Pecador
Mi nombre es Choi SiWon, pertenezco al grupo
Super Junior, ahora estoy en China, promocionándome junto con la sub-unidad
Super Junior-M y soy una persona educada, respetuosa con mis mayores y
agradable con todo el mundo. Hace unos pocos días seguiría presentándome como
un fiel servidor de los designios de mi Dios, pero eso ahora ha cambiado. Ahora
soy un pecador.
Hace unas pocas noches soñé con mi hyung
ZhouMi, y no de una manera sana. Había tenido un sueño nada propio de mí, había
tenido un sueño en el que ambos pecábamos, tal y como lo hacían HeeChul y
HanGeng hyung. Pero lo peor era que me había despertado con un gran problema
entre las piernas.
Desde ese día rezo a Dios cada dos por tres
para que me perdone y leo la Biblia a cada rato que tengo libre para así
enmendar mis errores y volver a ser puro de alguna manera, aunque sabía que eso
no podría volver a ser posible. Me había convertido en un pecador, lo que temía
más que a nada.
Me dirigí al lugar en el que componíamos
porque necesitaba desahogarme un poco. Tantos pensamientos impuros me estaban
haciendo mucho mal. Antes de entrar al lugar, escuché una voz muy conocida,
cantando. Me quedé parado en la puerta, a medio camino, sin entrar, pero
tampoco sin salir.
ZhouMi estaba sentado, componiendo. Lo oía
cantar esporádicamente algunas palabras, y lo veía escribir y tachar, en
algunas ocasiones en una partitura que tenía delante. Mi corazón latía a mil
por hora. Era tan… Hermoso.
Me asusté de mis propios pensamientos y
carraspeé mientras movía mi cabeza de un lado a otro intentando alejar de mi
mente eso. Sobresalté a ZhouMi al hacer ruido, pero tras verme, se calmó y me
dedicó una sonrisa preciosa.
-Me has dado un susto de muerte, ShiYuan-
dijo- no te esperaba aquí.
-Siento molestar, hyung- hice una
reverencia.
-No molestas- me dedicó otra hermosa
sonrisa- puedes venir aquí conmigo- debió notar la cara de pánico que puse por
que añadió- si quieres.
-Claro, hyung- y me acerqué a paso lento a
él hasta que me senté a su lado en el sofá en el que estaba.
-Me alegra que aceptaras quedarte- dijo
¿aliviado?- hace días que te noto raro, cómo que no eres tú, así que, ya que
ahora soy el líder, tengo que saber si te pasa algo- otra sonrisa de las suyas
me desarmó, pero no había podido evitar decepcionarme ante sus palabras. Sólo
se había preocupado por mí porque era el líder, nada más, mientras que yo tenía
pensamientos impuros sobre él, tenía sueños húmedos y me había convertido en un
pecador- ahí está otra vez esa cara que tanto me molesta- tomó mi rostro entre
sus manos- ¿qué te pasa, ShiYuan?- cerré los ojos y negué con la cabeza. Ya
volvía a tener esos pensamientos sobre él- ¿no quieres contármelo?- abrí mis
ojos y vi cómo su expresión se había tornado triste. Mi conciencia no me
permitía que él hubiera puesto esa expresión por mi culpa.
-No es eso…- murmuré.
-¿Entonces qué es?- preguntó- sabes que me
tienes aquí para lo que necesites- en ese momento, tuve la necesidad de
contárselo todo, de decirle todo lo que me pasaba por la cabeza cuando lo veía,
de todo lo que me atormentaba, pero no podía hacerlo, ¿qué pensaría él de mí?
-Hyung… yo…- cerré mis ojos fuertemente y
las palabras comenzaron a salir de mis labios sin que yo pudiera retenerlas-
hyung, yo… he estado teniendo pensamientos impuros sobre ti, cada vez que te
veo, no puedo reprimirlos, y yo… yo estoy siendo un pecador debido a esto, pero
no puedo dejar de pensar en ti, no puedo dejar de pensar que siento algo por
ti…- en cuanto terminé de decirlo, la sala se quedó en silencio, y abrí mis
ojos lentamente para ver la expresión de mi hyung, que tenía los ojos
brillantes y su mirada perdida sobre mí- ¿hyung?
-¿Era por esto por lo que me evitabas?-
preguntó, y una lágrima cayó de su ojo derecho, que yo limpié rápidamente con
mis dedos.
-¿Hyung?
-Me siento tan… extraño… yo… ShiYuan…
también siento algo por ti- sonrió tristemente- pero… tu religión...- me sentí
de una manera indescriptible. ¿Qué era esta maldita sensación que me oprimía el
pecho? ¿Felicidad? ¿Plenitud? ¿Amor? Sí… eso era… AMOR- ShiYuan…
-Hyung…- lo corté- sé que todo está mal… que
nada es lo correcto… que acabaré en el Infierno como HeeChul y HanGeng hyung,
pero… me gustaría… ser un pecador… contigo- una sonrisa radiante se instaló en
su rostro, pero luego mordió su labio inferior con nerviosismo.
-¿Estás seguro?- preguntó- ¿dejarías de lado
tus creencias por mí?
-No las dejaría de lado… seguiré creyendo en
mi Dios… pero seré un pecador, y rezaré cada día mil veces para que me perdone
por haberme enamorado de un hombre… y no de una mujer, como mandan sus
designios…
-ShiYuan… yo… no puedo pedirte que vivas esa
vida…
-Y no quiero que me lo pidas, hyung… lo hago
por decisión propia.
-Te quiero tanto- ZhouMi se abrazó a mi
cuello fuertemente.
-Yo también te quiero, hyung.