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martes, 19 de febrero de 2013

LETTERS FOR A STRANGER


LETTERS FOR A STRANGER


2/2


   Estaba nervioso a más no poder, incluso más nervioso que el día que la conocí, cuando por la culpa de correos, casi ni llego a nuestra cita. Pero bueno, todo aquello ya había pasado, y hacía ya un par de meses de eso. Ahora, ahora era tan feliz que casi no cabía en mí.

   Tenía un trabajo, que aunque a veces me matara, me encantaba. Tenía unos amigos, que aunque a veces fueran un poquito cabrones, me querían y yo a ellos. Y lo más importante, tenía una chica a la que amaba con locura.

   Lo mejor de todo era, que mi amor por carta se había acabado, y ahora, ella se había podido mudar a Seúl, su apartamento no era de lujo, pero era lo que se podía permitir con su trabajo de camarera en aquella cafetería en la que nos conocimos. Obviamente, tampoco la podía ver cada día, por eso de las giras, los ComeBacks, mis ensayos extra por mi torpeza, pero me sentía muy bien al saber que ella estaba muy cerca de mí.

   Las cartas, las cartas no las había tirado, las había guardado todas, como un tesoro precioso.

   Bueno, pero a lo que íbamos, ahora todo eso había pasado, y en estos momentos, estaba de pie, en nuestra sala, agarrando la mano de mi chica, bajo la atenta mirada de cuatro personas más, que no podían creerse lo que veían. ¿Qué pasaba, qué no podía tener novia? ¿Acaso era asexual?

    -¿Lo sabe el manager, hyung?- preguntó KiBum tras salir el primero del shock y yo negué con la cabeza y tragué saliva antes de hablar.
    -Quería que primero lo supierais vosotros- contesté.
    -Wow, hyung, enhorabuena- dijo TaeMin levantándose del sofá y viniendo hacia mí para darme un abrazo, que le agradecí enormemente.
    -Esto... si... es genial, hyung- siguió MinHo, y el único que faltaba por darme su opinión, era JongHyun, que se levantó y fue hacia mí.
    -Hablemos, JinKi. 

   Me cogió la otra mano y tiró de mí, dejando a los chicos y a Naye en la sala, y me guio por todo el lugar hasta mi habitación, donde, tras cerrar la puerta me encaró.

    -¿Tú estás seguro de esto?- preguntó y yo asentí con una sonrisa- sabes todo por lo que pase yo, ¿verdad?- volví a asentir, esta vez más serio- y… ¿estás seguro?
    -Sí, Jjong.
    -Bien, entonces yo no soy nadie para decirte nada- se acercó a mí y me abrazó- que seas muy feliz, hyung.
    -Sí. 

   Después de eso, salimos de la habitación y nos dirigimos de nuevo a la sala. Allí, parecía que Naye había caído perfectamente bien, porque hablaba tranquilamente con KiBum mientras que MinHo y TaeMin revoloteaban por allí, diciendo alguna cosa que otra.

   Cuando mi chica me vio, se separó de KiBum y se acercó a mí a la carrera, casi se mete el guarrazo del siglo, pero la sujeté y entonces ella se abrazó a mí fuertemente.

    -¿Algún problema?- murmuró.
    -No... ninguno...- le contesté- sólo que Jjong es muy sobreprotector...
    -Mentira- comentó el pasando por nuestro lado y dirigiéndose junto a los otros.
    -Entonces... ¿todos me aceptan?- me preguntó con sus ojos brillando de emoción.
    -Sí- ella esbozó una gran sonrisa y yo le di un pequeño beso en los labios.
    -Iros a un motel- escuché decir a MinHo, pero pasé de él.
    -¿Sabes que a partir de ahora todo será muy complicado?- le pregunté y ella asintió- ¿superarás todas las pruebas que nos pongan?- volvió a asentir- ¿aguantarás a la prensa, a las fans locas...?
    -Déjame recordarte que yo soy una fan loca- me cortó y le sonreí.
    -Ah, entonces estarás bien...- le di otro beso.
    -Oh, pues si no queréis un motel, iros por lo menos a la habitación- comentó JongHyun.
    -Estáis traumatizando a TaeMinnie- secundó MinHo.
    -Ahrg... me voy a hacer la cena- dijo KiBum pasando de todos.
    -Espérame- grito Jjong mientras salía tras él.
    -Y vosotros a la habitación- ordenó MinHo- que nos hemos dejado el Pro en pausa- sonreí y cogí a Naye de la mano.
    -Entonces nos vamos.

   Y salimos de allí, habiendo dado el primer paso para que nuestra relación fuera aceptada por el resto del mundo. A partir de ese momento vendría lo difícil, pero lo conseguiríamos, juntos, porque habíamos superado muchas cosas, la distancia, y un idioma y cultura diferentes.




miércoles, 28 de noviembre de 2012

LETTERS FOR A STRANGER


LETTERS FOR A STRANGER



1/2

   Me llegaban cartas, cartas a montón. Cuando tenía tiempo las leía, pero a veces las tiraba directamente a la basura. Era famoso y eso era lo normal. Pero yo no era para nada normal, yo era Onew, y con eso, se explica todo.

   Por eso de que yo no era como los demás, tenía otras cosas en mente, y me gustaban las cartas que las locas de mis fans me enviaban, me gustaba sentirme querido por ellas, e intentaba dar el máximo esfuerzo para agradarlas.

   También, como era yo, Onew, hacía algo que ninguno de los otros idols hacía, y que si alguien se enteraba, pues, me llevaría la bronca del siglo. Pero no me importaba.

Desde hacía varios meses, sólo esperaba la llegada de una carta en concreto. Una carta en un sobre verde, del mismo color de la ropa que me ponía en los escenarios, y con una letra pulcra y hermosa, en la que venía la dirección de la SM y mi nombre.

   Cuando entre el montón de cartas recibía esta en concreto, mi corazón la tía con fuerza, y la guardaba, para en el primer momento en el que estuviera solo, abrirla y leerla.

   Y en eso estaba, revolviendo en las cartas hasta que la encontré. Miré a los lados para observar que mis compañeros no se dieran cuenta de que me guardaba la carta. MinHo y TaeMin estaban enfrascados jugando al Pro y no miraban más que la pantalla de la tele, puesto que los botones del mando se los sabían de memoria. KiBum, estaba recostado en las piernas de JongHyun, durmiendo a pierna suelta, mientras que éste veía el partido que se libraba y acariciaba con sus dedos distraídamente el cabello del otro.

   Guardé la carta en el bolsillo de mi sudadera, disimuladamente y sin hacer movimientos bruscos, para no levantar sospechas. Después agarré el montón de cartas y me las llevé para tirarlas a la basura. Fui a mi habitación y me encerré para poder leer con tranquilidad la carta. Me tumbé en la cama y saqué la carta. La abrí lentamente. Mis manos temblaban y mi corazón latía desenfrenadamente. Esa carta era muy importante, demasiado importante.

   En la que le había enviado anteriormente, le había pedido si nos podíamos encontrar algún día. Quería, no, necesitaba conocer a aquella chica llamada Naye, que me tenía loco desde que recibía sus cartas.

   La carta estaba en mis manos, doblada, no me atrevía a desplegarla, dependiendo de lo que contuviera esa carta, mi vida daría un giro de 180º, para bien o para mal, pero cambiaría sí o sí, y eso me asustaba, no me gustaban mucho los cambios bruscos.

   Inspiré varias veces para calmarme antes de dignarme a desdoblarla y poder leer lo que me había escrito. Cuando fui capaz de hacerlo, pegué mis ojos al papel y comencé la lectura.

   Querido JinKi:

   Me alegro muchísimo que te vaya bien, intento estar pendiente cada vez que puedo de toda noticia que salga del grupo, pero a veces estoy tan saturada, que no tengo tiempo. Yo estoy bastante bien, con mucho que hacer, pero bien. En cuanto a lo de quedar, la verdad, JinKi, no sé si eso sea una buena idea o no, pero me gustaría muchísimo verte.

   Como me dijiste, elijo el lugar. Hay una cafetería muy bonita y apartada del mundo en una callejuela del centro de Seúl, te adjunto la dirección junto al mapa.

   Para que puedas reconocerme, te daré una descripción de lo que llevaré ése día y de cómo soy. Tengo el cabello castaño y rizado, y soy delgada también. Llevaré puesta una camisa blanca, con una rebeca verde y unos vaqueros. El pelo lo llevaré suelto, y estaré leyendo un libro, sentada en la mesa más lejana de la puerta, para que así nadie pueda molestarnos.

   El día y la hora. ¿Qué te parece el día 28 de este mes? Y la hora, las cinco de la tarde.

   Nos vemos allí,
Naye.

   Suspiré tranquilo al ver que había accedido y me puse a mirar el mapa para saber dónde quedaba esa cafetería de la que hablaba. Cuando me ubiqué, vi que quedaba relativamente cerca del apartamento de la SM en el que vivía con los chicos. Me tranquilicé al saber que por lo menos podría llegar el día acordado a tiempo.

   Me levanté de la cama y cogí mi móvil para ver a qué fecha estábamos y para ir tachando los días que faltaban en el calendario para el encuentro, cuando de repente, vi que día era, abrí los ojos desorbitadamente.

   Hoy era 28.

   Miré rápidamente la hora. Las 16:27. Casi me da un ataque. No tenía tiempo más que para salir corriendo del apartamento y correr como si no hubiera mañana hasta la cafetería con el mapa en la mano, cosa que hice, sin que me importara lo más mínimo lo que mis compañeros me dijeron.

   Llegué a la cafetería y miré la hora. Las 16:55. Tenía todavía cinco minutos para recobrar el aliento y pretender que nada había pasado. En cuanto dieron las cinco, entré al local y la busqué con la mirada. La encontré en el rincón más alejado y escondido de la cafetería, y al verla mi corazón dio un vuelco.

   Era hermosa, más de lo que me imaginaba. Me acerqué a ella lentamente, intentando calmar mi corazón y mi mente, pero me era imposible. Cuando estaba a un par de pasos me detuve, ella me había notado. Alzó su cabeza y me sonrió. Su sonrisa no era algo de este mundo, era preciosa.

   -Hola, JinKi- me saludó, y su voz resonó en mis oídos de una manera dulce.
   -Hola, Naye.