Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 24. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 24. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de marzo de 2015

EXO 3ªTemporada

Capítulo 24
Despertar


            Frío. Oscuridad.

            Eso era lo único que sentía a mi alrededor, aparte de un cansancio físico inexplicable que no podía superar por más que durmiera para detener el tiempo. Ni siquiera podía levantarme del frío, húmedo y duro suelo de baldosas y caminar por la habitación porque simplemente no tenía fuerzas para hacerlo.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

EXO

Capítulo 24
Advertencia


   Echamos a andar a través de las calles de aquella gran ciudad hasta llegar al centro. Luego seguimos la orilla del río Han hasta que llegamos al puente de Bampo. Aquel lugar era el preferido de mi hyung. Siempre que quería descansar, o simplemente pensar, acudía a este lugar.

   Nunca había venido con él, ya que era su sitio especial. Que me estuviera llevando a él quería decir que me tenía mucho aprecio, así que no pude contener mi felicidad cuando nos detuvimos y nos sentamos en el suelo, en la orilla de aquel gran río que partía la ciudad de Seúl por la mitad.

   -Gracias por traerme aquí- murmuré y él sonrió.
   -Es lo menos que podía hacer… traer a mi lugar especial… a una persona especial…

-oooOOOooo-

   El cumpleaños de SeHun era al día siguiente y para el mío no faltaba mucho tampoco. Durante unos pocos días dejábamos nuestra diferencia de edad en tres años, para que luego aumentara a la habitual cifra de cuatro. Esto hacía varios años me volvía loco, puesto que él era menor y estudiaba en el instituto, mientras que yo ya estaba en la Universidad.

   Sin embargo, ahora ya no sentía que hubiera tanta diferencia. Mi pequeño ya no lo era tanto, puesto que había madurado mucho y además había crecido. Si antes éramos de la misma estatura, ahora él me sacaba casi una cabeza. Se había vuelto más masculino y sus rasgos se habían endurecido y curtido. En estos momentos, cuando iba a su lado, parecía yo el más joven de los dos.

   Mi pequeño me apretó la mano y me hizo salir de mis pensamientos. Caminábamos por la calle sin miedo a nada. Eso ya había quedado atrás con los días en lo que no habíamos podido vernos, ya nos daba igual que todos nos miraran raro o que Kevin nos pudiera ver. Él ya lo sabía y no había hecho ningún movimiento, parecía que YiXing había calmado a la fiera y este ya no tenía ganas de estar jodiendo con el maldito pasado.

   -¿Qué quieres hacer?- le pregunté.
   -Quiero Bubble Tea- contestó con una gran sonrisa.
   -¿En tu cafetería favorita?
   -Por supuesto.
   -Pide todo lo que quieras, será mi regalo de cumpleaños- dije y vi como su rostro se ensombreció.
   -¿No me darás nada más?
   -Bueno…- hice como que pensaba- dile a JongIn que hoy ni se le ocurra volver a la habitación.
   -Perfecto- dijo con aquella sonrisa que me hacía estar cada día más enamorado de él.

-oooOOOooo-

   Habían pasado varios días y mi relación con JongDae apenas había cambiado. Seguíamos igual que siempre a excepción de que ahora dormíamos todas las noches juntos. No lo habíamos vuelto a hacer porque el lugar en el que mi espalda pierde su casto nombre me dolía horrores.

   De hecho, no había podido ir a la Universidad porque apenas podía estar diez minutos sentado. Esas eran las consecuencias de haberlo hecho sin condón y sin lubricante, además de que JongDae había sido un poco salvaje al final. Pero de todas formas yo no me quejaba, ambos habíamos estado de acuerdo en hacer aquello y si me dolía, tenía que aguantar el tirón.

   Eso sí, como venganza lo había hecho ir a mis clases a pedir lo apuntes a mis compañeros. Eso para una persona normal hubiera sido solo un fastidio, pero para él, que le daba grima todo lo que fuera de Letras, era un suplicio. Yo lo sabía, así que por eso lo había mandado.

   La próxima vez, no me dejaría así de fácil y sin preparos.

-oooOOOooo-

   Salí del piso en el que vivía con los demás chicos y me dirigí al centro. Tenía ganas de ir de compras, hacía mucho que no lo hacía y tenía algo así como mono. Siempre me había gustado ir a la moda y hacía mucho tiempo que no estaba a gusto con la ropa que tenía en el armario.

   Tras coger un par de autobuses me encontré frente a una de las tiendas que más me gustaban y entré a ella. Parecía que aquella temporada se llevaba el estampado de leopardo, así que sonreí. Iba a arrasar.

-oooOOOooo-

   -Parece que ya has asumido que LuHan y SeHun están juntos- murmuró YiXing y yo me giré hacia él. Hacía algunos meses le habría echado una mirada de odio, pero en estos momentos yo no podía hacerle eso a él, era demasiado importante para mí.
   -Simplemente he desistido- contesté- nunca he visto a personas más determinadas que ellos dos.
   -Eso tampoco es malo…
   -Bueno… de todas maneras va a pasar todo como en el pasado, mejor que estén juntos porque no van a tener mucho tiempo.
   -Kris- susurró- ¿eso quiere decir que me volverás a encerrar para que no pueda llegar hasta ti a tiempo?

   Esa era una pregunta que no quería contestar. Lo protegería de todo lo malo que pudiera pasar ya que él era incapaz de defenderse y si eso me costaba la vida no me importaba lo más mínimo, porque él estaría bien.

   -Kris- volvió a decir, impaciente por mi respuesta, pero en esos momentos, vi algo en la ventana del salón, en donde estábamos.

   Rápidamente me levanté del sofá y protegí con mi cuerpo a YiXing, justo antes de que los cristales de esta saltaran por los aires y una persona apareciera en el hueco recién creado. Algunos cristales se incrustaron en mi cuerpo, pero en ese momento no me importaron lo más mínimo. Lo que más me importaba era protegerlo de aquella nueva amenaza.

   -¿Quién eres? ¿Qué quieres?
   -Mi nombre es EunHyuk y vengo a advertiros que ÉL se ha cansado de jugar.
   -¿Por qué ahora?- pregunté.
   -Porque quiere que sufráis… cuidad de lo que más amáis… porque lo perderéis…
   -¿Es eso una amenaza?- cerré mis manos en puños y comencé a avanzar hacia aquel enclenque. Nadie amenazaba lo que más me importaba.
   -Es una advertencia.
   -Me da igual.

   Me lancé sobre él, con las manos envueltas en llamas y alcancé a darle un puñetazo en el rostro, aunque este esquivara la mayor parte del golpe. Sonrió de lado y se apagó el fuego con un movimiento de su mano. Me quedé sumamente pillado, nunca había visto nada parecido.

   -Ten cuidado, Kevin- escuché decir a YiXing a mi espalda- parece que puede absorber los poderes.
   -Muy cierto, sanador, eso es exactamente lo que hago- contestó con una sonrisa demasiado grande para su cara- cualquier ataque es completamente inútil.

-oooOOOooo-

   Después de súplicas y súplicas por parte de ChanYeol había aceptado bañarme con él. No había nadie en casa, por lo que no había peligro de ser descubiertos, así que estaba completamente relajado mientras él me embestía fuertemente, pegándome contra la fría pared de azulejos cada vez que se introducía con ansia en mi interior.

   Los gemidos salían de mis labios sin que yo pudiera detenerlos. Ya me había acostumbrado a tener sexo con él y era lo mejor del mundo. Él gruñía mientras maltrataba la piel de mi hombro con sus dientes y el agua tibia caía sobre nosotros, empapando nuestros cuerpos y haciéndolos resbaladizos.

   Por ese ruido que hacía el agua al caer no pudimos escuchar cómo la puerta de la casa se abría, como una persona subía las escaleras y entraba en el baño en el que ambos estábamos haciendo el amor, hasta que el grito de su madre nos sacó de nuestra burbuja.

-oooOOOooo-

   Cerré la aplicación del Kakao con mala hostia y me guardé el móvil en el bolsillo delantero de mi pantalón. Me acababa de llegar un mensaje de SeHun diciéndome que no se me ocurriera aparecer por la habitación de la Residencia esa noche, que iba a pasarla con LuHan.

   Como odiaba aquello. Ya ni siquiera podía pasar mis días en aquel lugar sin que me echaran. Cuando vivía con BaekHyun no tenía mucho problema porque cuando tenía ganas de pasar por allí podía hacerlo. Ahora desde que SeHun y LuHan habían vuelto a las andadas no tenía lugar al que ir.

   Antes, pasaba los días en la discoteca, pero desde que había descubierto mis poderes no me gustaba mucho ir allí. Me gustaba mucho beber hasta casi perder el sentido y ya no podía hacerlo por miedo a que mi cuerpo se descontrolara y comenzara a aparecer y desaparecer. Aquello crearía un escándalo público y seguramente el Gobierno me encerraría en algún lugar para hacer experimentos conmigo.

   Suspiré mientras esperaba a que el semáforo se pusiera en verde y así poder cruzar. No sabía dónde podía ir. De repente, vi a la persona que menos me apetecía ver, justo en la acera de enfrente, cargado de bolsas de tiendas de ropa y antes de pensarlo siquiera, salí corriendo en dirección contraria con el corazón golpeándome fuertemente contra las costillas.

-oooOOOooo-

   En cuanto dijo aquellas palabras vi a Kevin recular hasta que se colocó delante de mí. Su mirada era demasiado peligrosa, estaba acumulando energía, sin embargo aquello no serviría de nada. Ninguno de nuestros poderes serviría de nada y Tao, el único capaz de poder hacer algo en aquella situación, no se encontraba en casa.

   Me mordí el labio inferior intentando encontrar una maldita solución, cuando de pronto, un ataque de fuego, que ninguno de los dos esperaba, impactó contra el cuerpo de Kevin. Un grito de dolor salió de sus labios antes de caer desmayado contra el suelo del salón. Rápidamente le eché por encima el agua del jarrón que teníamos en la mesa del salón para que no saliera ardiendo y me incliné sobre él para tratarlo.

   Sin embargo no había puesto ni una mano encima de él cuando sentí que algo me atrapó por detrás. Pataleé y grité, pero aquellos brazos eran demasiado fuertes. No podía dejar que aquello me superara, debía haber una solución. No podía dejar a Kevin en aquel estado, debía curarlo.

   De repente, me vino una idea a la cabeza. El enemigo podía absorber mis poderes, pero era completamente imposible que pudiera con todo aquel torrente de energía que había en mi interior.

   Decidido a intentarlo al menos, dejé que mi poder fluyera y coloqué mis manos sobre los brazos de mi captor, transmitiéndole todo el que podía, lo más rápidamente que podía.

   Al principio no tuvo efecto, pero no desesperé. Me sentía cada vez más débil, pero aun así tenía que hacerlo, hacerlo por Kevin, no podía dejarlo. Cuando ya pensaba que aquello había sido una completa estupidez, el cuerpo de mi captor dio una sacudida y me soltó antes de caer al suelo, muerto, justo antes de desvanecerse.

   Sonreí. Había funcionado. Su cuerpo sano no había sido capaz de soportar aquel torrente de leucocitos blancos que le había mandado para combatir contra una enfermedad que él no tenía. Me sentía eufórico, pero a la vez muy cansado. Como pude me acerqué a Kevin e intenté curarle las quemaduras que lo habían hecho desmayarse de dolor. Sin embargo, poco pude hacer, todo mi alrededor se desvaneció.






martes, 16 de abril de 2013

EXO

Capítulo 24
Two Moons



   -Vivíamos en un planeta que entre todos nombramos EXO, en paz, y en tranquilidad. Pero todo se fue torciendo, aunque en ese momento no nos diéramos cuenta que todo lo provocaba una presencia maligna, y llegado un momento, nos separamos, incapaces de poder estar juntos por más tiempo. Nos separamos en dos grupos de seis- vi las caras que todos pusieron y me tensé ante aquellas palabras- Vuelo, Hielo, Curación, Rayo, Tiempo y Telequinesis, formamos un grupo- volví mi rostro hacia SeHun, al notar la presión que hizo en mis dedos- Agua, Fuego, Luz, Tierra, Teletransportación y Aire, fueron otro. Luchamos entre nosotros, nos odiábamos, y todo aquello fue preparado por ÉL, y cuando estuvimos lo suficientemente débiles como para destruirnos, simplemente, se acercó a nuestro planeta, y lo destruyó, junto a nosotros- contó y luego suspiró- el chico me dijo que la historia se volvería a repetir, y que no podíamos hacer nada para impedirlo.
   -No lo entiendo…- murmuró SeHun- no entiendo nada…- todos lo miraron y asintieron.
   -¿Por qué tenemos que separarnos?- pregunté apretando la mano de mi chico fuertemente. Yo no quería separarme de él. Nunca.
   -Porque es la única manera de que todo cambie- me contestó Kevin.
   -Creía que…- comenzó a murmurar Tao, pero él lo cortó.
   -Sí, yo también pensé que no se podría hacer nada si todo seguía como hasta ahora, pero ése chico me dijo algo, que me hizo cambiar de opinión.
   -¿Qué te dijo?- preguntó BaekHyun.
   -Que todo esto estaba pasando por algo que hizo YiXing en el pasado- todos nos volvimos a mirar al chico y éste, se intentó medio esconder entre los brazos de Kevin, que lo mantenía agarrado muy de cerca- si eso es así, puedo suponer que todo cambiará, que nada pasará como aquella vez, porque YiXing no tiene ni una pizca de maldad y no hubiera hecho nada, sino pensara que todo podía arreglarse.
   -¿Entonces?- preguntó JongDae.
   -Debemos separarnos, es nuestra única solución, no mantener contacto entre nosotros, como si no existiéramos para los otros- mi corazón comenzó a latir fuertemente. No podía alejarme de mi pequeño. No podía dejarlo solo- es nuestra única baza a favor en esto.
   -¿Y si nos negamos?- escuché preguntar a mi pequeño.
   -Todos moriremos.

-oooOOOooo-

   Salimos todos del apartamento después de aquella extraña reunión que habíamos tenido. No podía creerme lo que Kevin había dicho, pero, ¿qué otra opción tenía? Él era el que sabía las cosas, sólo podíamos hacer aquello. Pretender que nos odiábamos entre todos y sobrevivir. Suspiré y noté cómo mi vecino se giraba para mirarme.

   -¿Te pasa algo, hyung?- preguntó y yo negué con la cabeza- ¿de verdad?- insistió.
   -Es solo que… me gustaría que todo esto fuera un mal sueño- contesté.

-oooOOOooo-

   Nada más acabar la reunión, YiXing fue a su cuarto y se encerró, yo me quedé unos momentos en el salón, pensando en todo y recordando algunas situaciones del pasado en las que Lay se enfurruñaba y yo tenía que hacer algo para cambiar eso. Me levanté del sofá, dejando a Tao comiendo dulce mientras veía un dorama y me dirigí a su habitación. Sin siquiera llamar, entré a su cuarto. Me lo encontré tumbado en la cama, con un puchero en su rostro y me acerqué a él.

   -¿Por qué?- preguntó.
   -Para que todo salga bien- él cerró sus ojos con fuerza intentando contener en vanos las lágrimas que acudían a sus ojos. Me acerqué más y lo envolví entre mis brazos, él se apretó fuertemente contra mí.
   -¿Qué fue lo que hice?- murmuró- ¿qué fue lo que hice?

-oooOOOooo-

   -¿Seguro que nos podemos fiar de lo que él dice?- le pregunté a mi compañero de habitación.
   -Vamos, JongDae… no seas tan desconfiado- me dijo él y yo suspiré.
   -¿Quién nos dice que no es un enemigo y que podemos confiar en él?- dije muy desconfiado.
   -YiXing confía en él- contestó y yo bufé.
   -YiXing está enamorado de él aunque no lo reconozca, eso no me sirve.
   -Pues tendrás que acostumbrarte a él, a partir de ahora pasaremos mucho tiempo a su lado.
   -Ni me lo recuerdes.

-oooOOOooo-

   Un incómodo silencio era lo único que había en la habitación. Sentado en la silla de escritorio de SeHun, veía a la pareja estar perdidos el uno en el otro. No lo iban a soportar, ellos lo sabían, y yo lo sabía, no iban a poder estar separados el uno del otro, por mucho que eso supuestamente pudiera salvar nuestras vidas.

   -¿Cómo lo haremos?- salió de la nada de mis labios y ambos me miraron sin comprender lo que quería decir- sé que vosotros no querréis estar separados, pero por lo menos… habrá que aparentar que así es.
   -¿Qué te propones, Jonggie?- preguntó SeHun, pero vi cómo LuHan lo había captado todo.
   -Pregúntale a LuHan… aquí es él el listo.

-oooOOOooo-

   No entendía nada. No entendía cómo de repente todo se había truncado. Tenía una vida normal, hasta que desarrollé mis poderes y ahora, todo estaba patas arriba, incluso mi condición sexual, porque a mí me gustaban antes las mujeres, pero ahora dejaba que Kevin me tocara y me hiciera llegar al paraíso, como estaba haciendo en estos momentos.

   Lo agarré fuertemente contra mí, mientras sentía el líquido salir de mi interior y me quedé abrazado a él, respirando entrecortado, intentando calmar los latidos de mi corazón, mientras él se dedicaba a besar la sensible zona que era mi cuello.

   -¿Cuándo me dejarás meterla?- preguntó de una manera excitante en mi oído, susurrando esas palabras con su voz grave.
   -Cuando tengamos condones…

-oooOOOooo-

   Yo no quería regresar a mi habitación en la Residencia después de la reunión, y ChanYeol no quería volver a su casa y dejarme solo, así que, allí estábamos, sentados en los columpios de un parque, quitándoles el sitio a los niños pequeños, que nos miraban con pucheros y mala leche, pero ninguno se daba por aludido, y seguíamos balanceándonos levemente.

   -Ahora que empezaba a pasar más tiempo con JongDae empezaba a caerme bien- murmuró ChanYeol de la nada- antes ni recordaba cómo se llamaba, y eso que dormía contigo- suspiró- incluso el insulso de Kevin me podría llegar a caer bien con el tiempo… pero ahora…
   -¿Qué prefieres?- pregunté- ¿vivir o morir?
   -Vivir- contestó sin siquiera pensarlo, sonreí y me levanté del columpio, momento que aprovechó un enano para subirse.
   -Podría haber sido peor- comenté colocándome a la espalda de ChanYeol y empujándolo suavemente- por lo menos estamos juntos- él paró el movimiento del columpio con sus pies y se giró con una gran sonrisa en los labios.
   -Ven- me agarró la mano y me hizo rodearlo hasta quedar frente a él, después, me giró y me abrazó por la cintura, sentándome en el columpio con él y apoyando su barbilla en mi hombro- me alegra poder estar junto a ti.

-oooOOOooo-

   -No sé si podré hacerlo- murmuró mi pequeño- yo quiero estar contigo todos los días, como ahora.
   -Pero entonces…- comenzó a hablar JongIn, pero lo callé con un gesto de mi mano.
   -Yo también quiero estar contigo a cada momento, pero no puede ser…- contesté pasando mis dedos por su rostro.
   -Claro que puede ser- dijo- mandamos a la mierda a todos estos y nos vamos a China- sonreí y le di un beso en su mejilla, haciéndolo ruborizar.
   -¿A mí también me mandáis a la mierda?- preguntó JongIn y enseguida SeHun se levantó de mi lado y fue hacia él para negarle aquello.

   Suspiré. Iba a ser muy duro eso de no estar con él en todo momento, pero podríamos intentar aparentarlo, mientras nos veíamos a escondidas. Pero había un problema que solucionar. Yo no podía quedarme en la Residencia o levantaría sospechas.

   Cogí mi teléfono móvil y miré los contactos que había adquirido en aquella reunión, fijándome en uno de ellos durante más tiempo y presionando encima para llamar.

-oooOOOooo-

   Al final, después de insistirle mucho a BaekHyun, acabó acoplándose a mi casa de nuevo. Cuando llegué con él, mis padres ni se sorprendieron, es más, parecía que les agradaba la visita de mi amigo. Al acabar de cenar, ambos subimos a mi habitación y nos metimos en la cama, para intentar dormir. Lo abracé fuertemente y lo atraje hacia mí, porque, eran más fuerte las ganas de dormir abrazándolo y arriesgarme a tener otra erección, que el dormir solo en una esquina, sin notar su cuerpo. Así que, así, me quedé dormido.

   Estaba en un lugar oscuro, sin vida, sin nada, lo único que había a mi alrededor eran cuerpos de personas muertas. Me entraron ganas de vomitar, pero las contuve y me dirigí hacia uno de los cuerpos, tambaleándome, respirando forzadamente y sintiendo un nudo en mi pecho.

   Me derrumbé al lado del cuerpo cuando llegué, y noté que lágrimas saladas recorrían mi rostro, al descubrir quién era aquella persona. Gritaba un nombre, pero no era su nombre. Intentaba que despertara, pero él no despertaba. Me incliné sobre su rostro y besé sus labios rosas, que en otros momentos siempre estaban calientes y húmedos, pero que ahora estaban fríos. Cuando me separé, rocé su rostro de porcelana y acomodé su cabello castaño.

   -Mi dulce compañero- me oí susurrar y cerré mis ojos justo después de ver a un hermoso unicornio, sólo ante aquella presencia oscura, que lo envolvía y llenaba todo, resplandeciendo, como la luz de la esperanza.