domingo, 7 de mayo de 2023

[One Shot] History of KINGDOM (part II): Under the cherry tree {ChiHan}

Título: Under the cherry tree

Autora: Riz Aino

Pareja: ChiHan (Jahan + Chiwoo) (KINGDOM)

Clasificación: PG

Géneros: AU, high school, romance, fluff

Número de palabras: 1.608 palabras

Resumen: Jihun y Seungjun comparten su primer beso (de muchos) debajo del cerezo en flor.

Notas: historia escrita para usando las casillas del bingo “practice kissing”, “cherry trees” y “friends to lovers”.

Comentario de autora: desde que vi el mv de Karma llevo con las ganas de escribir algo bonito y cuqui de estos dos debajo de un árbol y no pude evitar aprovechar la oportunidad cuando esta se me presentó. Espero que os guste.

 

Under the

cherry tree

 

A cinco minutos de su casa, subiendo una empinada calle, se encuentra un pequeño parque al que Jihun va a jugar desde que tiene memoria y en ese parque, rodeado de otros muchos árboles, hay un cerezo con un tronco enorme que cuando florece es todo un espectáculo. Aquel parque solo es conocido por la gente que vive en aquella tranquila zona a las afueras de Seúl, en un barrio en el que hay más personas mayores que jóvenes y cuando cae la noche está completamente desierto. A Jihun le gusta cómo el atardecer baña el lugar de tonos anaranjados y rosáceos y tiñe las pálidas hojas del cerezo de colores cálidos, pero sobre todo le gusta ver cómo su mejor amigo, Seungjun, dibuja aquel paisaje hasta que la oscuridad termina de tragárselo todo y las luces de las lejanas farolas no son suficiente para que continúe dibujando. Lo que más adora, no obstante, es cuando Seungjun le dice que no tiene ganas de volver a casa y van hasta una tienda cercana antes de que cierre para hacerse un par de paquetes de ramen antes de volver bajo el cerezo para cenar, viendo vídeos, comentando su día en el instituto, hablando de las pocas cosas que han hecho durante las escasas horas en las que no están juntos y bromeando el uno con el otro. El mundo de Jihun suele detenerse cuando aquello pasa, entra en una especie de bucle temporal en la que el tiempo no corre y solo existen ellos bajo aquel cerezo y absolutamente nada ni nadie más, es casi mágico... y a Jihun no le importa que cuando vuelva a casa, a las tantas de la noche, su abuela lo esté esperando de mal humor porque sabe que si le da un abrazo y le cuenta que ha estado con Seungjun bajo el cerezo, ésta deja de estar enfadada.

 

Pasar tiempo con su mejor amigo de la infancia bajo aquel cerezo es una de las cosas que más le gustan hacer a Jihun y sabe que absolutamente nunca se va a cansar de ello, ni de los recuerdos que hace en aquel lugar porque todos ellos son buenos... o al menos eso es lo que siempre ha pensado, hasta aquel momento.

 

¿Qué? pregunta Jihun, incrédulo ante lo que acaba de escuchar.

 

Seungjun se toma su tiempo para responderle, guardando sus lápices de colores en el estuche con toda la tranquilidad del mundo, como si lo que le acaba de decir no hubiera hecho que todos los cimientos en los que se sustenta su relación, su amistad, no se hubiesen tambaleado.

 

Quiero que me des un beso responde, una vez cierra la cremallera del estuche, que por una vez no se queda atascada por el volumen de lápices que tiene dentro. Quiero practicar contigo cómo besar porque me gusta alguien y no quiero cagarla estrepitosamente cuando lo bese por primera vez.

 

Su mejor amigo dice todo aquello mirándolo a los ojos fijamente, dándole a entender de aquella forma que es sincero con lo que le está proponiendo y no es una broma, porque si lo fuese, Seungjun se habría reído como si no hubiese un mañana. Pero no, lo ha dicho completamente en serio y Jihun no sabe qué hacer, no sabe qué decir y solo lo mira fijamente de vuelta, casi sin parpadear. No sabe cuánto tiempo pasan de aquella forma, solo mirándose el uno al otro, sin hacer nada, sin decir nada, hasta que finalmente Seungjun rompe la magia, desviando su mirada hacia un lado, volviendo a entretenerse con los materiales que se ha llevado esa tarde, guardando en su mochila el estuche y cerrando el cuaderno en el que ha dibujado dos figuras de ropas vaporosas abrazándose bajo el abrigo de un árbol. Jihun no puede apartar la mirada de él, no obstante. Y es normal que no pueda apartarla porque su amigo le ha propuesto que lo bese, que lo ayude a practicar porque hay una persona que le gusta. Aquella es la primera noticia que tiene de que le gusta alguien y, además, no es nada normal lo que le ha propuesto, porque ellos son amigos, nada más, muy a su pesar. Jihun lleva enamorado de Seungjun más años de los que es capaz de contar y nunca ha sido capaz de dar el paso precisamente porque no quiere que su amistad se arruine por ser tan egoísta de imponer sus sentimientos por él, confesándoselos. Quiere llorar, quiere darle golpes al tronco del cerezo bajo el que se encuentran hasta destrozarse las manos porque sus sentimientos nunca van a ser correspondidos y porque Seungjun ni siquiera los tiene en cuenta porque no sabe sobre ellos... no obstante, Jihun simplemente hace de tripas corazón y, después de un buen rato callado, le responde.

 

Está bien dice. Puedes hacerlo y añade. Puedes besarme.

¿De verdad? pregunta Seungjun, como si no se lo pudiera creer.

 

Jihun asiente. Tiene mucho que perder haciendo aquello, pero ha sido Seungjun el que le ha propuesto besarlo y él siempre ha querido hacerlo, ahora que tiene la oportunidad, no la va a desaprovechar, aunque esa situación haga que todo lo que han construido a lo largo de muchos años como amigos se vaya por el retrete. Seungjun lo mira de nuevo fijamente, esta vez es él quien quiere averiguar si lo está diciendo en serio o no, y Jihun le aguanta la mirada, sin pestañear, aunque siente que, bajo el escrutinio de su amigo, la punta de sus orejas se tiñe de color rojo porque éstas empiezan a calentarse. Su mirada no dura demasiado, solo unos pocos segundos, y Jihun respira aliviado cuando el chico la aparta... aunque no le dura mucho, porque inmediatamente después, Seungjun se lanza sobre él, rodeando su cuello con sus brazos y une sus labios con los suyos en un beso corto y torpe, en el que ambos intentan mover sus bocas al compás de la del contrario, pero no terminan de coordinarse de la forma en la que deben. Cuando Seungjun se separa de él, no retira los brazos de su cuello y solo se aleja lo suficiente para poder mirarlo a la cara esbozando una sonrisa amplia.

 

Creo que no ha salido bien le dice. Quiero intentarlo de nuevo.

 

Y Jihun asiente otra vez porque a él también le ha sabido a poco ese beso y quiere probar mucho más de aquellos labios. La sonrisa de Seungjun se amplía con su asentimiento y se recoloca un poco, poniéndose de rodillas entre sus piernas abiertas, antes de volver a cruzar la escasa distancia que los separa para volver a besarlo, esta vez de una forma un poco más calculada, más lenta, un beso en el que ambos intentan amoldarse al otro, hasta que se acostumbran al ritmo de éste. Jihun es esa vez el que se separa, sintiendo cómo le falta el aire, y se echa sobre el hombro de Seungjun, tratando de recuperarlo, de la misma forma que trata de que su corazón deje de latir al ritmo tan desbocado al que late. Seungjun lo abraza fuertemente, hundiendo su nariz en su cuello y dejando un beso corto sobre éste que hace que Jihun se sobresalte e intente alejarse de él, pero su amigo lo está abrazando con tanta fuerza que le es imposible.

 

Jihun lo llama, diciendo su nombre contra su oído. Hay algo que tengo que decirte, pero no sé si estoy preparado para decírtelo a la cara, ¿nos podemos quedar así?

 

No entiende absolutamente nada de lo que está pesando en esos momentos, pero asiente a lo que le ha pedido Seungjun le ha pedido porque siente que tampoco es capaz de mirarlo a la cara.

 

Vale murmura Seungjun y suspira profundamente antes de decir el resto de corrido, casi sin pararse a respirar. La persona que me gusta eres tú, Jihun, quería decírtelo de otra forma, pero no sabía cómo decírtelo y al final se me ocurrió pedírtelo así, si no quieres saber absolutamente nada de mí porque ahora me odias estás en todo tu derecho, pero por una vez quería ser egoísta y saber cómo era besarte antes de nada.

 

Jihun escucha su perorata con los ojos abiertos como platos y el corazón latiéndole todavía más rápido dentro de su pecho, sin saber qué decir, sin saber cómo reaccionar porque en la vida se había imaginado que Seungjun también sintiera algo por él. No obstante, en el momento en el que el chico termina de hablar, Jihun se separa de él, de su abrazo, y le da un beso, esta vez un poco más precipitado que los otros dos que han compartido, un beso que provoca una sonrisa en los labios de Seungjun y, aunque Jihun siente que con aquello le ha respondido a sus sentimientos, cuando se separan de nuevo, le responde de viva voz, bajo aquel cerezo en flor, haciendo que la sonrisa de Seungjun se amplíe y sus ojos brillen.

 

Tú también me gustas mucho.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario