Capítulo
6
Discoteca
-¿Dónde sea?- me preguntó y yo asentí- pues...- se quedó
callado unos segundos, pensando- ¿nos vamos de copas?- preguntó.
-No creo que...- comencé, pero me cortó.
-Ya no soy un niño
como Zelo- me contestó- soy mayor de edad y puedo beber todo lo que
me de la gana.
-Pero eres un idol.
-Que...- me quedé callada pensando, pero no se me venía
ninguna excusa a la cabeza- la verdad, da lo mismo- terminé
diciendo- si quieres beber vamos a hacerlo hasta que no podamos
mantenernos en pie.
-¿De verdad?
-Ahora no te rajes- le
contesté.
-Vale, vale- me dijo y me puso su brazo por mis
hombros- vamos entonces a un sitio que conozco.
-¿No tendrás
problemas si alguien nos echa una foto?- sintiéndome algo nerviosa
por el contacto de su cuerpo.
-Eres mi mánager, puedo salir de
copas con mi mánager si me apetece- lo miré fijamente y supo que su
respuesta no me convencía totalmente- y además, voy más tapado que
una momia- en eso tenía razón, pero aún dudaba- además, es muy
tarde, casi ni se ve de oscuro que está- lo miré y él me sonrió,
al final, asentí.
-Luego no te quejes.
Después de decir esto, YongGuk echó a andar, agarrándome fuerte
por los hombros. Me dejé guiar por él a través de las calles de
esa gran ciudad llamada Seúl. Una media hora después, llegamos a
una discoteca. Estaba bastante bien, un lugar grande y con muchas
personas, perfecto para mezclarse entre la gente y no ser nadie.
Fuimos a la barra y pedimos nuestras bebidas, luego nos mezclamos
entre la gente para buscar un sitio en el que beber tranquilos. Lo
econtramos al poco tiempo, estaba algo apartado. Perfecto, era
perfecto para que nadie reconociera a YongGuk.
Nos pasamos mucho tiempo bebiendo y charlando de cosas tribiales,
cada vez que se acababa una copa, al poco rato había una llena sobre
la pequeña mesa. El alcohol volvía mi cuerpo hiperactivo y
caliente. A cada mirada que YongGuk me echaba, temblaba y ansiaba
tocarlo. Mi cerebro siempre me gritaba en el último momento que yo
era su mánager y que no debía, pero llegó un momento en el que mi
cabeza ya no era la que mandaba las ordenes al cuerpo, sino que éste
se movía por si solo.
-Vamos a bailar- pedí. Él negó con la cabeza- por favor- hice un
puchero y me acerqué mucho.
-Ehh... no sé bailar- me contestó
nervioso.
-Yo tampoco sé- reí- sólo quiero moverme- me miró
durante lo que me pareció una eternidad, hasta que movió la cabeza
afirmativamente.
-Pero sólo un rato.
Lo agarré de la mano y lo llevé a la pista. Comenzamos a bailar
un poco erráticos al principio, pero poco a poco, el alcohol y la
música, nos hicieron bailar más libremente. Me acerqué a él y
comenzamos a bailar muy juntos, me agarró por la cintura y yo me
movía como si la vida me fuera en ello. Nos acercábamos cada vez
más y rozábamos nuestros cuerpos con el baile. Su mano bajó de mi
cintura hasta mi trasero, y yo no me quejé, sino que simplemente lo
dejé hacer. Nos juntamos tanto que llegué a pensar que ocupábamos
solo el espacio vital de una persona y reí. YongGuk me miró muy
fijamente y yo alcé un poco mi cabeza para poder mirarlo
directamente también, era unos 10cm más alto que yo.
No
dijimos nada, sólo nos mirábamos y hacía ya rato que habíamos
dejado de bailar. De repente él acercó su rostro al mío, estábamos
tan cerca que sentía su aliento alcoholizado como si fuera el mío,
y sin dudarlo un segundo, planté mis labios sobre los suyos, primero
sólo haciendo presión, y después, moviéndolos al ritmo
desenfrenado que marcaba la música mientras mis manos se deslizaban
por su pecho. YongGuk no tardó en corresponderme y apretarme aún
más fuerte contra sí. El beso se tornó desesperado y húmedo
cuando su lengua chocó con mis labios y yo le dejé la entrada
libre. Una guerra de lenguas comenzó a librarse en nuestras bocas y
tuvimos que dejarla a medias para coger aire.
-Anna-
susurró, y su voz grave diciendo por primera vez mi verdadero nombre
hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo entero.
-Hum-
sólo dije eso, o más bien, ese suspiro fue lo único que pude hacer
salir de mi boca.
-Nada-
contestó, y comenzó a besarme él esta vez.
El
beso se volvía cada vez más demandante. Comenzamos a acariciar el
cuerpo ajeno, y el calor que me producía con cada toque, me abrasaba
la piel. Nos volvimos a separar y nos miramos de nuevo. Sus ojos
brillaban de deseo, los míos seguramente estarían igual. Sin
siquiera dirigirnos una palabra supe lo que los dos ansiábamos.
Tener sexo. Le di un último beso antes de agarrarlo de la mano y
tirar de él atravesando todo el local hasta la calle.
Miré
a mi alrededor y todo se me hacía familiar. En frente de la
discoteca había una cafetería que me sonaba mucho, de repente me
acordé que ésa era la cafetería por la que pasaba todas las tardes
al volver a mi apartamento y supe que mi vivienda no estaba lejos.
Apreté su mano y prácticamente lo llevé corriendo hacia mi
apartamento. El deseo de sentirlo entre mis piernas era el que guiaba
mis actos, si hubiera tenido la cabeza despejada y el alcohol no
fuera un elemento en mi contra, ahora mismo seguramente nada de esto
estaría pasando.
Cuando llegamos al portal de mi apartamento, saqué las llaves de
mi pantalón ajustado y tardé un buen rato en dar con la cerradura y
la llave correspondiente. YongGuk se colocó detrás mía y me rodeó
la cintura con sus brazos, hecho que me puso todavía más nerviosa y
excitada de lo que ya estaba. Cuando por fin entró, lo dirigí al
ascensor y pulsé el número 5. Me volvió a abrazar, esta vez
quedando cara a cara y me besó salvajemente mordiéndome los labios
y haciéndome algo de daño. Pero no me importó. Las puertas del
ascensor se abrieron y me separé de él lo mínimo para poder abrir
la puerta del apartamento, pero en cuanto llegamos frente a ella me
volvió a abrazar por la espalda, comenzando ahora a repartir besos
por mi cuello, haciendo que me volviera torpe y me temblaran las
manos.
-Yong- suspiré.
-Abre la puerta- me demandó al oído
mientras frotaba su entrepierna contra mi trasero haciendo que notara
lo duro que estaba.
No me hizo falta nada más para darme prisa. Abrí la puerta de un
tirón, y nada más entrar, me pegó contra la pared bruscamente,
cara a él, para comenzar a darme besos por cada trozo de piel de mi
cuerpo que quedara descubierto y me acariciaba también con sus
fuertes manos. Se notaba que tenía experiencia en esto, pero yo
también la tenía.
Mi corazón latía a mil por hora a pesar de todo y mi piel ardía
allí por donde sus labios o manos me tocaban. Coloqué mis manos en
su musculosa espalda y lo atraje mucho más a mí, para que nuestros
cuerpos estuvieran lo más pegados posibles. Gemí su nombre cuando
noté su erección en mi entrepierna.
-Anna- susurró roncamente, y me mordió la oreja.
Me estas matando de una forma horrible (?? Me encanta la fic, parezco una pervertida ok, no. Espero el proximo cap :DD
ResponderEliminarLo siento... pero estoy con inspiración cero y estudiando... T.T
EliminarEspero poder tenerlo para mañana ^^
No te preocupes!! Tomate el tiempo que necesites. Nos hablamos en twitter (??
ResponderEliminarMucho tiempo (?)
EliminarMenudo par xD Sólo espero que luego no tengan que arrepentirse. ¡Me voy a leer para saber si se arrepienten o no! ^^
ResponderEliminarSon para estamparlos contra una pared XD
Eliminar