miércoles, 3 de mayo de 2023

[One Shot] Rough Diamond {SeongJoong}

Título: Rough Diamond

Autora: Riz Aino

Pareja: SeongJoong (Seonghwa + Hongjoong) (ATEEZ)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, pubs, smut, pwp

Número de palabras: 2.110 palabras

Resumen: Seonghwa no es más que un diamante en bruto que Hongjoong está dispuesto a tallar.

Advertencias: relaciones sexuales explícitas en un lugar bastante público y dinámica de bdsm dom/sub.

Notas: historia escrita para el bingo SeongJoong, rellenando las casillas para “orgasm denial”, “one night stand”, “dom-sub dynamics”, “public or semi-public sex”, “kink exploration/discovery” y “free space: plot what plot/porn without plot”.

Comentario de autora: hacía bastante tiempo que esto rondaba por mi ordenador, pero fue un golpe de inspiración aleatorio lo que me llevó a no parar de escribir hasta acabarlo. Espero que os guste.

 


 

Esto te gusta, ¿verdad? murmuró contra los labios del chico que acababa de conocer en aquel pub, en un susurro sensual que provocó reacciones en el cuerpo de éste. Si había entendido bien su nombre cuando se lo había murmurado en su oreja mientras todavía se encontraban en la pista de baile, se llamaba Seonghwa. Puedes gemir si quieres, a nadie le va a importar escucharte añadió, contra sus labios, un roce fantasmal que no pretendía ser un beso, solo una tentación.

 

Seonghwa siguió el movimiento de sus labios, inclinándose sobre él para besarlo, pero Hongjoong se alejó de él, dedicándole una sonrisa pícara y negando con su cabeza. El chico dejó escapar un sonido frustrado en la pseudo intimidad que les regalaba el estrecho cubículo del baño de hombres del pub, pero éste resonó en el lugar, provocando que Seonghwa se llevase sus manos hasta la boca y se la tapase, pareciendo asustado porque alguien lo pudiese haber escuchado, a pesar de que, en aquellos momentos, solo estaban ellos allí. Hongjoong no pudo evitar que su sonrisa se ampliase porque, después de todo, había elegido bien esa noche.

 

Hongjoong había ido esa noche a aquel pub con una meta muy clara, acostarse con alguien, y cuando había aparecido aquel chico guapo ante él, no había podido resistirse y había ido a por todas. Invitarlo a una copa, bailar con él un poco en la pista, rozarse contra él con la excusa de la gran cantidad de gente que había en el lugar y tentarlo lo suficiente como para que se fuera con él a la cama. La idea de darse el lote en el baño había sido fortuita, pero ya que estaban allí, Hongjoong no se estaba poniendo ningún límite, dándose cuenta de que aquel chico era todo lo que llevaba un tiempo buscando y que le había sido imposible encontrar. Alguien lo suficientemente sumiso, pero a la vez inexperto para poder moldearlo como quisiera durante una noche y hacerle descubrir placeres insospechados. Seonghwa era aquel diamante en bruto que Hongjoong estaba completamente dispuesto a tallar.

 

No te preocupes por si te escuchan volvió a decir, acercándose de nuevo a su boca, poniéndose de puntillas para ello. Lo mismo alguien más se excita escuchándote y podemos hacer un trío.

 

Los ojos del chico se abrieron como platos al escucharlo decir aquello, pero Hongjoong no dejó que la sorpresa que habían provocado sus palabras calaran del todo en él, distrayéndolo de ellas tomando sus labios otra vez en un beso mucho más intenso de lo que lo habían sido los anteriores, pegando su cuerpo más contra el de Seonghwa y recargándose sobre él, tomando su rostro con su mano izquierda, buscando profundizar mucho más el beso. El chico respondió inmediatamente, abriendo su boca, dejando que sus lenguas se encontrase de nuevo, inclinando sus cabezas para que sus narices no les molestasen, dejándose sin respiración el uno al otro hasta que el aire se hizo completamente necesario y Hongjoong acabó alejándose de él, respirando entrecortadamente. Seonghwa trató de seguir su movimiento, inclinándose de nuevo sobre él, pero Hongjoong aprovechó la oportunidad para llevar su mano derecha hasta la entrepierna del chico, agarrando su miembro por encima de la tela y provocando que este se quedara totalmente estático por ello, apretando sus labios con fuerza, como si de aquella forma estuviese reteniendo un gemido que quería escaparse de sus labios. Lo había sentido endurecerse mientras se besaban, mientras se rozaban el uno contra el otro levemente, como si se estuviesen tanteando y Hongjoong llevaba un buen rato queriendo tocarlo, darle un placer exquisito que solo él podía darle.

 

¿Quieres que te toque? le cuestionó. Mis manos son mágicas.

 

Seonghwa lo observó durante unos segundos, sus ojos oscuros fijos en él, brillantes por el deseo, por la lujuria, sedientos de placer. Estaba más que claro que quería que lo tocase de una y mil formas, pero parecía dudar y Hongjoong intuía que era por el lugar en el que se encontraban. Lo más probable era que hubiera pensado que se irían a un motel directamente, pero el baño de aquel pub tenía un encanto especial, el encanto de estar a merced de todo el que entrara y los escuchase. No era la primera ni la última vez que Hongjoong hacía cosas de las que no se arrepentiría jamás en un baño público, porque la posibilidad de que lo escuchasen o lo viesen lo excitaba de sobremanera y sabía a la perfección que si forzaba un poco la máquina, al chico que tenía contra la puerta de aquel cubículo le iba a dejar de importar que alguien escuchase sus gemidos si lo hacía temblar de placer.

 

Puedo hacerte sentir increíblemente bien como un pequeño adelanto a todo lo que venga después en la cama comentó, de una forma que hasta a él mismo le sonó sensual de más, pero no se arrepintió de haber usado aquel tono porque en ese momento los ojos de Seonghwa se oscurecieron y asintió a su propuesta. Eres un chico listo.

 

Inmediatamente después de decirle aquello, Hongjoong no perdió el tiempo y le desabrochó los pantalones, sacando su miembro endurecido de sus calzoncillos, comenzando a tocarlo levemente con su mano, sintiendo cómo el cuerpo de Seonghwa se tensaba por ello o cómo escalofríos de placer recorrían todo su ser de vez en cuando mientras apretaba sus dientes o se mordía el labio inferior para no dejar escapar su voz, tapándose a veces la boca con sus manos cuando le era imposible retener sus gemidos, ahogándolos de aquella forma. Era todo un espectáculo porque aquel chico era también bastante sensible y Hongjoong no podía sentirse más que orgulloso de como cada roce provocaba tantas reacciones diferentes en él. No dejó de tocar su miembro, de jugar con sus testículos, de retirar a veces con cuidado, otras veces de una forma más brusca, la piel que cubría levemente la punta de su miembro, dejando al descubierto su glande enrojecido y por el cual comenzaba a derramarse un poco de pre semen. El chico cada vez estaba más duro y cada vez las reacciones de su cuerpo eran mucho más intensas, por lo que no le debía de quedar demasiado para correrse... y ahí era cuando Hongjoong quería comenzar su juego con él. No obstante, antes de que pudiera comenzar, algo lo hizo cambiar de idea sobre la forma en la que jugaría con aquel chico. La puerta del baño se abrió y se escucharon las voces de un par de tíos que entraban al lugar, trayendo consigo el eco de la música que sonaba en el local, de una forma mucho más fuerte a lo que sonaba con la puerta cerrada. El cuerpo de Seonghwa se tensó inmediatamente contra el suyo y Hongjoong pudo ver el pánico en sus ojos, algo que lo hizo sonreír de forma traviesa, una sonrisa que provocó que el chico ante él intentase separarse de él, intentase quitar la mano de Hongjoong de su miembro para que este no continuase hasta que quienes habían entrado al baño no se fuesen de allí, pero Hongjoong obviamente tenía otros planes y rozó con su pulgar una y otra vez la sensible punta de su miembro, haciendo que Seonghwa acabase llevándose sus manos de nuevo a su boca para acallar cualquier sonido que quisiese salir de ella.

 

Puedes gemir le dijo Hongjoong, pegándose de nuevo contra su cuerpo y alzándose para poder susurrarle aquello al oído y que solo fuera escuchado por él. Gime para que te escuchen.

 

Seonghwa abrió los ojos de nuevo como platos y negó con su cabeza, moviéndola rápidamente, pero Hongjoong siguió tocándolo, una y otra vez, a veces de forma lenta, otras veces más rápido, llevándolo al borde, dejando de tocarlo en el momento en el que sentía que estaba a punto de correrse, torturándolo un poco y haciéndolo sentir un placer extremo, además de la frustración de no poder llegar a soltar todo lo que se le estaba acumulando en la parte baja de su estómago. Su meta era hacer que gimiera mientras los que habían entrado al baño estuvieran allí dentro, pero el chico aguantó todo lo que pudo hasta que la puerta fue cerrada tras ellos en el momento en el que salieron, dejando escapar en ese momento un gemido fuerte que resonó en las paredes de azulejos del lugar y que provocó que Hongjoong esbozara una sonrisa satisfecha.

 

¿Quieres correrte? le preguntó, esta vez contra la piel de su cuello, dejando un leve beso en el lugar, justo bajo su mentón. Solo dejaré que te corras si me lo pides por favor.

 

Hongjoong se alejó de él para observar la reacción del chico, quien en aquella ocasión no parecía tan sorprendido como antes por sus palabras, como si hubiera entendido finalmente qué es lo que quería de él esa noche; sin embargo, no le contestó al momento, pensándose su respuesta durante unos segundos que a Hongjoong le parecieron eternos, hasta que finalmente le contestó.

 

Tócame... murmuró. Deja que me corra jadeó de una forma totalmente erótica, tanto que él mismo pareció sorprenderse de cómo había sonado su voz y, por ello, desvió su vista de Hongjoong, girando su cabeza. Por favor...

Buen chico respondió Hongjoong, llevando su mano izquierda al rostro de Seonghwa para hacer que lo mirase de nuevo y, una vez sus ojos estuvieron de nuevo fijos en los suyos le dedicó una sonrisa cálida. Voy a darte el mejor orgasmo de tu vida.

El chico dejó escapar un leve jadeo de sorpresa cuando Hongjoong volvió a alzarse para tomar sus labios con los suyos en un beso demandante mientras volvía a tocar su miembro, sintiendo los temblores de su cuerpo contra el suyo mientras seguía jugando con él, dejando de tocarlo cuando lo sentía estar de nuevo al borde del orgasmo y simplemente enfocándose en besarlo, en enredar su lengua con la suya y en arrebatarle todo el aire de los pulmones hasta que volvía a tocarlo de nuevo, notando cómo cada vez que lo hacía, cada vez que le denegaba el orgasmo, alargando su placer y su tortura durante unos momentos más, Seonghwa cada vez estaba más sensible, más frustrado, más necesitado y más fuera de sí mismo, porque ya no trataba de aguantar sus gemidos, sino que los dejaba escapar, quedando ahogados en la boca de Hongjoong mientras se besaban. Aquella evolución hizo que se sintiese todavía más orgulloso por haber forzado un poco la situación para que el chico se dejase llevar y así experimentase todo aquello sin ningún tipo de remordimiento, dejando que Hongjoong lo tallase de forma experta hasta hacerlo completamente adicto a los placeres. Por ese motivo, dejó de tentarlo, de torturarlo no dejándolo correrse durante más tiempo y simplemente siguió tocándolo una y otra vez hasta que notó contra su cuerpo el temblor definitivo de su orgasmo un segundo antes de sentir cómo el semen de Seonghwa caía sobre su mano, sobre su ropa, el chico dejando de responder a sus besos, solo jadeando de forma entrecortada buscando el aire que le había faltado durante demasiado tiempo.

 

Hongjoong se alejó un poco de él, aunque lo ayudó a sujetarse contra la puerta porque sus rodillas parecían estar a punto de ceder bajo su peso, convertidas en gelatina por el placer, para observarlo con algo de perspectiva, no pudiendo evitar relamerse ante la escena que tenía ante él, Seonghwa sonrojado, jadeando y con la vista perdida en algún punto del cubículo, sus pupilas dilatadas, su boca entreabierta. Era un tipo bastante erótico y estaba seguro de que desnudo lo sería todavía más, por lo que Hongjoong no podía esperar a que finalmente se fueran a algún motel cercano para poder seguir con aquello, para poder seguir haciendo que Seonghwa se sintiese bien descubriendo con él qué era lo que más le gustaba y excitaba como sumiso hasta más allá del amanecer.


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