sábado, 10 de abril de 2021

[One Shot] (Inter)National Producers Picks: 아가씨 (Agasshi) {NaKyung}

Título: 아가씨 (Agasshi)

Autora: Riz Aino

Parejas: NaKyung (Son NaYoung + Zhou KyulKyung) (I.O.I | PRISTIN)

Clasificación: PG–13

Géneros: AU, historical, romance, fluff

Numero de palabras: 1.266 palabras

Resumen: KyulKyung es la doncella de la señorita NaYoung y, por ello, tiene que servirla.

Notas: historia inspirada en una escena de la película coreana ‘The Handmaiden’, podéis ver la peli porque es una obra maestra y llorar conmigo, que quiero llorar con alguien.

Comentario de autora: no tenía ni idea de qué hacer con esta historia, porque tenía varias ideas a seguir, pero al final se me encendió la bombilla y pensé que esta era la mejor forma de escribirla. Espero que os guste.

 

아가씨 (Agasshi)

 

            AHHHHHHHHHHH.

 

            El grito desesperado y desgarrador rompió el silencio de la noche y despertó a la chica que dormía en un pequeño hueco que, anteriormente había sido un armario. Rápidamente, la chica se levantó de la balda en la que se encontraba el fino colchón sobre el cual dormía, trastabillando con sus zapatos al poner sus pies en el suelo y casi cayendo de bruces sobre la superficie de madera. La chica se recompuso de inmediato, preocupada por llegar lo más rápido posible junto a la persona a la que había comenzado a servir no hacía más que unos pocos meses, porque sabía que la necesitaba. Sin ponerse los zapatos, sin arreglarse el camisón que usaba para dormir y sin prestarle atención a su pelo enredado abrió las puertas de la habitación, entrando a ella como un tornado, dirigiéndose a la enorme cama inmediatamente, subiéndose al colchón y acunando el rostro de la otra chica entre sus manos.

 

            —Señorita NaYoung… —murmuró, en apenas un susurro, un susurro que estaba destinado a calmarla—. Todo está bien, estoy aquí con usted…

 

            La chica a la que servía abrió sus ojos lentamente para mirarla, los tenía llorosos y cuando la miró y la reconoció, las lágrimas comenzaron a caer de sus preciosos ojos castaños. Inmediatamente, KyulKyung se metió bajo las sábanas con la otra chica y la acunó entre sus brazos, sintiendo sus lágrimas mojarle el camisón, acariciando su cabeza y su espalda mientras trataba de calmarla con palabras dulces. Sabía que iba a pasar algo de tiempo hasta que ésta se calmara lo suficiente como para dejar de llorar, pero para ello estaba ella allí, para conseguirlo, tardara lo que tardara. La señorita a la que servía solía tener pesadillas con frecuencia, pesadillas en las que veía el espíritu de su tía, que se había quitado la vida años atrás, colgándose de la rama de uno de los árboles del jardín.

 

            —Todo está bien… —volvió a decir una y otra vez hasta que la chica que se encontraba entre sus brazos dejó de llorar.

 

            NaYoung se despegó de su cuerpo con lentitud para mirarla y KyulKyung le dedicó una pequeña sonrisa tranquilizadora que fue correspondida en el rostro ajeno. Llevó sus manos al rostro de su señorita y comenzó a secar delicadamente con sus dedos las lágrimas que todavía no se le habían secado. La chica era muy dependiente, demasiado, más en noches como aquellas, KyulKyung lo había ido aprendiendo en los meses que llevaba en aquel lugar sombrío que la otra llamaba hogar, un hogar en el que no había realmente nadie para ella, solo KyulKyung.

 

            —¿Está mejor, señorita? —le cuestionó, recibiendo un pequeño asentimiento por parte de la otra, quien no era especialmente dada a las palabras.

 

            KyulKyung amplió su sonrisa y después se acercó al rostro de NaYoung para dejar un corto beso sobre su frente, antes de volver a acunarla entre sus brazos, encajando el bello rostro de la chica a la que servía como doncella en su pecho y notando los largos brazos de la otra envolver su cintura y abrazarse fuertemente a ella, apretándose contra su cuerpo y no dejando un solo milímetro de espacio entre ellas. Sus manos estaban frías contra su piel cálida, pero a KyulKyung nunca le había importado… aquellas manos frías provocaban que su cuerpo se volviera más cálido bajo su toque y calidez era lo que en aquellos momentos necesitaba NaYoung.

 

            Pasaron largos minutos de aquella forma, hasta que comenzó a escuchar la suave y relajada respiración de su señorita, que le indicaba que se había calmado por completo. KyulKyung decidió que aquel era el mejor momento para volver a su lugar dentro del armario y dejar descansar el resto de la noche a NaYoung, por lo que se alejó de su cuerpo e hizo el amago de salir de la cama. Sin embargo, antes de que pudiera hacerlo, el agarre de su señorita se hizo mucho más fuerte y no la dejó moverse más.

 

            —Quédate esta noche conmigo, KyulKyung… —susurró, abrazándose de nuevo a su cuerpo con fuerza cuando la chica volvió a su antigua posición—. No me dejes sola… no esta noche…

            —No lo haré, señorita… —murmuró ella en respuesta—. Me quedaré con usted todo el tiempo que me necesite.

            —¿Y si te necesito para siempre? —le cuestionó su señorita, hundiendo su hermoso rostro aún más en su pecho, si eso era posible—. ¿Te quedarías conmigo para siempre?

 

            KyulKyung lo meditó unos momentos antes de dar su respuesta. No hacía más que unos meses que estaba en aquella enorme, fría y lúgubre casa trabajando, pero lo único que merecía la pena de aquel lugar, era su señorita, siempre encantadora, siempre un poco atolondrada y siempre buscándola a ella, queriendo que estuviera a su lado. La chica había comenzado a adorar todo aquello y, sobre todo, en aquellos momentos no quería estar en ningún otro lugar que no fuera entre los brazos de su señorita. Su vida no había sido afortunada de ninguna de las maneras, conseguir aquel trabajo en aquel lugar y conocer a NaYoung era lo único que había hecho que su vida fuera mejor y no quería por nada del mundo alejarse de ella. Muchas personas la podían ver como un estorbo o como alguien que no merecía la pena cuidar, pero KyulKyung no la veía así.

 

            —Me quedaría para siempre si ese es su deseo, señorita —replicó finalmente.

            —¿Y tu deseo? —le preguntó la otra, alejándose de su cuerpo para observarla fijamente con aquellos ojos castaños que la hacían ver estrellas en ellos.

 

            Su deseo. Nunca antes nadie le había preguntado cuáles eran sus mayores deseos. Su deseo era quedarse a su lado el resto de su vida, aunque no sabía si aquello le sería permitido o si, una vez su señorita fuera casada con algún hombre de gran estatus, podría soportar estar a su lado, viendo cómo estaba tan cerca y a la vez tan inalcanzable. No obstante, su deseo era aquel, estar a su lado siempre.

 

            —Mi deseo es el mismo. Quiero estar con usted todo el tiempo que me necesite y me quiera a su lado —dijo—. Si es siempre, que así sea.

 

            Su señorita esbozó una sonrisa amplia al escuchar su respuesta y después acercó su hermoso rostro al suyo para dejar un corto beso sobre sus labios antes de volver a encajar su rostro en su pecho y abrazarse fuertemente a su cuerpo, preparándose para dormir entre sus brazos y provocando una inmensa calidez en KyulKyung con aquellos gestos.

 

            Sí. KyulKyung se quedaría con ella todo el tiempo que le fuera posible. Si era para siempre, sería lo mejor que podría pasarle en su vida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

—“Agasshi”, el título de la historia, significa “señorita”, es la forma en la que un sirviente se dirige a la persona a la que sirve.

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