Baby Don’t Cry
Volvía a llorar. Me mataba que mi amigo
llorara tanto. Extrañaba su casa, a su familia, a los otros seis miembros del
grupo, pero sólo lloraba en su cuarto, cuando Tao no estaba allí, y cuando
creía que nadie podía escucharlo, pero yo lo escuchaba, y eso me estaba
matando. Yo también lo extrañaba todo, pero no me dolía tanto como que él
estuviera mal.
Me acerqué a la puerta de su habitación
aprovechando que todos estaban muy entretenidos viendo una película y no se
iban a dar cuenta de nada. Llamé a la puerta, e inmediatamente después, los
sollozos dejaron de escucharse.
-¿Quién es?- preguntó MinSeok, en su voz se
notaba todavía su llanto.
-Soy yo- contesté hablando en coreano-
¿puedo pasar?- estuvo unos momentos en silencio antes de contestarme.
-Espera un momento- dijo al final, pero yo
no esperé y entré a la habitación. Él se quedó sorprendido de verme allí,
estaba cogiendo su maquillaje para que no notara que había estado llorando. Sin
poder aguantarlo más me acerqué a él y lo abracé fuertemente- ¿JongDae? ¿Qué
haces?- me preguntó confundido, pero yo sólo lo apreté más fuerte entre mis
brazos.
-Sabes que no estás solo, ¿verdad? Todos
estamos contigo…- lo separé un poco de mi cuerpo para que nos mirásemos a los
ojos- yo estoy contigo, no llores, por favor.
Sentí los brazos de mi amigo alrededor de mi
cintura, apretándome contra su cuerpo ahora y su cabeza sobre mi hombro. Sentí
su cuerpo temblar contra el mío. Sentí sus lágrimas atravesar mi fina camiseta
de verano y chocar contra mi piel. Y sentí cómo él me necesitaba.
Pasamos tanto tiempo abrazados que no sabía
ni la hora que era, pero no me importaba, sólo estar así con él calmaba mi
angustia, y calmaba también la suya. En algún momento, me puse a cantar, no sé
por qué lo hice, pero mi voz relajó el cuerpo de MinSeok, que se dejó acariciar
y que le diera besos en su cabeza, el único lugar al que llegaba.
Baby Don’t Cry salía una y otra vez de mis
labios, la cantaba en chino y cuando acababa, empezaba a cantarla en coreano,
hasta que tiempo después, dejé de notar el llanto de mi hyung, también dejé de notar su cabeza sobre mi hombro, su cuerpo contra el mío, y dejé de notar el
calor que me envolvía.
-Gracias- lo escuché decir mientras
refregaba sus ojos para secarse las últimas lágrimas- me siento mucho mejor,
gracias JongDae- una pequeña sonrisa asomó en su rostro.
-Sabes que estaré siempre a tu lado…
-Lo sé- MinSeok tomó mis manos entre las
suyas- ven- dijo y me llevó lentamente hacia la cama, allí, me hizo tumbarme, y
luego él se echó a mi lado- me gustaría pasar cada noche contigo…- susurró.
-A mí también me gustaría…- noté cómo una de
sus manos acariciaba la línea de mi cuello- ¿hyung?
-Wo Ai Ni, Jonggie- dijo antes de depositar
un suave beso en mis labios.
-Wo Ai
Ni, Minnie- él sonrió y se abrazó a mi cuerpo, para quedarnos dormidos poco
después, en esa posición. Nada importaba más que el que iba a estar siempre con
mi hyung, para que no volviera a llorar.