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jueves, 19 de enero de 2017

[Capítulo 12] El Instituto de la Muerte {Varias}



            ZiTao estaba impaciente después de escuchar la conversación que estaba teniendo lugar en el sótano entre el espíritu que los mantenía retenidos y sus amigos que habían bajado a aquel lugar para intentar liberarlos. Parecía que finalmente iban a poder salir de aquel lugar, que ya no iban a tener que pasar más días a base solo de beber pequeños sobros de agua y barritas energéticas, viviendo con miedo a morir cualquier día. Sin embargo, no podían cantar victoria todavía, no hasta que el fantasma por fin hiciera algo.

jueves, 12 de enero de 2017

[Capítulo 11] El Instituto de la Muerte {Varias}



            KyungSoo dudaba mucho que esa vez fueran a obtener algo más del fantasma, pero por intentarlo que no quedara, debían hacer todo lo que pudieran ayudar a SeHun y ZiTao y si eso incluía ser pesados con el espíritu que los tenía retenidos, lo harían.

            Los chicos se dirigieron al  agujero en la valla por el que se habían estado colando de forma asidua en los últimos tiempos y después ingresaron a los terrenos del instituto, dirigiéndose al sótano. El camino ya le era más que conocido a KyungSoo, así que no le prestó ninguna atención a este. Sus ojos estaban fijos en la espalda ancha de ChanYeol ante él, en el brazo que tenía extendido hacia atrás y cuya mano grande se agarraba a la suya, envolviéndola completamente y llevándolo hacia delante.

jueves, 22 de diciembre de 2016

[Capítulo 10] El Instituto de la Muerte {Varias}



            SeHun y ZiTao se quedaron muy quietos cuando oyeron aquella noche cómo se abría la puerta del sótano y cuando poco después vieron que se trataba de sus amigos, intentaron llamar su atención, pero el fantasma no los dejó. Generalmente se podían mover más o menos libremente por el sótano, pero en aquellos instantes ni siquiera podían llegar a una fila de cajas para empujarlas y armar ruido para que los demás supieran que estaban allí.

jueves, 15 de diciembre de 2016

[Capítulo 9] El Instituto de la Muerte {Varias}



            Al final, KyungSoo había decidido quedarse en su casa a pesar de que RyeoWook y HyoYeon no parecían estar todavía de muy buen humor para que al chico le fuera bien quedándose y ChanYeol no sabía cómo tomarse aquello. Sabía que su decisión de quedarse la había tomado después de que él lo besara repentinamente en mitad de la calle y el chico se arrepentía a medias de aquello.

jueves, 8 de diciembre de 2016

[Capítulo 8] El Instituto de la Muerte {Varias}



            De la noche anterior habían sacado en claro quién debía ser el fantasma vengativo y ese no era nadie más que Kim JongIn. Ahora ya tenían mucho más que la semana pasada, cuando no sabían absolutamente nada de lo que sucedía, ni sabían siquiera si aquel espírituo existía. Al menos habían avanzado bastante y Lu Han casi sentía que estaba próximo a volver a tener a su hermano menor entre sus brazos de nuevo. El chico terminó de colocarse la chaqueta del uniforme del instituto y luego salió de casa en dirección a las clases mucho más motivado que los anteriores días.

jueves, 1 de diciembre de 2016

[Capítulo 7] El Instituto de la Muerte {Varias}




            La puerta de la casa de JongDae se abrió y por ella apareció una persona que MinSeok no quería ver por nada del mundo, aun así, intentó que su gesto no se torciera demasiado y que el hombre que le había abierto no notara el desagrado que le provocaba.

            —Vaya, vaya —murmuró—. No te esperaba por aquí, JongDae no me ha dicho nada —le sonrió—, pero pasa, pasa. Estás en tu casa.
            —Solo he venido a recogerlo, gracias —respondió el chico de una forma algo más fría de lo que pretendía.
            —¿Esa es forma de tratar a tu padre, Kim MinSeok?

jueves, 17 de noviembre de 2016

[Capítulo 6] El Instituto de la Muerte {Varias}






            Lu Han apenas había podido pegar ojo aquella noche por la anticipación que sentía por lo que al día siguiente tenía dos grandes ojeras bajo sus ojos casi tan grandes como las que solía tener ZiTao, solo que el menor las tenía porque se quedaba enganchado a los videojuegos hasta altas horas de la madrugada y las de Lu Han habían aparecido porque quería que llegara ya el momento de regresar al instituto a la mañana siguiente para poder maquinar con sus amigos qué era lo siguiente que iban a hacer para poder encontrar a su hermano lo más rápido posible. Ya casi hacía una semana de lo sucedido y estaba preocupado por lo que les hubiera podido suceder a los chicos.

jueves, 10 de noviembre de 2016

[Capítulo 5] El Instituto de la Muerte {Varias}






            SeHun y ZiTao no sabían cuántos días llevaban realmente metidos en el sótano, sin poder salir de él y sin poder hacer nada más que esperar a que todo terminara. Habían visto cómo sus amigos los buscaban la noche de Halloween y también habían presenciado cómo una figura les cubría los ojos uno a uno para que no pudieran ver, escondiéndolos de ellos. Al principio habían tenido mucho miedo, porque el fantasma los había ocultado del mundo y los había hecho sus prisioneros, pero a medida que fue pasando el tiempo se comenzaron a sentir menos miedosos, pero sí más desesperados.

jueves, 3 de noviembre de 2016

[Capítulo 4] El Instituto de la Muerte {Varias}




            Las clases de Literatura del profesor SungMin siempre se le habían hecho eternas por las mañanas a primera hora a JongDae y sin quererlo, siempre acababa bostezando y, a veces incluso, dando cabezadas. El hombre tenía muy buena fe al explicar la materia, pero la forma en la que lo hacía dejaba a JongDae más dormido que despierto. Por ese motivo, el chico no se dio cuenta de que la clase se detenía porque el profesor salía unos momentos, ni tampoco se dio cuenta de que el motivo de aquella salida había sido que una pareja de policías se encontraba en el pasillo hasta que escuchó su nombre, dicho por la voz soporífera del profesor.

jueves, 27 de octubre de 2016

[Capítulo 3] El Instituto de la Muerte {Varias}




            Esa tarde habían salido temprano del instituto para poder comenzar cuanto antes la búsqueda de cualquier indicio para poder encontrar a ZiTao y a SeHun. Se habían dividido el trabajo entre los ocho para así ser más rápidos y no llamar tampoco tanto la atención de ninguno de los profesores del colegio, sus padres o de la policía. Debían averiguar todo lo que pudieran en el mínimo tiempo posible.

jueves, 20 de octubre de 2016

[Capítulo 2] El Instituto de la Muerte {Varias}




            Correr nunca había sido el fuerte de KyungSoo, aunque cuando estaba cabreado con alguien y lo perseguía sus cortas piernas parecían ir al doble de la velocidad que alcanzaba normalmente; sin embargo, en aquellos momentos, ChanYeol se tenía que detener cada pocos segundos para esperar a que el menor lo alcanzara para llegar ambos juntos al lugar al que habían sido citados por el chat del grupo: el sótano. No sabía bien los detalles porque el mensaje de MinSeok había sido un escueto «No podemos encontrar a SeHun ni ZiTao. Bajad al sótano», pero aquellas palabras le daban muy mala espina y eso que nunca había sido una persona demasiado miedosa.

            Quizás… y solo quizás… los rumores eran ciertos.

jueves, 13 de octubre de 2016

[Capítulo 1] El Instituto de la Muerte {Varias}



            YiXing estaba tumbado sobre el césped del instituto, con su cabeza apoyada sobre las piernas de su novio, YiFan, mientras este pasaba las manos por su cabello castaño despreocupadamente. Había otros seis chicos a su alrededor, pero a ninguno les importaba esta inocente acción, después de todo, ellos eran mucho peores.

            Las conversaciones que estos mantenían eran tan dispares que el chico apenas podía seguir el hilo, solo distinguía la voz grave de ChanYeol diciendo gilipolleces junto a SeHun, Tao y KyungSoo y la voz profunda de su novio, porque ésta la reconocería en cualquier parte, haciendo la conversación con JunMyeon y JongDae una completa batalla de conocimientos —no por nada ellos tres, junto a Lu Han, eran los alumnos con mejor ranking de aquel instituto—.

jueves, 6 de octubre de 2016

[Prólogo] El Instituto de la Muerte {Varias}



            Suspiros ahogados se escuchaban dentro de uno de los cubículos del baño de hombres de la Shindongshin Industrial High School. Dos chicos se habían encerrado en el lugar aprovechando que Henry, su profesor de inglés, no había podido ir a impartir su hora y llevaban allí ya un buen rato juntos, jugando un poco con sus cuerpos.

            —Aquí no podemos —susurró por quinta vez Lu Han, intentando apartar las manos de su novio de su cuerpo, sin embargo, el pelirrojo ante él solo sonreía y volvía al ataque—. MinSeok…
            —Adoro cuando tus labios se mueven formando las sílabas de mi nombre —dijo el chico antes de volver a besar aquellos labios finos que le pertenecían, sin hacer ningún caso a lo que el otro le había dicho anteriormente.

miércoles, 5 de octubre de 2016

[Ficha] El Instituto de la Muerte {Varias}

Título: El Instituto de la Muerte
Autora: Riz Aino
Parejas: Kray (Kris x Lay), SuChen (SuHo x Chen), XiuHan (XiuMin x Lu Han), ChanSoo (ChanYeol x D.O.) y TaoHun (Tao x SeHun), mención a KaiBaek (Kai x BaekHyun) (EXO)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, romance, escolar, thriller, terror, drama, fantasía
Número de palabras: 36.765 palabras
Número de capítulos: Prólogo + 12 Capítulos
Resumen:
“—¿Cómo han podido tenerlo todo tapado? Que desaparezcan de vez en cuando maricas en la escuela y que nadie les vuelva a ver el pelo es algo bastante importante… e inquietante”.
Avisos: muerte de personajes.
Notas: comencé a escribir este fanfic a mediados de 2013 (tengo una conversación guardada con la chica que me ayudó con el desarrollo de agosto de ese mismo año) y me dije que lo mejor que podía hacer para ser feliz era terminarlo de una puñetera vez (?)
Otras notas: si os preguntáis por qué en el fic todo el mundo es gay… echadle la culpa a Shungiku Nakamura, ella me enseñó que si los protas son gays, su entorno también debe serlo LOL
Comentario de autora: nunca he escrito nada así de suspense y “terror”, así que no sé cómo ha sido el resultado final… pero bueno, espero que os guste ^^



sábado, 20 de diciembre de 2014

Last Kiss

Título: Last Kiss
Pareja: XiuHan (XiuMin x LuHan) (EXO)
Clasificación: PG
Géneros: romance, drama
Número de palabras: 561 palabras
Resumen: es el último concierto de LuHan como miembro de EXO y, por ello, la última oportunidad de MinSeok para besarlo.
Notas: encuadrado en el último concierto de LuHan, The Lost Planet en Beijing.
Comentario de autora: una foto salvaje del “supuesto beso” que XiuMin y LuHan deben darse en todos los conciertos apareció en Tumblr y en ella, podía prácticamente apreciarse que realmente se habían besado esa vez.

Last Kiss


            MinSeok llevaba varios días sin ver a LuHan. Su médico le había recetado que se fuera a casa a descansar para luego poder volver con más fuerza, pero el mayor tenía el presentimiento de que no iba a regresar. LuHan había pasado un verano horrible con los conciertos, acababa agotado tras todos ellos, no podía soportarlos como más o menos hacían todos ellos y se veía bastante hastiado.

            MinSeok lo conocía muy bien y sabía que aquel silencio desembocaría en algo que no le iba a gustar a nadie. Su marcha del grupo.



            El último concierto que tenían era en Beijing, así que LuHan sí iba a asistir a este a pesar de que no estaba todavía en condiciones de hacerlo. Cuando MinSeok lo vio, se abrazó a él con todas sus fuerzas y le dijo que lo había echado mucho de menos. LuHan lo correspondió, pero no de la misma forma en que solía hacerlo anteriormente y eso le dio a MinSeok una pista sobre lo que le estaba rondando por la cabeza.

            El mayor se separó lentamente del cuerpo del otro y le dirigió una pequeña sonrisa.

            —Bienvenido —murmuró—. Si te sientes mal o algo en mitad del concierto, házmelo saber.
            —Claro…



            Llegaba el momento. Se acercaba su tiempo. Tenían que hacer como que se besaban delante de la afortunada fan mientras todos giraban a su alrededor, pegándose con los cojines en forma de corazón. Sin embargo, aquella vez, MinSeok quería “besarlo” y no solo simularlo.

            Tomó a LuHan por el cuello, utilizando la fuerza de su brazo para mantenerlo sujeto y que no pudiera soltarse. Después, se inclinó hacia él. LuHan cerró sus ojos, pensando seguramente que harían lo de siempre, pero MinSeok cruzó los pocos centímetros que separaban sus labios y lo besó durante apenas unos segundos. Era su última oportunidad y no quería desaprovecharla por nada del mundo.

            Cuando se separaron, LuHan lo observó con una sonrisa triste y él le hizo saber que todo estaba bien, que no le pasaría nada, dándole un golpe con el cojín con forma de corazón. Después se acercó un poco a él para susurrarle al oído.

           —Sonríe, pásatelo bien y haz buenos recuerdos de tu último concierto —y tras esto se alejó de él.

            No iba a ponerse triste por aquello. Todavía podrían seguir en contacto, verse incluso de vez en cuando. No era el fin del mundo que su amigo y la persona que amaba se fuera del grupo, así que no iba a llorar, iba a ser feliz y, aunque lo echara muchísimo de menos, no iba a dejar que se lo notara. Tenía que sonreír porque por fin le había dado el beso que llevaba tanto tiempo queriéndole dar, aunque fuera el primero y el último.





Notas finales: las famosas fotos (aquí, aquí y aquí).

viernes, 28 de noviembre de 2014

Insomnia

Insomnia

            En las noches en las que tiene insomnio, LuHan sale de su habitación y va hacia la de MinSeok, se cuela en su cama  y lo abraza fuertemente, como si se tratase de un oso de peluche. El mayor nunca se despierta en esos momentos y solo de esta forma, LuHan puede volver a conciliar el sueño.

            Es por las mañanas, cuando ambos tienen que levantarse para ir a ensayar o a cualquier otro lado, cuando MinSeok lo regaña y le dice que no es un niño para tener que hacer aquello, pero LuHan siempre acaba ganando la disputa, callando los argumentos del otro con un beso.


            Las noches de insomnio se convierten en mañanas perfectas para LuHan y muchas veces, desea que lleguen una y otra vez solo por los increíbles despertares.

miércoles, 26 de marzo de 2014

My Unknown Friend

My Unkown Friend



            Las clases de piano eran algo que Kim MinSeok odiaba con toda su alma y no era porque no le gustase el instrumento, de hecho, lo amaba. Era porque las clases las impartía un profesor demasiado exigente con él que intentaba exprimirlo para que acabara siendo todo lo que aquel hombre jamás fue: un pianista de gran renombre y éxito.

            El hombre miró el reloj de cuco que había en la sala y con un par de palmadas, dio por finalizada la clase, despidiéndose del chico y comentándole que no lo vería hasta dentro de dos semanas, ya que tenía que presentar un concurso de talentos en la otra punta del mundo. MinSeok se despidió de él cortésmente y cuando lo vio salir por la puerta, suspiró aliviado.

            Se iba a librar de las clases durante dos semanas. Sus padres, de viaje de negocios en Los Ángeles, tampoco estaban en casa y él tenía vacaciones de verano. Aquellas dos semanas iban a ser las mejores de su vida.

●●●

            —¡Fuera! ¡No queremos volver a verte por aquí! —dijo un tipo mientras empujaba a un chico menudo del local en el que había entrado y en el que había acabado peleándose con uno que lo había confundido con una chica y quería meterle mano.
            —¡Vigilad a vuestros clientes! ¡Son todos unos violadores en potencia! —gritó el chico, escupiendo sangre al suelo—. Auch… —se quejó, pasándose la mano por la boca, descubriendo así que le habían partido el labio—. Malditos brutos.

            Se levantó del suelo y comenzó a caminar. No volvería a ir a aquel lugar de fiesta, ya se buscaría cualquier otra discoteca, en aquella zona había muchas.

            —¡Eh! ¡Tú! —gritaron a sus espaldas, pero él no se volvió, había reconocido la voz como la del tipo que quería meterle mano—. ¿Estás sorda, muñeca?

            “No entres en sus provocaciones, LuHan” se dijo “Tú eres un tipo muy masculino, que te llamen muñeca no debe enervarte de esa manera, tranquilízate, ya se cansará”.

            Pero el hombre no parecía cansarse y cada vez lo llamaba de una forma distinta, pero todas ellas atentaban contra su masculinidad. Finalmente, LuHan no pudo soportarlo más y se dio la vuelta, apretando los puños para encararlo.

            —Al fin te giras, preciosa —dijo el tipo acercándose—. Me gusta ver tu cara bonita.
            —Pues a mí lo que me gusta es estampar mi puño en tu fea cara —replicó el chico avanzando hacia él hasta propinarle un puñetazo en esta.
            —¡Serás puta!

            El tipo se lanzó contra él a puñetazos, dándole en el estómago una y otra vez, haciendo que LuHan se doblara por la mitad del dolor. Cuando el otro se hartó, lo tomó por el cabello y le alzó la cabeza para que lo mirara a los ojos. El chico gritó, le estaba arrancando pelo.

            —Te daré tres segundos —siseó llevando una navaja al rostro de LuHan—. Corre por tu vida.

            Lo soltó y LuHan no lo pensó mucho antes de echar a correr.

●●●

            MinSeok tocaba una melodía suave en el piano. Todavía era bastante temprano, pero él no podía dormir más, por eso había bajado a tocar en el piano canciones que había practicado hasta la saciedad.

            Estaba tan metido en su mundo que casi no escucha el timbre de la verja exterior de la casa cuando sonó. El chico se levantó de la banqueta y se dirigió hasta el lugar en el que estaba el telefonillo. Descolgó el auricular y entonces apareció en la pantalla una imagen que lo dejó helado.

            Había un chico en el suelo sangrando abundantemente.

            MinSeok salió corriendo de la casa y luego abrió torpemente la verja con las manos temblorosas. Fue hacia el chico y se agachó junto a él.
            —¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? —preguntó, pero no obtuvo respuesta—. Llamaré a una ambulancia —MinSeok hizo el gesto de buscar su teléfono móvil, pero una mano lo detuvo.
            —No lo hagas… —susurró el chico con la voz cascada—. Me llevarán de vuelta… No quiero volver…

            MinSeok quiso preguntarle de nuevo, pero en ese momento el chico se desmayó. Presa del pánico y sin saber qué hacer, acabó tomando entre sus brazos el delgado cuerpo de aquel chico desconocido de rostro fino y llevándolo a casa para curarle las heridas.

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            LuHan sentía todo su cuerpo adolorido. Quería despertar, abrir los ojos porque escuchaba ajetreo a su alrededor, pero los párpados le pesaban como si fueran de plomo y luego volvía a sumirse en la oscuridad, dejando de oír todo.

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            Habían pasado dos días desde que había recogido al chico de la puerta de su casa y todavía no se había despertado. MinSeok lo cuidaba, le limpiaba y curaba las heridas y estas ya no tenían tan mal aspecto como cuando lo encontró, pero no podía evitar preocuparse al ver que no se despertaba.

            Quizás tenía algún órgano interno dañado y él no podía verlo. Quizás lo mejor que podía hacer era llamar a una ambulancia. Pero las palabras del chico le rondaban la mente en esos momentos y finalmente se detenía y le daba una oportunidad más.

            No sabía por qué lo hacía, pero el chico, a pesar de ser un extraño, parecía buena persona y MinSeok no podía traicionarlo cuando lo único que le había pedido era que no lo llevara a un hospital.

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            LuHan seguía sintiendo los párpados pesados, pero ya no tanto como las anteriores veces que intentó moverlos. Por eso, el chico comenzó a abrirlos lentamente. La luz exterior le hizo un poco de daño, así que los cerró de nuevo fuertemente, pero tras ir abriendo y cerrando poco a poco sus ojos durante un rato, finalmente pudo hacerlo.

            Lo primero que se encontró al hacerlo, fue el techo de una habitación que no era para nada parecida al de la suya. Se incorporó, asustado y le dio un mareo, por lo que no pudo enfocar bien sus ojos y todo se volvió borroso durante unos momentos; no obstante, pudo ver que había una persona cerca, un chico.

            Sintió que alguien lo agarraba y lo estabilizaba, así que cerró sus ojos hasta que se le pasó el mareo y luego los volvió a abrir, pudiendo enfocar perfectamente ahora a la persona que lo ayudaba y reconociéndolo como el chico al que le había dicho que no llamara a una ambulancia. Parecía que había respetado sus deseos y eso lo hizo sonreír, aliviado.

            —¿Te encuentras bien? —le preguntó y LuHan asintió—. Menos mal —suspiró el chico—. Me tenías bastante preocupado.
            —Lo siento —murmuró él. Su voz sonó rasposa y tosió. El otro, inmediatamente le tendió un vaso de agua que bebió con gusto—. Gracias.
            —No es nada —el silencio se instauró entre ellos unos minutos, tiempo que fue aprovechado por LuHan para mirar a su alrededor y darse cuenta de que estaba en una casa particular y que, además, esta parecía ser bastante cara—. Perdona… —murmuró el otro—. ¿Cómo te llamas y por qué estando en este estado no quisiste que llamara a una ambulancia?
            —Mi nombre es LuHan… —contestó—. Y me gustaría, por ahora, no decírtelo. Es una historia muy larga y estoy muy cansado —el chico asintió con una sonrisa.
            —Yo soy MinSeok, por cierto —se presentó—. Haré una sopa caliente para que comas algo, ahora vuelvo —dijo antes de levantarse de la silla en la que había estado sentado y salir de la habitación, dejando solo a LuHan.

●●●

            Durante los siguientes días, LuHan se dedicó a recuperarse, comiendo la deliciosa comida que MinSeok le preparaba y dejándose cuidar por este, que le curaba todas las heridas y le untaba pomada en los lugares en los que tenía moretones que le había dejado la paliza recibida y de la que había escapado de acabar peor por los pelos.

●●●

            —MinSeok… —murmuró el día en el que por fin pudo salir de la cama sin necesitar ayuda de nadie.
            —Dime —el chico lo miró, dándole a entender que le prestaba toda su atención.
            —Me gustaría agradecerte todo lo que has hecho por mí, siendo alguien desconocido.
            —No es nada. Todo el mundo necesita ayuda alguna vez, y ya sea conocido o desconocido, ayudar es una buena obra —LuHan asintió.
            —Me gustaría contarte… Lo que pasó antes de que me encontraras…
            —Si crees que es el momento adecuado, adelante —MinSeok se sentó y LuHan hizo lo mismo antes de comenzar a hablar.
            —Un tipo me persiguió y me pegó después de haberlo rechazado en una discoteca porque quería aprovecharse de mí —contó—. Pude escapar de algo peor porque pasaron un par de personas por la calle y el tipo huyó. Vagando sin rumbo me detuve frente a tu puerta y realmente pienso que fue una gran suerte caer aquí.
            —Podríamos poner una denuncia —dijo MinSeok—. Contra ese hombre.
            —No quiero tratar con la policía ni con la sanidad —murmuró.
            —¿Por qué?
            —Por si no te has dado cuenta por mi nombre y mi acento, soy chino —confesó.
            —Claro que me he dado cuenta, sería estúpido sino lo hubiera hecho —replicó MinSeok formando un puchero en sus labios como si estuviera ofendido y enfadado, aunque realmente no lo estaba—. Pero, ¿qué tiene eso que ver? ¿No serás un preso o algo por el estilo?
            —¡NO! ¿Cómo puedes pensar eso?
            —No sé, puede ser cualquier cosa. ¿Qué es?
            —Simplemente se me acabó el permiso de residencia, pero no quiero volver a China —contó—. Me escapé de casa de mis padres y no tengo dónde volver. Desde que se me acabó el permiso nadie me contrata y he estado viviendo en casa de un amigo, gorroneando. Por eso no puedo tratar con las autoridades, me llevarían Beijing de nuevo.
            —Parece complicado… —murmuró MinSeok—. Pero podría conseguirte el permiso de residencia de nuevo, mi padre tiene mano en la administración.
            —¿En serio? ¿Harías eso? —preguntó LuHan sin podérselo creer.
            —Claro que sí.

            Agradecido, LuHan abrazó a MinSeok fuertemente, apretándolo contra su cuerpo y susurrando miles de “gracias” uno detrás de otro, casi encadenándolos. El chico no podía creerse que por un extraño, pudiera hacerse todo aquello.

            Se separó de él y sonrió. El otro le devolvió la sonrisa.

●●●

            Solo quedaban un par de días de las dos semanas en las que MinSeok iba a estar solo para hacer lo que quisiese en casa, pero no había hecho nada de lo que tenía planeado porque había estado ayudando a LuHan a recuperarse de la paliza. No obstante, el chico no se sentía mal por eso, es más, se sentía muchísimo mejor al haberlo ayudado.

            LuHan ya había podido marcharse al lugar en el que vivía, pero habían quedado en mantenerse en contacto, y esa tarde, habían quedado para hablar y para conocerse mejor. Para forjar una amistad que sería más duradera y resistente con el paso de los años, porque nuestros mejores amigos, una vez fueron unos extraños.




jueves, 13 de febrero de 2014

Primeras Veces

Primeras Veces

            La primera vez que lo vi, pensé que él era uno de los nuevos aprendices que la SM tenía a su cargo desde los quince años y que él tenía esa edad. Sin embargo, resultó ser de mi edad y, al principio, me escandalicé porque jamás hubiera dado un duro por ello. Parecía muchísimo más joven.

~.~.~

            La primera vez que hablé con él me sorprendí por la suave voz que tenía, aunque no tenía que haberlo hecho, después de todo, no era como ChanYeol, al que no le pegaba para nada aquella voz tan grave que se gastaba.

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            La primera vez que nos quedamos juntos ensayando un baile que a él no le salía correctamente, sentí que mi corazón quería escapar de mi pecho cada vez que me acercaba a él para corregirle un movimiento y cuando él me devolvía una enorme y agradecida sonrisa al hacerlo bien.

~.~.~

            La primera vez que tuvimos una conversación seria me contó parte de su vida, me contó sobre su pasión, el fútbol y yo le conté todo lo que me permitía poder contarle. Ese día no le dije que creía que me había empezado a gustar.

~.~.~

            La primera vez que jugamos al fútbol lo pasamos de maravilla. Habíamos ido al río Han y nos habíamos unido a algunos chicos que jugaban en una de las pistas. Todavía no habíamos debutado, así que no teníamos miedo a que nadie nos viera y echase fotos.

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            La primera vez que quedamos en una posición comprometida fue cuando al hacer un movimiento complejo, él trastabilló y yo lo intenté sujetar. Nuestros rostros quedaron a pocos centímetros. Sus brillantes ojos llenos de vitalidad me observaron fijamente durante unos segundos y mi corazón comenzó a ir tan rápido dentro de mi pecho que creí que él podía haberlo escuchado todo.

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            La primera vez que lo evité estuvimos sin hablarnos durante dos semanas. Dos semanas que se hicieron eternas.

~.~.~

            La primera vez que nos besamos, LuHan me acorraló contra la pared de la sala de ensayo aprovechando que no había nadie en el lugar y tomó mis labios entre los suyos.

            “Por favor, no me rechaces” dijo aquel día. Esa fue la primera vez que no me vi con corazón de rechazarlo y desde entonces, no he podido hacerlo.





miércoles, 5 de febrero de 2014

Sin Título

Sin Título

            LuHan, un chico moreno de ojos vivaces, caminaba por la calle sin fijarse en nada. Tenía demasiadas cosas en la cabeza como para prestarle atención a las conocidas calles de Beijin que había recorrido toda su vida. Había cateado un examen de los importantes ese semestre, su novia de toda la vida lo había dejado y sus padres le habían dicho que se iban a divorciar. Todo aquello había pasado en la misma semana y el chico ya no sabía nada de su vida, qué hacer, dónde ir.

            LuHan suspiró, derrotado. No había persona en el mundo que tuviera peor suerte que él.

            De pronto, una gota de agua le cayó sobre la pequeña nariz y miró al cielo. Este era de un color gris oscuro muy tétrico. El chico vio que pequeñas gotas de lluvia comenzaban a caer y volvió a suspirar.

            Seguro que era la persona más desgraciada del mundo.

            Echó a correr rápidamente, ya que cuando había salido de casa no había cogido paraguas. ¿Quién podía pensar que el azul que esa mañana tenía el cielo se cubriría de nubes? Nadie. La lluvia comenzó a ser más fuerte y el chico tuvo que correr mucho más rápido hasta que vio que por mucho que corriera, no iba a llegar a casa seco. En ese momento miró a su alrededor y descubrió una vieja tienda que vendía libros antiguos y usados. No lo pensó mucho antes de dirigirse hacia allí.

            Al entrar, no vio a nadie en el mostrador, por lo que pensó que mientras esperaba a que escampara, lo menos que podía hacer era simular que estaba mirando algo, para que la persona que regentara aquel lugar no lo mirara mal por solo haber entrado para resguardarse de la lluvia.

            Comenzó a pasearse entre las viejas estanterías de madera, repletas de libros igual, o incluso más viejos, que parecían haber sido colocados al azar, sin que nada le llamara la atención. Sin embargo, cuando llegó al último pasillo vio algo que le extrañó y por curiosidad se acercó. Alzó su mano y se puso de puntillas para poder tomar el cuarteado libro de la estantería. En cuanto lo cogió sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.

            Lo que le había llamado la atención era que su antigua encuadernación roja con cintas de color negro que cosían las hojas a esta no tenía ningún título. Abrió el libro con cuidado al ver que en la portada tampoco había nada y se llevó una sorpresa al encontrar, tras varias páginas en blanco, algo escrito en ellas.

            La letra tenía una caligrafía cuidada, pero estaba escrito en chino antiguo, por lo que LuHan tuvo que esforzarse por entender lo que ponía.

            “Mi nombre es LuHan, tengo algo más de veinte años y voy a dejar en este lugar, antes de que mi memoria me juegue malas pasadas todo lo que he vivido en el País de los Hielos Eternos junto a su monarca de helado corazón, XiuMin.”

            Al chico se le paró el corazón en cuanto leyó aquella pequeña presentación, ya que el protagonista de aquel libro se llamaba como él. Momentos después, comenzó a latir con fuerza porque había encontrado algo que lo distraería de todas sus desgracias.

            De este modo, con gran curiosidad por ver las aventuras que le deparaban al chico llamado como él, pasó la siguiente página. En ese momento, una brillante luz azul emergió de las amarillentas páginas del libro.

            A LuHan no le dio tiempo ni a gritar cuando ya había sido introducido dentro del libro.