LETTERS FOR A STRANGER
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Me llegaban cartas, cartas a montón. Cuando
tenía tiempo las leía, pero a veces las tiraba directamente a la basura. Era
famoso y eso era lo normal. Pero yo no era para nada normal, yo era Onew, y con
eso, se explica todo.
Por eso de que yo no era como los demás,
tenía otras cosas en mente, y me gustaban las cartas que las locas de mis fans
me enviaban, me gustaba sentirme querido por ellas, e intentaba dar el máximo
esfuerzo para agradarlas.
También, como era yo, Onew, hacía algo que
ninguno de los otros idols hacía, y que si alguien se enteraba, pues, me
llevaría la bronca del siglo. Pero no me importaba.
Desde
hacía varios meses, sólo esperaba la llegada de una carta en concreto. Una
carta en un sobre verde, del mismo color de la ropa que me ponía en los
escenarios, y con una letra pulcra y hermosa, en la que venía la dirección de
la SM y mi nombre.
Cuando entre el montón de cartas recibía
esta en concreto, mi corazón la tía con fuerza, y la guardaba, para en el
primer momento en el que estuviera solo, abrirla y leerla.
Y en eso estaba, revolviendo en las cartas
hasta que la encontré. Miré a los lados para observar que mis compañeros no se
dieran cuenta de que me guardaba la carta. MinHo y TaeMin estaban enfrascados
jugando al Pro y no miraban más que la pantalla de la tele, puesto que los
botones del mando se los sabían de memoria. KiBum, estaba recostado en las
piernas de JongHyun, durmiendo a pierna suelta, mientras que éste veía el
partido que se libraba y acariciaba con sus dedos distraídamente el cabello del
otro.
Guardé la carta en el bolsillo de mi
sudadera, disimuladamente y sin hacer movimientos bruscos, para no levantar
sospechas. Después agarré el montón de cartas y me las llevé para tirarlas a la
basura. Fui a mi habitación y me encerré para poder leer con tranquilidad la
carta. Me tumbé en la cama y saqué la carta. La abrí lentamente. Mis manos
temblaban y mi corazón latía desenfrenadamente. Esa carta era muy importante, demasiado
importante.
En la que le había enviado anteriormente, le
había pedido si nos podíamos encontrar algún día. Quería, no, necesitaba
conocer a aquella chica llamada Naye, que me tenía loco desde que recibía sus
cartas.
La carta estaba en mis manos, doblada, no me
atrevía a desplegarla, dependiendo de lo que contuviera esa carta, mi vida
daría un giro de 180º, para bien o para mal, pero cambiaría sí o sí, y eso me
asustaba, no me gustaban mucho los cambios bruscos.
Inspiré varias veces para calmarme antes de
dignarme a desdoblarla y poder leer lo que me había escrito. Cuando fui capaz
de hacerlo, pegué mis ojos al papel y comencé la lectura.
Querido JinKi:
Me alegro muchísimo que te vaya bien,
intento estar pendiente cada vez que puedo de toda noticia que salga del grupo,
pero a veces estoy tan saturada, que no tengo tiempo. Yo estoy bastante bien,
con mucho que hacer, pero bien. En cuanto a lo de quedar, la verdad, JinKi, no
sé si eso sea una buena idea o no, pero me gustaría muchísimo verte.
Como me dijiste, elijo el lugar. Hay una
cafetería muy bonita y apartada del mundo en una callejuela del centro de Seúl,
te adjunto la dirección junto al mapa.
Para que puedas reconocerme, te daré una
descripción de lo que llevaré ése día y de cómo soy. Tengo el cabello castaño y
rizado, y soy delgada también. Llevaré puesta una camisa blanca, con una rebeca
verde y unos vaqueros. El pelo lo llevaré suelto, y estaré leyendo un libro,
sentada en la mesa más lejana de la puerta, para que así nadie pueda
molestarnos.
El día y la hora. ¿Qué te parece el día 28
de este mes? Y la hora, las cinco de la tarde.
Nos vemos allí,
Naye.
Suspiré tranquilo al ver que había accedido
y me puse a mirar el mapa para saber dónde quedaba esa cafetería de la que
hablaba. Cuando me ubiqué, vi que quedaba relativamente cerca del apartamento
de la SM en el que vivía con los chicos. Me tranquilicé al saber que por lo
menos podría llegar el día acordado a tiempo.
Me levanté de la cama y cogí mi móvil para
ver a qué fecha estábamos y para ir tachando los días que faltaban en el
calendario para el encuentro, cuando de repente, vi que día era, abrí los ojos
desorbitadamente.
Hoy era 28.
Miré rápidamente la hora. Las 16:27. Casi me
da un ataque. No tenía tiempo más que para salir corriendo del apartamento y
correr como si no hubiera mañana hasta la cafetería con el mapa en la mano,
cosa que hice, sin que me importara lo más mínimo lo que mis compañeros me
dijeron.
Llegué a la cafetería y miré la hora. Las 16:55.
Tenía todavía cinco minutos para recobrar el aliento y pretender que nada había
pasado. En cuanto dieron las cinco, entré al local y la busqué con la mirada.
La encontré en el rincón más alejado y escondido de la cafetería, y al verla mi
corazón dio un vuelco.
Era hermosa, más de lo que me imaginaba. Me
acerqué a ella lentamente, intentando calmar mi corazón y mi mente, pero me era
imposible. Cuando estaba a un par de pasos me detuve, ella me había notado.
Alzó su cabeza y me sonrió. Su sonrisa no era algo de este mundo, era preciosa.
-Hola, JinKi- me saludó, y su voz resonó en
mis oídos de una manera dulce.
-Hola, Naye.
Onew enamorado~ *-* como esta relatado quedo muy bien!
ResponderEliminarCreo que me leeré todas tu historias así como voy xD
Me encantaría que las leyeras y dieras tu opinión ^^
EliminarWaaa!!! Por poco y no llega >.< kkkk
ResponderEliminarY que malo que bote todas las cartas, debería guardarlas, creo yo, pero como sea.
Grr~ que bello, por fin la vio...
Sí... el correo es muy lento ^^
EliminarA mí me gustaría saber que por lo menos los idols leen las cartas que se les envían... aunque creo que ni las ven porque las Agencias las tiran antes -.-