Capítulo 9
Por Ser Así Te Perdí
Al final acabé
presentándome en el apartamento de B.A.P. para pedirle perdón a YongGuk. La
verdad, sentía algo por él, desde el momento en el que lo vi en boxers la
mañana que nos conocimos, pero yo era su mánager, algo entre nosotros no podía
existir. Además, era mayor que él. Todas las excusas que se me venían a la
cabeza eran rechazadas por la lógica de mi amiga Lorena, y al final, aquí
estaba, plantada a la puerta del apartamento y mordiéndome nerviosamente las
uñas mientras pensaba en presionar o no el timbre.
-O le das tú, o le
doy yo- me dijo mi amiga desde el rincón en el que se había escondido. Había
venido conmigo, no se fiaba de lo que pudiera hacer, así que, allí estaba.
-Ya voy- contesté.
Inspiré aire lentamente para mentalizarme y luego presioné el botón. El timbre
sonó y se escucharon ruidos provenientes del interior.
-Zelo, abre-
escuché gritar a HimChan.
-Estoy ocupado-
contestó el pequeño- que abra Jong.
-Estoy en
calzoncillos- gritó el aludido.
-¿Y dónde están
Dae y Jae?- preguntó el mayor.
-Han salido-
contestó Zelo.
-Joder, JongUp,
ponte ahora mismo algo y abre la puerta.
-Abre tú, hyung.
-Que se me quema
la comida.
-No, si al final
voy a tener que ir yo- escuché a Zelo muy cerca de la puerta y unos segundos
después, ésta se abrió- noona- dijo muy sorprendido al verme- ¿qué te trae por
aquí? Hoy es sábado.
-Tengo que hablar
con YongGuk de unos asuntos- le contesté.
-Oh, noona- saludó
HimChan asomándose desde la cocina.
-¿A ti no se te
iba a quemar la comida?- preguntó JongUp apareciendo por la esquina terminando
de ponerse una camiseta- hola, noona- saludó.
-Ah, la pasta-
gritó HimChan y se metió dentro de nuevo.
-¿Está por aquí
YongGuk?- dije nerviosa por dentro.
-¡No!- gritó el
mayor desde la cocina- no está- ¿cómo que no estaba? ¿No había llegado?- llegó
esta mañana y comenzó a hacer las maletas para ir a casa a ver a su familia.
-Pero- comencé- si
no había avisado de nada- intenté relajarme, en vano, se había con su familia,
lo más probable que por mi culpa. Lo único bueno de todo era que no lo había
hablado con los demás y nadie me odiaba.
-Ha avisado esta
mañana a la compañía- me contestó.
-Lo hizo en cuanto
llegó- murmuró Zelo- me despertó al hacerlo.
-¿Y cuándo vuelve?-
pregunté.
-El día antes de
que acaben las vacaciones.
El mundo se me cayó
a los pies en ese momento. YongGuk se había ido de allí por mi culpa, y ahora,
iba a pasar dos semanas sin saber nada de él. Aunque hacía solamente una semana
que lo conocía, y apenas unas horas que no lo veía, ya lo echaba de menos y
necesitaba tenerlo cerca. Me di cuenta en ese momento que Lorena tenía razón. Me
había enamorado y no podía hacer nada más que seguir adelante para no hacer
daño a nadie, ni a él, ni a mí.
Los días más
tristes y lúgubres de toda mi vida fueron los que pasé durante la espera de
YongGuk. Quedaba con los otros cinco chicos e intentaba divertirme para no preocuparlos,
pero aquello parecía imposible, ya que o uno u otro me preguntaba siempre si
algo malo me sucedía.
-¿Qué pasó después
de que todos nos fuéramos, la noche del cine?- me preguntó HimChan de repente,
el viernes de dos semanas después.
-¿Por qué lo
preguntas?- dije algo nerviosa.
-Tuvo que pasar algo- contestó él- cuando nos
fuimos los dos estabais felices, al volver Yong traía una cara muy rara y
cuando tu viniste a buscarlo, también tenías una expresión extraña- suspiré, me
había calado- y además, llevas estas dos semanas muy triste y a veces te metes
en tu mundo y no sales, todos estamos preocupados.
-Lo siento- susurré-
no quería que os preocuparais.
-No pasa nada.
-La verdad, es algo
embarazoso- le comenté.
-Si no quieres
contármelo no pasa nada- dijo- pero, no sé lo que os pasa, y así, no puedo
ayudar.
-Me acosté con
YongGuk- dije rápidamente y sin edulcorar las palabras.
-¡Noona!- gritó
muy sorprendido.
-Fue por el
alcohol, la cercanía, la necesidad, el deseo- seguí contando sin prestarle
atención- nunca lo hubiera hecho sin tanto alcohol en mis venas, lo juró, pero
mis sentidos nublaron a mi razón- me expliqué. HimChan seguía mirándome sin
decir nada- pero di algo- supliqué- pégame una voz, dime que estoy loca o algo.
Él suspiró.
-¿Le dijiste que
lo vuestro no podía ser?- preguntó mirándome seriamente.
-No con esas palabras, pero le puse excusas y…
-Y Yong salió muy cabreado,
¿verdad?
-Sí.
-El día anterior a
todo eso me estuvo contando que creía que sentía algo por ti- comentó.
-Yo…- me quedé muy
sorprendida, no sabía que decir.
-¿Tú… tienes
sentimientos… hacia él?- preguntó cuidadosamente.
-Sí- contesté-
pero será una locura.
-Cuando los
sentimientos jugaron por primera vez al escondite, el amor se escondió dentro
de una rosa. La locura, quien pretendía encontrarlo, tomó una rama y movió la
rosa. Y así, una espina lastimó sus ojos. Desde ese entonces el amor es ciego,
y la locura siempre lo acompaña para tapar su culpa.
-Wow, qué profundo-
comenté.
-Soy profundo,
aunque todos creáis que no- dijo- pero es la pura verdad, el amor es ciego y la
locura lo acompaña siempre- lo miré algo triste- sino lo intentas, nunca sabrás
que hubiera pasado, y además, creo que tienes una oportunidad.
-¿Has hablado con
YongGuk desde que se fue?- pregunté ante la seguridad de sus palabras.
-No, tiene el móvil
apagado y le dijo a su familia que no le pasaran ninguna llamada, que estaba de
vacaciones y no quería saber nada de nadie- suspiré- pero ya sólo te queda un día-
me dijo.
-¿Un día?¿Para qué?-
pregunté extrañada.
-Para que él vuelva
y puedas decirle todo lo que piensas.
Un día, era
verdad, mañana era sábado y YongGuk volvía a casa. No estaba preparada para
contarle lo que de verdad sentía por él, ni para reparar todo el daño que había
hecho. Y en el peor de los casos, no estaba preparada para que él me rechazara
y me mirara con odio, por haberle destrozado el corazón. Que no me hablara, que
yo no existiera para él, esos eran mis miedos. HimChan notó seguramente mis
inseguridades y miedos, porque me acercó a él y me pasó un brazo por los
hombros.
-Ya verás como todo saldrá bien- susurró y me
dio un beso en la frente. Se escuchó un ruido detrás nuestra y nos giramos, allí
estaba YongGuk, mirándonos con odio.
-Ya sabía yo que
eras una puta.
Yong, tampoco te pases ¬¬ Me encanta la historia de HimChan del amor y la locura ^^ ¿Te lo has inventado tú o lo has sacado de algún lado? Porque si es original tuyo, te admiro mil veces más de lo que lo hacía antes *o*
ResponderEliminarYong es muy extremista... -.-"
EliminarLa historia no es completamente mía, es de un poema que ahora no recuerdo que daba a entender algo así, yo le agregué otras cosas