sábado, 1 de septiembre de 2012

[Capítulo 6] Terrorist In Love {Bang YongGuk}


Capítulo 6
Discoteca



-¿Dónde sea?- me preguntó y yo asentí- pues...- se quedó callado unos segundos, pensando- ¿nos vamos de copas?- preguntó.
-No creo que...- comencé, pero me cortó.
-Ya no soy un niño como Zelo- me contestó- soy mayor de edad y puedo beber todo lo que me de la gana.
-Pero eres un idol.
-¿Y?- alzó una ceja.
-Que...- me quedé callada pensando, pero no se me venía ninguna excusa a la cabeza- la verdad, da lo mismo- terminé diciendo- si quieres beber vamos a hacerlo hasta que no podamos mantenernos en pie.
-¿De verdad?
-Ahora no te rajes- le contesté.
-Vale, vale- me dijo y me puso su brazo por mis hombros- vamos entonces a un sitio que conozco.
-¿No tendrás problemas si alguien nos echa una foto?- sintiéndome algo nerviosa por el contacto de su cuerpo.
-Eres mi mánager, puedo salir de copas con mi mánager si me apetece- lo miré fijamente y supo que su respuesta no me convencía totalmente- y además, voy más tapado que una momia- en eso tenía razón, pero aún dudaba- además, es muy tarde, casi ni se ve de oscuro que está- lo miré y él me sonrió, al final, asentí.
-Luego no te quejes.



Después de decir esto, YongGuk echó a andar, agarrándome fuerte por los hombros. Me dejé guiar por él a través de las calles de esa gran ciudad llamada Seúl. Una media hora después, llegamos a una discoteca. Estaba bastante bien, un lugar grande y con muchas personas, perfecto para mezclarse entre la gente y no ser nadie.



Fuimos a la barra y pedimos nuestras bebidas, luego nos mezclamos entre la gente para buscar un sitio en el que beber tranquilos. Lo econtramos al poco tiempo, estaba algo apartado. Perfecto, era perfecto para que nadie reconociera a YongGuk.



Nos pasamos mucho tiempo bebiendo y charlando de cosas tribiales, cada vez que se acababa una copa, al poco rato había una llena sobre la pequeña mesa. El alcohol volvía mi cuerpo hiperactivo y caliente. A cada mirada que YongGuk me echaba, temblaba y ansiaba tocarlo. Mi cerebro siempre me gritaba en el último momento que yo era su mánager y que no debía, pero llegó un momento en el que mi cabeza ya no era la que mandaba las ordenes al cuerpo, sino que éste se movía por si solo.



-Vamos a bailar- pedí. Él negó con la cabeza- por favor- hice un puchero y me acerqué mucho.
-Ehh... no sé bailar- me contestó nervioso.
-Yo tampoco sé- reí- sólo quiero moverme- me miró durante lo que me pareció una eternidad, hasta que movió la cabeza afirmativamente.
-Pero sólo un rato.



Lo agarré de la mano y lo llevé a la pista. Comenzamos a bailar un poco erráticos al principio, pero poco a poco, el alcohol y la música, nos hicieron bailar más libremente. Me acerqué a él y comenzamos a bailar muy juntos, me agarró por la cintura y yo me movía como si la vida me fuera en ello. Nos acercábamos cada vez más y rozábamos nuestros cuerpos con el baile. Su mano bajó de mi cintura hasta mi trasero, y yo no me quejé, sino que simplemente lo dejé hacer. Nos juntamos tanto que llegué a pensar que ocupábamos solo el espacio vital de una persona y reí. YongGuk me miró muy fijamente y yo alcé un poco mi cabeza para poder mirarlo directamente también, era unos 10cm más alto que yo.

No dijimos nada, sólo nos mirábamos y hacía ya rato que habíamos dejado de bailar. De repente él acercó su rostro al mío, estábamos tan cerca que sentía su aliento alcoholizado como si fuera el mío, y sin dudarlo un segundo, planté mis labios sobre los suyos, primero sólo haciendo presión, y después, moviéndolos al ritmo desenfrenado que marcaba la música mientras mis manos se deslizaban por su pecho. YongGuk no tardó en corresponderme y apretarme aún más fuerte contra sí. El beso se tornó desesperado y húmedo cuando su lengua chocó con mis labios y yo le dejé la entrada libre. Una guerra de lenguas comenzó a librarse en nuestras bocas y tuvimos que dejarla a medias para coger aire.

-Anna- susurró, y su voz grave diciendo por primera vez mi verdadero nombre hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo entero.
-Hum- sólo dije eso, o más bien, ese suspiro fue lo único que pude hacer salir de mi boca.
-Nada- contestó, y comenzó a besarme él esta vez.

El beso se volvía cada vez más demandante. Comenzamos a acariciar el cuerpo ajeno, y el calor que me producía con cada toque, me abrasaba la piel. Nos volvimos a separar y nos miramos de nuevo. Sus ojos brillaban de deseo, los míos seguramente estarían igual. Sin siquiera dirigirnos una palabra supe lo que los dos ansiábamos. Tener sexo. Le di un último beso antes de agarrarlo de la mano y tirar de él atravesando todo el local hasta la calle.


Miré a mi alrededor y todo se me hacía familiar. En frente de la discoteca había una cafetería que me sonaba mucho, de repente me acordé que ésa era la cafetería por la que pasaba todas las tardes al volver a mi apartamento y supe que mi vivienda no estaba lejos.


Apreté su mano y prácticamente lo llevé corriendo hacia mi apartamento. El deseo de sentirlo entre mis piernas era el que guiaba mis actos, si hubiera tenido la cabeza despejada y el alcohol no fuera un elemento en mi contra, ahora mismo seguramente nada de esto estaría pasando.



Cuando llegamos al portal de mi apartamento, saqué las llaves de mi pantalón ajustado y tardé un buen rato en dar con la cerradura y la llave correspondiente. YongGuk se colocó detrás mía y me rodeó la cintura con sus brazos, hecho que me puso todavía más nerviosa y excitada de lo que ya estaba. Cuando por fin entró, lo dirigí al ascensor y pulsé el número 5. Me volvió a abrazar, esta vez quedando cara a cara y me besó salvajemente mordiéndome los labios y haciéndome algo de daño. Pero no me importó. Las puertas del ascensor se abrieron y me separé de él lo mínimo para poder abrir la puerta del apartamento, pero en cuanto llegamos frente a ella me volvió a abrazar por la espalda, comenzando ahora a repartir besos por mi cuello, haciendo que me volviera torpe y me temblaran las manos.



-Yong- suspiré.
-Abre la puerta- me demandó al oído mientras frotaba su entrepierna contra mi trasero haciendo que notara lo duro que estaba.



No me hizo falta nada más para darme prisa. Abrí la puerta de un tirón, y nada más entrar, me pegó contra la pared bruscamente, cara a él, para comenzar a darme besos por cada trozo de piel de mi cuerpo que quedara descubierto y me acariciaba también con sus fuertes manos. Se notaba que tenía experiencia en esto, pero yo también la tenía.



Mi corazón latía a mil por hora a pesar de todo y mi piel ardía allí por donde sus labios o manos me tocaban. Coloqué mis manos en su musculosa espalda y lo atraje mucho más a mí, para que nuestros cuerpos estuvieran lo más pegados posibles. Gemí su nombre cuando noté su erección en mi entrepierna.



-Anna- susurró roncamente, y me mordió la oreja.

6 comentarios:

  1. Me estas matando de una forma horrible (?? Me encanta la fic, parezco una pervertida ok, no. Espero el proximo cap :DD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo siento... pero estoy con inspiración cero y estudiando... T.T
      Espero poder tenerlo para mañana ^^

      Eliminar
  2. No te preocupes!! Tomate el tiempo que necesites. Nos hablamos en twitter (??

    ResponderEliminar
  3. Menudo par xD Sólo espero que luego no tengan que arrepentirse. ¡Me voy a leer para saber si se arrepienten o no! ^^

    ResponderEliminar