SeHun y ZiTao no sabían cuántos días
llevaban realmente metidos en el sótano, sin poder salir de él y sin poder
hacer nada más que esperar a que todo terminara. Habían visto cómo sus amigos
los buscaban la noche de Halloween y también habían presenciado cómo una figura
les cubría los ojos uno a uno para que no pudieran ver, escondiéndolos de
ellos. Al principio habían tenido mucho miedo, porque el fantasma los había ocultado
del mundo y los había hecho sus prisioneros, pero a medida que fue pasando el
tiempo se comenzaron a sentir menos miedosos, pero sí más desesperados.
El fantasma parecía no tener ninguna
prisa en dejarlos libres y ellos se habían dado cuenta de que las intenciones
de este era simplemente dejarlos allí hasta que se murieran de hambre. Sin
embargo, ellos no iban a desistir porque sabían que sus amigos no iban a dejar
las cosas así como así.
Por ese motivo, estaban
sobreviviendo como bien podían con barritas energéticas que ZiTao siempre
llevaba encima y con una botella de agua que compartían. Habían racionado la
comida que tenían y podían aguantar perfectamente cerca de tres semanas
comiendo solo un poco una vez al día y bebiendo un sorbo de agua de vez en
cuando, así que esperaban que sus amigos no tardaran demasiado en encontrarlos.
Mientras tanto, sobrevivirían como
pudieran, teniendo como banda sonora los llantos desconsolados de un fantasma
que aparecía a veces como una sombra cerniéndose sobre ellos, esperando el
momento de sus muertes.
El jueves por la mañana antes de las
clases había bastante ajetreo en la biblioteca, aunque nunca había sido un
lugar muy frecuentado, y por ello había sido el lugar elegido como base de
operaciones en el instituto por los ocho chicos que estaban desesperados por
encontrar a SeHun y ZiTao lo más rápido posible. Se habían sentado en una gran
mesa que había al fondo de la sala, donde no eran visibles por las personas que
entraran al lugar ni tampoco por la profesora Yoona y allí se habían
atrincherado para hablar cada uno de lo que habían hecho para encontrar pistas
sobre los dos chicos.
ChanYeol había tomado la palabra el
primero y había comentado que él y KyungSoo habían ido la noche anterior al
sótano sin ningún resultado y, aquello había desatado la conversación que
mantenían en aquellos momentos, orquestada por YiFan y YiXing, quienes habían
estado buscando información sobre fantasmas.
—Ayer encontramos algo en una página
bastante interesante —comenzó YiXing—. Hablaba sobre el por qué los fantasmas
se sienten atados a este mundo, por qué hacen daño a las personas y cómo se los
puede guiar para que dejen el mudo de los vivos.
—También encontramos cómo se podían
manifestar y qué era lo que podían hacer con los humanos y su entorno —añadió
YiFan.
—El descenso térmico indica que en
el lugar hay algún fantasma y no es un frío normal, si no uno que se te mete en
los huesos y te cala desde dentro —explicó YiXing.
ChanYeol miró a KyungSoo a la vez
que este lo miraba a él. la noche anterior ellos habían sentido esa clase de
frío en sus cuerpos, así que eso quería decir que cuando ellos estuvieron
rondando por el sótano, el fantasma también estaba en el lugar, acompañándolos en
todo momento y haciéndolos sentir aquel inexplicable frío.
—El fantasma del sótano existe
entonces —dijo KyungSoo alzando su voz por encima de las otras—. ChanYeol y yo
notamos ese mismo frío ayer.
Todos los miraron y ChanYeol notó
contra su cuerpo cómo KyungSoo tenía un pequeño escalofrío, así que lo apretó
fuertemente entre sus brazos para intentar transmitirle un poco de calor,
aunque él estuviera bastante frío también.
—Eso significa que SeHun y ZiTao
también deben de estar allí abajo —murmuró YiFan.
—¿Qué? —cuestionó Lu Han—. ¿Cómo
puedes decir eso? Hemos registrado ese lugar varias veces y allí no había nada.
—Espera Lu —murmuró MinSeok—. Creo
que no han terminado de hablar sobre lo que encontraron y sobre qué es lo que
les hace pensar eso.
—No, no hemos terminado —respondió
el alto antes de seguir contando—. Los fantasmas tienen la capacidad de alterar
el entorno en el que nos movemos de una forma que nadie ha conseguido explicar.
—Las cosas de fantasmas no son una
ciencia exacta —apuntó JongDae.
—Por eso mismo todo son conjeturas
lo que hemos encontrado —dijo YiXing—, pero al parecer los fantasmas nos pueden
cegar para que no veamos cierto tipo de cosas y nos pueden abrir los ojos para
que veamos otras tantas.
—¿Cómo puede ser eso posible? —preguntó
JunMyeon.
—No lo sabemos. Nadie lo sabe —respondió
YiFan—, pero creemos que cada vez que entramos al sótano el fantasma nos ciega
para que no podamos ver a SeHun y ZiTao allí dentro.
El timbre del inicio de las clases
había sonado y los chicos tuvieron que dejar su reunión para ir a clases y que
nadie sospechara nada de lo que estaban haciendo. Solo habían podido hablar de
lo que habían encontrado YiFan y YiXing, pero JongDae y JunMyeon también tenían
varias cosas que decir. La tarde anterior habían conseguido los periódicos que
buscaban del depósito de la biblioteca nacional y luego se habían pasado el
resto del tiempo en la casa de JongDae, buscando entre las noticias de los
diarios. No habían encontrado mucho, pero querían repartirse los periódicos
entre todos para así poder ir mucho más rápido en su investigación.
JongDae aprovechó que aquella
primera hora la tenía libre porque tenía Arte y se centró en buscar en los
periódicos que había cogido aquella mañana de casa para no desperdiciar el
tiempo en el colegio. Alguno de sus compañeros lo miró mal mientras él estaba
enfrascado buscando algo de interés, pero JongDae no les hizo ningún caso y
simplemente siguió con su tarea, esperando que nadie lo molestara porque no
sabía cómo iba a reaccionar ante la gilipollez humana de sus compañeros.
El chico miró el periódico de arriba
abajo, buscando en todas y cada una de las páginas por si hallaba cualquier
pista, frustrándose cada vez que le daba la vuelta a una hoja sin resultados
hasta que sus ojos finalmente dieron con algo. Era una pequeña noticia, no
ocupaba más que la esquina inferior de una de las páginas, pero allí había una
información muy valiosa para él.
«Después de tres semanas de
incansable búsqueda de Ten y John, los dos chicos homosexuales desaparecidos de
la Shindongshin Industrial High School, las autoridades han dado una versión
oficial sobre lo sucedido. El inspector de policía, el señor YunHo dijo en una
entrevista a la prensa que los chicos desaparecidos se habían fugado de sus
casas ya que habían encontrado pruebas en sus pertenencias que indicaban
aquello, por lo que el caso ha sido cerrado.
23 de Noviembre de
2003»
JongDae terminó de leer el artículo
con una sonrisa de satisfacción en su rostro y sacó su teléfono móvil del
bolsillo para echarle una foto a aquellas palabras y mandársela por el grupo a
sus amigos. No tenían mucho, pero al menos era un comienzo, ya que habían dado
con la última vez que había ocurrido aquel suceso.
El móvil de MinSeok comenzó a vibrar
en su bolsillo y el chico miró disimuladamente hacia atrás, notando cómo YiFan
y Lu Han se llevaban distraídamente las manos a los lugares en los que
guardaban sus respectivos móviles. Aquello solo podía significar que alguno de
los demás estaba hablando por la sala de chat que tenían todos y eso se tenía
que deber a que algo de información había sido encontrada. Por eso, MinSeok
tomó con disimulo su móvil y comenzó a toquetearlo por debajo de la mesa.
Cuando pulsó sobre las
notificaciones de la aplicación descubrió que lo que había enviado JongDae era
una foto, así que se la descargó y luego la abrió, ampliándola al ver que las
letras eran demasiado pequeñas, antes de ponerse a leer lo que decían. Cuando
el chico terminó de leer, su cara probablemente reflejaba sentimientos
contradictorios sobre la noticia.
El chico se volvió a girar hacia
atrás y se encontró con las miradas de YiFan y Lu Han al hacerlo. Ellos también
habían leído aquello y estaban impacientes porque acabaran las clases y llegara
la hora del almuerzo para poder hablar largo y tendido sobre el tema.
La espera hasta la hora del almuerzo
a KyungSoo se le hizo eterna después de haber visto aquel mensaje que había
mandado JongDae con lo que había encontrado. Ya tenían las primeras noticias de
lo que había sucedido en el instituto la última vez que había desaparecido
alguien, lo único que debían averiguar era cuando habían sucedido las
anteriores veces y ver qué era lo que había pasado realmente, aunque eso fuera
lo más complicado, ya que solo el director Lee y la policía podían saberlo.
Aun con todo eso, habían avanzado
bastante y eso era algo bueno.
La hora del almuerzo llegó
finalmente y los chicos se reunieron en una de las mesas que había fuera, en los
jardines, para poder hablar con comodidad, aunque allí hiciera bastante frío.
KyungSoo salió del edificio con su comida y en cuanto vio a los demás corrió
los pocos metros que lo separaban de ellos para poder sentarse entre las
piernas de ChanYeol y que su cuerpo lo protegiera de la mayor parte del frío.
Los demás también estaban acurrucados los unos con los otros mientras comían
aceleradamente, en un intento porque las manos no se les quedaran congeladas.
KyungSoo engulló su comida rápidamente y luego prestó atención a lo que
JunMyeon comenzaba a decir.
—La noticia es de hace diez años,
por lo que he pensado que puede haber un patrón y ser cada década cuando hay
desapariciones —comentó—. Podría no estar en lo cierto, pero creo que sería
conveniente leer las noticias de diez en diez años, así nos quitaríamos mucho
trabajo.
—¿Quieres que nos repartamos los
periódicos? —preguntó Lu Han—. Así sería todavía más rápido.
—Sí, sería lo mejor —coincidió JongDae—.
Así podríamos tener todos los nombres mañana o pasado a muy tardar y podríamos
hacer algo más para encontrarlos.
—¿Os parece bien? —cuestionó
JunMyeon y todos asintieron—. Bien, entonces después de clases os venís todos a
casa de JongDae para comenzar.
—¡Oye! No dispongas de mi casa como
si fuera tuya —se quejó JongDae, pero JunMyeon no le hizo ningún caso y
simplemente se levantó de la mesa.
—Me voy adentro, que me estoy
quedando congelado —anunció.
Tras unos segundos, todos lo
siguieron, porque allí fuera hacía muchísimo frío y tampoco era cuestión de que
pescaran un resfriado solo por estar allí fuera para tener intimidad. KyungSoo
caminaba con paso decidido hacia el interior cuando notó cómo la mano de
ChanYeol envolvía la suya con una sonrisa en su rostro. Desde que se conocían,
el contacto físico entre ellos había sido frecuente y constante, tanto, que los
demás creían que estaban saliendo juntos, aunque aquello no fuera cierto, pero
ellos no se habían dignado a desmentirlo. El chico no estaba seguro de por qué,
pero tampoco tenía ganas de pensar mucho en ello, simplemente apretó el agarre
a la mano de ChanYeol y ambos se dirigieron al interior del edificio.
En cuanto las clases acabaron aquel
día, Lu Han recogió todas sus cosas rápidamente y luego salió junto a MinSeok y
YiFan de la clase en busca de sus demás amigos. Había estado algunas veces en
casa de JongDae, pero habían sido solo un par, así que no recordaba exactamente
el camino para llegar a ella y agradeció enormemente que todos hubieran quedado
para ir juntos allí. Estaba expectante desde que habían encontrado aquel
artículo y quería hacer todo lo posible aquella tarde para encontrar más pistas
que pudieran servirles para así ayudar a su hermano y ZiTao a escapar de aquel
fantasma.
La casa del chico no estaba
demasiado lejos del instituto, así que apenas tardaron una media hora andando
en llegar allí. El chico les abrió la puerta y luego los dejó pasar. La casa
estaba en completo silencio, lo que significaba que iban a estar solos allí
mientras buscaban en los periódicos. JongDae desapareció unos segundos,
seguramente para coger lo que necesitaban, y fue JunMyeon el que se encargó de
repartirlos por el lugar para que estuvieran más o menos cómodos. Una vez
estuvieron todos sentados alrededor de la mesa del salón, regresó JongDae
cargado de diarios.
—JunMyeon solo cogió los periódicos
de los meses de noviembre y diciembre que hablaban de nuestro instituto, así
que redujimos bastante el campo, pero aquí he traído los de los años 93, 83, 73
y 63.
—Son periódicos más viejos que
nuestros padres —comentó ChanYeol con una sonrisa en su rostro.
—Lo importante es encontrar lo que
necesitamos —dijo Lu Han—. Da igual lo viejos o nuevos que sean. Dame un
montón, Dae.
JongDae comenzó a repartir los
diarios y Lu Han cogió el montón que le tocó, comenzando a buscar con rapidez,
pero también mirando con atención, cualquier cosa que pudiera servirles.
MinSeok estaba a su lado haciendo lo mismo y los demás, igual. Lu Han les
agradecía enormemente que estuvieran con él ayudándolo con todo aquello y
estando con él en aquellos momentos.
—Muchas gracias —les dijo a sus
amigos sin poder contener durante más tiempo su agradecimiento—. Gracias por
todo.
Todos alzaron la cabeza para
mirarlo, dejando su tarea durante unos momentos aparcada.
—Es lo mínimo que podemos hacer por
ellos —respondió YiXing—. También son nuestros amigos y queremos hacer todo lo
posible por ellos.
—En el 93 también desaparecieron dos
chicos —anunció JunMyeon levantando la cabeza del periódico que leía, llamando
así la atención de los demás—. Se llamaban TaeYong y HanSol y la policía
también le dijo a los medios que se habrían fugado por ser homosexuales.
—¿Han estado diciendo eso los
últimos veinte años? —cuestionó Lu Han, bastante indignado—. ¿Y nadie ha notado
nada raro? Quiero decir, los rumores de desapariciones siempre han rondado por
el colegio, si alguien se hubiera tomado la molestia de investigar…
—Pero es que nadie se ha tomado esa
molestia —terminó por él YiFan—. Simplemente eran adolescentes homosexuales. Ni
siquiera ahora nuestra condición está bien vista por la sociedad, así que no
quiero ni imaginarme cómo sería hace veinte o treinta años.
—Esto es un asco… —protestó el chico,
pero antes de que alguien pudiera decir nada más, KyungSoo alzó la voz.
—Yo he encontrado otro caso, este en
el 73 —el silencio se extendió por la habitación en la que se encontraban
mientras esperaban a que el chico siguiera diciendo más—. Estos se llamaban
JaeHyun y DoYoung —continuó—, pero no dice nada de que fueran homosexuales,
aquí solo dice que sus cuerpos fueron hallados en el sótano de la escuela y la
policía dijo que había sido un suicidio por no poder seguir el ritmo académico.
—En el 83 debió haber algo también —murmuró
JongDae—, e incluso en los periódicos del 63 tiene que haber algo, sino,
JaeHyun y DoYoung fueron los primeros y uno de ellos tienes que ser el fantasma
del sótano.
El salón de JongDae se había sumido
en un silencio bastante incómodo y tenso, tan tenso que se podía cortar con un
cuchillo; pero todos estaban más ocupados en intentar encontrar algo más que en
darse cuenta de aquello. Estaban a nada de poder encontrar algo muy importante,
todos lo sabían, y se lo estaban tomando muy en serio. Fue YiFan quien rompió
el silencio varios minutos después y cuando lo hizo, tenía el semblante muy
serio.
—Aquí está el origen de todo —dijo—.
“Dos chicos de la Shindongshin Industrial High School fueron hallados muertos
con signos de violencia en sus cuerpos ayer en el sótano de la escuela. Sus
nombres eran Kim JongIn y Byun BaekHyun, ambos de primer curso y con un futuro
brillante por delante, el primero en el fútbol y el segundo en el ajedrez. La
policía está buscando algún testigo de lo sucedido para encontrar al culpable”.
—Uno de ellos debe de ser el
fantasma entonces —comentó YiXing—. Uno de ellos dos es quien tiene retenidos a
SeHun y ZiTao.
—¿Y qué podemos hacer para saber
quién es? —cuestionó Lu Han.
—Creo que lo primero que tenemos que
ver es si encontramos algo sobre estos dos chicos en la escuela —dijo JongDae—,
cualquier información sobre ellos nos puede ser útil para intentar averiguar
quién de ellos es y cómo podemos ayudarlo a cruzar al mundo de los muertos para
que deje salir a ZiTao y SeHun.
—¿El instituto tendrá guardadas
cosas de hace tanto tiempo? —preguntó MinSeok—. Hubo un pequeño incendio en
nuestro primer año… y seguro que a lo largo de las décadas ha tenido otros.
—Bueno… si no se quemaron las cosas
que necesitamos en el incendio debería haber algo sobre ellos si los chicos
eran bastante sobresalientes —comentó JunMyeon.
—Lo que hay que ver es cómo podemos
acceder a esa información —apuntó YiXing—. Seguro que está en la zona a la que
solo pueden acceder los profesores.
—Siempre podemos colarnos —propuso
JongDae.
—Otro delito más para agravar
nuestra condena —murmuró JunMyeon, dejando caer su cabeza contra la mesa.
—No es mala idea —dijo KyungSoo—.
Solo tenemos que ver cómo lo hacemos para entrar y salir sin que nadie se dé
cuenta.
Los chicos querían seguir hablando
sobre aquel tema, pero la llegada de la madre de JongDae a casa los interrumpió
y se dieron cuenta entonces de lo tarde que era y que debían volver a casa. Ya
hablarían de aquello al día siguiente y ya verían cuál sería la mejor manera de
entrar y salir sin que nadie llegara a advertir jamás lo que habían hecho.
La mano de YiFan envolvía la suya
mientras iban de camino a la casa de éste —la casa del mayor quedaba mucho más
cerca que la suya de la de JongDae, así que este lo había convencido de que lo
mejor era que se quedara con él aquella noche en vez de ir hasta su propia
vivienda y YiXing no había tenido más remedio que asentir porque cuando YiFan
lo miraba con ojos de cordero degollado no podía resistirse a hacer s voluntad—
y YiXing sentía que su corazón martilleaba rápidamente dentro de su pecho,
aleteando rítmicamente como si se tratase de un colibrí encerrado que quería
escapar. El chico quería pensar que solo la mitad de aquel golpeteo era culpa
de YiFan y que la otra era porque estaban cerca de conseguir la verdad.
—¿A tu padre no le molestará? —preguntó
el chico, recibiendo una mirada severa de su novio, pero YiXing no podía evitar
pensar en que no era bien recibido en la casa del reverendo SiWon.
—No te preocupes por mi padre —le
dijo—. De él me encargo yo.
—Está bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario