Estúpido y Sensual
Kim JongIn
―Estúpido y sensual Kim JongIn ―murmuraba una chica,
mientras le daba el último bocado a su Long Chiken del Burger King.
―Tranquila JiHyo ―dijo su amiga―. No te exaltes, y
ahora dime, ¿qué ha hecho ese niñato ahora?
―Pues… Hoy pasó por mi lado y… Me miró de una
manera muy porno mientras se pasaba un dedo por sus labios de una manera tan
provocativa que… ―la chica se perdió unos momentos en el
recuerdo hasta que le entró un escalofrío―. ¡Argh!
―gritó.
Toda la gente que había en el local se la quedó mirando.
―Shhh… no chilles ―susurró su amiga
tapándole la boca.
―Es que HaNeul… Es tan jodidamente sexy en
todo cuanto hace…
―Y tú que estás pendiente…
―Oh, calla, a ti tu chico te vino caído del
cielo, es un ángel sin alas― la otra chica sonrió―. Éste que me tiene
loca y ni siquiera es mi novio. Es el mismísimo demonio recién salido del
Infierno para hacerme caer en la tentación ―se puso de repente
muy seria―, cosa que no haré porque sé que es un putón
verbenero que va de una a otra como las mariposas de flor en flor ―se cruzó de brazos―. He dicho.
―Eso dices siempre, pero no tienes palabra
ninguna ―dijo HaNeul―. Cosa que no quieres
hacer, cosa que acabas haciendo tarde o temprano.
―Lo sé… ―murmuró―. Pero esta vez será
diferente, lo juro.
―Miedo me das.
―¿No crees que sea capaz de resistirme a sus
encantos? ―preguntó JiHyo a la defensiva.
―Yo no he dicho eso, no tergiverses mis
palabras.
―¿Quieres hacer una apuesta? Porque si es eso
estoy lista para aceptar.
―JiHyo…
―¿Así que eres una cobarde? ―HaNeul se encendió.
―50.000 wons a que no eres capaz ni de soportar
hasta que acabe la semana ―propuso.
―Hecho ―sellaron el trato con
sus manos―. Vas a perder tu querido dinero para
comprarte el CD de Super Junior de edición especial que tanto querías.
―No te creas ―dijo muy confiada la
otra―.
Te conozco muy bien y sé que vas a caer rendida a sus encantos tarde o temprano.
―¿No te importa que ese chico demonio juegue
conmigo?
―Te lo mereces por boba y no darte cuenta de
las cosas ―cogió la Coca-Cola y le dio un sorbo―, yo sólo te doy un
empujoncito.
―HaNeul… mala amiga… ―hizo un puchero que
fue ignorado por su amiga, ya que, hacia ellas, avanzaba el novio de esta.
―Lo siento, te dejo ―se levantó―. Sabes que te quiero
mucho, pequeña JiHyo ―le acarició la cabeza con cariño―, lo hago porque es lo
mejor para ti.
―Eso dices tú ―la chica aún tenía el
puchero en los labios.
―Aish… ven aquí ―la abrazó―. Eres muy caprichosa,
primero propones la apuesta y, ahora yo por aceptarla, ¿soy la mala?
―No…
―Entonces, ¿de qué te quejas?
―Del estúpido y sensual Kim JongIn.
―Oish… ya paso ―contestó desesperada
su amiga.
―Buenas tardes ―dijo un chico muy
alto, rubio y con grandes ojeras bajo sus ojos. Era ZiTao, el novio de HaNeul.
―Hola, cariño ―susurró ésta dándole
un beso en la mejilla.
―¿Estás lista?
―Sí ―la chica se volvió
hacia JiHyo―. Lo siento, pequeña, pero te abandono y me
voy con mi ángel. Espero que te vaya bien con tu demonio ―y se fue con su
chico.
―¿De qué hablas? ―preguntó éste algo
intrigado.
―Son sólo cosas de chicas, no tienes de que
preocuparte, ZiZi.
―Entonces no me preocupo ―dijo con una sonrisa.
JiHyo se había quedado sola en el Burger
King, pero no tenía ganas de moverse de allí. Se estaba bastante calentito y
fuera hacía algo de fresco, aunque ya era primavera. Suspiró cuando cierto
moreno entró en sus pensamientos sin su permiso.
―Estúpido y sensual Kim JongIn ―volvió a murmurar.
Al
día siguiente, cuando JiHyo entró al instituto, la última persona que se
esperaba encontrar junto a su taquilla era JongIn, pero allí estaba,
esperándola. Tenía una pose despreocupada, pero aun así, esta era muy sexy y la
chica se mordió el labio inferior sin poder evitarlo. Por mucho que dijera que
lo odiaba, que era un demonio y que ella jamás caería ante sus encantos, se
moría por sus huesos. Pero es que… ¿Quién en su sano juicio no se moría por Kim
JongIn?
―¡Ey!
―dijo él a modo de saludo. JiHyo le contestó con un movimiento de cabeza y
abrió su taquilla, tapando la cara del chico con la puerta. Se quitó los
zapatos y se puso los reglamentarios de la escuela, luego cogió los libros que
le harían falta ese día y cerró la puerta. JongIn seguía en la misma posición,
mirándola fijamente, pero ahora tenía una sonrisa torcida en su rostro.
―¿Quieres algo? ―preguntó, ya que no
dejaba de mirarla.
―A ti ―ella bufó.
―¿Sigues con eso?
―Hasta que no caigas en mis redes no
pararé ―contestó JongIn.
―Entonces te cansarás de esperar.
Eso nunca sucederá.
―Tengo mucha paciencia ―JiHyo negó
con la cabeza y luego se dio la vuelta para ir a la clase que le tocaba.
Los días pasaban y JongIn, además de
tener mucha paciencia, era muy pesado. Cada día, se acercaba a JiHyo, la ponía
nerviosa e intentaba una y otra vez que cayera. Pero ella no daba su brazo a
torcer, por cabezonería y por no perder el dinero que utilizaría para comprarse
ropa nueva. Sin embargo, todo cambió drásticamente un día.
JiHyo caminaba despreocupadamente
por los pasillos cuando un grupo de varias chicas se plantó ante ella con gesto
amenazante. Ella intentó pasar a través de la maraña, pero no lo consiguió ya
que estas la empujaron hacia un pasillo menos transitado.
―¡Eh! ―se quejó―. ¿Qué queréis?
―Que te alejes de nuestro Kim JongIn
―respondió una de ellas. JiHyo suspiró, ya sabía que el que el chico no se
separara de ella en los últimos días le iba a traer algunos problemas, siempre
era lo mismo.
―Primero, yo no me acerco a él, se
acerca él a mí ―contestó―. Segundo, JongIn no es vuestro, él es su propio dueño
―las chicas la miraron con odio y rencor―. Si me disculpáis, llego tarde a
clase ―intentó pasar de nuevo entre ellas pero no pudo.
―¿Está pasando algo aquí? ―preguntó
una voz que todas reconocieron al instante, la voz de JongIn.
―No. Solo estábamos hablando ―dijo
una de las chicas. Las demás asintieron.
―Pues si ya habéis acabado de
hablar, tengo cosas que decirle a JiHyo ―el chico se abrió paso y la tomó de la
muñeca bajo la mirada estupefacta de las demás.
Recorrieron los pasillos del
instituto, aún agarrados. Bajaron las escaleras y JongIn la fue guiando hasta
que salieron del edificio principal. JiHyo quería decir algo, preguntar dónde
iban, pero su cerebro no coordinaba, así que solamente siguió el paso rápido
del otro hasta que llegaron al lugar en el que se guardaba el material de
gimnasia.
Él abrió la puerta e hizo entrar a
la chica para luego cerrarla de golpe y dejarlos en penumbra dentro del
edificio. De repente, y sin que ella pudiera advertir movimiento alguno, estaba
siendo empujada contra la pared, encerrada entre los brazos de JongIn y sin
escapatoria posible.
―¿Q-qué haces…? ―logró balbucear la
chica.
―Lo siento ―escuchó salir de los
gruesos labios del moreno.
―No entiendo…
―No debería haber estado tanto
tiempo intentando que te fijaras en mí ―contestó mirándola intensamente a los
ojos―. Eso te ha causado problemas con mi “particular club de fans”… Yo no
quería que pasara eso…
―JongIn… No te entiendo…
―Me gustas. Me gustas mucho ―confesó,
haciendo que JiHyo abriera los ojos como platos por la sorpresa―. Siempre he
sido un capullo con las mujeres, pero desde que te conocí sentía que mi pecho
explotaba con solo verte. Nunca antes me había pasado algo así.
―Mentira…
―Es lo más cierto que he dicho en mi
vida.
―¿Cómo puedo creerte?
―Solo confía en mí.
―No confío, me harías daño.
―A ti nunca te haría daño. Eres la
única persona a la que no haría daño en mi vida ―contestó―. De verdad me gustas
―el chico acercó su rostro levemente al de JiHyo, pero solo hasta que sus
narices se rozaron―. ¿Quieres salir conmigo?
Durante mucho tiempo había luchado
contra la tentación llamada Kim JongIn, porque pensaba que jugaría con ella
como había hecho con todas las demás, pero las palabras que había dicho en ese
momento parecían muy sinceras y la chica estaba confundida. Quería decirle que
no, pero luego lo pensaba mejor y quería decirle que sí. Durante la lucha
interna en su cerebro, su cuerpo actuó por voluntad propia y cruzó la distancia
que la separaba de JongIn para besarlo en los labios.
―¿Eso es un sí? ―preguntó él cuando
se separaron.
―Supongo que sí… ―murmuró JiHyo
antes de que sus labios fueran atrapados por el chico comenzando otro beso que
culminaría llevándola a las estrellas.
Oish oish oish oish oiiiiiiiiiishhhhhh q potito todo!!! *3*
ResponderEliminarJongInieeeeee x33333333 más grrrrrr imposible.
Me alegra que te guste ^^
EliminarJongInnie es alksjaskncjads
Estúpido y sensual Kim JongIn. ¿Por qué tiene que ser tan jodidamente sexy?
ResponderEliminarMe encantó el fic ^^ La conversación del principio parecía tan real que creía estar escuchando a las chicas discutir a mi lado *o*
Una pregunta, ¿la tercera temporada de EXO va a empezar en febrero como tenías previsto o se retrasa por tus exámenes? Tengo curiosidad por saber cuando podré seguir leyendo mi fanfic favorito ^^
Besitos, espero que los exámenes no te estén machacando demasiado :)
PD: Yo quiero ser HaNeul y que Tao sea mi novio Q.Q
El muy idiota es así de sexy y no le podemos hacer nada -.-"
EliminarMe alegra que te gustara ^^ La verdad es que quería hacer que fuera real, me he inspirado en las miles de conversaciones que he tenido acerca de los oppas con mis amigas XD
Pues espero que sí... sino justo a principios a mediados... pero comienza en Febrero ^^
Muchas gracias ^^
PD: Puedes serlo si quieres ^^