GET OUT MY KITCHEN
¿Cuándo me enamoré de él? Ni idea, este
sentimiento no surgió de la noche a la mañana, sino del día a día y ahora estoy
enamorado como un perro de él (N.A: nunca mejor dicho XD). Me desperté esa
mañana y lo primero que hice fue mirar hacia la cama de al lado. Él no estaba.
Miré el reloj. Las 6 a.m. ¿Dónde podría haberse metido? Él no tenía que
despertarse temprano hoy, al igual que yo, sólo los otros tres miembros de
nuestro grupo debían hacerlo para ir a la sesión de fotos que tenían. Me
levanté pesadamente de la cama y agucé el oído por si estaba en el baño. No se
escuchaba nada de ruido en aquel lugar, así que descarté ese sitio. Entré
después de asegurarme que no estaba. Aunque amaba a mi compañero de habitación,
nunca se me había ocurrido hacerle nada, quiero decir, sólo lo abrazaba o daba
besos de vez en cuando, nunca había ido más allá de eso.
Sumido en mis
pensamientos como estaba, salí del baño y me dirigí a la búsqueda del
desaparecido, no podría haber ido muy lejos, la casa no era muy grande. Busqué
por todas las habitaciones del piso superior. No estaba, aunque tampoco es que
tuviera mucha esperanza de encontrarlo por allí. Bajé las escaleras y me dirigí
directamente hacia la cocina al notar el rico olor de algo dulce haciéndose
allí.
Estaba de espaldas a mí, mirando el horno
fijamente, aún en pijama pero con un delantal puesto. Sabía lo que estaba
haciendo. ¿Cómo no podía haberme acordado antes? Hoy era su cumpleaños y estaba
haciendo su pastel. Llevaba tiempo planeando cuál iba a ser su regalo, y me
había metalizado, incluso, para todas las reacciones posibles, pero al ser tan
olvidadizo, no había recordado su cumpleaños.
Me quedé en la puerta de la cocina,
observándolo. Miraba con atención el horno y de vez en cuando se revolvía
nervioso el cabello y consultaba el reloj de la cocina. No quería
sobresaltarlo, por lo que esperé en silencio hasta que una alarma sonó y él
apagó el horno dando saltitos feliz. Al girarse me descubrió echado sobre el
marco de la puerta y pegó un grito.
-¿Qué haces ahí?- preguntó- menudo susto que
me has dado- dijo colocándose la mano ceca del corazón y girándose de nuevo. Me
había quedado embobado, tenía su rostro lleno de harina, y eso me parecía
excitante, pero tenía que controlarme- ¿vas a decir algo o te vas a quedar todo
el día mirándome con cara de bobo?
-Feliz Cumpleaños, KiBum- dije solamente. Él
se volvió lentamente y me miró durante bastante tiempo a los ojos.
-Creía que te habías olvidado- comentó.
-¿Cómo me voy a olvidar del cumpleaños de mi
diva caprichosa?- pregunté acercándome y le di un largo abrazo, seguido por un
beso en la mejilla.
-Oish, ya, aparta, lapa- me dijo intentando
deshacerse de mí, cosa que no logró, así que pasó a lo siguiente- y… ¿dónde
está mi regalo?
-Yo soy tu regalo- contesté.
-¡Ja!- rio fuerte- yo no quiero un perro-
comentó- ahora, venga, dame ya lo que sea que me hayas comprado.
-Es en serio.
-Jong…- se mordió el labio inferior,
nervioso. Lo abracé más fuerte y pegué mis labios a su oreja.
-Te quiero, KiBum- susurré. Noté como
temblaba de los pies a la cabeza- éste es mi regalo, mis sentimientos por ti-
me separé un poco- puedes aceptarlos o no, pero es lo más preciado que tengo, y
te los regalo.
KiBum se quedó estático, mirándome
fijamente. No decía nada, no hacía nada, sólo me miraba.
-Ya veo…- susurré al darme cuenta de que mis
sentimientos no eran correspondidos. Comencé a darme la vuelta lentamente, pero
su voz me detuvo.
-No, espera…- susurró- Jong… yo…- me giré y
lo vi abriendo el horno- yo… también… te quiero.
Mi corazón comenzó a dar saltos de alegría
dentro de mi pecho y lo primero que hice fue salir corriendo a abrazarlo por la
espalda. Él pegó un respingo y soltó el plato con el pastel recién hecho que
cayó al suelo, rompiéndose. Pero no me importó, era la persona más feliz del
mundo. Noté como KiBum temblaba, pero lo achaqué a que era por mi cercanía y no
porque me iba a pegar una voz.
-¡KIM JONGHYUN!- gritó alejándose de mí-
¡LLEVABA PREPARANDO ESE PASTEL DESDE LAS DOCE DE LA NOCHE!
-Lo siento- susurré, pero no fue suficiente
para aplacar su enfado.
-¡GET OUT MY
KITCHEN!
-Yeobo, no entiendo inglés…
-¡QUÉ
TE VAYAS DE MI COCINA O HOY COMEREMOS PERRO PARA ALMORZAR!- gritó agarrando un
cuchillo peligrosamente.
-Te quiero- dije mientras salía de la cocina
y lo escuché reír mientras decía: “Y yo a
ti, babo.”
Kyaaa! Me encanto :3
ResponderEliminarYo shippeo el Jongkey hasta la muerte xD
Me alegra que te gustara ^^ El JongKey es cuco <3
Eliminarjahajshjahsja esta muy genial! me encanta la personalidad de key sale perfecta pero pobre Jong me llego a dar pena en un momento u.u pero el estilo de key para demostrar cariño me superó xD
ResponderEliminarKiBum es tan diva... aunque lo niegue XD
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