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jueves, 19 de enero de 2017

[Capítulo 12] El Instituto de la Muerte {Varias}



            ZiTao estaba impaciente después de escuchar la conversación que estaba teniendo lugar en el sótano entre el espíritu que los mantenía retenidos y sus amigos que habían bajado a aquel lugar para intentar liberarlos. Parecía que finalmente iban a poder salir de aquel lugar, que ya no iban a tener que pasar más días a base solo de beber pequeños sobros de agua y barritas energéticas, viviendo con miedo a morir cualquier día. Sin embargo, no podían cantar victoria todavía, no hasta que el fantasma por fin hiciera algo.

jueves, 12 de enero de 2017

[Capítulo 11] El Instituto de la Muerte {Varias}



            KyungSoo dudaba mucho que esa vez fueran a obtener algo más del fantasma, pero por intentarlo que no quedara, debían hacer todo lo que pudieran ayudar a SeHun y ZiTao y si eso incluía ser pesados con el espíritu que los tenía retenidos, lo harían.

            Los chicos se dirigieron al  agujero en la valla por el que se habían estado colando de forma asidua en los últimos tiempos y después ingresaron a los terrenos del instituto, dirigiéndose al sótano. El camino ya le era más que conocido a KyungSoo, así que no le prestó ninguna atención a este. Sus ojos estaban fijos en la espalda ancha de ChanYeol ante él, en el brazo que tenía extendido hacia atrás y cuya mano grande se agarraba a la suya, envolviéndola completamente y llevándolo hacia delante.

jueves, 22 de diciembre de 2016

[Capítulo 10] El Instituto de la Muerte {Varias}



            SeHun y ZiTao se quedaron muy quietos cuando oyeron aquella noche cómo se abría la puerta del sótano y cuando poco después vieron que se trataba de sus amigos, intentaron llamar su atención, pero el fantasma no los dejó. Generalmente se podían mover más o menos libremente por el sótano, pero en aquellos instantes ni siquiera podían llegar a una fila de cajas para empujarlas y armar ruido para que los demás supieran que estaban allí.

jueves, 15 de diciembre de 2016

[Capítulo 9] El Instituto de la Muerte {Varias}



            Al final, KyungSoo había decidido quedarse en su casa a pesar de que RyeoWook y HyoYeon no parecían estar todavía de muy buen humor para que al chico le fuera bien quedándose y ChanYeol no sabía cómo tomarse aquello. Sabía que su decisión de quedarse la había tomado después de que él lo besara repentinamente en mitad de la calle y el chico se arrepentía a medias de aquello.

jueves, 8 de diciembre de 2016

[Capítulo 8] El Instituto de la Muerte {Varias}



            De la noche anterior habían sacado en claro quién debía ser el fantasma vengativo y ese no era nadie más que Kim JongIn. Ahora ya tenían mucho más que la semana pasada, cuando no sabían absolutamente nada de lo que sucedía, ni sabían siquiera si aquel espírituo existía. Al menos habían avanzado bastante y Lu Han casi sentía que estaba próximo a volver a tener a su hermano menor entre sus brazos de nuevo. El chico terminó de colocarse la chaqueta del uniforme del instituto y luego salió de casa en dirección a las clases mucho más motivado que los anteriores días.

jueves, 1 de diciembre de 2016

[Capítulo 7] El Instituto de la Muerte {Varias}




            La puerta de la casa de JongDae se abrió y por ella apareció una persona que MinSeok no quería ver por nada del mundo, aun así, intentó que su gesto no se torciera demasiado y que el hombre que le había abierto no notara el desagrado que le provocaba.

            —Vaya, vaya —murmuró—. No te esperaba por aquí, JongDae no me ha dicho nada —le sonrió—, pero pasa, pasa. Estás en tu casa.
            —Solo he venido a recogerlo, gracias —respondió el chico de una forma algo más fría de lo que pretendía.
            —¿Esa es forma de tratar a tu padre, Kim MinSeok?

jueves, 17 de noviembre de 2016

[Capítulo 6] El Instituto de la Muerte {Varias}






            Lu Han apenas había podido pegar ojo aquella noche por la anticipación que sentía por lo que al día siguiente tenía dos grandes ojeras bajo sus ojos casi tan grandes como las que solía tener ZiTao, solo que el menor las tenía porque se quedaba enganchado a los videojuegos hasta altas horas de la madrugada y las de Lu Han habían aparecido porque quería que llegara ya el momento de regresar al instituto a la mañana siguiente para poder maquinar con sus amigos qué era lo siguiente que iban a hacer para poder encontrar a su hermano lo más rápido posible. Ya casi hacía una semana de lo sucedido y estaba preocupado por lo que les hubiera podido suceder a los chicos.

jueves, 10 de noviembre de 2016

[Capítulo 5] El Instituto de la Muerte {Varias}






            SeHun y ZiTao no sabían cuántos días llevaban realmente metidos en el sótano, sin poder salir de él y sin poder hacer nada más que esperar a que todo terminara. Habían visto cómo sus amigos los buscaban la noche de Halloween y también habían presenciado cómo una figura les cubría los ojos uno a uno para que no pudieran ver, escondiéndolos de ellos. Al principio habían tenido mucho miedo, porque el fantasma los había ocultado del mundo y los había hecho sus prisioneros, pero a medida que fue pasando el tiempo se comenzaron a sentir menos miedosos, pero sí más desesperados.

jueves, 3 de noviembre de 2016

[Capítulo 4] El Instituto de la Muerte {Varias}




            Las clases de Literatura del profesor SungMin siempre se le habían hecho eternas por las mañanas a primera hora a JongDae y sin quererlo, siempre acababa bostezando y, a veces incluso, dando cabezadas. El hombre tenía muy buena fe al explicar la materia, pero la forma en la que lo hacía dejaba a JongDae más dormido que despierto. Por ese motivo, el chico no se dio cuenta de que la clase se detenía porque el profesor salía unos momentos, ni tampoco se dio cuenta de que el motivo de aquella salida había sido que una pareja de policías se encontraba en el pasillo hasta que escuchó su nombre, dicho por la voz soporífera del profesor.

jueves, 27 de octubre de 2016

[Capítulo 3] El Instituto de la Muerte {Varias}




            Esa tarde habían salido temprano del instituto para poder comenzar cuanto antes la búsqueda de cualquier indicio para poder encontrar a ZiTao y a SeHun. Se habían dividido el trabajo entre los ocho para así ser más rápidos y no llamar tampoco tanto la atención de ninguno de los profesores del colegio, sus padres o de la policía. Debían averiguar todo lo que pudieran en el mínimo tiempo posible.

jueves, 20 de octubre de 2016

[Capítulo 2] El Instituto de la Muerte {Varias}




            Correr nunca había sido el fuerte de KyungSoo, aunque cuando estaba cabreado con alguien y lo perseguía sus cortas piernas parecían ir al doble de la velocidad que alcanzaba normalmente; sin embargo, en aquellos momentos, ChanYeol se tenía que detener cada pocos segundos para esperar a que el menor lo alcanzara para llegar ambos juntos al lugar al que habían sido citados por el chat del grupo: el sótano. No sabía bien los detalles porque el mensaje de MinSeok había sido un escueto «No podemos encontrar a SeHun ni ZiTao. Bajad al sótano», pero aquellas palabras le daban muy mala espina y eso que nunca había sido una persona demasiado miedosa.

            Quizás… y solo quizás… los rumores eran ciertos.

jueves, 13 de octubre de 2016

[Capítulo 1] El Instituto de la Muerte {Varias}



            YiXing estaba tumbado sobre el césped del instituto, con su cabeza apoyada sobre las piernas de su novio, YiFan, mientras este pasaba las manos por su cabello castaño despreocupadamente. Había otros seis chicos a su alrededor, pero a ninguno les importaba esta inocente acción, después de todo, ellos eran mucho peores.

            Las conversaciones que estos mantenían eran tan dispares que el chico apenas podía seguir el hilo, solo distinguía la voz grave de ChanYeol diciendo gilipolleces junto a SeHun, Tao y KyungSoo y la voz profunda de su novio, porque ésta la reconocería en cualquier parte, haciendo la conversación con JunMyeon y JongDae una completa batalla de conocimientos —no por nada ellos tres, junto a Lu Han, eran los alumnos con mejor ranking de aquel instituto—.

jueves, 6 de octubre de 2016

[Prólogo] El Instituto de la Muerte {Varias}



            Suspiros ahogados se escuchaban dentro de uno de los cubículos del baño de hombres de la Shindongshin Industrial High School. Dos chicos se habían encerrado en el lugar aprovechando que Henry, su profesor de inglés, no había podido ir a impartir su hora y llevaban allí ya un buen rato juntos, jugando un poco con sus cuerpos.

            —Aquí no podemos —susurró por quinta vez Lu Han, intentando apartar las manos de su novio de su cuerpo, sin embargo, el pelirrojo ante él solo sonreía y volvía al ataque—. MinSeok…
            —Adoro cuando tus labios se mueven formando las sílabas de mi nombre —dijo el chico antes de volver a besar aquellos labios finos que le pertenecían, sin hacer ningún caso a lo que el otro le había dicho anteriormente.

miércoles, 5 de octubre de 2016

[Ficha] El Instituto de la Muerte {Varias}

Título: El Instituto de la Muerte
Autora: Riz Aino
Parejas: Kray (Kris x Lay), SuChen (SuHo x Chen), XiuHan (XiuMin x Lu Han), ChanSoo (ChanYeol x D.O.) y TaoHun (Tao x SeHun), mención a KaiBaek (Kai x BaekHyun) (EXO)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, romance, escolar, thriller, terror, drama, fantasía
Número de palabras: 36.765 palabras
Número de capítulos: Prólogo + 12 Capítulos
Resumen:
“—¿Cómo han podido tenerlo todo tapado? Que desaparezcan de vez en cuando maricas en la escuela y que nadie les vuelva a ver el pelo es algo bastante importante… e inquietante”.
Avisos: muerte de personajes.
Notas: comencé a escribir este fanfic a mediados de 2013 (tengo una conversación guardada con la chica que me ayudó con el desarrollo de agosto de ese mismo año) y me dije que lo mejor que podía hacer para ser feliz era terminarlo de una puñetera vez (?)
Otras notas: si os preguntáis por qué en el fic todo el mundo es gay… echadle la culpa a Shungiku Nakamura, ella me enseñó que si los protas son gays, su entorno también debe serlo LOL
Comentario de autora: nunca he escrito nada así de suspense y “terror”, así que no sé cómo ha sido el resultado final… pero bueno, espero que os guste ^^



lunes, 21 de abril de 2014

The Beginning of the End

Título: The Beginning of the End
Pareja: ChanSoo (ChanYeol x KyungSoo) (EXO)
Clasificación: NC–13
Géneros: AU, vampiros, muerte de un personaje.
Número de palabras: 3.513 palabras
Resumen: ChanYeol tiene una única misión en su vida, matar la mayor cantidad de vampiros posible… O morir haciéndolo.
Comentario de la Autora: tras comenzar cuatro historias, di con la correcta.
Notas: historia escrita para el concurso ‘Lord in Wonderland’, en el que he quedado en segundo lugar. Es la primera vez que gano algo así que no sé ni cómo expresar bien la infinita gratitud que siento. Gracias, de verdad, muchas gracias.





            Plaf… Plaf… Plaf…

            Ese es el sonido de la sangre que gotea sobre el suelo de baldosas…

            La habitación estaba oscura y ChanYeol no podía ver nada. Buscó con su mano el interruptor junto a la puerta y lo pulsó. La brillante luz procedente de la lámpara de araña que colgaba del techo lo deslumbró un segundo, pero después, pudo ver con claridad la escena y, si no estuviera acostumbrado, habría acabado vomitando el desayuno de esa mañana.

            Las sábanas blancas de la gran cama que se encontraba frente a él apenas conservaban su color original, ahora eran de un color rojo brillante, del color de la sangre… De la sangre fresca.

            Estaba muy cerca.

            ChanYeol ni siquiera se paró a comprobar las constantes vitales del hombre que, desnudo sobre la cama, estaba empapado en su propia sangre. No lo sintió por él, había dejado aquel mundo oscuro en el que se había convertido la Tierra después de que los vampiros tomaran el control de esta tras sangrientas batallas sucedidas algunas décadas atrás.

            Retiró las cortinas de la ventana y la encontró abierta. La luna se alzaba gloriosa en el cielo completamente llena, queriendo indicar el camino en la noche, pero perdiendo la batalla con las luces de la ciudad. ChanYeol olfateó el aire cuando sintió el viento del oeste en su rostro y este le trajo el olor nauseabundo de la sangre.

            Había encontrado su rastro.

            Saltó por la ventana, sin importarle lo más mínimo estar en un segundo piso. Cayó rodando al jardín de la casa y comenzó a correr siguiendo aquel olor.
Su olfato estaba casi tan desarrollado como el de un perro, había sido entrenado para ello. Su cuerpo era más resistente que el de un humano corriente. Tenía habilidades especiales que lo hacían parte de una élite que consagraba su vida a destruir a los vampiros: los cazavampiros.

            La adrenalina corría por sus venas en más cantidad que su sangre mientras avanzaba por las calles de Seúl, saliendo del barrio de los acaudalados y entrando en los que simplemente contenían miseria. Evitó las aceras, llenas de cadáveres putrefactos y atravesó rápidamente las grandes calzadas que en otra época eran un río de coches y de pronto se detuvo.

            Había perdido el rastro.

            Lanzó un grito desgarrador en mitad de la noche, grave, ronco, desesperado. Si no detenía a aquel vampiro, el mundo sería un lugar mucho peor de lo que ya era.



            Cuando llegó a casa se tumbó en su mullida cama. Estaba muy cansado. Había pasado todo el día afuera, buscando a aquel maldito vampiro que lo había vuelto loco en solo una semana. Necesitaba descansar, aunque fueran solo un par de horas.

            Había aparecido de la nada en la ciudad y no se había detenido. En todo momento había estado matando gente para poder beber, como si su sed fuera infinita, como si la sangre de una persona ya no lo satisficiese, como si hubiera enloquecido. Sus víctimas acababan destrozadas, completamente irreconocibles. ChanYeol nunca había visto nada parecido.

            Su último festín no había sido tan macabro como los ocho anteriores. No le había dado tiempo a terminar y el cazador intuía que cuando él entró en la habitación de aquel magnate, el vampiro seguía allí dentro. Un escalofrío le recorrió la columna vertebral y se giró en la cama, poniéndose en posición fetal a la vez que cerraba los ojos.

            Tenía que dormir, tenía que recuperar fuerzas, tenía que atrapar a aquel vampiro. No dejaría que sus nueve asesinatos se convirtieran en diez.



            ChanYeol abrió los ojos. Su agudo oído había captado un ruido que no tenía nada que ver con los sonidos nocturnos a los que ya se había acostumbrado. Rápidamente se incorporó de su cama y tomó el cuchillo que tenía bajo la almohada. Entrecerró sus ojos, intentando acostumbrarlos a la oscuridad que reinaba en su habitación, pero a pesar de que se esforzó por ver, sus ojos eran su único punto débil.

            Agudizó su oído. Todo permanecía en silencio ahora. Su olfato captó el olor a sangre y supo que se trataba un vampiro, de su vampiro, el que llevaba persiguiendo desde hacía una semana. ChanYeol sonrió de forma triunfante. No había tenido que encontrarlo, él solito se había metido en la boca del lobo.

            El cazador se mordió el labio inferior hasta que sangró. En ese momento, escuchó un jadeo.

            ―Ese es el problema de los vampiros ―comentó colocándose en posición de ataque―. No sois capaces de resistiros a la sangre.

            Y saltó.

            Chocó contra un cuerpo y cayó al suelo. ChanYeol levantó su cuchillo y rápidamente lo bajó. Comenzaba a desgarrar la carne de aquel ser cuando una mano agarró su antebrazo y le clavó sus afiladas uñas, haciéndolo sangrar. El cazador ahogó un grito de dolor e intentó por todos los medios que el otro lo soltara, sin éxito.

            ―¿Sabes cuál es el problema de los cazadores? ―la voz del vampiro sonó fuerte, clara y melodiosa cerca de su oído―. Sois muy impulsivos, muy arrogantes y muy pesados.
            ―Es parte de nuestro trabajo ―rio ChanYeol, consiguiendo clavar en la carne la punta de su cuchillo.
            ―Deja de perseguirme. El mundo ahora está controlado por los de mi especie, así que ¡ríndete! ―ordenó.
            ―No puedo darte ese placer ―el vampiro lo empujó y ChanYeol cayó hacia atrás. Dio una voltereta y volvió a colocarse en posición de ataque.
            ―Entonces morirás.

            El cazador reculó hacia la pared, de esa forma no tenía que preocuparse por su espalda. Escuchó los pasos del vampiro avanzar hacia él de frente, sus ropas cortar el aire y su respiración jadeante, estaba sediento de sangre. ChanYeol tanteó la pared con su mano izquierda, buscando el interruptor de la luz hasta que finalmente lo encontró.

            Esbozó una sonrisa triunfal y lo pulsó.

            La habitación quedó iluminada y pudo ver por fin a su agresor. Era menudo, delgado, con el cabello de un color negro azabache y la piel tan pálida como los de su especie; sin embargo, sus ojos eran azules, no rojos.

            ―¿Qué clase de criatura eres tú? ―murmuró.

            El otro no le contestó, simplemente corrió hacia la ventana y saltó. ChanYeol fue tras él, pero al asomarse no vio nada. No había rastro del vampiro.



            ChanYeol salió de su casa con las primeras luces del día y se dirigió hacia el edificio que servía de lugar de operaciones, aunque bastante precario, para los cazadores de vampiros. Debía reportar lo que había pasado la noche anterior y lo que había descubierto sobre aquel vampiro que estaba sembrando el terror en la ciudad.

            Introdujo el código que le permitía entrar al cuartel general y luego cerró la puerta antes de que a cualquier vampiro se le ocurriera la maldita idea de ingresar allí dentro. Subió las tan conocidas escaleras a oscuras y luego se dirigió hacia el lugar en el que sabía que debía estar el cazador que tenía bajo su mando a todos los cazavampiros de Seúl.

            Cuando entró en la estancia se lo encontró lleno de sangre y heridas. Seguramente había salido a cazar y acababa de volver. El hombre se percató de su presencia y se giró rápidamente. Su rostro estaba bastante serio, más de lo que era costumbre.

            ―¿Qué te trae por aquí, ChanYeol? ―le preguntó.
            ―Quería hablar contigo sobre el vampiro al que he estado persiguiendo ―contestó.
            ―Habla ―pidió el hombre.

            ChanYeol le contó todo lo que había pasado mientras curaba las heridas de su superior que, sentado, iba tomando alguna que otra nota en una pequeña libreta que llevaba a todas partes. Cuando el chico terminó su historia, el líder de los cazavampiros de la ciudad se levantó como si tuviera un resorte, alzándose varias cabezas sobre él, que seguía sentado.

            ―Te relevaré en esta misión ―anunció.
            ―Pero… ―intentó protestar. Una mirada del otro lo detuvo al instante.
            ―Es bastante peligroso y soy yo quien debería estar a cargo de él ―dijo―. Tú puedes encargarte de una vampiresa rubia que está poniendo patas arriba Gangnam.
            ―Sí, Kris ―murmuró.



            Después de la conversación con Kris este le dio todos los datos que necesitaba para atrapar y matar a la vampiresa de Gangnam. ChanYeol comenzó a leer los informes y, en cuanto lo memorizó todo, salió de la base.

            Caminaba por las calles de la ciudad pensando en lo que le había dicho su superior. Todos los vampiros eran peligrosos, pero los cazadores tenían sus medios para contrarrestarlos y podían acabar con ellos relativamente rápido, a no ser que estos hubieran bebido grandes cantidades de sangre humana las últimas horas antes. Quizás aquella era la razón por la que Kris lo había retirado de la misión, aquel vampiro consumía sangre cada día, varias veces.

            Sin embargo, no pudo evitar recordar aquellos ojos azules.



            Había anochecido ya cuando ChanYeol encontró a la vampiresa que buscaba. Era bastante alta, rubia de pelo largo y liso. Sus ojos eran rojos como la sangre y era preciosa, como todos los de su especie. El cazador avanzó sigilosamente, utilizando el hedor de la calle para ocultar su olor de ella, que estaba mucho más entretenida jugando con una víctima.

            Solo le quedaban un par de metros para llegar hasta ella, ya había desenvainado su arma, cuando se levantó el aire de repente y la vampiresa lo olió.

            Rápidamente se dio la vuelta, dejando escapar a su víctima y encarando a ChanYeol con una sonrisa pícara al darse cuenta de que lo que tenía ante ella era un cazavampiros.

            ―Sois muy rápidos ―comentó―. Matas a un par de humanos más de los que necesitas y ya tienes a los cazadores detrás de ti.
            ―¿Tus últimas palabras?
            ―Espero que tu sangre sea deliciosa ―contestó antes de abalanzarse sobre él.

            ChanYeol se agachó y rodó por el suelo para que no lo atrapara. El cuchillo brillaba en su mano a la luz de las farolas, ávido de sangre de vampiro. La vampiresa volvió a atacarlo, pero él fintó, alejándose de ella. Parecía que no había podido hincarle el diente a su anterior víctima, era bastante más lenta de lo que ChanYeol esperaba.

            El cazador aprovechó el siguiente movimiento que hizo ella para agarrar su brazo derecho y utilizarlo como apoyo para así tirarla al suelo de espaldas con fuerza y clavarle su cuchillo donde estaba el corazón sin vida. La vampiresa abrió sus ojos como platos y chilló, haciéndole daño en los oídos, justo después, se convirtió en polvo.

            ChanYeol se levantó del suelo y guardó su cuchillo, ahora contento por haber acabado con la vampiresa.

            ―Ha sido una pena ―murmuró―. Si hubiera sido humana le habría pedido salir.



            ChanYeol volvió a su apartamento y lo encontró completamente destrozado. Por su desarrollado olfato pudo distinguir que allí había estado de nuevo el vampiro de los ojos azules, y además, recientemente. También olía a sangre, pero no de vampiro, era sangre humana y el cazador la reconocía: era la sangre de Kris.

            Buscó por todas partes hasta que encontró a su superior. Le sangraba el abdomen, pero él ya se estaba ocupando de ello y no parecía demasiado grave. Cuando notó la presencia de ChanYeol, se giró en redondo.

            ―Tú eres su próximo objetivo ―esas fueron sus primeras palabras―. No volverás a salir de la base, ni tendrás misión alguna hasta que no haya acabado con ese monstruo.



            Decir que estaba aburrido era poco. Después de que Kris lo sacara de su apartamento y lo llevara hasta la base de operaciones no había podido salir, ni siquiera se había podido asomar a la ventana porque se encontraba en el sótano del edificio, aislado de todo y de todos.

            Seguía sin poder creerlo. Kris lo estaba protegiendo de aquel vampiro, arriesgando su propia vida en el proceso y ChanYeol no podía entenderlo. Siempre se habían llevado bien, a pesar de que el hombre no mantenía mucha relación con sus subordinados, solo la necesaria; pero nunca había hecho aquello por nadie.

            ―¿Y si tiene que ver con los ojos azules? ―murmuró.



            ChanYeol salió de la sala en la que había pasado las últimas horas y subió a la primera planta, donde se encontraban todos los archivos de los vampiros con los que habían acabado, información sobre algunos otros a los que sus demás compañeros estaban persiguiendo en aquellos momentos y también, libros que hablaban sobre las criaturas con las que tenían que acabar para los principiantes.

            El cazador rebuscó entre las estanterías, leyendo los lomos de los tomos, pasando sus dedos por encima de ellos, alumbrado solo por la luz de una pequeña linterna. Se suponía que no podía salir y él no quería que nadie se enterara de que lo había hecho.

            Buscaba algo que pudiera aclararle las ideas, algo sobre aquellos extraños ojos, algo que lo ayudara a comprender.

            El cazador escuchó un ruido que procedía de la puerta de entrada y contuvo la respiración, a la vez que apagaba la linterna. Ahora solo podía leer los títulos de los libros gracias a la luz de la luna. Unos pasos se acercaron a la sala en la que se encontraba y, en su precipitación por esconderse, casi pasa por alto un libro que le llamó la atención. Era bastante pequeño y tenía las tapas gastadas.

            Rápidamente lo tomó y se escondió, esperando que la otra persona se alejara del lugar para poder salir con tranquilidad y volver al lugar al que había sido confinado.



            A la mañana siguiente, sacó de debajo de la almohada el libro que había cogido la noche anterior y leyó el título en voz baja.

            ―Criaturas de la noche: vampiros, híbridos y cómo reconocerlos.

            Lentamente, abrió la tapa del libro y fue pasando hojas, leyendo por encima las páginas, buscando aquello que le interesaba. Recordaba haber leído aquel libro cuando se estaba preparando para ser cazador, pero tras tantos años, la memoria le fallaba y no podía acordarse de todo lo que trataba, aunque cuánto más leía, más pasajes le venían a la mente.

            En apenas una media hora había acabado el capítulo que hablaba de los vampiros y comenzó el siguiente, el de los híbridos. Cuando leyó el primer párrafo, supo que había encontrado lo que estaba buscando.

            «Son criaturas híbridas aquellos nacidos de la unión de un humano y un vampiro, sus características físicas son iguales a las de los vampiros. Beben sangre humana, sin embargo, lo deben hacer en grandes cantidades para poder sobrevivir. Por esta razón, son mucho más fuertes que los vampiros comunes. Otro de sus rasgos característicos y por el cual puedes diferenciarlos es el color de sus ojos, que, generalmente es azul o verde…»

            ―Te encontré ―susurró.



            Después de conseguir aquella información, esperó hasta que Kris fuera a visitarlo para poder hablar sobre aquello. A mitad de mañana, su superior apareció en el sótano con algo de comida para él. ChanYeol comió y esperó a que la situación fuera algo distendida antes de comenzar con su interrogatorio.

            ―Es un híbrido, ¿verdad? ―preguntó. Kris casi se atragantó con su propia saliva al escuchar aquellas palabras―. Nunca habíamos tratado con ninguno, que yo recuerde.
            ―¿Cómo lo has averiguado? ―preguntó el hombre.
            ―Sin nada que hacer, he tenido mucho tiempo para pensar ―contestó.
            ―¿Qué sabes?
            ―Que es mucho más fuerte y que necesita sangre constantemente ―Kris suspiró y se mordió el labio inferior antes de volver a hablar.
            ―Hay algo más.
            ―¿Qué?
            ―Una vez que encuentran una víctima que se adapta a ellos completamente no se detienen hasta que toman su sangre, matando a la persona, pero haciéndose adictos a esa sangre ―hizo una pausa―. Al no poder obtenerla de nuevo, acaban enloqueciendo y dejándose morir. Por eso mismo no existen muchos híbridos en el mundo, aparte de porque los vampiros no suelen dejar vivas a sus víctimas, al menos no tanto como para que den a luz.
            ―Entonces, lo único que debemos hacer es encontrar a esa persona ―dijo ChanYeol.
            ―Él ya la ha encontrado ―murmuró, mirándolo a los ojos―. Eres tú.



            ChanYeol por fin entendía cuáles eran los motivos de Kris para mantenerlo encerrado. No quería que el híbrido lo encontrara y lo matara, no quería sacrificar su vida a pesar de que de aquella forma podría salvar a muchos humanos. Aquello era un motivo completamente egoísta. Eran cazadores de vampiros, su existencia estaba para proteger a la población, si se protegían ellos mismos no estaban cumpliendo su objetivo principal.

            Por este motivo, tomó una decisión, la decisión de morir por el bien común.



            Todo estaba en silencio cuando ChanYeol salió del edificio. Había sido muy fácil subir al despacho de Kris y leer sus últimos informes sobre el híbrido y también lo había sido salir sin levantar sospecha. El cazador se esperaba una emboscada de sus propios compañeros que lo harían volver al sótano en apenas unos segundos, pero nada pasó.

            Avanzó por las calles de la ciudad, siguiendo los pasos de Kris, esperando poder encontrar al híbrido antes de que matara a algún inocente más, antes de que pudiera hacer más daño del que ya había hecho.

            No tardó mucho en encontrarlo. Lo hizo su olfato antes que su vista y, por algún motivo, sintió que había sido el híbrido quien lo había encontrado a él y no al revés. Unos segundos después, la criatura apareció ante sí, con una sonrisa burlona en sus gruesos labios.

            ―Por fin ―susurró―. Por fin estás al alcance de mi mano ―ChanYeol tragó saliva y su nuez se movió lentamente en su cuello, haciendo que el otro se lamiera los labios―. Después de todos estos días, por fin puedo tenerte.
            ―Si voy contigo pacíficamente… ¿Harás mi muerte más agradable? ―preguntó el cazador, avanzando hacia el híbrido varios pasos.
            ―La haré muy agradable ―contestó―. Tira todas tus armas antes de acercarte ―ChanYeol hizo lo que le pedía y dejó su cuchillo en la calzada―. Perfecto. Ahora ven conmigo.

            El híbrido echó a andar y el cazador de vampiros no tuvo más opción que seguirlo por las calles de la ciudad. Avanzando lentamente hacia su muerte.



            El apartamento en el que vivía ChanYeol antes de que Kris lo llevara a la base se alzó ante él y no pudo evitar extrañarse. ¿Qué iban a hacer allí? No obstante, no dijo ni una palabra y simplemente siguió al otro al interior del edificio y luego al de su piso. En cuanto la puerta estuvo cerrada, el híbrido saltó sobre él, acorralándolo contra la pared.

            Sus ojos azules estaban fijos en los suyos y su mirada era una plagada de deseo, de un fuerte deseo por su sangre.

            ―¿Algo que quieras decir? ―susurró mostrando sus colmillos.
            ―¿Cómo te llamas? ―preguntó.
            ―¿Por qué quieres saber eso? ―cuestionó el otro.
            ―Al menos quiero saber cuál es el nombre de la persona que me mató ―el híbrido sonrió.
            ―KyungSoo…
            ―Un bonito nombre… ―murmuró ChanYeol, cerrando sus ojos y rindiéndose ante lo que se avecinaba.

            El cazador sintió un escalofrío cuando el aliento del otro rozó la sensible piel de su cuello y su corazón comenzó a latir rápidamente por el miedo. ChanYeol nunca le había temido a la muerte, pero ahora que la tenía tan cerca, no podía más que pensar en todo lo que quería haber hecho y nunca había podido. La lengua de KyungSoo acarició su cuello, humedeciendo la zona antes de morderla y entonces sintió la muerte mucho más cercana, demasiado cercana y no pudo soportarlo.

            El cazador no quería morir, no de aquella forma. Él siempre se había imaginado que después de cazar a los vampiros de la ciudad, cuando esta volviera a ser un lugar en el que poder vivir tranquilamente, formaría una familia y cuando envejeciera le contaría sus aventuras a sus nietos. Pero debía hacerlo, si su muerte servía para salvar algunas vidas, como cazavampiros, debía hacerlo.

            KyungSoo rozó la piel de ChanYeol con sus dientes segundos antes atravesarla con ellos. El cazador notó el pinchazo de aquellas dos agujas y se tensó, resistiéndose a ello, resistiéndose a la succión de su sangre. No obstante, se sentía cada vez más y más débil y sus músculos comenzaron a destensarse lentamente.

            Su vida se estaba apagando, se sentía más fuera de sí a cada minuto y lo único que podía notar de todo lo que le rodeaba eran los labios de KyungSoo sobre su cuello, succionándole la sangre.

            ―Todas las criaturas sois iguales ―murmuró con sus últimas fuerzas―. Vampiros, híbridos… A todos os pierde demasiado la sangre…

            Lo último que pudo ver antes de que la oscuridad lo tragase, fueron unos ojos azules que lo miraban con miedo. Al menos había conseguido su objetivo, aquel híbrido moriría en un par de días y no volvería a matar nunca más.