miércoles, 17 de mayo de 2023

[One Shot] Blooming magic {HaoBin}

Título: Blooming magic

Autora: Riz Aino

Pareja: HaoBin (Zhang Hao + Sung Hanbin) (ZEROBASEONE)

Clasificación: PG13

Géneros: soulmates, canon, romance, fluff, drama

Número de palabras: 2.916 palabras

Resumen: en su brazo derecho, Hao siempre ha tenido un lunar, un lunar que desde que decidió irse de su hogar a cumplir su verdadero sueño no ha parado de quemar.

Notas: historia escrita a través de la casilla del bingo “carnation meaning”.

Comentario de autora: simple y llanamente tenía que escribirlo porque los claveles son mis flores favoritas y se merecían una historia en la que fueran la flor protagonista sin absolutamente nada más. Espero que os guste.

 


 

El Sung Hanbin chino y el Zhang Hao coreano.

 

La afirmación que Hanbin había hecho sobre ambos y sobre la forma en la que habían conectado desde el primer momento había hecho que Hao no pudiera evitar pensar en ello y comenzar a darle vueltas a esas palabras. En el momento no calaron en él todo lo profundo que lo hicieron más tarde, cuando estaba tumbado sobre su cama, tratando de conciliar el sueño después de un largo día en el que habían tenido que hacer demasiado. Estaba muy cansado, tanto que, en realidad tendría que haber caído muerto sobre el colchón para dormir a pierna suelta hasta recuperarse del todo; sin embargo, allí estaba, con los ojos abiertos como platos, sin poder dejar de pensar en Hanbin.

 

Era cierto lo que había dicho, demasiado cierto, Hao a veces había pensado que eran como las dos caras de una misma moneda, que siempre hubieran estado juntos aunque jamás se hubieran visto... pero que Hanbin pensase algo parecido, hacía que algo en él se removiese, y Hao no estaba seguro si era el mejor momento o no para que ese algo decidiera terminar de dar señales de vida, no cuando estaba en mitad de la grabación del programa que iba a determinar su futuro, si conseguía o no su sueño. Porque en su brazo derecho, Hao siempre había tenido un lunar, un lunar que desde que decidió irse de su hogar a cumplir su verdadero sueño no ha parado de quemar y que, desde que entró a aquel programa, ha ardido como nunca lo había hecho, indicándole que todas las decisiones que había tomado en los últimos tiempos habían sido las acertadas y que su alma gemela se encontraba allí con él.

 

Todo el mundo tenía un alma gemela con una marca idéntica en su piel, una marca que estaba oculta en la forma de un lunar en cualquier parte del cuerpo y que, a simple vista parecía un lunar normal, hasta que las decisiones que las personas tomaba los iban acercando lentamente a su alma gemela. Si esas decisiones eran las correctas, ese lunar en concreto comenzaba a arder, hasta que, al final, las almas gemelas se encontrasen y se reconociesen, provocando que en dicho lunar floreciese una flor que fuera idéntica a la de su otra mitad. No todas las personas eran capaces de tener esa sensación, esa quemazón en el lunar que en algún momento de su vida se convertirá en una marca idéntica a la de su alma gemela, porque no eran todos los que la acababan encontrando al final, pero Hao estaba seguro de que su alma gemela estaba en el lugar y que era bastante posible que se tratase de Sung Hanbin.

 

No era como si no lo hubiese pensado antes, había pensado en ello muchísimas veces porque para él era muy complicado abrirse a las personas, los desconocidos no eran exactamente bienvenidos en su vida y tardaba mucho tiempo en sentirse cómodo alrededor de gente nueva. En el programa se estaba retando a sí mismo, estaba tratando de hacer amigos, de dejar que mucha gente se acercase a él y él mismo intentaba acercarse a los demás. Había conocido de esa forma a varias personas, algunos chicos increíbles con los que tenía muchas cosas en común y con los que se sentía totalmente a gusto... y luego estaba Hanbin. Con Hanbin había conectado de una forma que le parecía casi increíble, una forma en la que no sabía si era natural conectar, pero que le parecía la cosa más normal del mundo, como si se hubiesen conocido desde siempre, como si lo supiesen todo el uno del otro y estaba tan cómodo con él que incluso había dejado que se le acercase físicamente, que lo abrazase, que lo cogiese de la mano, que echara su cabeza en su hombro... había dejado que Hanbin hiciese tantísimas cosas con él y junto a él que jamás habría dejado que hiciese un desconocido como si fuese lo más natural. Por una parte, aquello lo había asustado y, por otra, lo había hecho pensar muchísimo en que el lunar de su brazo derecho no dejaba de quemar y, no solo eso, Hanbin también tenía un lunar en el mismo lugar. Pero hasta que el chico no había dicho aquellas palabras, hasta que no había verbalizado que había sentido como si hubieran estado viviendo vidas paralelas durante todo aquel tiempo, Hao no había pensado en la posibilidad que haber encontrado de verdad a su alma gemela.

 

Hao había esperado veintitrés años de su vida a que su marca floreciese y durante los últimos tiempos se había reafirmado en que la decisión de irse a Corea para tratar de ser idol había sido la decisión correcta una y otra vez, a pesar de todas las dificultades que esta le había acarreado, porque la ardiente sensación en el lunar había sido cada día más intensa y, justo en aquellos momentos, mientras no dejaba de pensar en la posibilidad de que Hanbin fuese su alma gemela, Hao sentía como si su brazo al completo estuviese ardiendo.

 

Al final, después de dar vueltas y vueltas en la cama, notando como una tras otra las piezas del enorme rompecabezas que era su vida iban encajando como si siempre hubieran estado hechas para encajar y Hao nunca se hubiera dado cuenta de ello, decidió que tratar de dormir era perder el tiempo y acabó levantándose de la cama con cuidad, intentando no despertar a quienes dormían plácidamente a su lado, saliendo de su habitación y caminando por el pasillo hasta llegar a una de las pocas zonas del lugar en el que no había cámaras que pudieran grabarlo, en una parte de las escaleras. No obstante, justo antes de llegar al lugar, se dio cuenta de que estaba ya ocupado y se quedó paralizado, con el pie levantado para subir el siguiente escalón, pero sin terminar de hacerlo al ver quién se encontraba allí.

 

¿Hao hyung? ¿Qué haces aquí? ¿Tampoco puedes dormir? la voz de Hanbin haciéndole aquellas preguntas lo hizo reaccionar y terminar de dar el paso, subiendo las escaleras del todo hasta llegar al escalón en el que estaba el menor sentado.

Ha sido un día demasiado largo y no termino de conciliar el sueño le dijo, dejándose caer a su lado.

 

Había sido toda una sorpresa encontrarse en aquel lugar con Hanbin, sobre todo después de que el motivo por el cual no podía dormir era el chico ocupando toda su mente, pero después de todo, la presencia de Hanbin lo calmaba, por lo que, encontrárselo allí era a la vez una especie de bendición, aunque no estuviera seguro de que le pudiera contar qué era lo que lo había llevado allí, buscando un lugar tranquilo en el que nadie lo pudiera ver.

 

¿No puedes dormir? le preguntó a Hanbin.

Lo he intentado respondió el chico, pero tengo demasiadas cosas en la cabeza.

 

Hao asintió. Básicamente los había llevado allí lo mismo. No podían dormir porque había algo que los molestaba lo suficiente como para mantenerlos despiertos a pesar de todo el cansancio acumulado por todos los ensayos para la misión que habían grabado ese día. Tenían algunos días libres esa semana para poder recuperar el sueño de aquella noche, así que Hao no estaba terriblemente preocupado por pasarse la mayor parte de la madrugada despierto, menos cuando estaba allí, en aquellas escaleras junto a Hanbin. Su mente seguía dándole vueltas a la creciente posibilidad de que éste fuese su alma gemela y, sobre todo, su brazo no dejaba de arder, pero estando junto a él, estaba mucho más tranquilo de lo que lo había estado en su habitación, sin parar de dar vueltas en la cama.

 

Quizás no pueda hacer nada por ti, pero si necesitas hablar, sabes que estoy aquí contigo y no tengo nada que hacer comentó, dedicándole una pequeña sonrisa a Hanbin.

Ahora mismo solo necesito aclararme un poco las ideas contestó, pero igualmente puedo prestarte mis orejas para escuchar lo que te tiene en vela.

Yo también necesito un poco de tiempo para ordenar todo lo que me pasa por la cabeza respondió.

 

Hanbin asintió, moviendo su cabeza varias veces, pensativo, y luego le indicó que podía acercarse a él. Hao no se lo pensó ni un solo segundo antes de moverse un poco en el escalón y pegarse a su cuerpo, dejando que el chico le echase la cabeza en su hombro izquierdo y cerrase sus ojos. El silencio cayó entre ellos en ese momento, totalmente cómodo y necesario, provocando que Hao se calmase también un poco y su mente dejase de estar tan activa. Estaba tan cómodo, tan tranquilo, junto a Hanbin, que parecía que realmente no había pasado nada, que nada de lo que había estado rumiando todo aquel rato fuera importante, a pesar de que era algo bastante importante, no solo para él, sino para el menor; no obstante, en esos momentos solo parecía existir el presente y la calma que sentía estando junto a Hanbin... y todo habría seguido en calma y bien, ambos simplemente disfrutando de la compañía del otro sin que nada ni nadie los perturbase, pero el brazo derecho de Hao comenzó a arder de una forma que nunca lo había hecho antes y no pudo evitar moverse, llevando su mano izquierda bruscamente hasta el lugar en el que éste ardía tanto que parecía que que iba a comenzar a quemar el resto de su cuerpo y reducirlo todo a cenizas si seguía así. El movimiento alertó a Hanbin, que levantó la cabeza de su hombro y lo observó fijamente, la alarma escrita en sus ojos.

 

¿Estás bien, Hao hyung? le preguntó.

 

Hao no contestó a aquello, demasiado enfocado en lo muchísimo que le quemaba el brazo, encogiéndose sobre si mismo en el escalón, sin atreverse a levantar su mano del lunar que no dejaba de arder.

 

Hyung... no pasa nada intentó Hanbin. Estoy aquí contigo, no te preocupes, no pasa nada...

 

Hao se giró hacia él, queriendo espetarle que cómo se atrevía a decir que no pasaba nada cuando él no estaba sintiendo esa intensa quemazón que hacía que todo su brazo estuviese en llamas, pero en el momento en el que lo hizo vio cómo el brazo derecho de Hanbin estaba rojo como el fuego y, en el lugar en el que también tenía un lunar, había comenzado a florecer lentamente una flor. Con los ojos como platos, Hao no pudo evitar acercar su rostro hasta aquel lugar porque esa misma tarde cuando se habían quitado la ropa de la actuación estaba el lunar que siempre había estado adornando su brazo sin ningún cambio. No podía ser posible. Rápidamente levantó su propio brazo para observarlo, viendo cómo en este también estaba sucediendo el mismo cambio, y el lunar que no paraba de arder se estaba convirtiendo en una flor que todavía era incapaz de identificar.

 

No pasa nada, hyung volvió a repetir, dedicándole una sonrisa tan encantadora que provocó que el corazón de Hao se detuviese durante unos momentos antes de seguir latiendo como loco. Quema un poco... pero si quema significa que es bueno.

 

Hao no pudo evitar levantar su mirada para encontrarse con los ojos oscuros de Hanbin viéndose reflejados en ellos por lo cerca que estaban y su corazón comenzó a latir rápidamente dentro de su pecho, tan rápido y tan fuerte que estaba seguro de que Hanbin estaba escuchándolo resonar. Pero el chico no dijo nada, solo lo observó con aquella enorme y cálida sonrisa que lo desarmaba hasta que Hao acabó reaccionando de nuevo.

 

Eres mi alma gemela... murmuró, casi en tono de pregunta aunque estaba más que claro que lo era porque el universo estaba haciendo florecer sus marcas a la vez.

Y tú eres la mía respondió Hanbin, con una seguridad en la voz que Hao quisiera para él.

 

Se miraron a los ojos durante unos momentos más, mientras sus brazos seguían ardiendo, hasta que Hanbin estalló en carcajadas, provocando que Hao lo mirase, completamente confuso.

 

¿Qué pasa? le cuestionó.

Mi brazo lleva ardiendo de una forma terrible desde la primera vez que hablamos, cuando estuvimos solos en el coche para filmar la intro de Here I Am y desde entonces estaba esperando a que en cualquier momento floreciese el lunar que compartimos... pero bendito momento para hacerlo, un día de madrugada mientras todavía estamos aquí encerrados y no puedo comerte la boca sin que nadie nos vea le dijo.

 

Hao no pudo evitar desviar su vista hacia los labios de Hanbin después de que éste dijera aquello, pero se esforzó por enfocarse en la primera parte de todo lo que había dicho. Lo había sabido desde la primera conversación a solas que habían tenido, lo había tenido claro desde el principio y solo había estado esperando a que Hao se diese cuenta realmente de que la posibilidad de que fueran almas gemelas estaba ahí... algo que había pasado esa misma noche, después de actuar juntos por primera vez, después de que Hanbin dijesen que eral idénticos, el uno para el otro, y él se hubiera parado a pensar.

 

¿Te ha despertado el dolor? le preguntó. Hanbin negó primero con su cabeza antes de responderle.

Yo tampoco podía dormir... estaba pensando en formas de hacerte saber que era tu alma gemela para que te dieses cuenta.

 

Hao se sintió un poco estúpido, un poco torpe por no haber terminado de atar los cabos que habían sido tan obvios desde el primer momentos hasta esa noche... pero Hanbin no se lo reprochaba, Hanbin parecía solo encantado con que finalmente hubiera descubierto aquello y que hubiese provocado que las marcas en sus brazos finalmente se mostrasen como debían de ser, de aquella forma desencadenando un milagro en el que dos se convertían en uno. Por unos momentos, ninguno de los dos dijo nada, y Hao aprovechó para alternar su mirada entre su brazo derecho y el de Hanbin, observando cómo, de forma muy lenta, una flor preciosa comenzaba a florecer en ellos, una flor que poco a poco dejaba entrever cuál era su forma final.

 

Clavel... murmuró una vez la marca que lo unía a Hanbin fue lo suficientemente reconocible para él.

 

En sus brazos, en los lugares en los que anteriormente había habido un lunar, seguían floreciendo lentamente un pequeño ramo de claveles de varios colores, rojo, verde y blanco. Hao había visto aquella flor más veces de las que podía contar en su tierra y sabía perfectamente que según sus colores, el significado de ésta podía cambiar, pero también sabía que los claveles solían usarse para simbolizar el amor, por lo que, para él, aquello era suficiente en esos momentos.

 

Me gustan los claveles murmuró Hanbin, haciendo que Hao saliese de sus pensamientos. Y, aunque parezca estúpido decirlo ahora, también me gustas tú, Hao hyung.

A mí también me gustan los claveles respondió, esbozando una sonrisa. También me gustas tú dijo, viendo cómo los ojos de Hanbin brillaban al escucharlo decir aquello. Y creo que aquí no nos va a ver nadie si nos besamos.

 

El brillo en los ojos de Hanbin se volvió todavía más intenso que antes y ni siquiera tardó un segundo en cruzar la escasa distancia que los separaba para besarlo, dejando un corto beso sobre sus labios, tan corto que a Hao le supo a poco y cuando sintió que el meno se alejaba de él, lo tomó por el cuello para que no lo hiciese, sujetándolo para continuar con el beso, moviendo su boca al compás de la de Hanbin, lentamente, simplemente saboreando la sensación en su cuerpo, el cosquilleo que recorrió todo su ser de arriba abajo hasta que finalmente se separaron, unos momentos después, quedándose todavía lo suficientemente cerca como para que Hao pudiese contar si se lo propusiese todas las pestañas de Hanbin.

 

Eso ha sido... increíble... y me gustaría seguir besándote hasta que el mundo se acabe murmuró el menor, pero creo que mejor deberíamos irnos a dormir antes de que alguien se despierte y nos encuentre aquí.

 

Hao acabó riéndose por aquello, pero no pudo evitar estar de acuerdo con él. Tendrían tiempo para besarse y sobre todo para hablar muchísimo sobre ellos y sobre lo que esperaban del contrario otro día, en cualquier otro lugar en el que no estuviera el inminente peligro de que alguien los pudiera ver allí, por lo que solo le dedicó una sonrisa y asintió, levantándose del escalón y tendiéndole la mano para ayudarlo a levantarse de allí también, antes de dirigirse hacia sus respectivas habitaciones para tratar de conciliar el sueño después de aquel día tan largo.

 

 

 

 

Notas finales:

Los claveles rojos simbolizan amor y pasión, los de color verde significan el amor entre hombres y los de color blanco la pureza.

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