Título: So Sweet
Autora: Riz Aino
Pareja: JaeHyuk (Ken + Hyuk) (VIXX)
Clasificación: PG
Géneros: fluff, romance
Número de
palabras: 476 palabras
Resumen: SangHyuk es un maknae
adorable que hace cualquier cosa por sus hyungs
aunque no lo parezca, y en especial, hace cualquier cosa por JaeHwan.
Notas: drabble escrito para Holopainen.
Comentario de
autora: me pediste que Hyuk
fuera una cosita cuqui, así que, aquí tienes una dosis de azúcar del bebé. Espero
que os guste.
So Sweet
JaeHwan siempre había
pensado que SangHyuk era un chico atento y también algo maduro para su edad.
Siempre había estado a disposición de los mayores, haciendo todo aquello que
éstos le pedían, ganándose así el cariño y la confianza de todos los que lo
rodeaban. JaeHwan siempre había pensado, además, que el menor era muy dulce y
que con su dulzura podía derretir cualquier corazón, incluidos los de las
personas frías y sin sentimientos, por lo que, con lo que al corazón de JaeHwan
respectaba, SangHyuk se había ganado el suyo desde el primer momento.
Aquel día llegó tarde,
muy tarde, al apartamento que compartía con los demás miembros de VIXX y uno de
los mánagers después de terminar su función en el musical. Le dolía todo el
cuerpo por haber estado haciendo aquellas cabriolas con la bicicleta y también
sentía la garganta reseca. Aquello era algo con lo que JaeHwan había aprendido
a convivir en los años que llevaba de trainee y siendo miembro de VIXX, pero
eso no quería decir que no se siguiera sintiendo como una mierda.
Nada más abrir la puerta
del apartamento, el chico soltó sus cosas en la entrada y se quitó los zapatos
para que los dedos de sus pies dejaran de estar oprimidos. Un suspiro de
verdadero cansancio escapó de sus labios y después de eso, se arrastró hasta el
sofá, donde se tumbó en plancha sin siquiera percatarse de si había alguien más
despierto allí o no. Cerró sus ojos para intentar descansar un poco, pero al
segundo los tuvo que abrir porque sintió cómo unas manos cálidas comenzaban a
masajear sus hombros. Giró un poco su cabeza para ver por el rabillo del ojo
cómo SangHyuk le estaba dando un masaje relajante que estaba destensando todos
sus músculos.
—Gracias, pequeño —ronroneó—.
Eres un encanto.
La risa de SangHyuk por
su reacción y sus palabras se dejó escuchar débilmente por el silencioso
apartamento antes de contestarle:
—Sabes que no es nada, hyung —dijo—. Te daré todos los masajes
que quieras y luego te traeré miel y limón para tu garganta.
JaeHwan sonrió, sintiéndose
cada vez más y más relajado por el gran trabajo que estaba haciendo el menor
con sus músculos. Sí. Definitivamente él había tenido razón desde el principio
pensando que SangHyuk era la persona más dulce de su grupo, aunque no lo
aparentara.
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