Título: The edge of the witches
Autora: Riz Aino
Parejas: DoDaeng (Choi YooJung + Kim
DoYeon) (I.O.I | Weki Meki)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, witches, fantasy, drama
Numero de palabras: 1.267 palabras
Resumen: las brujas siempre han sido consideradas seres nacidos
de las tinieblas, pero la realidad es bien distinta y DoYeon se percata de
ellos cuando YooJung, una bruja pequeñita y poderosa, entra en su vida.
Notas: esta historia la había pensado para Dreamcatcher allá
por el 2018, pero harta de no sacarla adelante, la decidí reconvertir.
Comentario de
autora: era necesario que en esta
colección hubiera algo de brujas porque ha habido un poco de todo y las brujas
era muy necesarias. Espero que os guste.
The edge of
the witches
“¡Bruja!” gritó DoYeon en su mente
ya que su boca no podía articular palabras.
Porque frente a ella se encontraba
la chica que no hacía mucho se había mudado al piso de al lado, aquella chica
bajita que era todo sonrisas amables y palabras bonitas hacia todo aquel que
conocía, con una vara de madera torneada, coronada por un cristal de luz,
luchando contra un ser del infierno que había aparecido frente a ellas, en el
parque que había cerca de donde vivían, después de haberse encontrado hacía
apenas unos momentos y haber emprendido el camino de vuelta juntas. DoYeon no
había tenido tiempo siquiera para reaccionar cuando una enorme sombra se había
cernido sobre ellas, pero YooJung había hecho aparecer de la nada aquella vara
de madera y había comenzado la lucha. Ella seguía paralizada, todavía en el
suelo, sin ser capaz de moverse ni un solo milímetro, solo observando la escena
que se desarrollaba ante sus ojos porque no podía creerse lo que estaba
pasando.
DoYeon había aprendido que las
brujas eran seres nacidos de las tinieblas, que era mejor que ninguna de ellas
se cruzara en tu camino porque podían destrozarte la vida con tan solo un par
de palabras y un maleficio; no obstante, lo que había visto de YooJung en el
tiempo que había vivido a su lado, era totalmente distinto. La forma en la que
la chica se había comportado con todos no la habría identificado jamás como una
bruja oscura que solo quería hacer daño, al contrario, siempre la había visto
ayudando a todo aquel que lo necesitara, como estaba haciendo con ella en
aquellos momentos, ya que, a pesar de verse expuesta a mostrar su identidad,
estaba luchando contra aquella criatura que había tratado de hacerle daño.
Mientras sus pensamientos iban a
toda velocidad en su cabeza, un destello inmenso de luz blanca y pura salió del
cristal de la vara que YooJung sostenía, atravesando a aquella criatura del
infierno, que desapareció inmediatamente, convertida en polvo. En ese momento,
la bruja se giró hacia ella, con su flequillo despeinado y una sonrisa cansada
en su rostro, apoyando la vara en el suelo y dejándose caer sobre ella. DoYeon
sintió que, a pesar de lo horribles que siempre le habían dicho que eran las
brujas y que por ello debía de tenerles miedo, no tenía que temerle a YooJung.
—¿Estás bien? —le preguntó y DoYeon
no supo si le contestó o no porque en el mismo instante en el que sintió que
estaba a salvo, su cuerpo cedió y se la tragó la oscuridad.
Cuando DoYeon despertó se dio cuenta
de que estaba en una habitación desconocida pero que, a la vez, era similar a la
suya; sin embargo, esta estaba plagada de plantas, algunas que le eran
conocidas y otras que casi parecían de otro mundo. DoYeon entornó sus ojos para
ver mejor en la penumbra del lugar, escaneando la habitación, encontrándose al
hacerlo a una figura pequeña recortada contra la ventana, la figura de YooJung.
Aquel debía de ser el apartamento de la chica y la debía de haber llevado allí
de alguna forma después de que se desmayara.
—¿Ya estás despierta? —le preguntó
YooJung, al notar que se movía—. ¿Te encuentras bien?
—Creo que sí —murmuró en respuesta.
—Me alegra un montón —le dijo,
acercándose a ella hasta quedarse al lado de la cama—. Te he preparado una
infusión para que te sientas mejor —comento, cogiendo una taza humeante de la
mesita de noche.
—Gracias.
DoYeon tomó la taza que le ofrecía y
bebió un poco. El sabor no le recordaba a nada que hubiera probado nunca antes,
pero estaba bueno, así que, sorbo a sorbo, se acabó tomando aquella caliente
infusión en poco tiempo. Casi inmediatamente después de terminar de beberla, un
cosquilleo recorrió su cuerpo de arriba abajo, haciendo que se sorprendiera y
no pudiera evitar mirar en dirección a YooJung, buscando una explicación a
aquello, encontrándose simplemente con la sonrisa amable de la chica. El cosquilleo
remitió en apenas unos instantes y DoYeon notó entonces cómo su cuerpo parecía
estar menos cansado y moverse mucho mejor, ya que después de la experiencia que
había vivido se le había quedado un poco agarrotado.
—Mejor, ¿verdad? —le dijo YooJung y
ella simplemente asintió—. Siento que te hayas visto envuelta en todo esto,
pero al menos no estás herida, así que es un alivio —la bruja le dedicó una
sonrisa más amplia antes de ponerse terriblemente seria—. Aunque estaría bien
si me guardaras el secreto… ya sabes… las brujas no estamos muy bien vistas y
no quiero tener que mudarme tan pronto, me gusta mucho este sitio.
—Pero… si luchaste contra una
criatura del infierno, ¿no? —le cuestionó.
YooJung pareció sorprendida por su
pregunta, probablemente no se esperase que DoYeon supiera con qué clase de
criatura se habían topado antes, per DoYeon sabía muchísimo sobre los seres del
averno porque su madre siempre le había hablado de ellos y en casa había tenido
un montón de libros para aprender a reconocerlos. Aquellas criaturas no debían
aparecer en el mundo de los humanos, pero en ocasiones lo hacían y, según su
madre, había seres que protegían aquel plano de los demonios para que no
cruzaran, seres que se encontraban entre el borde del mundo humano y el
demoniaco.
—¿Hay brujas en tu familia? —le
preguntó YooJung, sorprendiendo esta vez a DoYeon con su cuestión—. Sino no
entiendo cómo sabías lo que era.
—¿No? —contestó con una pregunta—.
No al menos que yo tuviera conocimiento.
—Da igual, no importa —respondió la
chica—. Lo importante es que sepas que era algo muy peligroso y que me alegra
que no salieras herida.
—Gracias —murmuró DoYeon, aunque no
supo qué era exactamente lo que le agradecía—. No diré nada.
—Muchas gracias —respondió YooJung—.
Te dejo que descanses un poco más, puedes volver a casa cuando te sientas
mejor.
Y tras decir aquello, salió de la
habitación, dejando a DoYeon sola y con muchas preguntas rondando su mente.
Nunca, hasta ese momento, se había cuestionado el origen de los libros que
había en su casa o las historias que su madre le había contado. Nunca se había
preguntado los por qué porque para ella había sido algo demasiado común… pero
ahora que YooJung le había preguntado sobre ello, no podía evitar darle vueltas
y vueltas y, pensando en ello, se volvió a quedar dormida, sintiendo que la
entrada de YooJung en su vida iba a provocar que todo cambiara.
Notas
finales:
—Como
bien he dicho al principio, esta historia es una reinterpretación de una que
estuve escribiendo de Dreamcatcher hace años, obviamente, esto es solo una
parte de la acción, la introducción a un universo mucho más complejo que no sé
si en algún momento llegaré a desarrollar como merece.
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