelta. La furia se apodera de su cuerpo y sus ojos llamean.

            No pasa ni un segundo cuando ya se ha levantado y tirado al suelo a YoungWoon, que se despierta por el golpe que recibe.

            —Me vas a pagar por lo que has hecho —amenaza—. Esta broma tuya te va a salir muy cara.

            En la actualidad…

           Y por eso, HeeChul se encuentra en su habitación, tumbado en la cama, pensando en venganza. No puede perdonarle lo que el otro le ha hecho y quiere matarlo (y no figuradamente).

            De repente, la puerta de su dormitorio se abre lentamente, y por ella asoma la cabeza de YoungWoon, el causante de que en aquellos momentos se encuentre tramando el asesinato perfecto.

            —¡Fuera! —sisea, como una serpiente, pero el otro niega con la cabeza y entra a la habitación del todo.

            —No, tengo que decirte algo —contesta.

            —Que te vayas he dicho —pero esas palabras son obviadas por el menor, que se acerca un poco más a él.

            —Lo siento —susurra, llegando hasta donde se encuentra HeeChul. Parece que se le ha pasado un poco la borrachera y el mayor se muerde la lengua para no decir nada, esperando a que el otro continúe y se arrastre buscando su perdón—. No era mi intención hacer nada de esto… el alcohol me ha hecho cometer una estupidez, no ha sido algo intencionado.

            —¿No ha sido una broma? —cuestiona HeeChul—. ¿Ninguna apuesta con los del otro apartamento? —YoungWoon niega a ambas preguntas—. Muy bien… por esta vez lo dejaré pasar —dice.

            —Gracias por no enfadarte —el menor se acerca un poco y deja un leve beso en sus labios—. Me voy a dormir.

            YoungWoon se levanta y camina hacia la salida de la habitación para después largarse del lugar, dejando a HeeChul sumamente confuso por su última acción. Aquella noche iba de besos, el primero salvaje y el último dulce, y HeeChul no iba a dejar pasar ninguno de estos e iba a obtener su venganza. Algún día, más temprano que tarde, la obtendría.