Capítulo V
Resurrection
La jarra con el agua estaba sobre la
mesa, en el centro de esta, así que era imposible tomarla para Jongdae. Con un
suspiro llamó la atención de la persona que estaba más cercana a esta para que
se la alargara y unos pocos segundos después, la jarra estaba en sus manos. El
chico pasó la lengua por sus resecos labios mientras vertía el contenido de la
jarra en un vaso, anticipándose al momento en el que por fin calmaría su sed.
Dejó la jarra sobre la mesa y tomó el vaso entre sus manos, llevándoselo a los
labios y dejando que el agua bajara por su garganta. Notó un sabor extraño,
pero lo achacó a que el agua no estaba del todo filtrada y sabía un poco a cal;
sin embargo, cuando ésta en vez de calmarle la sed, incrementó la sensación de
quemazón, supo que algo iba mal. Miró en dirección a la persona que le había
dado la jarra de agua y lo único que pudo ver fue una sonrisa torcida de labios
rojos y ojos de color escarlata brillante, como la sangre fresca.
10
de Noviembre 2013
Jongdae
seguía sin poder creerse lo que había pasado apenas unos momentos antes.
Chanyeol le había contado que era un vampiro y que había mantenido una relación
con él hacía unos setecientos años aproximadamente. También le había hablado de
que uno de los suyos lo había asesinado en aquel momento y lo había seguido
haciendo a lo largo de los siglos con sus respectivas reencarnaciones. El chico
no lo había querido creer al principio, sonaba todo a una mentira demasiado
grande, pero le había dado un voto de confianza yéndose con él a su apartamento
porque después de todo no quería creer que Chanyeol le estuviera mintiendo de
aquella forma tan descaraba.
Lo
que Jongdae jamás se hubiera imaginado era que tras la misteriosa puerta
cerrada hubiera una habitación que guardaba un ataúd de madera oscura, forrado
por dentro de terciopelo rojo y rodeado de vasijas de aspecto bastante antiguo
llenas de tierra.
En
aquellos momentos se encontraba en un profundo estado de shock y aunque
Chanyeol le había preparado una infusión para que se sintiera un poco mejor y
pudiera volver a pensar con claridad, seguía sin poder hacerlo. Todo aquello
era demasiado surrealista, como si se encontrase en un sueño en el que nada de
lo que ocurría tenía sentido.
—Puedes
preguntarme lo que quieras —escuchó decir a Chanyeol en un momento determinado.
Jongdae
alzó su cabeza y se lo encontró bastante cerca de él, mirándolo con lo que el
chico creyó que era preocupación. Tenía muchas dudas, muchísimas, no sabía por
dónde empezar, pero lo primero debía ser asegurarse de que aquello no era
ninguna broma de mal gusto.
—Muéstrame
cómo eres realmente —pidió. La voz le tembló al hacerlo, pero esperaba que la
decisión que mostraban sus ojos fuera suficiente para que el otro accediera.
Chanyeol
asintió a su petición y cerró sus ojos unos momentos. Cuando los volvió a abrir
estos no tenían su habitual color oscuro, ahora eran de un brillante escarlata,
del color de la sangre y en su boca, comenzaron a asomar dos prominentes
colmillos blancos que le cortaron el labio inferior. Jongdae contuvo la
respiración ante la transformación que había ocurrido ante él. No podía
creerlo, aquello no debía ser posible, los vampiros no existían más que en las
leyendas y en los libros de adolescentes, como las demás criaturas de la noche.
Mas allí se encontraba uno de aquellos seres de fantasía, frente a él, con una
expresión extraña en su rostro y algo incómodo, como si no quisiera permanecer
mucho más tiempo de aquella forma.
—Puedes
volver a como estabas antes —dijo porque de todas formas ya no necesitaba más
pruebas y Chanyeol no tardó ni un segundo en regresar al aspecto que Jongdae
siempre había conocido.
—¿Me
crees? —el chico asintió lentamente, así que el vampiro se acercó un poco más a
él, cogiendo una de sus manos entre las suyas. El contacto hizo que se
estremeciera y que Jongdae por fin entendiera algunas cosas que antes le habían
pasado desapercibidas. Piel fría y pálida, facciones sensuales, labios rojos.
Esa descripción le recordó a alguien conocido, pero no sabía a quién
exactamente, su cabeza en aquellos momentos no funcionaba correctamente—.
¿Quieres preguntarme alguna cosa más? Responderé todo con sinceridad.
—¿Por
qué ese vampiro me mató la primera vez? —dijo con curiosidad. Había escuchado
con atención la historia que Chanyeol le había contado pero todavía no podía
comprenderlo.
—Celos
y venganza —respondió—. Habíamos estado juntos durante toda nuestra segunda
vida, pero cuando me enamoré de ti y fui rechazado por la comunidad, dejándolo
así solo por primera vez, enloqueció.
—¿Cómo
pudiste enamorarte de mí si tu corazón no late? —aquella era otra gran
incógnita que le había surgido. Él había estudiado durante sus años de
instituto que lo que hacía que una persona se enamorase de otra era la química,
pero aquello era imposible para un vampiro.
—Es
algo más profundo, no lo puedo describir —contestó pensando en sus palabras—,
como si tú fueras un imán que atrapa mi cuerpo, me siento atraído hacia ti sin
poder remediarlo —lo miró sonriendo—. Supongo que para saberlo habría que hacer
algún estudio sobre cómo funciona mi cuerpo, pero los vampiros no buscan este
tipo de respuestas —Jongdae asintió, rebuscando en su cabeza alguna otra
pregunta.
—¿Las
otras veces también mantuvimos una relación y luego el vampiro me mató?
—No,
solo la primera vez, las demás no llegué a tiempo y solo pude presenciar
impotente cómo la historia volvía a repetirse —dijo, apretando más fuerte su
mano—, por eso esta vez tengo la esperanza de poder salvarte, no dejaré que él
vuelva a hacerte daño —Jongdae esbozó una pequeña sonrisa.
—Eso
me halaga —contestó—, aunque si quien viniera a por mí fuera un tipo normal y
corriente le pediría a Zitao que fuera mi sombra —intentó bromear—. ¿Puedo seguir
preguntando?
—Por
supuesto.
—¿Necesitas
el alimento que comes cuando estamos juntos? —Chanyeol negó—. Me lo imaginaba… —murmuró
sintiéndose un poco mal por aquello—, mmm… ¿todos los animales te odian?
—No,
solo Minah —Jongdae enarcó una ceja—. En realidad solo me odian los animales de
compañía, los que están en estado salvaje me temen y simplemente no se acercan
a mí —respondió con una sonrisa.
—Y…
¿cuál es tu secreto para mantenerte tan joven a pesar de tener casi mil años? —preguntó
con curiosidad y, dejando a un lado del todo la confusión y el estrés que había
estado sintiendo, continuó con una sonrisa—. Muchas personas pagarían por
saberlo.
—Para
eso bebo sangre.
—Sangre
humana, ¿cierto? —el otro asintió—. Me esperaba que me mintieras y dijeras que
eras un vampiro defensor de los derechos de los humanos y que jamás beberías su
sangre para mantenerme tranquilo.
—He
dicho que contestaría con sinceridad a todas las preguntas que me hicieras —se
levantó del suelo, donde había estado sentado en cuclillas mientras tenía lugar
la conversación y se sentó en el brazo del sofá, más cerca de él—. No te voy a
mentir, he atacado a humanos para beber de su sangre y poder sobrevivir, aunque
durante un tiempo, cuando él te arrebató de mi lado la primera vez quise morir
y no lo hice.
—¿Y
qué hizo que quisieras seguir adelante?
—Yifan.
—¿Cómo?
—preguntó porque no había entendido lo que había dicho.
—Wu
Yifan, un vampiro tan antiguo del que todos dicen que podría haber sido incluso
el vampiro primigenio —respondió—. Él fue quien me convirtió en lo que soy
ahora y quien, a pesar de no detenerlo jamás para que no te volviera a hacer
daño, me puso siempre tras tu pista para que te encontrara.
—Me
gustaría conocerlo.
—Creo
que ya lo conoces, aunque cambia de aspecto a placer —contestó—, y, de todos
modos, preferiría que no te cruzaras mucho con él.
—¿Por
qué?
—Porque
todavía no estoy seguro de si todos estos años que ha pasado dándome las claves
para que te encontrara justo cuando él te mataba era para castigarme y hacerme
daño o para ayudarme —contestó—. Tampoco tengo del todo claro algunas cosas,
hay detalles que se me escapan y no puedo confiar del todo en él como hacía en
el pasado.
—Intentaré
mantenerme alejado de él, aunque no sepa cuál es su apariencia —sonrió, pero se
puso serio apenas unos segundos después—. ¿Has matado alguna vez?
—Sí,
sobre todo en mis primeros años —Chanyeol frunció sus labios en una fina línea—.
Soy un monstruo.
—No,
no —Jongdae apretó sus manos unidas—. No eres ningún monstruo —dijo mirándolo a
los ojos con sinceridad—. Todo esto me ha sorprendido bastante porque lo que
menos me iba a imaginar que me estabas escondiendo era todo esto, pero no me
parece que seas ningún monstruo… de hecho, me parece bastante romántico eso de
que hayas estado buscando mis reencarnaciones a lo largo de los siglos para
poder estar conmigo de nuevo.
—¿Eso
quiere decir…? —Jongdae no lo dejó terminar, lo tomó por el cuello de su camisa
con su mano libre y tiró de él hasta que sus labios se encontraron. Ambos
sonrieron dentro del beso. No necesitaban decir más palabras para saber lo que
sentía el otro.
Jongdae
había pensado durante casi un mes que era demasiado extraño sentirse atraído
por Chanyeol, como si fuera una estrella y él uno de los planetas que gravitara
a su alrededor. Todavía había muchas cosas que quería saber sobre él, tenía que
ponerse al día de más de ochocientos años de la vida del otro, pero por el
momento, sentía que no necesitaba nada más. Durante los días en los que lo
había estado ignorando lo había pasado realmente mal y ahora que todo estaba
aclarado su intención era no volver a separarse de él.
12
de Noviembre 2013
—Pareces
más animado —le comentó Yixing en voz baja mientras estaban codo con codo
haciendo una investigación para un trabajo en la biblioteca de la facultad—. La
semana pasada parecías bastante decaído.
Jongdae
se sorprendió al escuchar aquellas palabras pronunciadas en un coreano más o
menos entendible que le hizo saber al momento que su amigo se había aplicado
bastante en los últimos tiempos para aprender correctamente el idioma, pero
también se sorprendió porque el chico había notado su mal estado de ánimo
durante el tiempo que había estado sin hablarse con Chanyeol. Yixing era un
gran amigo.
—Tuve
algunos problemas —le contestó, sin dar más detalles, pero al igual que él,
Yixing no podía quedarse sin saber absolutamente todo y ya que había conseguido
un pedazo de información no iba a parar hasta obtenerla absolutamente toda.
—¿Problemas
familiares de nuevo? —preguntó, Jongdae negó con la cabeza.
—No,
esos están más o menos solucionados —el chico no le había contado todo sobre el
incidente de su familia, pero le había hecho entender que era un asunto
complicado y que más adelante, cuando se sintiera preparado para hablar de
ellos y la persona implicada le diera permiso, se lo contaría.
—Si
no es familia tiene que ser amor —Yixing dio en el clavo y Jongdae tragó saliva
porque repentinamente tenía la boca muy seca—. Creo que he acertado. ¿Tiene que
ver con ese chico tan alto y guapo que ha venido a recogerte algunas veces?
—Bueno,
Sehun es el chófer de mi familia por lo que tiene que venir a recogerme —dijo,
intentando desviar la atención y que la conversación no fuera sobre Chanyeol.
No hacía ni dos días que había descubierto que era un vampiro y sentía que si
le hablaba de él a Yixing este podía sacarle cualquier información que no
debiera ser descubierta.
—No
hablo de él, aunque me gustaría bastante conocerlo —comentó—. ¿Sabes si tiene
novia o es de la otra acera? —Jongdae negó, aunque quedó bastante sorprendido
por lo que acababa de escuchar—. Pregúntale y pásale información sobre mí —Yixing
le guiñó un ojo traviesamente—. En fin, yo me refería al otro chico que viene a
recogerte últimamente, alto, guapo, de ojos oscuros, piel pálida y labios rojos
—aquella era una perfecta descripción de Chanyeol, aun así, Jongdae intentó
hacerse el loco pretendiendo no saber a quién se refería—. Kim Jongdae,
cuéntamelo —ordenó, alzando un poco más la voz, haciendo que las personas que
estaban a su alrededor alzaran sus cabezas y le chistaran para que guardara
silencio—. Lo siento —se disculpó en un susurro antes de regresar su atención a
Jongdae—. Me lo vas a contar sí o sí.
—Está
bien —se rindió el chico—, pero primero acabemos esto en silencio o nos van a
echar de aquí.
Un
par de horas después salían de la biblioteca en la que se habían pasado toda la
tarde y Jongdae le hablaba mientras caminaban por los pasillos de la
universidad. No le contó sobre la condición de vampiro del otro y le mintió
sobre el asunto de su pelea, pero al menos, Yixing pareció satisfecho con la
información y se despidió de él con una sonrisa, recordándole que le mencionara
a Sehun sobre él. Jongdae aprovechó que había sido el chófer quién había ido a
recogerlo ese día para hablarle maravillosamente de su amigo Yixing y, aunque
no lo demostrara abiertamente, este se mostró bastante interesado en el chico.
En
aquel momento, pensó que quizás sus días podrían ser tan normales como lo eran
antes de conocer a Chanyeol, cuando era solamente el segundo hijo de una
familia rica que estudiaba periodismo en la universidad y que aspiraba a ser
alguien que pudiera informar con la verdad, sin ocultar absolutamente nada al
público.
Jongdae
no tardaría mucho tiempo en descubrir cuán equivocado estaba.
15
de Noviembre 2013
Era
viernes, así que como no tenía clases presenciales aquel día, Jongdae se dedicó
a terminar todo lo que tenía atrasado mientras, de vez en cuando, le rascaba a
Minah detrás de las orejas con el bolígrafo. Se escuchó toda la discografía de
su cantante favorita varias veces mientras redactaba y redactaba trabajos
porque sus profesores tenían la mala costumbre de pensar que los alumnos tenían
una sola asignatura, la suya, y que se podían permitir mandarles hacer un
montón de cosas para hacer.
A
mitad de la tarde, cuando ya definitivamente le estaba prestando más atención a
los ronroneos de la gata y a lo que hacía Joonmyun con las macetas del jardín
trasero que a terminar lo que tenía que entregar el lunes siguiente, se levantó
de la silla de su escritorio para estirar un poco las piernas y la espalda
porque sentía los músculos agarrotados. En ese momento, escuchó varias voces en
el pasillo, las dos igualmente estridentes, aunque una de ellas seguro que
superaba el nivel de decibelios permitido, así que se dirigió a la puerta de su
habitación y la abrió, asomándose a este y descubriendo así a su hermano menor
y a su amigo, Baekhyun dirigiéndose al cuarto del primero.
Ellos
no se dieron cuenta de su presencia, así que Jongdae se encogió de hombros
esbozando una sonrisa. Era bueno volver a ver sonreír a Jongin y formar
escándalo como antes.
El
chico volvió a su habitación, cerrando la puerta tras de sí, dirigiéndose luego
a la cama, donde había dejado su teléfono móvil. Lo desbloqueó y vio una serie
de mensajes de Chanyeol en kakao talk,
así que abrió la conversación y los leyó todos con una sonrisa. Estaba
preocupado por su seguridad y quería verlo lo más pronto posible porque lo
echaba de menos. Jongdae había entendido en esos pocos días que habían pasado
desde que el otro le había contado la verdad, que estaba realmente enamorado de
él y que lo único que quería era que estuviera a salvo para poder estar a su
lado. Todavía le parecía increíble que hubiera vivido cientos de años
buscándolo y encontrándolo una y otra vez siendo asesinado por otro vampiro. El
chico sentía curiosidad por el nombre de ese vampiro y por su aspecto, aunque
según había entendido los vampiros podían cambiar este a placer y seguramente
no lo podría reconocer por más que Chanyeol le describiera su apariencia.
Le
escribió con una sonrisa una respuesta corta asegurándole que estaba bien y
luego dejó el móvil en el mismo lugar del que lo había cogido con renovadas
fuerzas para seguir con todo lo que tenía que hacer.
Era
ya noche cerrada cuando Jongdae salió de nuevo de su habitación, habiendo
terminado todo, y se dirigió a la cocina para cenar algo. Era algo tarde y su
familia ya había cenado. Jongin lo había llamado para que fuera a comer pero él
le había contestado que prefería acabar lo que tenía que hacer antes de salir
de su encierro porque si no, no volvería a ponerse y tenía que hacerlo. El
chico esperaba que en la nevera se encontrara su plato, tapado con papel
transparente de cocina y en perfectas condiciones, o al menos esperaba un plato
con las sobras, le daba lo mismo porque tenía mucha hambre.
Después
de cenar subió de nuevo a la segunda planta y vio luz en la habitación de su
hermano mayor, así que pensó en hacerle una visita para ver cómo se encontraba.
Llamó a la puerta con los nudillos, esperando una respuesta por parte de
Minseok que no llegó, cualquier otra persona se hubiera ido pensando que se
habría quedado dormido para no molestar su sueño, pero Jongdae sabía que su
hermano era muy sensible a la hora de dormir y que necesitaba estar en la más
absoluta oscuridad, ya que cualquier mínima luminosidad lo despertaba. Por eso,
preocupado, el chico entró a la habitación, encontrándose a su hermano en la
cama, con los ojos cerrados, respirando agitadamente, pálido y sudando abundantemente.
—Minseok
—llamó acercándose a la cama y llevando su mano a la frente de su hermano,
notando así, cómo su temperatura era bastante alta—. Estás ardiendo —murmuró.
No
sabía muy bien lo que tenía que hacer, pero había visto muchas veces a su madre
haciéndolo cuando él estaba enfermo, así que lo intentaría. Una media hora más
tarde, Minseok parecía encontrarse mejor gracias a sus cuidados, por lo que el
chico se permitió relajarse un poco. Miró a su hermano, aliviado, porque se
había llevado un gran susto y notó cómo el sudor se le pegaba al cuerpo.
Jongdae sabía que el sudor lo haría sentirse incómodo y pegajoso, así que fue a
por una toalla al baño y la humedeció para después comenzar a retirar todo el
sudor. Estaba tan concentrado en su tarea que casi pasa por alto unas extrañas
marcas en el cuello de su hermano. Estaban cerca de la nuca, en un lugar poco
visible debido al pelo, pero eran muy notables y parecían no tener mucho
tiempo.
Jongdae
se acercó para examinarlas. Parecían… dos incisiones, como si fueran… la
mordedura de los colmillos de un vampiro. Rápidamente se alejó de su hermano
con miedo. Un vampiro había estado en aquel lugar, un vampiro había mordido a su
hermano, un vampiro iba a por él y quería matarlo.
Salió
de la habitación tambaleándose, corriendo por el pasillo. Tenía que irse lo más
pronto posible de aquel lugar, tenía que ir con Chanyeol ya que eso era lo que
el otro le había dicho si notaba que algo sospechoso sucedía a su alrededor.
Tenía que huir y esconderse.
13
de Noviembre 2013
Chanyeol
regresó a su apartamento después de ir a comprar algo de comida para cuando
Jongdae se quedara en casa, para él nunca había comprado nada, pero el chico sí
tendría que comer, se estaba afanando en que él no se le acercara, así que no
podía simplemente dejarlo morir de hambre. Sacó las bolsas del coche y luego
subió a su piso con estas, quizás para una persona normal hubiera sido
demasiado duro cargar con todo aquello, pero al vampiro no le pesaban en
absoluto, así que en momentos como aquellos era una gran ventaja ser alguien
dotado de una fuerza sobrenatural.
Estaba
bastante animado porque ya no tenía secretos para el chico, le había contado
absolutamente todo sobre su vida pasada en común y sobre todo lo que él había
vivido intentando encontrarlo, pero su buen estado de ánimo se vino abajo en
cuanto el ascensor llegó a su planta y se encontró en la puerta de su
apartamento a una persona a la que no quería ver, porque eso significaba
problemas.
—Yifan
—dijo.
—Nos
volvemos a encontrar —contestó el otro.
—Esta
es mi casa, ¿qué haces aquí?
—Quería
hablar unos momentos contigo… sobre el chico —aquellas últimas palabras
retuvieron unos momentos a Chanyeol en el sitio en el que se encontraba, pero
negó con la cabeza. No quería escuchar lo que tuviera que decirle sobre
Jongdae.
—No
quiero hablar contigo de él.
—Sabe
sobre la existencia de los vampiros.
—Sí,
yo mismo le hablé de ella —confesó.
—Es
peligroso que un humano lo sepa porque puede extenderse a toda la población y
comenzará la caza de nuestra especie, como ya ha ocurrido otras veces —dijo.
—Lo
siento, pero era la única manera de retenerlo junto a mí —Chanyeol pasó por su
lado e introdujo la clave de su apartamento para entrar, dejó las bolsas junto
a la puerta y miró hacia fuera, notando cómo Yifan intentaba ingresar a su piso
sin el correspondiente permiso—. Ser un vampiro tiene sus inconvenientes,
¿verdad? No podrás entrar a este lugar a no ser que yo te invite y eso no va a
suceder.
—Chanyeol
—la voz grave de Yifan lo detuvo, dejándolo paralizado y este maldijo por lo
bajo porque no recordaba que su creador podía ejercer su voluntad sobre el
vampiro que había creado—. Déjame entrar a tu casa —Chanyeol intentó
resistirse, pero le fue completamente inútil.
—Adelante
—dijo y en ese momento, el otro se retiró de su mente, entrando a su
apartamento.
Chanyeol
lo tuvo que seguir a regañadientes, tomando las bolsas que había dejado en la
entrada y dejándolas en la cocina, sobre la mesa, comenzando después a guardar
su contenido en los estantes y en el frigorífico. Vio cómo Yifan daba una
vuelta por su apartamento, observándolo absolutamente todo con gran
detenimiento, antes de ir junto a él.
—Te
has establecido en un buen lugar —comentó.
—Ventajas
de ser millonario.
—También
he podido notar que el chico pasa bastante tiempo aquí —dijo como quién habla
sobre el tiempo.
—Sí,
es la única forma que tengo protegerlo de él —respondió, guardando unas
verduras. Sentía la oscura mirada de Yifan sobre él y sabía que iba a decirle
algo más antes siquiera de que hablara.
—He
venido a hacerte otra advertencia —Chanyeol puso toda su atención en el vampiro
que tenía ante sí—. Él va a comenzar a moverse y no va a parar hasta que
consiga su objetivo.
—¿Has
hablado con él?
—No,
pero he visto que algo así iba a suceder, por eso he venido a advertirte —respondió.
—¿Esta
vez por fin has elegido un bando?
—Para
él, matar al chico cada vez que se reencarna se ha convertido en una obsesión y
tú ya has sido castigado lo suficiente —comenzó—. No he tomado ningún bando
porque ambos sois mis más preciados tesoros, simplemente, esta vez haré que la
balanza se incline a tu favor —y tras decir esto, desapareció.
—¿Esta
vez?
Chanyeol
siempre se había preguntado cómo él había sido capaz de encontrar a Jongdae tan
fácilmente la primera vez cuando lo había escondido en un lugar en el que debía
haber sido imposible de ubicar y siempre había dudado de Yifan, siempre había
pensado que él había tenido algo que ver, pero después de eso, ya lo tenía
perfectamente claro. Había sido Yifan quién le había revelado el paradero de
Zhongda para que él lo encontrase en la inmensidad de aquel bosque.
15
de Noviembre 2013
Se
encontraba tumbado en su cómodo ataúd, descansando para recuperar fuerzas.
Hacía tiempo que no probaba la sangre y necesitaba de sus propiedades para no
sentirse tan cansado como se encontraba en aquellos momentos, pero las semanas
anteriores no había tenido la ocasión de hacerlo. Sin embargo, el descanso que
tanto necesitaba no pudo hacerse realidad porque escuchó el timbre de la puerta
de su apartamento sonar. Quiso remolonear y quedarse en aquel lugar en el que
llevaba tantos días ansiando estar, pero el insistente sonido no se detuvo y
Chanyeol tuvo un mal presentimiento, así que directamente se transportó a la
puerta, viendo por la mirilla a Jongdae, con el miedo pintado en su rostro.
—Jongdae
—dijo abriendo la puerta y este se acercó hasta él para envolver su cintura con
sus brazos y pegar su cabeza a su pecho, temblando levemente—. ¿Jongdae?
—Vampiro
—lo escuchó susurrar—. Un vampiro ha estado en mi casa.
En
ese momento, Chanyeol lo apretó fuertemente entre sus brazos para poder
transmitirle la calma que necesitaba en esos momentos y luego cerró la puerta
de su piso para que nadie pudiera escuchar su conversación. La ira se estaba
apoderando de él, pero debía tranquilizarse por el bien de Jongdae y, además,
tenía que preguntarle por los detalles de lo que había sucedido.
—¿Qué
ha pasado? —preguntó. El chico alzó un poco su cabeza, para situarla entre su
hombro y su clavícula y apretó el agarre que mantenía en su cintura—.
Cuéntamelo, por favor —le pidió.
—Yo…
entré a la habitación de mi hermano Minseok para ver cómo se encontraba —comenzó
Jongdae—, estos últimos días ha estado muy enfermo y estaba muy preocupado, así
que cuando lo vi peor que de costumbre, mucho más pálido y con una fiebre
altísima me afané en intentar que su estado volviera a ser más o menos normal —Chanyeol
notó cómo tenía que coger aire para poder continuar con su relato, ya que
parecía difícil para él que las palabras salieran de su garganta—. En ese
momento me di cuenta de que tenía dos marcas en su cuello, como si se trataran
de la mordedura de un vampiro.
Chanyeol
intentó controlarse de nuevo, haciendo unos esfuerzos sobrehumanos para esto.
Él había estado tan cerca de Jongdae que podría haberlo matado de nuevo y ni
siquiera se hubiera enterado. La ira se acumulaba en su interior por este
hecho, había estado a punto de perderlo por no estar atento y no se lo hubiera
podido perdonar jamás. Sin embargo, aquello en aquel momento, cuando estaba
estrechándolo entre sus brazos y Jongdae estaba a salvo, no era lo importante,
en lo que tenía que centrarse ahora era en lo que le había contado este. Tenía
que calmarse y poder así pensar con claridad.
Su
hermano mayor había sido mordido, pero había dos clases de mordedura: aquella
que te transformaba en vampiro y aquella que solo era dejada tras la succión de
sangre. Chanyeol esperaba sinceramente que fuera la segunda opción porque la
primera le traería muchos problemas.
—Cuéntame
exactamente cómo se encontraba tu hermano —pidió, para poder así determinar
cuál había sido la mordedura y cuando el chico le explicó detalladamente,
suspiró tranquilo—. Solamente lo han mordido para poder tomar su sangre, no se
va a convertir en vampiro.
—Creía
que si un vampiro te mordía, te convertías en uno inmediatamente entre grandes
fiebres y cosas así —murmuró Jongdae, parecía un poco más tranquilo al conocer
que su hermano no iba a transformarse.
—No
todo lo que ves en las películas o lees en los libros es verdad —comentó
Chanyeol.
—Entonces…
¿cómo es la conversión? —ahora había curiosidad en su pregunta, el miedo
parecía haberse ido diluyendo poco a poco con la noticia de que su hermano no
sería transformado.
—Un
humano solo se convierte en vampiro cuando ha sido mordido mientras mantenía
relaciones sexuales —aquel dato pareció sorprender a Jongdae, porque por
primera vez desde que había llegado, alzó la cabeza y lo observó, intentando
determinar si mentía o no.
—¿En
serio?
—Muy
en serio —el chico sonrió levemente, antes de volver a poner una expresión
seria en su rostro.
—Mi
hermano… ¿puedes ayudarlo?
—Solo
puedo hacerlo matando al vampiro que está tomando su sangre —respondió—, y si
estoy en lo cierto, es él quien lo ha mordido.
—¿Él?
—Sí.
Él, aquel que va detrás de ti —respondió—. Así que por eso me gustaría que te
quedases conmigo aquí, unos días al menos, ya que si ha entrado a tu casa es
porque tiene el permiso para hacerlo, pero aquí no podrá entrar de ninguna
forma y no podrá encontrarte.
—¿Cuánto
tiempo? —preguntó Jongdae—. Tampoco puedo desaparecer así como así, dejando a
mi familia a merced del vampiro y tengo clases a las que asistir.
—No
los dejas a su merced —dijo Chanyeol—. Él solo te quiere a ti y si ha estado
tomando sangre de tu hermano es porque de esta forma puede estar cerca de ti
mientras se hace más fuerte y a la universidad puedes ir, yo te llevaré y te
recogeré.
—Está
bien —murmuró—. ¿Tomando sangre os hacéis más fuertes? —el vampiro asintió—.
¿Desde cuándo no tomas tú?
—Hace
unas semanas.
—Idiota
—Jongdae le pegó un manotazo en el pecho, sorprendiéndolo—. ¿Qué pasa si viene
ahora? Te matará porque estás débil.
—No
creo que me mate —respondió—. Lo que él quiere es verme sufrir, así que no te
preocupes por eso.
—Está
bien, haz lo que quieras —el chico se separó por completo de él y caminó hacia
el sofá para sentarse en él—. ¿Cuánto quieres que me quede?
“Por mí, toda la eternidad”.
—Al
menos cuatro o cinco días, más sería extraño para tu familia y menos haría que
pudieras estar en peligro —Jongdae asintió.
—Le
mandaré un mensaje a Jongin diciéndole que me quedo contigo y que vigile un
poco el estado de Minseok, aunque tampoco quiero ponerlo en peligro —sacó su
teléfono móvil y comenzó a escribir, a borrar y a volver a escribir lo que
quería decirle a su hermano con el ceño fruncido en un gesto de concentración.
Chanyeol
sonrió. Ahora que estaba allí con él podía relajarse un poco, ya no tenía nada
que esconder en la habitación cerrada y, de esta forma, podía estar seguro de
que no le pasaría absolutamente nada. Sin embargo, para cuando regresara a su
casa tendría que hacer algo, porque no podía dejarlo ir sin saber si realmente
estaría bien o pasaría algo como aquello otra vez.
Él
ya había entrado en su casa y lo haría de nuevo.
19
de Noviembre 2013
Jongdae
acababa de salir de la ducha con el pelo castaño mojado pegado a su rostro y su
nuca y dejando caer pequeñas gotas que, o bien recorrían su cuerpo de forma
sinuosa o bien directamente caían al suelo. Solo llevaba puesto unos
calzoncillos que había cogido prestados de su cajón y que se le ajustaban perfectamente,
dejando al descubierto toda la blanca piel de su cuerpo. Quizás si aquello
fuera la historia de un libro y no la realidad, el chico no tendría más que el
pelo de su cabeza, pero que sus piernas se vieran morenas debido al enjambre de
vello no era algo que le molestase a Chanyeol, de hecho, hacía que fuese algo
más real, más tangible.
El
vampiro no supo cuánto tiempo exactamente se pasó mirando el cuerpo semidesnudo
de aquel chico paseándose de un lado a otro de su apartamento sobre el
periódico que había bajado a comprar apenas unos minutos antes, quizás fueran
horas, o quizás minutos, pero solo pudo regresar a la normalidad cuando escuchó
la voz de Jongdae, que había cogido una toalla y se secaba el pelo para que
dejara de gotear, frente a él.
—Me
dijiste que solo había una forma de convertir a un humano en vampiro, ¿cierto?
—Sí,
¿por qué lo preguntas? —dejó el diario sobre la mesa, para centrar su atención
ahora deliberadamente en el chico.
—Tenía
curiosidad por saber si habías convertido a alguien —dijo Jongdae, sentándose
en el brazo del sofá, muy cerca de él.
—No,
nunca —respondió sinceramente—. No es una vida que desee para alguien más, el
primer siglo se pasa muy mal porque no te acostumbras a tu nuevo cuerpo del
todo y porque has visto morir a todas aquellas personas que te importaban
cuando todavía eras humano —alzó un poco la cabeza y miró a Jongdae—. Cuando a
un vampiro convierte a un humano es porque necesita un compañero, yo he estado
demasiado preocupado buscándote, así que no quería ni necesitaba a nadie más —una
gran sonrisa apareció en el rostro del chico—, pero si me preguntabas esto
porque querías saber si había mantenido relaciones sexuales con otras personas
en este largo período de tiempo, no te mentiré, sí que las he mantenido —la
sonrisa desapareció tan rápido como había llegado y Chanyeol supo que había
dado en el clavo con su teoría.
—Le
has quitado toda la magia —Jongdae le dio un manotazo en el hombro y se
levantó, dispuesto a alejarse de su lado, pero el vampiro fue más rápido y lo
atrapó por la cintura antes de que diera siquiera un paso, guiándolo hasta él
de nuevo, haciendo que se sentara sobre sus piernas, con las rodillas cada una
a un lado de sus caderas.
—Te
dije que no iba a mentirte, así que te he contado la verdad —comentó, mirándolo
a los ojos—. Tengo especial recuerdo de una señorita hace poco, de lejos, sin
oler su esencia me pareció una vampiresa, pero al acercarme vi que solo era una
humana de extraordinaria belleza y no pude hacer más que llevármela a la…
—Oh,
cállate —murmuró Jongdae, inclinándose hacia delante para besar con furia sus
labios. Lo había puesto celoso y eso que el encuentro con aquella chica había
sido varios meses antes de saber que él había renacido de nuevo. Chanyeol
sonrió dentro del beso e hizo más firme
el agarre que mantenía en la cintura del chico.
—¿Celoso?
—preguntó cuando se separaron apenas un segundo porque Jongdae necesitaba un
poco de aire.
—No
—respondió mirándolo fijamente con sus ojos castaños—. Solo te preguntaba
porque quería saber si habías convertido a alguien, no quería estar al tanto de
las personas con las que te has acostado, que lo más probable es que sean
bastante más de las que se pueden contar.
—Está
bien… —murmuró Chanyeol—, ¿y por qué ese interés en saber si he convertido a
alguien o no?
—Porque
he estado pensando en que quizás fuera mejor para todos que me convirtieras en
vampiro.
Su
sincera respuesta dejó a Chanyeol bastante sorprendido y un poco enfadado a la
vez, aunque sabía que no tenía que sentirse así porque el chico se lo iba a
pedir más pronto que tarde. Aun así, no pudo evitar que su rostro reflejara
antes que sus labios su respuesta y que Jongdae se entristeciera por esto.
—Ahora
no puedo hacer algo como eso —le dijo, intentando suavizar la situación—. Eso
pondría en peligro a tu familia porque tú ya no serías alguien débil a quien
poder matar —cogió una de las manos del chico, que se posaban en sus hombros y
entrelazó sus dedos—. Además, al convertirte en vampiro, deberás dejar atrás
toda tu vida, no podrás volver a ella por más que quieras porque si emprendes
este viaje, debes saber que no hay posibilidad de retorno.
—Pero
entonces… ¿cómo podré enfrentarme a él si tú no estás cerca?
—No
puedo convertirte en vampiro —comenzó Chanyeol, captando toda su atención—,
pero hay otra forma para hacer que no seas tan vulnerable ante él.
—¿Qué
forma? —preguntó Jongdae con curiosidad.
—¿Has
oído hablar del bautismo del vampiro?
—Jamás
en mi vida —negó, exigiéndole una explicación con su mirada.
—Bueno,
me habría sorprendido mucho que lo supieras —comentó Chanyeol con una sonrisa—.
El bautismo del vampiro es algo que hace que las dos personas vinculadas puedan
sentir los pensamientos de la otra parte, no todos, pero si los que son
provocados por situaciones inesperadas o peligrosas, así que eso me haría poder
saber si te ha pasado algo mientras yo no estoy a tu lado y si necesitas mi
ayuda —explicó.
—Eso...
¿cómo puede ser posible? ¿Y cómo se haría?
—Yo
tomaría un poco de tu sangre y tú beberías también de la mía, así, con el
intercambio, se produce una conexión que va más allá del entendimiento.
Cuando
terminó de hablar, notó cómo Jongdae parecía todavía un poco confuso, pero poco
a poco parecía comenzar a entenderlo. Era un poco complicado de comprender a la
primera, pero se trataba simplemente un intercambio de sangre entre el humano y
el vampiro que los conectaba mentalmente, por lo que así podría saber en el
momento si estaba en peligro. Chanyeol había estado pensando durante los
últimos días cuál sería su mejor opción cuando el chico no estuviera cerca y
esa era la que mejor iba a funcionar en la situación en la que se encontraban,
así que esperaba que el chico no se negara, porque no habría otra cosa que
pudiera hacer por él entonces, solo estar pegado a su cuerpo como si de su
sombra se tratase.
—Está
bien —dijo tras unos momentos, haciéndolo sonreír—, pero ten cuidado, tengo el
cuello sensible.
—¿Quién
ha dicho que te vaya a morder en el cuello? —replicó el vampiro, señalando la
mano que aún sostenía con la suya a la vez que cambiaba.
Notó
cómo Jongdae se tensaba al verlo de aquella forma, pero no podía dejar lo que
iba a hacer por eso. Con rapidez, llevó su boca a la muñeca del chico y mordió en
el lugar en el que la sangre latía con mayor fuerza bajo la piel, sintiendo su
sabor metálico y salado en la lengua un segundo después. La sangre de Jongdae
siempre le había resultado tentadora y, ahora que la probaba por primera vez,
podía decir que era una de las mejores que había tomado, pero no podía dejarse
llevar por sus instintos, debía controlarse para no hacerle ningún daño, debía
alejarse.
Chanyeol
se separó de la muñeca de Jongdae a duras penas con la sangre aun en su paladar
y se mordió la propia para que el chico pudiera beber la suya y así se
completara el intercambio lo más rápidamente posible. Pero la persona que
estaba frente a él comenzó a dudar, el vampiro lo notó por la forma en la que
lo miró, así que quiso tranquilizarlo para que pudiera hacer aquello sin ningún
temor.
—Jongdae…
—comenzó.
—No
digas nada, solo tengo que mentalizarme de que la sangre no sabe mal —lo cortó
el chico y tragó saliva antes de acercarse a su muñeca, mirándola fijamente. El
vampiro casi podía jurar que oía los pensamientos de Jongdae y que en estos se
estaba diciendo que podía hacerlo mil quinientas veces por segundo.
—Tiene
que ser rápido —lo instó—, o no habrá servido de nada —no había acabado de
decir aquella frase cuando sintió los finos labios del chico sobre su muñeca quemando
como fuego y tomando su sangre con su lengua. Solo habían pasado unos segundos
cuando Chanyeol comenzó a sentir los pensamientos de Jongdae, esta vez de
verdad—. Ya está, puedes detenerte —le dijo.
El
chico se separó lentamente de su muñeca y luego lo miró a los ojos con los
suyos brillando de deseo. Chanyeol se mordió el labio inferior en un gesto que
distaba de ser provocativo, pero que encendió a Jongdae porque se inclinó rápidamente
hacia él para tomar sus labios. El vampiro sabía que aquello podría llegar a
pasar después del intercambio, no por nada se lo llamaba el bautismo del
vampiro, ya que generalmente se hacía justo antes de la conversión, pero él no
quería convertir a Jongdae.
—Jongdae
—murmuró contra sus labios—. Jongdae para, hoy no podemos…
Pero
el chico no hizo caso alguno a sus palabras y metió una de sus manos bajo su
camiseta, haciendo que el contraste de calor y frío le provocara un escalofrío
que le recorrió toda la columna vertebral y que su decisión flaqueara
miserablemente ante esto.
Por
aquella vez estaría bien, podía dejarse llevar, casi había pasado en otra
ocasión, cuando Jongdae se enfadó con él por el tema de la puerta, solo tenía
que concentrarse en no morderlo y todo iría bien. Con aquellos pensamientos,
Chanyeol comenzó a responder al beso y a tocar la piel de Jongdae como este
estaba haciendo con él.