miércoles, 10 de mayo de 2023

[Two Shot] You have a (choke)hold on me {KyuJung}

Part 1: Office

 

Listo susurró Kyubin a sus espaldas después de terminar el último nudo, las yemas de sus dedos recorriendo con suavidad su piel y el contorno de las cuerdas que tenía atadas alrededor de su cuerpo. Estás precioso la voz del mayor sonó como un jadeo, casi como un gemido grave contra su oreja, reverberando por todo su cuerpo y provocándole un escalofrío que Taeyeob no pudo controlar.

No estoy seguro de que sea agradable a la vista alguien atado como una ristra de chorizos replicó, girándose hacia Kyubin y tratando de sonar lo más impasible posible, a pesar de lo que la voz y los dedos del mayor habían provocado en su cuerpo, pero si tú lo dices.

Muy agradable a la vista contestó el mayor, esbozando una de sus sonrisas de lado, juguetona, pícara, diciendo con ella muchas más cosas de las que decía con sus palabras. Porque eres tú quien lo lleva Taeyeob quiso replicarle a aquello también, pero antes de que pudiera hacerlo, los labios de Kyubin atraparon los suyos durante unos segundos, dejándolo sin palabras. Ahora vístete, no podemos llegar tarde a la reunión.

 

Kyubin se alejó de su lado y fue hasta su mesa, donde comenzó a coger algunos documentos que tenía que llevarse a la sala de reuniones y Taeyeob suspiró profundamente. El mayor tenía un espejo grande al lado del perchero donde dejaba su chaqueta porque siempre había sido un presumido, así que, Taeyeob se dirigió hacia allí para poder verse y para poder vestirse y que no se le notase nada todo el tinglado que llevaba puesto. Al echar a andar se dio cuenta de que las cuerdas que tenía en su entrepierna se le metían entre las nalgas y le rozaban contra su miembro, dificultándole caminar un poco, pero no era nada demasiado exagerado, por lo que podía intentar controlarlo, lo que no sabía si podía controlar eran sus expresiones cuando las cuerdas lo rozaban porque, aunque no lo admitiría nunca delante de Kyubin, la fibra suave de la que estaban hechas le daba un poco de gustirrinín. Al llegar al espejo y verse reflejado en él, Taeyeob no pudo evitar volver a pensar en que parecía una ristra de chorizos atado de aquella forma. Tenía su torso atado, varias cuerdas alrededor de la zona de sus pectorales que daban la vuelta por su espalda y que se cogían a otras cuerdas en vertical, bajando por su cuerpo y anudadas a las que se encontraban en su cintura antes de perderse en su entrepierna y subir por su trasero. Kyubin se había estado informando y había seguido al pie de la letra todos los pasos que debía, todas las vueltas y nudos que tenía que hacer y la forma de apretar las cuerdas a su alrededor para que no le causase ningún daño, no cortándole la circulación y, sobre todo, no coartando mucho sus movimientos porque Taeyeob iba a estar de aquella forma durante el par de horas que le quedaban en la oficina.

 

Con un nuevo suspiro profundo, Taeyeob comenzó a vestirse tratando de no hacer movimientos demasiado bruscos por si alguna cuerda se movía de su sitio y agradeciendo que Kyubin hubiera decidido solo atar su cuerpo y no colocar cuerdas en sus brazos y piernas porque habría tenido muchísima más dificultad para moverse y aquello seguro que llamaría la atención de todos en el lugar. La idea era que llevara aquello bajo el traje, en la oficina, mientras hacía una presentación en una importante reunión que iban a tener en apenas unos minutos, una reunión sobre su asociación con una tienda que se especializaba en juguetes sexuales para adultos, de todo tipo, no porque la presentación lo requiriese, sino porque la tienda a la que le iban a hacer la publicidad, además de modernizar su página web para intentar buscar un público mucho más amplio les había enviado diferentes cosas para que tuvieran conocimiento de cómo eran sus productos. En la mesa de Kyubin había una caja con todo tipo de vibradores de todos los tamaños y aspectos, específicos para cada ocasión o utilidad que los usuarios quisieran y al mayor se le había ocurrido días atrás que podían darles uso a todo aquello, poco a poco, para tener un mayor conocimiento sobre ellos y así poder anunciarlos muchísimo mejor. Taeyeob no había puesto ninguna pega porque, de todas formas, los juguetes sexuales eran caros y esos los habían recibido gratis, además, siempre le había gustado experimentar y jugar con su cuerpo y con el de Kyubin... pero nunca habían corrido un riesgo tan alto como el que estaban a punto de correr. El trabajo y su relación personal nunca se habían mezclado, en la oficina eran simplemente jefe y subordinado y en cada eran una pareja que llevaban juntos cinco años y se respetaban el uno al otro. Un par de besos a escondidas en el despacho del mayor, con el pestillo echado, no se comparaba nada con toda una sesión de bondage y menos con una sesión de bondage público porque, a pesar de que Taeyeob iba a llevar su ropa encima de las cuerdas, seguía estando en público atado de aquella forma.

 

Taeyeob terminó de vestirse, abrochándose los últimos botones de la camisa y metiéndosela por dentro de los pantalones, mirándose en el espejo de todas las formas y ángulos posibles, moviendo sus brazos y su cuerpo, percatándose de cómo las cuerdas no se notaban a través de la camisa a no ser que estirase la tela sobre ellas en algún movimiento algo más abierto. Se dio las gracias a su yo del pasado por siempre comprarse las camisas una talla más grande para que le quedasen holgadas y después se colocó la chaqueta, a pesar de que sabía que quizás pasaría calor en la reunión, tan solo por asegurarse al cien por cien de que no se viese nada del tinglado que llevaba debajo. Cuando estaba por terminar de apretarse la corbata al cuello, Kyubin apareció a su lado y lo tomó por los hombros con suavidad para que se girase hacia él, reemplazando sus manos sobre la tela y acabando él de ajustarle la corbata, para después mirarlo y dedicarle una sonrisa.

 

Estás perfecto Taeyeob no puso evitar poner los ojos en blanco ante aquel comentario, pero no dijo nada. Podemos ir a la reunión.

 

Cogiendo la caja llena de los juguetes sexuales que todavía no habían usado y que iban presentar en la reunión, Kyubin echó a andar hacia la puerta de su despacho, quitando el pestillo de la puerta y abriéndola, girándose luego hacia Taeyeob para que invitarlo a pasar antes que él. Taeyeob volvió a poner los ojos en blanco, pero cogió los folios que había dejado sobre el brazo del sofá que había justo al lado de la entrada y después pasó por el lado del mayor, tratando de caminar de la forma más normal posible y mantener una expresión impasible durante todo el camino hacia la sala de reuniones, manteniendo una conversación insustancial y distendida con el que era en su lugar de trabajo uno de sus superiores, intentando que pareciese todo normal entre ellos para que nadie pudiese sospechar de ellos. No habían sospechado en todo aquel tiempo que llevaban juntos, no debían comenzar a hacerlo solo porque ahora Taeyeob tenía su cuerpo atado con cuerdas. Era una visión normal, natural, casi, ellos juntos en el trabajo. Aunque Taeyeob no fuera el secretario de Kyubin, porque lo era Wookjin, un chico demasiado dedicado a su trabajo, sí que era una de las pocas personas que el mayor tenía a su cargo en aquel pequeño departamento dentro de la empresa encargado del marketing de las entidades que quisieran contratar sus servicios, por lo que era natural que pasaran bastante tiempo juntos, Taeyeob siendo el creativo principal del equipo, teniendo que hablar que hablar con Kyubin para explicarle todo lo que hacían y presentarle los proyectos a él para que éste les diera el visto bueno antes de que los presentasen a quienes debían dar su aprobación final, como en esos momentos.

 

Cuando llegaron a la sala de reuniones, allí ya se encontraban su equipo que los apoyarían en la presentación si era necesario, pero no había llegado ninguno de los jefazos máximos. Taeyeob suspiró, aliviado, porque al final se les había hecho un poco más tarde de lo que debía mientras Kyubin le ataba todas las cuerdas alrededor de su cuerpo y habían acabado llegando a la sala un poco más tarde de lo que debían. Se dirigió hacia su silla, al lado derecho de donde se acababa de sentar Kyubin y, con mucho cuidado, se sentó en ella, notando cómo todas las cuerdas se movían sobre su piel, pero sobre todo, las que cruzaban por su entrepierna, provocando que una corriente eléctrica recorriese todo su cuerpo de arriba abajo. Trató de que no se le notara en la cara, poniendo una expresión neutra, pero no estuvo seguro de si lo consiguió del todo o no porque Wookjin, que estaba sentado frente a él, lo miró, alzando una ceja. Parecía dispuesto a hacerle algún comentario, pero en ese momento llegaron los jefes y no le dio tiempo a ello, dedicándose a saludar.

 

Bien, ¿cuál es la propuesta? preguntó nada más sentarse el director adjunto Jeong. Tengo curiosidad por saber cómo lo habéis enfocado.

 

Wookjin se levantó de su asiento para hacer la primera parte de la presentación y Taeyeob intentó atender a ella sin ponerse nervioso y tratando de pensar en lo que debía de presentar él mismo después, alejar de su mente de la forma en la que su cuerpo estaba restringido por cuerdas, unas cuerdas que le estaban causando algunos estragos y el chico lo último que necesitaba era que el placer que estaba sintiendo en aquellos momentos se notara en su rostro o en su cuerpo. Realmente lo único que necesitaba era una erección allí en mitad de la reunión, pero Kyubin no parecía tener la misma opinión, porque decidió aprovechar su puesto a su lado para acercar la silla un poco más a él hasta que estuvieron completamente pegados y colocar su mano derecha sobre su muslo. Taeyeob no pudo evitar el pequeño respingo que dio de forma completamente involuntaria al notar la enorme mano del mayor en su pierna, no solo sobre ella, sino acariciando con sus dedos por encima de la tela de su pantalón, hacia la parte interna de su muslo y muy cerca de su entrepierna. Inmediatamente después de dar aquel pequeño respingo, el chico miró a su alrededor, tratando de ver si alguien lo había visto, pero todas las personas de la sala estaban mirando en dirección a Wookjin mientras hacía su presentación, ajenos a lo que sucedía bajo la mesa. Taeyeob tuvo que colocar su mano sobre la de Kyubin para retirarla de su muslo y acabar con su exploración, pero éste no parecía estar por la labor de dejarlo vivir tranquilo y, antes de quitarla del todo, rozó la zona que cruzaba una de las cuerdas atadas alrededor de su entrepierna y el chico tuvo que apretar los dientes para no dejar escapar un suspiro que habría provocado que todo el mundo se girase hacia él y que su carrera profesional se acabase en aquel mismísimo instante.

 

Por suerte para él, después de aquello, Kyubin no intentó nada más y Taeyeob trató de calmarse mientras atendía a lo que Wookjin explicaba antes de levantarse él mismo y caminar con infinito cuidado para comenzar él su parte de la presentación una vez el chico terminó con la suya. Trató de que su voz sonase firme y no se quebrara mientras explicaba cómo iban a abordar el marketing de la empresa y de los diferentes productos que esta ofrecía. Así mismo, trató de no pensar para nada en las cuerdas que recorrían todo su torso, apretándolo firmemente bajo su ropa, ocultas por la camisa blanca y la chaqueta negra del traje, sin que absolutamente nadie pudiera dar cuenta de que las llevaba, solo sabiéndolo él y Kyubin. Fue difícil concentrarse en lo que se había estudiado, sobre todo porque las miradas lascivas que el mayor le dedicaba de vez en cuando lo distraían más de lo que le gustaría admitir, pero una media hora más tarde de salir a presentar su parte del proyecto, terminaba y volvía a su asiento sin que nadie se hubiera percatado de absolutamente nada, dejándose caer lentamente sobre la silla con un profundo suspiro, parte de alivio por haber terminado la presentación sin percances, parte por el roce de las cuerdas en su entrepierna y contra sus pezones.

Taeyeob tuvo que serenarse un poco de nuevo, cerrando sus ojos y pensando en cualquier otra cosa que no le provocase escalofríos de placer por todo su cuerpo. Por suerte para él, la reunión no duró mucho más, terminando tan solo unos pocos minutos después, con la promesa de una deliberación cuidada por parte de sus dos jefes absolutos antes de salir por la puerta, dejando que todos fueran libres de aquella obligación y volvieran a sus puestos de trabajo para terminar lo poco que les quedaba de día en la oficina.

 

¿Un café en la salita? propuso Kyubin cuando las personas que integraban su equipo se estaban levantando de sus sillas. Para celebrar que todo ha ido bien y que le van a dar el visto bueno a la propuesta.

Optimistas nos hemos levantado hoy, ¿no? comentó Sungho.

Siempre soy optimista replicó el mayor, guiñándoles un ojo.

 

Taeyeob habría puesto los ojos en blanco por aquello de no ser porque una de las manos de Kyubin se instaló en su cintura, comenzando a guiarlo a la salida de la sala de reuniones, justo donde tenía una de las cuerdas, y toda su concentración se fue a intentar evitar que un jadeo se escapase de sus labios. Su cara debió reflejar algo porque Wookjin, frente a él, puso una expresión extraña y Taeyeob quiso morirse allí mismo. El chico solía ser bastante intuitivo y parecía sospechar que entre Kyubin y él había algo, aunque nunca lo había verbalizado, pero siempre les dirigía miradas cómplices o sonrisitas, a Taeyeob no le había importado demasiado porque normalmente fuera del despacho del mayor, se comportaban como dos compañeros de trabajo más, y Kyubin solía tocar mucho a todo el mundo, no solo a él... no obstante, en la situación en la que se encontraba, Taeyeob tuvo un poco de miedo por si Wookjin se fijaba mucho más en él durante lo que quedaba de día, se daba cuenta de todo lo que llevaba bajo la ropa y sumaba dos más dos.

 

Por suerte, la sala de descanso en la que había un par de máquinas de café se encontraba a tan solo unos pasos de la sala de reuniones que habían usado en aquella ocasión, por lo que Taeyeob no tuvo que caminar demasiado y lo hizo sin mucha dificultad. Se colocó inmediatamente detrás de la barra para preparar los cafés instantáneos para todo el mundo y lo usó de excusa para poder esconder la mayor parte de su cuerpo de la mirada del resto de sus compañeros. No tenía que moverse demasiado ni hacer movimientos bruscos, por lo que no tuvo problema con las cuerdas atadas alrededor de su torso y se tranquilizó un poco, respirando profundamente incluso.

 

Parece que por fin te relajas le comentó Wookjin en el momento en el que le tendió su vaso desechable. Durante la reunión estabas bastante tenso y parecía que ibas a llorar en cualquier momento dijo casualmente mientras cogía un par de sobres de azúcar.

Estaba un poco nervioso por cómo podría resultar la reunión... no las teníamos todas con nosotros respondió, tratando de tranquilizarse un poco porque el comentario de Wookjin lo había hecho ponerse en guardia de nuevo. Todavía no estoy del todo tranquilo.

Lo has hecho muy bien, Taeyeob dijo Kyubin en ese momento, acercándose hasta él por detrás de la barra y dándole unas leves palmaditas en la espalda, provocando que su cuerpo se tensase otra vez porque el mayor se quedó allí, pegado a él y, en su mirada juguetona podía ver perfectamente que éste no se había colocado allí por casualidad y que tenía pensado algo. No tienes por qué preocuparte de nada, todo ha salido a pedir de boca.

 

Taeyeob trató de esbozar una sonrisa y siguió dando cafés al resto de sus compañeros. El cuerpo de Kyubin pegado al suyo lo ponía bastante nervioso, pero se intentó relajar de nuevo para no llamar más la atención de nadie, continuando su tarea, hasta que finalmente solo le quedó coger su café. El chico se dejó caer un poco sobre la barra, apoyando los codos en ésta y doblándose un poco para taparse lo máximo posible de la vista del resto, a pesar de que el movimiento provocó que las cuerdas se rozasen contra todas las zonas sensibles de su cuerpo, pero de aquella forma, no tenía que estar en todo momento pendiente de que la chaqueta estuviese en su sitio y que no se le viese absolutamente nada a través de la camisa blanca. Aguantó como pudo el jadeo que quiso ascender por su garganta y después simplemente trató de entablar una conversación con Junhyung y Wookjin, ignorando a Kyubin... o al menos aquella había sido su intención, porque el mayor no tenía los mismos pensamientos que él.

 

Kyubin comenzó a pasearse de un lado a otro, por detrás de la barra, en el estrecho pasillo que quedaba entre su cuerpo y los muebles, rozándose una y otra vez contra su trasero, cada vez que pasaba, mientras hablaba con el resto sin que estos sospechasen absolutamente nada porque que su jefe de sección se pasease de un lado a otro mientras hablaba era bastante común. Para Taeyeob aquello era una maldita tortura porque cada vez que se rozaba contra su trasero al pasar por lo general lo agarraba por la cintura y se pegaba a su cuerpo más como si realmente no hubiera nada de espacio tras él a pesar de que todavía quedaban unos centímetros y no tendría por qué rozarse contra él, además de provocar que las cuerdas se moviesen contra su piel sensible y tuviera que apretar los labios para no dejar que saliera por estos ni un solo sonido. No estuvieron más que un cuarto de hora en aquella sala, tomando algo de café para poder relajarse un poco tras la reunión, pero Taeyeob sintió que aquella situación duró al menos diez horas y solo pudo respirar tranquilo cuando sus compañeros comenzaron a despedirse para ir hasta sus mesas y seguir con el trabajo que les quedaba por el resto de la tarde... aunque aquel respiro solo le duró unos pocos segundos.

 

Taeyeob lo llamó Kyubin, provocando que se tensase de nuevo. Ven conmigo a mi despacho, tengo que darte unos papeles.

Claro.

 

Su jefe volvió a echarle el brazo por los hombros en cuanto comenzaron a andar y un nuevo escalofrío recorrió de arriba abajo la espalda de Taeyeob. Aquella vez, no obstante, no tuvo que fingir que no había pasado nada porque fueron los últimos en salir de la salita de descanso, aunque, no por ello, no le dedicó una mirada asesina a Kyubin porque éste no había parado de tocarlo una y otra vez desde que habían salido de su despacho. Si no estuvieran en la oficina, donde todo el mundo los podía ver, haría un buen rato que le habría llamado la atención o le habría dado un guantazo para que se estuviese quieto, pero en aquel lugar, era su jefe, y Taeyeob no había podido hacer nada para defenderse de aquellos ataques personales con los que el mayor se lo estaba pasando sumamente bien porque no era quien llevaba todo su torso atado con cuerdas que lo hacían sentir demasiadas cosas según el lugar en el que éstas le rozasen. De haber sabido que Kyubin no iba a parar de tentarlo de aquella forma durante todo el tiempo que llevase puestas las cuerdas, Taeyeob nunca habría aceptado la propuesta. Por eso, al entrar al despacho del mayor y cerrar la puerta con el pestillo, lo primero que hizo fue darle un manotazo en el brazo, mirándolo fijamente con toda la furia que sentía antes de espetarle.

 

¿Estás loco? Podrían haber descubierto todo en cualquier momento solo porque no dejabas de tocarme.

Estoy loco por ti, Taeyeob replicó el mayor, acercándose a él, con una de aquellas sonrisas suyas que le hacían sentir demasiadas cosas. Y no digas que no te lo has pasado bien jugando, porque sé perfectamente que lo has disfrutado.

 

Taeyeob le dio otro manotazo, mucho más fuerte que el anterior, indignado por las palabras de Kyubin y después se alejó de él quitándose la chaqueta y empezando a desabotonarse la camisa frente al espejo para tratar él mismo de quitarse las cuerdas que rodeaban su torso, aunque no sabía exactamente por dónde comenzar porque no sabía dónde estaban los nudos. No obstante, solo le había dado tiempo a desabrochar un par de botones cuando el cuerpo del mayor se colocó tras él, pegándose al máximo a su espalda y rodeando con sus brazos su cintura.

 

No te enfades conmigo, Taeyeobie murmuró contra su oreja. Has tenido que pasar un mal trago por mi culpa, pero no podía alejar mis manos de ti sabiendo que tenías todo esto debajo de la ropa y que podía hacerte sentir bien si te tocaba.

 

Kyubin comenzó entonces a dejarle algunos besos por el cuello, cortos, suaves, cariñosos y Taeyeob no pudo evitar mirarlos a ambos en el espejo mientras el mayor le daba cariños. Sus estaturas eran similares, pero el cuerpo de Kyubin era mucho más ancho que el suyo, su espalda grande y sus brazos fuertes rodeándolo a él, que era de constitución mucho más fina y delgada. Taeyeob se sentía seguro y protegido entre aquellos brazos, aunque durante esa tarde lo único que había querido había sido estrangularlo con sus propias manos por todo lo que lo había hecho pasar delante de sus compañeros de la oficina y de sus otros jefes. Allí, en la intimidad que les proporcionaba su despacho, se dejó querer y mimar un poco por el mayor, que trataba de enmendar lo que había pasado a su manera.

 

Eres el ser más guapo de todo el universo y mi precioso novio dijo Kyubin, sus labios rozando su nuca. Y esta noche quiero hacerte cosas que nunca te he hecho mientras sigues estando atado.

¿No me vas a quitar esto ahora? le cuestionó Taeyeob, alejándose de él y girándose para mirarlo a la cara directamente y no a través de su reflejo en el espejo.

Apenas queda una hora para que salgamos de aquí replicó éste. No quiero perder el tiempo atándote de nuevo en casa cuando lo único que quiero hacer es comerte enterito.

 

Taeyeob sintió cómo su cuerpo era recorrido por un escalofrío después de escuchar aquello, dicho con la voz grave del mayor. Era obvio que estaba excitado, los dos estaban muy excitados y la necesidad de tocarse después de lo que habían estado haciendo durante la reunión era bastante urgente. Si no estuvieran en la oficina, Taeyeob no habría sido capaz de contenerse y se habría dejado llevar por todos los roces y caricias del mayor, gimiendo de placer y buscando más y más contacto con él... pero no estaban en el mejor lugar para hacer aquello y, aunque a Taeyeob le molestase llevar las cuerdas a su alrededor, estaba de acuerdo en que debían usarlas para el sexo esa noche. No obstante, eso no le iba a impedir ponerle mala cara a Kyubin porque de verdad que llevar aquello en la oficina era un estorbo para él y no se iba a poder concentrar en hacer absolutamente nada más, demasiado preocupado porque el resto pudiera ver nada.

 

Solo me quedaré con todo esto puesto si puedo estar en tu despacho el resto del tiempo que queda hasta que nos vayamos a casa replicó. No quiero estar ahí fuera bajo la atenta mirada de Wookjin porque creo que sospecha cosas.

¿Y qué quieres que hagamos en mi despacho mientras hacemos tiempo para irnos? le preguntó Kyubin, con una sonrisa pícara adornando sus labios, caminando hacia él y quedándose a unos centímetros de su cuerpo.

¿Trabajar? cuestionó Taeyeob de vuelta.

Respuesta equivocada.

 

Taeyeob quiso replicar a aquella contestación, pero cuando abrió la boca para ello, Kyubin simplemente terminó de acercar su rostro al suyo y tomó sus labios con intensidad, hundiendo su lengua dentro de su boca y enredándola con la suya para dejarlo sin respiración, sin esperar a que se acostumbrase al beso, al ritmo impuesto y le respondiese, profundizándolo aún más, inclinando su cabeza para tener un muchísimo mejor acceso a la boca del mayor y continuar con aquel beso que lo hacía sentir un cosquilleo de anticipación por todo su cuerpo. Una de las manos de Kyubin lo agarró fuertemente por la cintura, pegándolo muchísimo más a su cuerpo y haciendo que sus entrepiernas se rozasen la una con la otra, arrancando un leve jadeo de la boca de Taeyeob porque si miembro estaba demasiado sensible y un poco duro después de todo el roce que había tenido contra las cuerdas desde que las llevaba puestas. Tuvo que agarrarse a los brazos del mayor para sujetarse a ellos con fuerza, sintiendo cómo sus piernas le flaqueaban en ese momento y sintió contra sus labios la sonrisa pícara que apareció en los de Kyubin antes de susurrarle, todavía rozando contra su boca.

 

Esta noche me lo voy a pasar demasiado bien contigo.

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