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viernes, 3 de octubre de 2014

SHINee Host Club

Título: Ouran SHINee Host Club
Pareja: Onew x Fan (SHINee)
Clasificación: G
Géneros: romance, humor
Número de palabras: 1.703 palabras
Resumen: SooHee era una chica (normal y corriente) a la que le gustaba quedarse despierta hasta las tantas de la noche viendo animes, doramas o programas en los que salieran su idols… pero jamás pensó que todo pudiera mezclarse y que ella sería la protagonista de una de sus historias favoritas.
Notas: historia prometida como premio a Lorena por ganar el Primer Concurso de Fics de Lo que realmente pasó en Singapur.
Comentario de Autora: sé que te gustan las cosas tristes y dramáticas, pero a la vida hay que ponerle un poco de humor para no desesperar. Espero que te guste, esposa.


           

            Tobira wo akeru to… Soko wa…


            SooHee buscaba un lugar tranquilo en el que poder ver vídeos de sus oppas sin que nadie la molestara en aquel lugar. Lo había intentado en el patio, en la biblioteca, en el pasillo, en la sala de profesores… Sin embargo siempre había alguien que se acercaba a ella y no la dejaba fangirlear como era debido. Por eso, cuando vio una sala de música que parecía no ser utilizada para nada, pensó que había encontrado su salvación… Pero cuando abrió la puerta… Allí estaba… El Host Club…

            (O eso era lo que rezaba la gran pancarta que se encontraba justo enfrente de ella).

            La chica entró cuidadosamente a la sala de música, mirando a todos lados por si había alguien. Sonrió al notar que solamente estaba ella en el lugar y se dirigió a uno de los cómodos sofás para sentarse y así poder ver con tranquilidad el nuevo vídeo de SHINee. Conectó su tablet y luego buscó en el canal de youtube de la SM el nuevo vídeo subido. Le dio al volumen al máximo y comenzó a sonar la canción.

SHINee is back, SHINee is back, SHINee is back, back, back, back, back.

            SooHee comenzó a chillar como una nutria en celo, con los ojos más abiertos de lo normal y la boca del mismo modo. Adoraba a SHINee y la canción era perfecta, además, los chicos vestían unas ropas muy hippies que le encantaban y todo era completamente perfecto (menos la presencia de Jessica de Girls’ Generation, pero lo pasaba por alto porque hacía de fantasma). Tan ensimismada estaba que no se dio cuenta de que alguien más entraba en la sala de música hasta que no estuvieron prácticamente junto a ella.

            En ese momento, la chica alzó la cabeza y se quedó sumamente sorprendida. Allí, a pocos metros de distancia, se encontraban los mismos cinco chicos que estaban saliendo en la pantalla de su tablet (se aseguró de ello intercalando varias veces la mirada entre esta y ellos para confirmarlo) y en cuanto su cerebro procesó quiénes eran lo que estaban allí, dio un grito más parecido al sonido que emitían los delfines, antes de desmayarse.


            SooHee escuchaba voces, voces lejanas que creía reconocer, pero no podía estar segura de ello porque su cabeza daba vueltas y vueltas. Se movió un poco, pero esto solo ocasionó que se sintiera peor, por lo que se quedó tranquilamente, sin hacer ningún movimiento e intentando encontrar en su mente a los dueños de aquellas voces mientras escuchaba, a medias, su conversación.

            —Nos ha descubierto, ¿qué podemos hacer? —dijo la voz de JongHyun.
            —Quizás no sepa quiénes somos —contestó la de TaeMin.
            —Por favor, si estaba viendo nuestro MV de Sherlock, ¿cómo no va a saber quiénes somos?
            —Además, se ha desmayado —apuntó la voz de Key.
            —¿Estará bien? —preguntó la de Onew.
            —No es momento para preocuparse por eso. Hay que pensar qué hacemos con ella.
            —No la irás a matar, KiBum, que te veo las intenciones.
            —No, no, no —contestó este—, pero no podemos dejar que salga de aquí así como así, no por lo menos hasta que esté todo organizado.
            —¿Y qué sugieres que hagamos? —preguntó Onew.
            —¿La secuestramos? —propuso JongHyun.
            —No —contestaron todos los demás.
            —¿Y si la ponemos a trabajar con nosotros para hacer los preparativos más rápidamente? —sugirió la voz de MinHo.
            —Ehh… Buena idea, MinHo, ya está, en cuanto despierte le diremos qué es lo que tiene que hacer.

            En aquel momento, a SooHee le habían quedado bastante claras dos cosas; la primera, la confirmación de que aquellos chicos sí que eran SHINee, la segunda, que no la iban a dejar salir de allí y la chica no sabía cuál de ellas dos le gustaba más.

            Después de escuchar aquella conversación, empezó a hacer como que se estaba despertando poco a poco hasta que abrió los ojos, encontrándose cinco rostros a pocos metros de ella, con sus respectivos pares de ojos mirándola fijamente. Hubiera gritado de nuevo, pero el shock la había dejado paralizada, jamás se hubiera esperado que las cinco personas a las que más admiraba la miraran de aquella forma.

            —Bienvenida al SHINee Host Club —le dijo Onew—. Nosotros somos SHINee —todos hicieron su saludo, aunque TaeMin levantó el brazo izquierdo en vez del derecho, y luego una pequeña reverencia.
            —Hola, ¿qué tal? Yo soy SooHee —se presentó ella de corrido y con una voz que no era la suya. Los cinco la miraron extrañados hasta que tosió y se aclaró la voz para volver a hablar—. SooHee, mi nombre es SooHee.
            —Encantados de conocerte —respondió JongHyun acercándose para cogerle la mano y besársela, pero el líder lo apartó rápidamente.
            —Ella no es ninguna invitada, así que guárdate tus atenciones para las señoritas que vendrán dentro de unos momentos —lo regañó.
            —Quedan apenas dos horas y todavía nos quedan miles de cosas por hacer —comentó Key, llevándose las manos a la cabeza.
            —¿Puedo ayudar con algo? —preguntó la chica.

            Había escuchado la conversación anterior y sabía perfectamente que su intención era hacerla trabajar, así que, si de todas formas tendría que hacerlo, era mejor que se pusiera manos a la obra rápidamente y se dejaran todos de tonterías.

            —Ahora que lo dices… —comenzó MinHo—. Nos vendría bien un par de manos extras.
            —Pues entonces no hay más que hablar —SooHee se levantó del sofá con gran ánimo y miró a su alrededor—. ¿Qué es lo que hay que hacer?

            A partir de aquel momento todo se volvió una locura. Los cinco chicos le explicaron brevemente lo que pasaba allí y lo que tendría que hacer para ayudarlos y luego ella comenzó a hacer todo lo que le pedían para aligerar un poco el trabajo y tenerlo todo listo en el poco tiempo que les quedaba. Al parecer, SHINee iba a tener un evento sorpresa de Hosts en su instituto y solo unas cuantas chicas afortunadas iban a poder entrar en aquel lugar para pasar un buen rato con los chicos.

            Todo había sido preparado en secreto y ni siquiera las fans pesadas y obsesas que los seguían a todos lados tenían constancia de aquel acto. La página web para comprar el tiempo que iban a tener las cincuenta afortunadas junto a ellos se habían puesto a la venta un par de minutos antes de que ella entrara por la puerta y en aquel momento, las afortunadas tenían que estar llegando al recinto del colegio.

            A la carrera, terminaron con todo unos minutos antes de que las puertas se abrieran y los chicos se cambiaron de ropa, haciendo a SooHee que también se pusiera el algo más acorde con el evento, ya que también los iba a ayudar, dejando entrar solo a aquellas personas que tenían el código que las identificaba como las que tenían acceso al SHINee Host Club. Así, con un traje de maid, la chica se dispuso a hacer la última petición que había recibido de aquellos chicos a los que idolatraba.


            Dos horas después, todo acababa.

            SooHee estaba completamente agotada, ya que jamás había pensado que retener a fans locas requiriera tanto trabajo. La chica se giró hacia los miembros de SHINee una vez cerró las puertas para que nadie más pudiera entrar, encontrándolos con la ropa algo desarreglada, el cabello despeinado y exhaustos. Si SooHee no hubiera visto que aquello se debía a que las fans se lo habían puesto un poco complicado, hubiera dicho que habían tenido alguna que otra ronda de sexo.

            —Ven aquí, SooHee —la llamó Onew, indicándole con la mano que se acercara y se sentara junto a él en el sofá en el que se encontraba. Ella, con un sonrojo cubriendo sus mejillas, ya que el líder, a pesar de ser patoso por naturaleza tenía un encanto escondido que la chica adoraba, lo hizo.
            —¿Sí? —preguntó una vez estuvo junto a él.
            —Gracias por ayudarnos con todo esto —señaló a su alrededor y SooHee vio cómo MinHo y JongHyun ya se habían quedado dormidos en un sofá y a Key y TaeMin les faltaba poco para entrar también al mundo de los sueños.
            —No ha sido nada —respondió—, además, he podido conocer a las personas que admiro y ayudarlas con un problema que tenían —él esbozó una sonrisa preciosa en sus labios.
            —Me alegra oír eso —comentó—, pero me gustaría hacer algo por ti como agradecimiento.
            —No tienes que hacer nada —la chica movió sus manos negativamente.
            —Insisto —Onew tomó sus manos entre las suyas, mirándola fijamente a los ojos, haciendo que su corazón se acelerara de golpe.

            Durante unos minutos, no se escucharon más que los ronquidos de los demás miembros y el golpeteo de sus corazones. SooHee no podía parar de mirarlo a los ojos, perdida en aquel color castaño y mirada clara, solo pudo reaccionar cuando unas palabras salieron de sus labios sin premiso alguno de su mente.

            —Me gustaría un beso…

            Tras decirlo, se intentó tapar la cara con sus manos, pero Onew seguía agarrándoselas, ahora con una sonrisa de oreja a oreja.

            —Pensaba que no me lo pedirías nunca —murmuró antes de cruzar la poca distancia que los separaba y besar sus labios dulcemente.


            SooHee jamás había pensado que aquel día, que había empezado igual que los anteriores, se convertiría en el más extraño y feliz de su vida, solo por abrir aquella puerta en la que se encontró el SHINee Host Club.


sábado, 14 de diciembre de 2013

Love Again

Love Again




            Cuando lo encontré por primera vez después de tantos años frente a la puerta de mi casa, mirando con nostalgia aquel lugar, mi corazón se paró y se saltó un latido. Me quedé estático en la esquina de la calle, sin avanzar, pero tampoco sin retroceder.

            No sabía qué hacer. La impresión había sido demasiado grande.

            Tuvieron que pasar  varios minutos para que mi cuerpo pudiera funcionar de nuevo, haciéndole caso a mi cabeza, que la única orden que mandaba a mis miembros era la de huir. Huir antes de que los recuerdos afloraran al exterior. Sin embargo, mientras corría por las calles de Seúl, con las lágrimas cayendo por mis mejillas, los recuerdos no tardaron en aparecer.

            Unos gemidos suaves al otro lado de la puerta entreabierta de la habitación. Dos chicos sobre una de las camas, uno de ellos muy conocido, mi hermano mayor; el otro, desconocido que gemía con una voz muy dulce. Un ruido producido por mí. Dos rostros elevándose y mirando fijamente el lugar en el que me encontraba, uno muy conocido sonreía pícaramente; el otro volvía a agachar su cabeza, avergonzado.

~.~.~

            –Hola –dijo una cálida voz a mis espaldas y yo me giré rápidamente.

            Detrás de mí se encontraba el chico que hacía unos días estaba con mi hermano. El color rojo tiñó mis mejillas al recordar la escena que había visto.

            –Creo que nuestro primer encuentro no fue muy bueno –susurró–. Siento lo ocurrido –me tendió su mano–. Mi nombre es JinKi y soy el novio de tu hermano Jjong.
            –Yo… TaeMin… mi nombre es TaeMin –acabé diciendo al final apretando su mano.
            –Encantado de conocerte, TaeMin –contestó con una sonrisa hermosa antes de alejarse de mí.

~.~.~

            Entré a casa tras un día demasiado largo en el instituto. Dejé la mochila en la entrada y me dirigí al salón con intención de tumbarme en uno de los sofás. Sin embargo no pude hacerlo porque había una persona en aquel lugar.

            JinKi, el novio de mi hermano mayor se encontraba allí, abrazándose las rodillas y viendo una película romántica con una montaña de pañuelos de papel a su alrededor. mi corazón dio un vuelco al verlo. Era hermoso aun en esa situación.

            Mi apreciación sobre su persona acabó en cuanto mi hermano entró al salón con un bol de palomitas en las manos y yo salí corriendo en dirección contraria. No debía tener aquellos pensamientos sobre él. era el novio de mi hermano y era un chico.

~.~.~

            Me había propuesto dejar de pensar en JinKi, pero no podía. Lo veía casi todos los días y cada vez era peor. Pero aquel día se llevó la palma.

            Lo encontré sobre los escalones del porche de casa, llorando, con su cabeza entre sus brazos para que nadie lo viera. Lentamente y vacilando me acerqué a él hasta que me senté a su lado y le pasé un brazo por los hombros.

            Él dio un respingo y alzó su cabeza. En cuanto vio que era yo, volvió a agachar su cabeza y a seguir llorando. Me dolía mucho verlo así.

            –¿Pasa algo malo, JinKi-shi? –pregunté.
            –No es nada –dijo en un murmullo ahogado–. Solo estoy sensible hoy.

            Aquel día me agobié mucho porque no sabía cómo actuar y quería ayudarlo y cuando me enteré que había sido mi hermano la razón de sus lágrimas, no pude perdonárselo. Había hecho llorar a la persona más encantadora y hermosa del mundo. Le había puesto los cuernos con el primer tío que se le había cruzado por delante.

~.~.~

            Hacía calor fuera, pero también dentro de mi cuerpo. La sangre me hervía de pura rabia. Habían vuelto. JinKi lo había perdonado.

            –Gracias –me dijo en cuanto me vio–. Por lo del otro día.
            –No hay de qué –murmuré con mi mejor sonrisa.
            –Me gustaría que a partir de ahora fuéramos más cercanos –comentó–. ¿A ti no?
            –Sí, me gustaría.
            –Y… ¿qué tal comenzar por llamarnos de una forma más informal?
            –Me parece bien.
            –¿Te gustaría que te llamara Taem?
            –Me encantaría.

~.~.~
           
            A partir de ese momento nos hicimos amigos. Daba igual la diferencia de edad, pasábamos mucho tiempo juntos y yo no pude evitar enamorarme de él.
Al principio nos lo pasábamos genial y todo eran sonrisas. Pero a medida que pasaba el tiempo todo era más complicado.

            Mi hermano no paraba de herir a JinKi. Cada vez que podía buscaba sexo con otros hombres, KiBum, MinHo, muchos eran los nombres hasta que un día los gritos lanzados al aire por la suave y cálida voz de JinKi se dejaron escuchar por toda la casa, justo antes de que desapareciera de la faz de la tierra.

            Me dejé caer sobre el poste de una farola. Aquellos recuerdos eran muy dolorosos, demasiado dolorosos. Con JinKi fue la primera vez que sentí que mi corazón dejaba de latir. La primera vez que supe que me había enamorado.

            Me enamoré de su rostro dulce, de su sonrisa encantadora, de su hermosa voz. Me enamoré de su personalidad, de la forma en la que me trataba, pero él era el novio de mi hermano.

            Respiré hondo y me alejé de la farola. Debía calmarme y dejar de pensar en él. Hacerlo no sería nada bueno para mí.

            Después de dar vueltas por toda la ciudad durante horas regresé a casa. Me había dado tiempo a despejarme y ya no estaba tan alterado. Sin embargo, me volví a alterar en el momento en el que giré en la esquina de la calle en la que se encontraba mi casa.

            En la puerta seguía JinKi, ahora sentado contra el muro, esperando.

            Quise volver a huir, pero yo no era ningún cobarde, nunca lo había sido y no iba a comenzar ahora.

            Hacía años que él se había ido y ya lo había superado, debía ser valiente. Además, me había prometido que jamás volvería a llorar por él, así que, debía entrar en mi casa para seguir con mi vida, aparentando que no lo reconocía.

            Sí, eso haría.

            Comencé a andar, mirando mi teléfono móvil como si fuera la cosa más interesante del mundo. Realmente ni siquiera me había llegado alguna notificación, pero así era más fácil.

            Pasé por su lado y sin detenerme, ni mirarlo, seguí hasta mi casa. Cuando pensaba que lo había conseguido y ya estaba abriendo la cancela de la verja, pasó lo que no quería que pasara.

            –¿TaeMin? –su dulce voz diciendo mi nombre hizo que me quedara completamente estático con las llaves en la mano, confirmando seguramente sus sospechas. Debía haberlo ignorado completamente–. ¿Eres tú? –me giré hacia él, intentando que no se notara la mezcla de sentimientos que tenía en mi interior. Debía seguir aparentado que no lo reconocía.
            –Sí, ¿quién eres? –su cara se entristeció y yo me mordí la mejilla por dentro para no demostrar la culpa que sentía por hacer esto.
            –¿No me recuerdas, Taem? –al escuchar el apodo que él me puso aquel día de verano, mi máscara cayó–. ¿Taem?
            –JinKi… –susurré y él sonrió antes de acercarse  a mí hasta quedar a apenas un metro–. ¿Qué haces aquí?
            –Volví a la ciudad y quería verte.
            –¿Por qué?
            –Tengo algo que decirte.
            –¿A mí?
            –A ti.
            –¿De qué se trata?
            –Te amo.
            –Mientes.
            –Siempre te he amado.
            –Amabas a mi hermano.
            –Tú mismo lo has dicho, lo amaba –dijo–. Pero me enteré que él no me amaba y también me di cuenta que realmente de quién me había enamorado era de ti, por eso me fui de Seúl estos años –me miró a los ojos–, pero durante estos no he parado de pensar en ti.
            –Mentiroso.
            –Créeme. Te amo.

            Aunque en aquel momento no pude creerlo dejé que me abrazara y me consolara. Al principio me costó asumirlo, pero él me demostró cada día y cada momento que me amaba realmente.


            Y me enamoré de nuevo.

viernes, 20 de septiembre de 2013

Ready 2 Love

Ready 2 Love


   -Te repito que estás jugando con los sentimientos de ambos y eso no es nada justo para ellos- dijo por quinta vez ese día mi amiga Yulenia, sentándose a los pies de mi cama.
   -Y yo te contesto que mientras que no se enteren no pasa nada- ella se levantó automáticamente de la cama y bufó con desesperación.

   Todos los días eran así desde que se enteró (bueno, más bien me extorsionó hasta que me lo sonsacó) que estaba saliendo con dos chicos a la vez. Me decía una y otra vez que tenía que acabar con ello, que les haría daño y un montón de chorradas más. Yo era de la opinión de “ojos que no ven, corazón que no siente” y además, ellos ni se conocían, jamás podrían enterarse del doble juego que llevaba.

   Cualquiera me podría juzgar por lo que hacía (como mi amiga), pero estaba en la edad de experimentar y me gustaba esta situación.

   -Eres desesperante, Naye- la escuché murmurar.
   -Oh, venga, Yul, no seas así- dije y ella me miró mal.
   -¿Cómo que no sea así?- preguntó- Onew es mi hermano, no puedo dejar que juegues con sus sentimientos.
   -No estoy jugando con los sentimientos de nadie…
   -¡Le estás poniendo los cuernos con Key!
   -No le pongo los cuernos…- ella encaró una ceja.
   -Ah, ¿no? ¿Y entonces cómo se llama eso que estás haciendo?
   -Doble vida- contesté- lo he buscado en internet, por si las moscas- sonreí y ella suspiró, cansada.
   -Naye…
   -Tranquila, pequeña, mientras no se enteren no habrá daño alguno- le aseguré.
   -¿Por qué lo haces?
   -Quiero experimentar, quiero ver con cual es más probable que acabe saliendo de verdad y no podía hacerlo de otra manera- contesté.
   -Claro que podías.
   -No.
   -Sí.
   -¿Cómo?
   -Saliendo con uno, dejándolo, saliendo con el otro, dejándolo y luego decidir.
   -Entonces les haría daño.
   -Lo que tú digas- volvió a suspirar y se dirigió a la puerta- simplemente intenta que no se encuentren nunca, ¿vale?
   -Vale- y salió.

   No sabía por qué ella temía que nos encontráramos, era muy fácil no hacerlo, Seúl es una ciudad muy grande. Pero cuando los planetas se alinean y se ponen en tu contra, una ciudad tan grande cómo Seúl se queda pequeña.
~.~.~

   Durante los siguientes días, si salía con Onew, en algún lugar acababa viendo a Key entre la gente y salía corriendo en la otra dirección. Si salía con Key, pasaba exactamente lo mismo y eso me estaba volviendo loca a mí y también un poco a ellos.

   Llegué al piso que compartía con mi amiga y me dejé caer sobre la cama, agotada. Había sido un día muy duro.

   -¿Qué te pasa?- preguntó Yulenia entrando a mi habitación, preocupada por el estado en el que había llegado a la casa.
   -¿Por qué las cosas siempre tienen que torcerse?- pregunté y ella abrió los ojos con pánico.
   -¿No me digas que os habéis encontrado los tres?
   -No, nada de eso- ella respiró tranquila.
   -¿Entonces?
   -Tengo que huir de un lado para otro porque salga con quien salga, siempre aparece el otro cerca y tengo que cambiar el rumbo para no cruzarnos- conté.
   -Te dije que era un juego muy peligroso.
   -Ya… lo repetiste cerca de quinientas veces desde el día que te lo conté.
   -Y no me has hecho caso en lo de dejar todo esto…
   -Creo que… voy a hacerte un poquito de caso…- ella sonrió triunfante.
   -Asegúrate de que eliges al indicado, luego no puedes cambiar como si de una camiseta que no te queda bien se tratase- advirtió saliendo de mi cuarto.

   No me gustaba nada tener que darle la razón a mi amiga, pero estaba jugando con fuego y había estado a punto de quemarme varias veces.

   Sin embargo, no podía decidir. Los dos me gustaban demasiado. Key era tan atento, tan educado, tan cariñoso, aunque a veces un poco caprichoso y mandón. Onew era de otra forma, era muy dulce, muy alegre, muy cariñoso, se preocupaba de mi bienestar, pero a veces podía ser un verdadero idiota y parecía tener dos pies izquierdos.

   No sabía por cual decidirme. Ambos tenían sus cualidades y sus defectos, y por ambas cosas me gustaban.

~.~.~

   Durante la siguiente semana apenas salí de casa e intenté no encontrarme con ninguno de los dos. Debía pensar y nada, ninguna acción podía determinar cuál sería mi decisión.

   La inspiración divina me pareció llegar el día en el que abrí la puerta de casa y por ella entró un muy preocupado Onew, abrazándome hasta dejarme prácticamente sin respiración.

   -¿Cómo estás, tesoro?- me preguntó y yo lo miré confundida- llevo una semana sin saber nada de ti, no contestas al móvil, no te conectas a las redes sociales y no te he visto en la Facultad.
   -Oh bueno… yo…
   -Y cuando le pregunté a mi hermana sobre ti, primero me daba largas, pero después, ante mi insistencia me contó que estabas enferma y que era algo contagioso- me apretó más fuerte contra su pecho- me estaba volviendo loco de preocupación.

   Su confesión me dejó de piedra unos instantes, mientras me abrazaba, pero después, mi corazón comenzó a saltar de alegría. Él ya había tomado la decisión.

   -No te preocupes- murmuré contra su cuello- ya estoy bien…- lo rodeé con mis brazos- “ya estoy lista para amar”- pensé.

~.~.~

   Esa misma noche, después de que Onew se fuera de casa, le di las gracias a mi amiga por encubrirme y encendí el móvil para llamar a Key y cortar con él. En cuanto lo hice, me comenzaron a llegar miles de notificaciones del Wassap, del Line, del Kakao, del Twitter, de FaceBook, llamadas perdidas, mensajes de texto, e-mails… todos de Onew. Eso hizo que aun fuera más firme en mi decisión.

   Busqué el chat del Kakao que tenía con Key y lo llamé, ya que de esa manera me salía gratis. No pasó mucho tiempo para que él me contestara.

   -¿Naye?- preguntó.
   -¿Quién si no?
   -No sé… cómo llevas sin dar señales de vida un par de días…
   -Fue una semana.
   -¿Tanto?
   -Sí.
   -Ah…

   Ah. Había estado una semana sin verme y lo único que decía cuando contactaba con él era “ah”. Estaba más que decidida a cortar con él y seguir adelante con Onew.

   -He estado pensando…- murmuré- sobre nosotros… y… quiero cortar- dije. Al otro lado de la línea solo se escuchó la respiración de alguien durante un par de minutos.
   -¿De verdad es eso lo que quieres?
   -Sí.
   -Entonces… ¿cortamos?
   -Sí.
   -Genial.
   -¿Genial?
   -Sí.
   -¿No estás triste?
   -No, la vida sigue y bueno, no hay que amargarse por cosas como esta- contestó.

   Bueno. Al menos no le había roto el corazón como temía Yulenia. Parecía que se lo estaba tomando bastante bien.

   -Entonces está bien- murmuré- ya… nos veremos…
   -Sí- contestó- oh, por cierto… ¿tú amiga, la que vive contigo, está soltera?
   -¿A qué viene esa pregunta?
   -La vida sigue- repitió.
   -Sí, está soltera.

   -Entonces nos veremos mucho.





jueves, 11 de abril de 2013

Ficha de Personajes EXO. Enemigos


Ficha de Personajes EXO. Enemigos























Onew. Lee JinKi
Fecha de Nacimiento: 14-Diciembre-1989
Lugar de Nacimiento: Gwangmyeong, Corea del Sur.
Grupo sanguíneo: O
Estatura: 177 cm
Peso: 64 kg
Apodos: Líder Tofu, Dubu
Personalidad: Es amable y siempre intenta ayudar a las personas en todo lo que puede. Tiene una sonrisa brillante siempre y muy pocas veces se enfada.
Le gusta la comida picante.
Es el inventor de la ‘Onew Condition’


martes, 19 de febrero de 2013

LETTERS FOR A STRANGER


LETTERS FOR A STRANGER


2/2


   Estaba nervioso a más no poder, incluso más nervioso que el día que la conocí, cuando por la culpa de correos, casi ni llego a nuestra cita. Pero bueno, todo aquello ya había pasado, y hacía ya un par de meses de eso. Ahora, ahora era tan feliz que casi no cabía en mí.

   Tenía un trabajo, que aunque a veces me matara, me encantaba. Tenía unos amigos, que aunque a veces fueran un poquito cabrones, me querían y yo a ellos. Y lo más importante, tenía una chica a la que amaba con locura.

   Lo mejor de todo era, que mi amor por carta se había acabado, y ahora, ella se había podido mudar a Seúl, su apartamento no era de lujo, pero era lo que se podía permitir con su trabajo de camarera en aquella cafetería en la que nos conocimos. Obviamente, tampoco la podía ver cada día, por eso de las giras, los ComeBacks, mis ensayos extra por mi torpeza, pero me sentía muy bien al saber que ella estaba muy cerca de mí.

   Las cartas, las cartas no las había tirado, las había guardado todas, como un tesoro precioso.

   Bueno, pero a lo que íbamos, ahora todo eso había pasado, y en estos momentos, estaba de pie, en nuestra sala, agarrando la mano de mi chica, bajo la atenta mirada de cuatro personas más, que no podían creerse lo que veían. ¿Qué pasaba, qué no podía tener novia? ¿Acaso era asexual?

    -¿Lo sabe el manager, hyung?- preguntó KiBum tras salir el primero del shock y yo negué con la cabeza y tragué saliva antes de hablar.
    -Quería que primero lo supierais vosotros- contesté.
    -Wow, hyung, enhorabuena- dijo TaeMin levantándose del sofá y viniendo hacia mí para darme un abrazo, que le agradecí enormemente.
    -Esto... si... es genial, hyung- siguió MinHo, y el único que faltaba por darme su opinión, era JongHyun, que se levantó y fue hacia mí.
    -Hablemos, JinKi. 

   Me cogió la otra mano y tiró de mí, dejando a los chicos y a Naye en la sala, y me guio por todo el lugar hasta mi habitación, donde, tras cerrar la puerta me encaró.

    -¿Tú estás seguro de esto?- preguntó y yo asentí con una sonrisa- sabes todo por lo que pase yo, ¿verdad?- volví a asentir, esta vez más serio- y… ¿estás seguro?
    -Sí, Jjong.
    -Bien, entonces yo no soy nadie para decirte nada- se acercó a mí y me abrazó- que seas muy feliz, hyung.
    -Sí. 

   Después de eso, salimos de la habitación y nos dirigimos de nuevo a la sala. Allí, parecía que Naye había caído perfectamente bien, porque hablaba tranquilamente con KiBum mientras que MinHo y TaeMin revoloteaban por allí, diciendo alguna cosa que otra.

   Cuando mi chica me vio, se separó de KiBum y se acercó a mí a la carrera, casi se mete el guarrazo del siglo, pero la sujeté y entonces ella se abrazó a mí fuertemente.

    -¿Algún problema?- murmuró.
    -No... ninguno...- le contesté- sólo que Jjong es muy sobreprotector...
    -Mentira- comentó el pasando por nuestro lado y dirigiéndose junto a los otros.
    -Entonces... ¿todos me aceptan?- me preguntó con sus ojos brillando de emoción.
    -Sí- ella esbozó una gran sonrisa y yo le di un pequeño beso en los labios.
    -Iros a un motel- escuché decir a MinHo, pero pasé de él.
    -¿Sabes que a partir de ahora todo será muy complicado?- le pregunté y ella asintió- ¿superarás todas las pruebas que nos pongan?- volvió a asentir- ¿aguantarás a la prensa, a las fans locas...?
    -Déjame recordarte que yo soy una fan loca- me cortó y le sonreí.
    -Ah, entonces estarás bien...- le di otro beso.
    -Oh, pues si no queréis un motel, iros por lo menos a la habitación- comentó JongHyun.
    -Estáis traumatizando a TaeMinnie- secundó MinHo.
    -Ahrg... me voy a hacer la cena- dijo KiBum pasando de todos.
    -Espérame- grito Jjong mientras salía tras él.
    -Y vosotros a la habitación- ordenó MinHo- que nos hemos dejado el Pro en pausa- sonreí y cogí a Naye de la mano.
    -Entonces nos vamos.

   Y salimos de allí, habiendo dado el primer paso para que nuestra relación fuera aceptada por el resto del mundo. A partir de ese momento vendría lo difícil, pero lo conseguiríamos, juntos, porque habíamos superado muchas cosas, la distancia, y un idioma y cultura diferentes.