Título: Feel the Heat
(Of the Dragon’s Breath)
Pareja:
KaiBaek (Kai x BaekHyun) (EXO)
Clasificación:
NC–17
Géneros:
AU, romance, fantasía.
Número de palabras:
4.427 palabras
Resumen: BaiXian
nunca ha tenido mucha relación con el líder de su grupo, pero cuando este lo
salva del ataque de un Dragón todo cambia.
Avisos:
sexo explícito y mención a una orgía.
Aclaraciones: algunas
de las partes de la historia principal están escritas de nuevo, pero desde el
punto de vista de BaiXian (por si veis que os suenan las cosas que pasan).
Comentario de Autora:
os prometí un side KaiBaek de Dragons’ Slayers y aquí lo tenéis. Espero que os
guste ^^
Feel the Heat
(Of the Dragon’s Breath)
Los cuatro chicos que conformaban
aquel grupo de aspirantes a Cazadores de Dragones llevaban toda la tarde
hablando sobre el tema candente del momento en la aldea: el Dragón Arcoíris. Habían
terminado sus entrenamientos de aquella mañana y, tras el almuerzo, ya no
tenían más obligaciones para con la comunidad. Acababan de hacer una apuesta
sobre ZiTao y, al ganarla Kai, todos comenzaron a reír.
De repente, el Cazador Kris entró en
el círculo que formaban los cuatro chicos y todos enmudecieron. Él era el mejor
Cazador del poblado y seguramente sucedería al jefe XiuMin en un par de años.
Un tipo imponente que inspiraba miedo nada más con su presencia. Era muy alto y
tenía una expresión de mal humor constante en su rostro, estas dos cosas hacían
que a su alrededor no pudieran estar más que sus dos compañeros de armas, LuHan
y YiXing.
—Mañana vamos de caza —anunció—. En
cuanto os acabéis la cena id a dormir, al amanecer debemos estar al pie de las
Montañas de Fuego y no podéis estar agotados.
—¿Qué vamos a cazar? —preguntó Kai—.
¿Otra vez uros? —el Cazador esbozó una sonrisa macabra.
—Felicidades grupo, acabáis de ser
ascendidos —anunció—. Mañana vamos a ir a la caza de un Dragón —y se largó de
allí.
Los cuatro chicos se quedaron en
silencio, mirándose los unos a los otros sin saber qué decir. Llevaban
esperando aquel momento toda su vida. Iban a una cacería, a una real. Acabarían
con un Dragón.
Pasaron la tarde arreglando el
equipo que deberían llevar a la mañana siguiente: la armadura de cuero
reforzado, las hachas y las espadas del único material que podía atravesar la
piel de un dragón y algunas provisiones para la aventura. Cuando acabaron,
cenaron con los demás habitantes del poblado y luego fueron a su cabaña, a
dormir.
ZiTao se tumbó en el suelo de
espaldas y BaiXian se apretujó contra él en un lado mientras que Chen lo hacía
en el otro. Kai se abrazó a BaiXian y así, intentaron conciliar el sueño en
aquella fría noche de primavera.
Antes de que el sol se alzara sobre
el Bosque de las Almas, los chicos ya estaban completamente despiertos y
terminando de colocarse correctamente sus armaduras. Sus corazones latían
aceleradamente. Tenían miedo, pero eso siempre pasaba cuando ibas a tu primera
caza, por lo que eso no les preocupaba realmente. También estaban ansiosos,
sería el primer reconocimiento de valentía que recibirían de la aldea y, si iba
bien, serían enviados en misiones como aquella más asiduamente.
Cuando salieron de su cabaña, Kris ya
los esperaba en los límites del poblado, junto al Santuario, por lo que se
apresuraron a ir hacia allí. En cuanto estos estuvieron a su lado, confirmó que
estuvieran bien equipados y luego depositó una ofrenda al Dios Nuth.
—YiXing y LuHan nos esperan en el
lugar en el que vive el Dragón —anunció—. Es un Dragón bastante joven y muy
impetuoso. Atacó hace un par de días la aldea de Kirmt y provocó algunas
muertes, por lo que no podemos dejarlo en libertad.
Todos asintieron y echaron a andar,
guiados por Kris. Atravesaron el límite del poblado y se dirigieron al río Sif.
Caminaron a lo largo de su rivera hasta encontrar el vado que les permitiría
cruzar al otro lado y adentrarse en el territorio de los dragones. Tomaron sus
armas por encima de sus cabezas para mantener el equilibrio mientras
atravesaban el río y cuando llegaron al otro lado, las volvieron a colocar en
su cuerpo.
Siguieron la marcha, calados hasta
los huesos. El agua seguía demasiado fría aun cuando la Estación fría ya había
finalizado. En un momento de la marcha, BaiXian se pegó a ZiTao en busca de
calor y él lo abrazó para transmitírselo. No tenían una buena formación por si
eran atacados por sorpresa por algún Dragón, pero Kris los estaba llevando por
caminos ocultos. Además, todavía estaba algo oscuro, por lo que no debían
preocuparse por eso.
El sol hizo su aparición cuando
llegaron al pie de las Montañas de Fuego. Los cuatro chicos alzaron su cabeza y
miraron cómo los altos picos se alzaban hasta el mismísimo cielo. Pararon unos
momentos para tomar agua de sus cantimploras y en cuanto se refrescaron un
poco, Kris reemprendió la marcha.
Si antes habían avanzado por
senderos ocultos, ahora lo hacían por lugares en los que ni siquiera había un
sendero. Sus pies se encontraban con piedras enormes, agujeros y mil cosas más
que debían evitar para poder llegar a su destino sin un rasguño. Kai avanzaba
tras el Cazador, Chen tras éste y ZiTao al final, ayudando a BaiXian a avanzar
por aquel tramo. BaiXian no era tan fuerte como ellos, pero sin él estarían
perdidos.
En todos los equipos de Cazadores
debía haber alguien con un cerebro extraordinario aunque con un cuerpo mucho
más delicado. Ese era BaiXian, en el equipo del Cazador Kris, LuHan era quien
ocupaba ese puesto. También debía haber alguien versado en el manejo del arco,
que normalmente se ocupaba de atender las heridas del grupo, Chen era el que se
encargaba en un equipo y YiXing en el otro. También estaba el guerrero, la
persona más fuerte, ZiTao y Kris. Por último, debía haber un líder nato,
alguien a quien seguir siempre, ese era Kai.
De repente, BaiXian dio un traspié y
ZiTao rápidamente reaccionó, tomándolo por los hombros para que no cayera. Al
principio de la marcha, Kris se volvió para ver lo que había pasado y al
averiguarlo, su rostro se volvió mucho más duro. BaiXian se agarró fuertemente
a su compañero, escondiendo avergonzado su rostro hasta que reemprendieron la
marcha.
—Gracias —murmuró.
—No hay de qué —contestó ZiTao—.
Pero a partir de ahora no te sueltes de mi mano.
Siguieron caminando hasta que
llegaron a un pequeño bosque. Los cuatro chicos agradecieron estar a cubierto,
aunque aún hacía bastante frío. El sol había salido y comenzaba a picar en sus
pieles. El Cazador les hizo una señal para que se mantuvieran quietos y en
silencio y ellos así lo hicieron, conteniendo la respiración. De repente Kris
hizo un sonido con su boca, parecido al de un pájaro acuático que vivía por
aquellas tierras. Pasados unos momentos dos siluetas se acercaron a donde
estaban todos y los chicos pudieron comprobar que se trataban de las de YiXing
y LuHan.
—¿Dónde está la cueva del Dragón?
—preguntó Kris en cuanto los otros dos estuvieron a un par de pasos de él.
—Está en un saliente a un par de
kilómetros de aquí.
—El acceso es algo complicado
—comentó YiXing—, pero una vez allí, tenemos varios lugares donde poder
escondernos y preparar todo lo necesario para acabar con él.
—Bien —Kris se giró hacia el otro
equipo—. En marcha.
Con las protestas de Chen de fondo,
los cuatro comenzaron de nuevo a caminar. Al principio del grupo se encontraban
LuHan y YiXing, que habían empezado a contar el plan que seguirían durante la
caza y que habían estado elaborando durante el par de días que habían estado
allí. Acechando a aquel Dragón.
—Es un Dragón bastante joven —contó
LuHan—. No debe tener más de un par de años. Es algo menudo, sus escamas son de
un negro muy brillante y sus ojos son también de ese color.
—Parece ser un Dragón solitario
—añadió YiXing—. Lo que nos hará más fácil acabar con él.
En ese momento un rugido cortó el
aire. Los siete se pusieron en guardia, mirando al cielo, esperando. Todo
estuvo en calma hasta que un destello dorado los cegó y otro rugido se dejó
escuchar. Lo siguiente que vio BaiXian fue al Cazador Kris agarrando a sus
compañeros y tirándolos al suelo. Una gran llamarada atravesó las copas de los
árboles y acabó cerca del lugar en el que ellos habían estado segundos antes.
—¡DISPERSAOS! —gritó LuHan desde el
suelo.
BaiXian miró a su alrededor,
buscando a ZiTao, pero una mano fuerte lo agarró de la muñeca y tiró de él para
que comenzara a correr. Sin perder tiempo, el chico se giró, viendo que era Kai
el que estaba llevándolo a través del bosque, dejando atrás a todos sus
compañeros. Cuando pudieran hacer que el Dragón Dorado se fuera del lugar,
volverían a reunirse todos.
Su líder corría a toda velocidad,
pero él no podía seguir aquel ritmo tan acelerado aunque era más ligero que
este y Kai lo llevara sujeto de la muñeca para no perderlo. Poco a poco, fueron
perdiendo velocidad por su culpa hasta que BaiXian se detuvo, apoyándose contra
el tronco de uno de los árboles.
—Vamos —lo apremió el otro.
—Corre tú, yo ya no puedo más —dijo
entre jadeos, con el poco aire que pudo aspirar.
—BaiXian… —comenzó el chico, pero no
pudo continuar por un rugido cortó el aire, muy cerca de ellos, justo antes de
que el Dragón Dorado lanzara una llamarada hacia el lugar en el que se
encontraban.
Kai agarró de nuevo la mano de su
compañero de grupo y echó a correr rápidamente ignorando las protestas del otro
para esquivar las llamas por poco. Ambos sintieron el calor en sus nucas cuando
el fuego quemó el árbol contra el que había estado apoyado el mayor. Esta vez,
BaiXian intentó no quedarse atrás ni ralentizar la velocidad, obligando a sus
piernas a moverse en contra de su voluntad. Si conseguían escapar del ojo del
Dragón, podrían tener la oportunidad de volver junto a los demás Cazadores sin
ningún rasguño, así que debían hacer que los perdiera de vista. El chico estaba
pensando en una estrategia cuando sintió que, de pronto, Kai se detenía,
haciendo que chocase contra su musculada espalda y la vaina de su espada.
—Kai… —murmuró.
—Voy a tener que luchar —dijo.
Habían acabado en mitad de un enorme
claro en el bosque, donde no tenían lugar en el que guarecerse del Dragón, que se
había quedado suspendido en el aire sobre ellos, preparándose para lanzarse en
picado a por ellos. Kai desenvainó la espalda que se encontraba en su espalda y
la sujetó con firmeza, sin despegar su vista de aquella criatura. El Dragón
rugió fuertemente antes de comenzar a descender con rapidez. El líder dio una
estocada al aire, amenazante, cuando este pasó muy cerca de ellos, pero al parecer
no se amedrentó, sino que se enfureció. El aire a su alrededor se volvió
violento por el viento que creaban las alas del Dragón y BaiXian tuvo que
sujetarse al cuerpo de Kai para que este no pudiera moverlo.
—Tenemos que salir de aquí —le gritó
a su líder.
—Crearé una distracción para que
puedas escapar —dijo el otro antes de salir corriendo en dirección al Dragón,
blandiendo su espada.
BaiXian se quedó estático unos
segundos que fueron preciosos, porque el Dragón se dio cuenta de que él era una
presa mucho más débil que Kai y más indefensa. Echó a correr, sacando uno de
sus puñales del cinto del pantalón, lanzándolo contra este, pero no consiguiendo
más que le resbalara por las escamas del pecho ya que nunca había lanzado nada
contra un objeto en movimiento. Los árboles estaban demasiado lejos y separados
como para guarecerse entre ellos y no había nada más a su alrededor que pudiera
ocultarlo, así que, BaiXian supo que aquel era su final.
Escuchó el rugido del Dragón a poca
distancia de él y, de repente, sintió cómo era empujado contra la hierba del
suelo por una mano cálida. Cayó de frente, pero rápidamente se giró para ver la
escena. Kai había llegado justo a tiempo para salvarlo, pero por ello, se había
llevado un tajo en su brazo provocado por una de las garras. Gritó de dolor,
sin embargo, continuó sujetando su espada y lanzó una estocada al aire,
acertando en la pata trasera izquierda del Dragón, cortando las escamas e
hincándose profundamente en la carne.
La criatura aulló de dolor y salió
volando hacia el cielo, alejándose de ambos. La respiración de ambos chicos era
acelerada y la adrenalina corría por sus venas casi en mayor cantidad que su
sangre. Habían estado a punto de morir y aquella había sido solo su primera
misión. Kai cayó al suelo, sentado a sus pies y BaiXian se acercó a él
rápidamente, viendo cómo la herida de su brazo era bastante honda y sangraba
abundantemente.
—Kai… —susurró—. Por mi culpa…
—No, calla —su líder le puso un dedo
en los labios—, no ha sido por tu culpa —sus ojos oscuros lo miraban fijamente
y BaiXian se echó sobre su pecho, abrazando su torso, exteriorizando el miedo
que había pasado en la fuerza con la que se agarraba a su cuerpo—. No vayas a
llorar por esto —murmuró Kai—, no es nada, ya ha pasado todo, así que podemos
volver con los demás —el chico asintió.
—Pero tengo que curarte eso… —dijo
señalando la heridia de su brazo. Kai negó con la cabeza, levantándose del
suelo y guardando su espada tras limpiarla sobre la hierba de la sangre de
color rojo intenso del Dragón.
—Ya me curará Chen cuando lo
encontremos —le tendió el brazo que no tenía herido para ayudarlo a levantarse
y BaiXian lo tomó agradecido.
—Vamos a buscarlos.
El
día después de su primera misión lo tuvieron libre y tanto CanLie como QuingZhu
se encargaron de explicarles que esa misma noche sería su nombramiento oficial
como Cazadores, así que, cuando cayó la noche, los chicos se vistieron con la
ropa que utilizaban para las cacerías y avanzaron por el poblado en medio de un
silencio sepulcral, sin más luz que la que les ofrecía la primera luna, ya que la
segunda todavía tardaría varias horas más en salir.
Cuando llegaron frente al altar del
Santuario del Dios Nuth, se inclinaron ante él, hincándose de rodillas en el
suelo y esperaron, tal y como les había dicho QuingZhu, a que los Cazadores del
poblado aparecieran ante ellos. No pasó mucho tiempo cuando de entre las
cabañas empezaron a surgir figuras, vestidas de cuero, como ellos.
Los chicos se alzaron cuando una
mano se lo indicó y pudieron ver que todos a su alrededor portaban máscaras. El
Cazador les había dicho que no se asustaran de nada de lo que pudiera pasar y
que lo que sucediera esa noche no podría ser contado jamás. Fueron guiados al
río Sif, sin decir ni una palabra, y allí los hicieron introducirse en el agua
helada. Ninguno supo cuánto
tiempo estuvieron metidos allí. Solo cuando sus músculos comenzaron a agarrotarse,
fueron sacados del agua.
Caminaron de nuevo, esta vez de
regreso a la aldea. Junto al
Santuario se detuvieron y los hicieron sentarse en el suelo, cerca de una hoguera que antes no
estaba allí. Los cuatro agradecieron el calor que esta les proporcionaba, pero
con sus ropas mojadas no entraban en calor y no les habían indicado que se las
quitaran. La única norma que QuingZhu les había dicho que debían de seguir al
pie de la letra era la de no hacer nada
que no les marcaran hacer.
Las figuras enmascaradas los
rodeaban y les ponían los pelos de punta. Se sentían amenazados por ellas, incómodos.
Pero sabían que no les harían ningún daño porque eran sus propios compañeros de
armas, las personas con las que habían crecido y de las que habían recibido su
instrucción.
De repente, ante ellos se colocaron
dos figuras. Cada una portando dos cuencos con un líquido espeso y de olor
fuerte que ellos nunca habían visto ni olido, ni siquiera habían oído hablar de
él. Las figuras les tendieron los cuencos y ellos los tomaron entre sus manos.
El barro cocido estaba caliente y levemente humedecido. Les indicaron que
bebieran y así lo hicieron.
Rápidamente el calor comenzó a
inundar sus cuerpos, a la vez que aquel líquido con sabor amargo bajaba por sus
gargantas. Cuando se acabaron esos cuencos, otras dos figuras aparecieron ante
ellos con otros más y bebieron de nuevo. El proceso se repitió varias veces.
Los chicos comenzaron a sentirse
levemente mareados. El calor los abrasaba por dentro y les sobraba hasta su
propia piel. Las figuras danzaban a su alrededor, al igual que las llamas lo
hacían frente a ellos y los hipnotizaban. Sentían el frío de la noche, pero el
calor era más fuerte. Notaban cómo sus cuerpos picaban, pero no podía rascarse.
La segunda luna asomó tras las
Montañas de Fuego, haciendo el camino inverso a todos los demás astros. Saliendo
por el Oeste y teniendo su ocaso en el Este. De repente, el silencio de la
noche fue interrumpido por bramidos, por gritos, por gente cantando. Los chicos
miraron a su alrededor, desorientados.
Todo daba vueltas. Todo estaba
borroso.
Las figuras dejaron de danzar a su
alrededor y se acercaron a ellos. Los levantaron del suelo como si fueran
muñecos de trapo y los guiaron hacia otro lugar, hacía un lugar que ellos jamás
habían visto. BaiXian intentaba enfocarse en lo que estaba pasando, pero su
mente no tenía conexión alguna con su cuerpo. Solo podía dejarse guiar, al
igual que sus compañeros. Miró a ZiTao en busca de apoyo, como siempre hacía, y
este le devolvió la mirada. Sus ojos estaban rojos. Ahogó un grito porque
aquello no podía ser posible, pero antes de que pudiera resistirse a nada, los
hicieron levantarse y alejarse del calor de la hoguera.
Entraron a una cabaña y los sentaron
en el suelo. El lugar era grande, bastante grande, tanto que allí estaban todos
los enmascarados que los habían acompañado todo ese tiempo. También había luces
que danzaban y que los confundían y mareaban más todavía.
BaiXian de repente sintió algo en su
brazo izquierdo. Un pinchazo, un leve dolor. Se giró lentamente, intentando
enfocarse, pero solo pudo notar a una figura haciéndole algo a su brazo.
Intentó moverse, apartare de lo que le hacía daño. Pero no podía, su cuerpo no
le respondía. Buscó a sus compañeros, ellos también intentaban lo mismo que él.
Otra figura se colocó ante él y le
tendió otro cuenco con ese líquido espeso. Quiso rechazarlo, pero no podía
hacer nada. La figura lo advirtió y le abrió la boca, haciendo que bebiera todo
el contenido, aunque algunas gotas se le escaparon por las comisuras de los
labios y le resbalaron por las mejillas.
—Cuando te despiertes esta noche,
deberás forjar un gran vínculo con tus compañeros —oyó que le susurraban—. No
tengas miedo, déjate llevar y haz que ellos sucumban al placer en tu cuerpo.
Después de escuchar aquellas
palabras, BaiXian fue envuelto por la oscuridad.
Durante los siguientes días, BaiXian
no podía poner un pie fuera de la cabaña sin ayuda, ni levantarse siquiera. Sus
compañeros habían sido unos brutos haciéndole eso de aquella manera y tenía el
recto desgarrado —o eso le decía Chen cada vez que lo curaba, porque él no se
veía ahí atrás—, solo los perdonaba porque formaba parte del ritual tener aquel
tipo de relaciones los cuatro del grupo, pero el chico se preguntaba si no era
demasiado tres personas para una sola a la vez.
El Cazador se intentó levantar del
suelo en el que estaba tumbado bocabajo, pero una punzada en la parte baja de
su espalda le hizo detener todo movimiento. Chen le había comentado que durante
toda la semana iba a tener que ser ayudado para todo porque no podría moverse
con libertad y él había jurado que como alguno de sus compañeros —quien fuera—,
intentara penetrarlo de nuevo, le clavaría tantos puñales que acabaría
irreconocible cuando encontraran su cadáver.
BaiXian sintió una mano en su
espalda, empujándolo hacia abajo para que no se moviera más; después, lo tumbó
boca arriba, haciendo que el chico pudiera ver que era su líder el que estaba
manejando su cuerpo. Kai se colocó de rodillas en el suelo y coló las manos
bajo su cuerpo, tomando impulso luego para levantarse, cargando con él en sus
brazos. Solo pasaron unos segundos en aquella posición porque fue bajado con
cuidado hasta que pudo finalmente apoyar los pies en el suelo.
—Gracias —le dijo con una sonrisa.
—En parte es mi culpa que estés así —contestó
el menor.
—Una tercera parte, de hecho —apuntó
BaiXian—, pero eres tú el único que te estás encargando de hacer esto, ZiTao
desaparece la mitad de los días y Chen simplemente me cura y mira que todo vaya
como tiene que ir. Así que muchas gracias por lo que haces —le sonrió de nuevo
antes de pasar sus brazos por el musculado torso del líder y abrazarlo
fuertemente.
Cuando BaiXian comenzó a moverse con
normalidad, pudo pisar de nuevo el campo de entrenamiento que tanto llevaba
queriendo pisar y comenzó a lanzar puñales a todas y cada una de las dianas,
corriendo de un lado a otro para practicar su lanzamiento en movimiento y que
no le pasara lo mismo que con el Dragón Dorado, todo bajo la atenta mirada de
su líder que, al parecer, se había convertido en su nuevo guardián, ahora que
ZiTao pasaba sus días en cualquier lugar fuera del poblado de los Cazadores de
Dragones.
Lanzando el último puñal que le
quedaba, fue hacia las dianas para ver su acierto y para recoger todas las
armas y volver a lanzarlas. Comenzó a retirarlas, viendo cómo Kai se acercaba a
una de ellas y lo ayudaba. Desde el ataque que ambos sufrieran por parte del
Dragón Dorado se había comportado de una forma muy sobreprotectora con él,
ayudándolo en todo cuando apenas podía moverse y alejando cualquier amenaza
para que BaiXian no tuviera que preocuparse.
El chico sentía que estaba en duda
con él, así que, cuando acabaron de recoger los puñales le propuso una lucha
cuerpo a cuerpo y en esta le indicó cómo debía hacer algunos movimientos con
los que su líder no estaba cómo del todo para que así pudiera derribar a todos
y cada uno de sus oponentes. Cuando Kai le sonrió y agradeció su ayuda se
sintió feliz ya que el chico llevaba demasiado tiempo sin sonreír, intentando
ser un gran líder, un líder serio como lo era el Cazador Kris.
Hacía meses que ZiTao desaparecía
sin dejar rastro y BaiXian estaba muy preocupado, a pesar de que intentara
disimularlo cuando pasaba su tiempo libre junto a Kai o Chen estos se habían
dado cuenta de lo que le pasaba por la cabeza, siempre había sido alguien
bastante trasparente al que podían leer con claridad. El líder, que pasaba más
tiempo a su lado, intentaba distraerlo de sus preocupaciones y siempre lo
conseguía. Lo llevaba a ver los entrenamientos de los futuros Cazadores y a los
que tendrían que entrenar cuando tuvieran el permiso para hacerlo y cuando
estaban haciendo las tareas que les tocaban para la comunidad, lo animaba y
jugaba con él para sacarle una sonrisa.
Kai era un gran chico con un corazón
enorme, un líder preocupado por sus compañeros de grupo, una persona
responsable, la mejor persona que BaiXian podía haber conocido.
Una tarde estaban sentados en la
orilla del río después de pasar la mañana entrenando y parte de la tarde en
casa, sin hacer nada. Kai lo había hecho salir porque el chico se estaba
preocupando demasiado por ZiTao, con la excusa de querer decirle algo que Chen
no podía escuchar, pero ahora que estaban completamente, el líder no
pronunciaba palabra alguna, desesperando de esta forma a BaiXian, que no pudo
quedarse callado por más tiempo.
—¿Por qué me has traído hasta aquí
para hablar y ahora no dices nada? —preguntó.
—Es complicado de decir…
—Nos conocemos de toda la vida, Kai,
puedes decirme lo que sea —pidió. Su líder inspiró hondo antes de volver a
hablar, con la vista fija en las Montañas de Fuego que se alzaban ante ellos a
no demasiada distancia.
—¿Qué sentimientos tienes por ZiTao?
—soltó finalmente, dejando muy confundido a BaiXian.
—No entiendo a qué te refieres… —murmuró.
—¿Lo amas?
—¿Qué? ¡No!
—¿Y por qué estás siempre preocupado
por él cuando desaparece?
—Bueno… ZiTao ha sido mi mejor amigo
desde que llegué a este lugar, la persona que siempre me ha protegido y cuidado
cuando alguien intentaba hacerme daño… —contestó—, es normal que me preocupe
por él.
—¿Entonces no sientes nada por él?
—¿Por qué estamos hablando de
sentimientos, Kai? —cuestionó—. Siempre he creído que eras una persona que
tenía los sentimientos en otro plano.
—Antes era así… —comenzó—, porque
creía que ZiTao y tú teníais algo más que amistad entre vosotros… Algo así como
lo de Kris y LuHan…
—¿Y eso que tiene que ver?
En lugar de responder a la cuestión,
Kai se armó de valor y miró los ojos castaños de BaiXian fijamente, con un
inmenso cariño antes de salvar la distancia que separaba sus rostros con
rapidez y besar sus labios sin que el otro se diera cuenta de lo que pasaba
hasta que pudo reaccionar, cuando la lengua de su líder pugnaba por ingresar
dentro de su boca. Kai sentía cosas por él… No podía ser posible… Pero allí
estaban, besándose, porque sin ser consciente, BaiXian estaba devolviendo el
beso con ganas y con el corazón latiéndole a mil por hora.
—Esto… Yo… —comenzó BaiXian cuando
se separaron.
—No hace falta que digas nada —una
sonrisa triste apareció en el rostro del otro antes de que cambiara su
expresión a la habitual seria que siempre tenía y levantarse del lugar.
—No, espera —dijo el chico, haciendo
que se girase y buscando sus labios por iniciativa propia.
No sabía qué era exactamente lo que
había en su corazón, pero lo único que quería era que Kai siguiera a su lado,
como los últimos meses, por siempre.
Que indeciso es baek lol pobre negri jajajaa
ResponderEliminarBueno... No sabe qué es lo que siente, así que XD
EliminarTan tierno Baekkie :3 Pero qué par más lindos! >o< Me encanta cuando saca todo su carácter con eso de "y él había jurado que como alguno de sus compañeros -quien fuera- intentara penetrarlo de nuevo le clavaría tantos puñales que acabaría irreconocible cuando encontraran su cadáver" xDD Aunque creo que ahora tendrá que replantearse el juramento en lo que respecta a Kai... (?)
ResponderEliminarSoy tonta. REtooooonta. Yo mosqueada porque en Dragon's Slayers Kai era demasiado arisco con ZiTao y ahora caigo, ¡lo que le pasa es que estaba celoso! Que BaiXian te quiere a ti, pedazo tsundere ¬¬
Bueno, yo ya me despido ^^ Bye bye :)
Me alegra que te parecieran cucos ^^ No tenía muchas esperanzas con este side... Creía que no le iba a hacer justicia a la historia principal...
EliminarSí, ahora tendrá que replanteárselo... Bueno... No ahora, quizás más tarde, ahora se acaban de declarar XD
Jajajajaajaj LOL
Bye <3
Por fin lo encontre!!!!! I LOVE YOU SOO MUCH
ResponderEliminarGracias <3
Eliminar