sábado, 13 de mayo de 2023

[One Shot] Deukae Bingo Collection: Hot girl in red {DaDong}

Título: Hot girl in red

Autora: Riz Aino

Pareja: DaDong (Handong + Dami) (Dreamcatcher)

Clasificación: NC–17

Géneros: AU, romance?, pwp

Número de palabras: 1.164 palabras

Resumen: en el momento en el que Yubin la vio, supo que necesitaba saber exactamente quién era aquella sexy chica de pelo rojo.

Advertencias: contenido explícito relacionado con striptease y clubs de alterne.

Notas: historia escrita para completar la casilla del bingo “stripper”.

Comentario de autora: el babeo de Dami por Handong no se parece en nada, en absoluto, al babeo que tengo yo con ella en este último comeback y su pelo rojo… para nada. Espero que os guste.

 

Hot girl in red

 

Bora le había hablado a Yubin muchísimo sobre aquella ciudad y sobre todos los sitios que debía visitar, haciendo hincapié en un lugar al que debía ir. Yubin se había dejado llevar por todas las indicaciones que le había hecho su amiga, mucho más experimentada en los viajes y absoluta conocedora de la ciudad y todos los lugares que había visitado habían sido totalmente increíbles, los lugares culturales, los restaurantes, las tiendas, incluso el hotel que le había recomendado era una maravilla… no obstante, el único lugar al que no se había atrevido a ir había sido un club para lesbianas, el cual había sido la mayor recomendación de Bora si quería pasar un buen rato. Yubin había pasado toda la semana pensando si debía ir o no a aquel lugar clandestino, lo había meditado demasiado en las solitarias noches en su habitación de hotel y no se había atrevido a dar el paso… al menos hasta aquel momento. Yubin había acabado cediendo a sus ganas de pasar un buen rato y, sobre todo, la curiosidad la había estado matando por dentro porque Bora había hablado maravillas del lugar, por eso había acabado yendo. Y en el momento en el que la chica puso un pie en el local, supo perfectamente que había tomado la decisión correcta.

 

En un país en el que la homosexualidad, si bien no estaba castigada, estaba muy mal vista y casi era un estigma social, no había muchos lugares en los que poder pasar un buen rato, beber y sentirse completamente segura de que ningún tío baboso iba a intentar ligar con ella o tocarla sin su permiso. Yubin sabía de la existencia de algunos lugares para gays o para el colectivo en general y en aquellos locales siempre había un ambiente increíble, pero nunca había ido a ninguno solo para lesbianas y, de hecho, aquel lugar no era exactamente un club. Bora le había dicho que en él se hacían espectáculos y Yubin no sabía qué era lo que había esperado, pero lo que se encontró no era para nada parecido a lo que pensaba que sería aquel lugar y la chica se sintió intrigada y, sobre todo, excitada.

 

La música alta resonó en sus oídos en el momento en el que entró al lugar, descubriendo que se trataba de una sala amplia, con varias zonas muy diferenciadas, una barra, una pista de baile, un lugar con asientos y mesas y un escenario. Las diferentes zonas también tenían una iluminación distinta, mientas el escenario estaba completamente iluminado, el resto tenía una luz más tenue, siendo así mucho más propenso para tener la suficiente intimidad, pero con la claridad necesaria para poder ver. No había hecho más que entrar, pero a Yubin definitivamente le gustaba aquel lugar y casi se arrepintió de no haber ido el primer día que había llegado a aquella ciudad, siguiendo los consejos de Bora.

 

Su tren de pensamientos fue opacado, no obstante, en el momento en el que la música cambió y en el escenario apareció una chica, una chica de cabello largo y rojo, vestida completamente de rojo también, de los pies a la cabeza, una chica que, aun en la lejanía, Yubin podía ver que era completamente preciosa. La chica caminó por el escenario y, si el local hubiera estado en silencio, Yubin sabía perfectamente que sus tacones habrían resonado en aquel amplio espacio de lo firme que pisaba, hasta que se detuvo, justo en el centro del escenario. Durante un par de segundos, lo único que hizo aquella chica fue mirar a su alrededor, y después, comenzó a bailar sensualmente, moviéndose al ritmo de la música que sonaba, su cuerpo amoldándose a cada movimiento, como si fuera completamente elástico. Yubin se quedó con la boca abierta al verla bailar porque era completamente increíble, pero su boca casi se cayó hasta el suelo al ver cómo, a medida que bailaba, la chica comenzaba a quitarse ropa.

 

Primero se quitó la chaqueta de cuero roja que llevaba, dejándola caer sobre el suelo, mostrando que debajo llevaba una camisa roja de seda, medio transparente y una falda también de cuero, corta, muy corta, que se pegaba a sus piernas y a sus caderas como una segunda piel. La chica siguió bailando, contoneándose sensualmente al ritmo de la música y provocando que las lesbianas que se habían acercado hasta el escenario, se quedaran boquiabiertas o le jalearan y gritaran para que siguiera quitándose ropa. Y Yubin, casi embrujada por un hechizo, comenzó a moverse, atravesando el local hasta que llegó al pie del escenario, para así poder tener una vista mucho mejor de aquel espectáculo de estriptis del que Bora no le había advertido y, sobre todo, para poder ver mejor a aquella increíblemente sensual y preciosa chica que se acaba de desabrochar la camisa, quitándosela completamente unos segundos después, abriéndose la cremallera de la estrecha y corta falda hasta el fondo y tirándola sobre el escenario, quedándose completamente desnuda sobre éste, con solo unos arneses de cuero que recorrían su torso y que no tapaban nada, ni sus pechos ni sus partes íntimas, y con sus tacones de aguja. Yubin se quedó sin respiración y tragó saliva al verla de aquella forma, sintiéndose a la vez preocupada y caliente por la desnudez de la chica.

 

No tuvo mucho tiempo para pensar en ello, no obstante, porque la chica del cabello rojo, tan intenso como la sangre, siguió bailando a pesar de su desnudez, siguió contoneándose, siguió mostrando su cuerpo y no paró hasta que la música no se detuvo. En ese momento, cuando la canción que había sonado durante su espectáculo finalizó, la chica se inclinó ante el público y luego comenzó a recoger todas sus prendas del suelo, volviendo al backstage.

 

Solo en ese momento, Yubin pareció salir de su trance. No obstante, aunque había salido de él, lo único en lo que podía pensar era en aquella chica de cabello rojo intenso que se había desnudado por completo sobre el escenario y lo muchísimo que le había hecho sentir… porque tras aquel espectáculo Yubin se sentía caliente, húmeda y muy necesitada y, sobre todo, lo que sentía más profundamente era que debía de conocer a aquella preciosa y sexy chica que la había provocado tantísimo y la había dejado en aquel estado.

 

 

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