miércoles, 28 de noviembre de 2012

LETTERS FOR A STRANGER


LETTERS FOR A STRANGER



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   Me llegaban cartas, cartas a montón. Cuando tenía tiempo las leía, pero a veces las tiraba directamente a la basura. Era famoso y eso era lo normal. Pero yo no era para nada normal, yo era Onew, y con eso, se explica todo.

   Por eso de que yo no era como los demás, tenía otras cosas en mente, y me gustaban las cartas que las locas de mis fans me enviaban, me gustaba sentirme querido por ellas, e intentaba dar el máximo esfuerzo para agradarlas.

   También, como era yo, Onew, hacía algo que ninguno de los otros idols hacía, y que si alguien se enteraba, pues, me llevaría la bronca del siglo. Pero no me importaba.

Desde hacía varios meses, sólo esperaba la llegada de una carta en concreto. Una carta en un sobre verde, del mismo color de la ropa que me ponía en los escenarios, y con una letra pulcra y hermosa, en la que venía la dirección de la SM y mi nombre.

   Cuando entre el montón de cartas recibía esta en concreto, mi corazón la tía con fuerza, y la guardaba, para en el primer momento en el que estuviera solo, abrirla y leerla.

   Y en eso estaba, revolviendo en las cartas hasta que la encontré. Miré a los lados para observar que mis compañeros no se dieran cuenta de que me guardaba la carta. MinHo y TaeMin estaban enfrascados jugando al Pro y no miraban más que la pantalla de la tele, puesto que los botones del mando se los sabían de memoria. KiBum, estaba recostado en las piernas de JongHyun, durmiendo a pierna suelta, mientras que éste veía el partido que se libraba y acariciaba con sus dedos distraídamente el cabello del otro.

   Guardé la carta en el bolsillo de mi sudadera, disimuladamente y sin hacer movimientos bruscos, para no levantar sospechas. Después agarré el montón de cartas y me las llevé para tirarlas a la basura. Fui a mi habitación y me encerré para poder leer con tranquilidad la carta. Me tumbé en la cama y saqué la carta. La abrí lentamente. Mis manos temblaban y mi corazón latía desenfrenadamente. Esa carta era muy importante, demasiado importante.

   En la que le había enviado anteriormente, le había pedido si nos podíamos encontrar algún día. Quería, no, necesitaba conocer a aquella chica llamada Naye, que me tenía loco desde que recibía sus cartas.

   La carta estaba en mis manos, doblada, no me atrevía a desplegarla, dependiendo de lo que contuviera esa carta, mi vida daría un giro de 180º, para bien o para mal, pero cambiaría sí o sí, y eso me asustaba, no me gustaban mucho los cambios bruscos.

   Inspiré varias veces para calmarme antes de dignarme a desdoblarla y poder leer lo que me había escrito. Cuando fui capaz de hacerlo, pegué mis ojos al papel y comencé la lectura.

   Querido JinKi:

   Me alegro muchísimo que te vaya bien, intento estar pendiente cada vez que puedo de toda noticia que salga del grupo, pero a veces estoy tan saturada, que no tengo tiempo. Yo estoy bastante bien, con mucho que hacer, pero bien. En cuanto a lo de quedar, la verdad, JinKi, no sé si eso sea una buena idea o no, pero me gustaría muchísimo verte.

   Como me dijiste, elijo el lugar. Hay una cafetería muy bonita y apartada del mundo en una callejuela del centro de Seúl, te adjunto la dirección junto al mapa.

   Para que puedas reconocerme, te daré una descripción de lo que llevaré ése día y de cómo soy. Tengo el cabello castaño y rizado, y soy delgada también. Llevaré puesta una camisa blanca, con una rebeca verde y unos vaqueros. El pelo lo llevaré suelto, y estaré leyendo un libro, sentada en la mesa más lejana de la puerta, para que así nadie pueda molestarnos.

   El día y la hora. ¿Qué te parece el día 28 de este mes? Y la hora, las cinco de la tarde.

   Nos vemos allí,
Naye.

   Suspiré tranquilo al ver que había accedido y me puse a mirar el mapa para saber dónde quedaba esa cafetería de la que hablaba. Cuando me ubiqué, vi que quedaba relativamente cerca del apartamento de la SM en el que vivía con los chicos. Me tranquilicé al saber que por lo menos podría llegar el día acordado a tiempo.

   Me levanté de la cama y cogí mi móvil para ver a qué fecha estábamos y para ir tachando los días que faltaban en el calendario para el encuentro, cuando de repente, vi que día era, abrí los ojos desorbitadamente.

   Hoy era 28.

   Miré rápidamente la hora. Las 16:27. Casi me da un ataque. No tenía tiempo más que para salir corriendo del apartamento y correr como si no hubiera mañana hasta la cafetería con el mapa en la mano, cosa que hice, sin que me importara lo más mínimo lo que mis compañeros me dijeron.

   Llegué a la cafetería y miré la hora. Las 16:55. Tenía todavía cinco minutos para recobrar el aliento y pretender que nada había pasado. En cuanto dieron las cinco, entré al local y la busqué con la mirada. La encontré en el rincón más alejado y escondido de la cafetería, y al verla mi corazón dio un vuelco.

   Era hermosa, más de lo que me imaginaba. Me acerqué a ella lentamente, intentando calmar mi corazón y mi mente, pero me era imposible. Cuando estaba a un par de pasos me detuve, ella me había notado. Alzó su cabeza y me sonrió. Su sonrisa no era algo de este mundo, era preciosa.

   -Hola, JinKi- me saludó, y su voz resonó en mis oídos de una manera dulce.
   -Hola, Naye.




4 comentarios:

  1. Onew enamorado~ *-* como esta relatado quedo muy bien!
    Creo que me leeré todas tu historias así como voy xD

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  2. Waaa!!! Por poco y no llega >.< kkkk

    Y que malo que bote todas las cartas, debería guardarlas, creo yo, pero como sea.

    Grr~ que bello, por fin la vio...

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    Respuestas
    1. Sí... el correo es muy lento ^^
      A mí me gustaría saber que por lo menos los idols leen las cartas que se les envían... aunque creo que ni las ven porque las Agencias las tiran antes -.-

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