lunes, 17 de septiembre de 2012

My Heart, My Love, My Life


My Heart, My Love, My Life


No podía creerlo, simplemente no podía. Hannie había denunciado a la compañía. Ni siquiera yo sabía nada antes de que nos lo dijeran esa tarde. Entré corriendo a nuestro dormitorio. Tenía la vana esperanza de encontrarlo allí. Sabía que era una tontería, lo sabía y aun así lo hice. Busqué por todos los rincones y no lo encontré, fue en ese momento cuando las primeras lágrimas comenzaron a caer. Con los ojos aguados caminé hasta su cama y me tumbé en ella. Todavía se podía respirar su aroma. Por unos pequeños instantes llegué a creer que él entraría por la puerta y me echaría de su cama con una sonrisa, pero unos insistentes golpes en la puerta me devolvieron a la cruda y dura realidad. Hannie no volvería. Nunca.

-HeeChul- escuché que el líder me llamaba- por favor, abre.

Simplemente lo ignoré y me aferré a la almohada de Hannie y a su olor. No sé cuánto tiempo estuve llorando, solo en aquel lugar ni cuándo me quedé dormido, solamente lo hice en algún momento de esa larga noche.

Me desperté a la mañana siguiente desorientado. Miré a mi alrededor y descubrí que estaba en la habitación que compartía con Hannie. ¿Hannie? La realidad cayó sobre mí como un jarro de agua fría y las lágrimas volvieron a salir casi sin que me diese cuenta de nuevo. Me volví a abrazar a aquel pedazo de Hannie y seguí llorando por horas. No tenía hambre, no tenía ganas de ir al baño, no tenía ganas de nada. Lo único que necesitaba, ya no estaba a mi lado. El mundo exterior ya no me parecía nada atractivo, y mi mundo interior se estaba derrumbando en pedazos. Todo por él, la persona que más amaba en este injusto y cruel mundo. Mi pensamiento fue a SiWon al preguntarme si había un ser superior que nos amaba y nos cuidaba por qué nos dejaba sufrir como yo estaba sufriendo en esos momentos. Solo esperaba ver de nuevo a Hannie a mi lado, hablándome, sonriéndome y diciendo que todo había sido una broma. Incluso lo hubiera perdonado, no me habría enfadado.

Dicen que uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde. Yo sabía lo que tenía, y aun así, desapareció de mi vida, no dejando nada más que su recuerdo.

Flash Back.

Nada más verlo pensé que era hermoso, muy hermoso. ¿Quién hubiera dicho jamás que yo tendría un pensamiento así sobre un chico? Los veía como un estorbo para mí, no eran nada. Pero ese chico, chino, parecía ser distinto.

Nos pusieron juntos en la habitación. Al principio apenas hablábamos, ambos éramos tímidos, y además, su coreano no era muy bueno, y yo no tenía ni pajorera idea de chino. Pero después de algún tiempo, nos hicimos los mejores amigos. Íbamos juntos a todas partes, reíamos a todas horas de nuestras ocurrencias, nos contábamos nuestras inquietudes y cosas así.

Poco tiempo después, me di cuenta que ese cariño tan especial que le tenía, no se lo tenía a nadie más, y me di cuenta de que me había enamorado de mi mejor amigo.

-Hannie- susurré un día que estábamos bebiendo en nuestra habitación.
-¿Sí?- preguntó apoyando su barbilla en mi hombro, ya que yo estaba sentado entre sus piernas.
-Me gustaría decirte algo importante- comenté con nerviosismo a pesar de haberme ya tomado mucho alcohol.
-Sólo dilo, no des rodeos.
-Me gustas- le solté de sopetón y escondí mi rostro entre mis manos deseando que la tierra me tragara o que Hannie a la mañana siguiente no recordara nada.
-Ya era hora- susurró retirando mis manos y volteándome el rostro- pensé que nunca lo dirías- y me besó.

Ése fue nuestro primer beso, y después, vendrían muchos más.


Fin Flash Back.

Todos los momentos felices que pasamos juntos venían a mi memoria. Uno tras otro, atormentándome, no dejándome apenas ni respirar. Me levanté de la cama porque ya no podía estar más allí. Sentía que me ahogaba. Su perfume me hacía recordar momentos que antes me parecían maravillosos, y que ahora solo quería enterrar profundamente en mi memoria y no llegar a sacarlos a la luz nunca más.

Me hice algo de comer, me había pasado unas 24 horas sin ninguna actividad. Tenía un poco de hambre, no mucha, sólo el reciente recuerdo hacía que se me quitaran las ganas de comer y tampoco me podía pasar todo lo que me quedaba de vida sin comer, moriría. Morir. Esa sería una buena opción. Volví a recordar a SiWon y a su Dios. Si yo muriera, él estaría muy triste, y Hannie, Hannie seguramente también. Entonces no podría morir, no quería que nadie se pusiera triste por mi culpa. Comí algo y fui al baño. Apenas me aseé un poco fui a la cama de Hannie y volví a quedarme dormido.

Tenía actividades y al principio fui a ellas. Mis compañeros me preguntaban cómo me iba, pero yo sólo los ignoraba, a esos hipócritas no les había importado que Hannie se fuera. Iba a los programas de radio y televisión y actuaba como si nada hubiera pasado, como si yo estuviera bien. Pero tras una semana, ya no podía fingir más y lo cancelé todo junto con el mánager. Ése último día después de fingir durante todo ese tiempo me volví a derrumbar y lloré todo lo que no había podido cuando había gente a mi alrededor. En algún momento de la noche me quedé dormido en la cama de Hannie.

Flash Back.

-Me tengo que ir a China- me dijo Hannie mientras veíamos una película.
-¿Por qué?- pregunté enfurruñado, no me gustaba nada que tuviera que irse a China cada dos por tres.
-Ya sabes por qué- me contestó. Claro que lo sabía, pero me jodía mucho que me dejara solo- y volveré pronto- aclaró- también quiero ver a mi familia, los echo de menos.
-Yo también te echaré de menos cuando te vayas- susurré.
-Puedes hablar conmigo por el móvil, siempre lo haces- me dio un beso en la cabeza- y también por Internet, así se hará más corta la espera.
-Bueno- cedí- pero no me gusta nada que te vayas.
-Ya lo sé- contestó- a mí tampoco me gusta separarme de ti- me revolví un poco y al final acabé sobre él besándolo- te quiero- me susurró entre beso y beso.
-Yo también te quiero.


Fin Flash Back.

Me desperté sobresaltado por el sueño que acababa de tener. Me senté en la cama y me quedé unos momentos mirando a la nada. El sueño me había dado la idea de llamar a Hannie, así que salté de la cama, cogí mi móvil y le di a su última llamada. Esperé y esperé, y de pronto, una voz de mujer automatizada dijo: “El número al que llama no existe”. Se me cayó el alma a los pies, pero me acordé que por Internet nos comunicábamos cuando él viajaba a China.

Encendí el ordenador y esperé mientras cargaba todo con mucho nerviosismo. Después de diez minutos, todo estaba listo, pero pasó como con el teléfono, el usuario no existía.

-¡Joder!- grité a la vacía habitación.
-¿Hyung?- escuché la voz de SiWon detrás de la puerta- Hyung, necesito hablar contigo- no le hice caso, no quería hablar con nadie, y menos con el siempre atento y dulce Choi SiWon- hyung, estamos todos muy preocupados por ti- ¡Ja! Seguro. Esa panda de niñatos inútiles no tenían más preocupación que pasarlo bien, no hacían nada por nadie- por favor, hyung- pidió, más bien parecía que me suplicaba- asómate para que vea que estás bien- si abría esa puerta, SiWon, que tenía muchísima más fuerza que yo, simplemente se dedicaría a empujarla, pasar y ya no salir hasta lograr sacarme de allí- por lo menos háblame y dime que estás bien,  hyung…
-Estoy bien- dije intentando poner una voz tranquila, complicado, había comenzado a llorar de nuevo, pero de rabia, no podía contactar con Hannie de ninguna manera y sólo quería saber cómo estaba, qué le pasaba.
-Hyung…- iba a empezar con su discurso y lo corté. Ese religioso hasta la médula tenía el poder de hacerte cambiar de parecer con algunas palabras, aunque no quisieras, al final te acababa convenciendo.
-Sólo quiero estar solo- le contesté- ahora mismo soledad es lo único que necesito. No quiero que nadie entre aquí, no quiero que nadie me moleste, no quiero saber de nada ni de nadie. Dejadme ordenar mis pensamientos y ya saldré.
-Heenim…
-¡Choi SiWon, harás lo que te he dicho y punto!

Flash Back.

-Por favor- pedí.
-No.
-Por favor, Hannie- me abracé a él desnudo como estaba.
-Sabes que si te pones así no puedo hacer nada- me contestó intentando alejarme.
-Por eso lo hago- toqué su pecho resbaladizo con la yema de mis dedos.
-Te haré daño y lo sabes.
-Sólo ten mucho cuidado.
-Hee…
-Por favor…- puse morritos y él suspiró derrotado, me agarró las piernas para que me subiera a sus caderas y me pegó contra la pared del baño.
-Seré dulce- susurró al darme un mordisquito en la oreja.
-Siempre lo eres.


Fin Flash Back.

¿Cuánto tiempo llevaba encerrado en aquel lugar? No lo sabía. Días, meses, años. El tiempo no contaba nada para mí, era solo algo sin importancia en mi nueva vida solitaria y depresiva. Porque sí, estaba deprimido, deprimido hasta la médula, pero yo no podía hacer nada, y los demás, menos, sólo Hannie podría sacarme de ese pozo oscuro en el que me encontraba, pero yo sabía que nunca iba a volver a mi lado. Todos los miembros de SuJu habían pasado por la puerta de mi habitación y me habían expuesto una y otra vez lo mismo que SiWon, y si él no había podido sacarme de allí, no lo haría nadie.

Flash Back.

-¿Te pasa algo, Hannie?
-No tenías por qué hacerlo- susurró levantándose.
-Hannie…
-No, HeeChul, tú…
-Yo sólo he hecho lo correcto.
-Pero…
-Nada de peros, eres la persona a la que más quiero en este mundo y te han hecho daño, no permitiré que te hagan daño- lo agarré de la mano y lo senté junto a mí- son unos cabrones…
-Nunca corras riesgos por mí- me pidió.
-Lo seguiré haciendo.
-Lo sé- sonrió triste- pero no quiero que te pase nada.


Fin Flash Back.

Me sentía como una mierda. La idea de abandonarme a la silenciosa y placentera muerte me agradaba más a cada día que pasaba, pero yo me seguía aferrando a la dolorosa vida y al responsable de mi maldito sufrimiento, Hannie. Unos golpecitos suaves en la puerta me sacaron de mis lúgubres pensamientos.

-¿Hyung?- esa era la voz de HyukJae- sé que no he hablado contigo durante estos tres meses- ¿tres meses? ¿tanto hacía que vivía encerrado en mí mismo?- pero, la verdad, he venido muchas veces a tu puerta y he intentado dirigirte unas palabras de ánimo- como todos, todos venían a mi puerta a molestar con cosas innecesarias- siempre me volvía sin hablar porque quería elegir las palabras adecuadas- sólo di lo que sea y vete- hyung- lo oí tragar aire incluso desde lejos- aunque… aunque no seas el que mejor canta o el que mejor baila dentro del grupo, te necesitamos- abrí mis ojos muchísimo. ¿Necesitarme? Ellos no me necesitaban, como él había dicho, yo no era el mejor en nada. Yo sí que necesitaba a Hannie- eres irremplazable.

Flash Back.

Todos habíamos luchado mucho para conseguirlo y lo habíamos hecho. Era nuestro debut, y habíamos logrado todo lo que nos habíamos propuesto. Llorábamos al terminar, pero eran lágrimas de felicidad. Hicimos una piña en medio de la sala y nos abrazamos como pudimos todos a la vez.

-Lo hemos conseguido porque estamos juntos- dijo JungSoo- solos no somos nadie, pero unidos lo somos todo.


Fin Flash Back.

Desde que HyukJae vino a mi habitación, me sentí un poco mejor. Estuve pensando mucho sobre el grupo. Allí éramos todos como los miembros de una gran familia y lo mismo que a mí me dolía la partida de Hannie, a los demás también tenía que haberles dolido tanto eso, como mi desaparición, y yo, encerrado en mi oscuro mundo.

Me atreví a salir de mi habitación. En el suelo, tapados con una manta, se encontraban RyeoWook y JongWoon, durmiendo. Me enterneció esa imagen. Del pequeño me esperaba algo así, pero de JongWoon nunca lo hubiera imaginado.me agaché un poco al lado del mayor y lo moví un poco para que despertase.

-JongWoon - susurré.
-¿Hyung?- preguntó refregándose los ojos.
-Shhh…
-Hyung- dijo algo más fuerte al ver que era yo de verdad- le tapé la boca con la mano para hacerlo callar.
-Calla- le ordené mirándolo mal- sí, he salido; sí, estoy mejor; no, no tendríais por qué estar durmiendo a la puerta de mi cuarto y en el suelo, con el frío que hace; y sí, llévate a Wookie a mi cama y luego ven con todos.

Lo dejé allí intentado cargar a RyeoWook sin despertarlo. No era muy tarde, pero aun así, algunos miembros debían estar durmiendo. Fui habitación por habitación y desperté a los que dormían y los reuní a todos en el salón común. Los que había despertado parecían confundidos, y los otros no creían lo que veían. Esperamos a JongWoon, que al final apareció con RyeoWook.

-Se despertó y no pude hacer nada más- dijo el mayor.
-HeeChul- comenzó JungSoo con mucho cuidado.
-Primero- dije- perdonadme todos por ser un capullo- todos me miraron extrañados- lo he pasado muy mal, pero vosotros también- continué- no debí haberme encerrado allí, es lo peor que pude haber hecho, os necesitaba, pero era demasiado orgulloso como para pensarlo siquiera- miré a HyukJae- gracias, pequeño por abrirme los ojos- él inclinó un poco la cabeza avergonzado- por centrarme en una sola persona, no sabía que había tanta gente a mi alrededor que me quisiera- noté como una lágrima solitaria
resbalaba por mi mejilla derecha- gracias por estar ahí.

Agaché mi cabeza para ocultar las demás lágrimas que caían. Escuché como todos se movían y se acercaban a mí y unos segundos después, unos brazos muy conocidos me abrazaban por lo hombros.

-No pasa, nada, hyung- me dijo- a partir de ahora todo irá mejor- y me dio un beso en la frente.

Y tenía razón, a partir de ese día todo fue mejor. Había perdido a la persona a la que más amaba, pero había ganado mucho más, unos grandes amigos, que velaban por mí como mi familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario