Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 9. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Capítulo 9. Mostrar todas las entradas

jueves, 22 de agosto de 2019

[Chapter 9] Love Game {Varias}


Chapter 9

            Después de que durante el desayuno todos hubieran planeado el super plan para hacer que SunWoo y HyunJoon se volvieran a hablar y arreglaran lo que tuvieran que arreglar, en vez de estar evitándose todo el rato, Felix se dedicó a pensar. A pensar en absolutamente todo lo que había pasado durante el campamento y mucho antes de éste entre él y JiSung, tratando de identificar aquello que sus amigos siempre les habían comentado, a veces en broma, a veces en serio. Llevaban bastante tiempo llamándoles tortolitos o diciéndoles que estaban casadísimos o cuando se abrazaban o estaban el uno más cerca del otro los invitaban a irse a un motel y Felix siempre había pasado de aquellas cosas… más o menos. Más o menos porque en realidad él sabía que sentía algo por JiSung y podía ser que comenzara a sospechar que el otro también lo sentía por él, algo romántico, nada comparable a la amistad que pudiera mantener con cualquier otro de sus amigos.

jueves, 6 de diciembre de 2018

[Chapter Nine] 20th Century Love {SeungIn}


Chapter Nine

—Mina… te lo puedo explicar… —murmuró InSeong, aunque no sabía cómo iba a explicarle absolutamente nada. No sabía cómo podía decirle que estaba saliendo con el chico del que ella estaba totalmente prendada. No sabía cómo iba a enmascarar aquella situación y darle la vuelta para que ella no creyera que lo que había visto era lo que realmente había pasado—. No es lo que parece…
—¡Pues explícame qué es lo que es de verdad! —replicó ella, alzando un poco la voz—, porque parecer parecía que oppa te estaba comiendo el cuello.

jueves, 19 de octubre de 2017

[Capítulo 9] The Secret {Varias}



Capitulo Noveno


            La brisa del amanecer era fresca pero reconfortante, a pesar del olor a salitre al que no estaba para nada acostumbrada, aquel viento procedente del mar tranquilizaba a YeoReum y la hacía sentir mucho mejor. Seguía preocupada por todo, porque los seres vivos de aquel lugar seguían clamando por ayuda ante el gran mal que se avecinaba, pero el pequeño paseo matutino por la playa, caminando por la orilla y dejando que el agua del mar chocara contra sus pies, había despejado su mente. Desde que había llegado al templo, la elfa se había sentido un poco fuera de lugar y añoraba la compañía de MinHyung y aunque éste no se hubiera transformado en humano durante aquel paseo YeoReum se había sentido mucho mejor.

jueves, 15 de diciembre de 2016

[Capítulo 9] El Instituto de la Muerte {Varias}



            Al final, KyungSoo había decidido quedarse en su casa a pesar de que RyeoWook y HyoYeon no parecían estar todavía de muy buen humor para que al chico le fuera bien quedándose y ChanYeol no sabía cómo tomarse aquello. Sabía que su decisión de quedarse la había tomado después de que él lo besara repentinamente en mitad de la calle y el chico se arrepentía a medias de aquello.

lunes, 6 de julio de 2015

Triwizard Tournament

Capítulo 9
Beauxbatons, Durmstrang y Hogwarts

            JongIn se despertó por la mañana escuchando demasiado ajetreo dentro de su camarote. Todavía en la subconsciencia de su sueño, el chico podía oír algunas voces que intentaban hablar lo más bajo posible para no despertarlo, pero poco a poco, el chico que dormía sobre la cama lo fue haciendo hasta que abrió sus ojos del todo. Girándose en la cama y con los ojos abiertos, JongIn descubrió que lo que lo había despertado era JunMyeon, moviendo un baúl y hablando con Wendy, que se encontraba también en la habitación. El chico se incorporó de la cama, sin entender nada de lo que estaba pasando, pidiéndoles a ambos una explicación con su mirada, aunque Wendy se fue en cuanto vio su torso desnudo y solo quedó JunMyeon para explicarle lo que sucedía.

viernes, 8 de mayo de 2015

Nothing Matters (when you're in love)

Capítulo 9
Te Quiero


            —¿Lo dices en serio? —cuestioné, mirándolo a los ojos fijamente, sin poder creer lo que estaba escuchando.
            —Muy en serio.

            Su confirmación hizo que la pequeña sonrisa que había en mi rostro se transformara en una de máxima alegría antes de lanzarme contra él para abrazarlo fuertemente y no dejarlo ir. Estaba demasiado feliz porque íbamos a hacer las cosas bien e íbamos a hacerlas juntos, no íbamos a abandonar por muy duro que nos resultase porque realmente lo único que importaba era que nos queríamos sin condiciones.

martes, 2 de diciembre de 2014

EXO 3ª Temporada

Capítulo 9
Aclaraciones



            Salí de casa junto a LuHan porque quería ir al centro a comprar algo. No tenía el mayor interés en ir, pero me había prometido que me compraría algo de estampado de leopardo, así que finalmente había accedido a acompañarlo. Sin embargo, jamás me hubiera imaginado que al llegar a una cafetería para esperar a SeHun, que también venía, se encontrara JongIn también.

            Miré a LuHan con reproche y el otro le dirigió aquella misma mirada a SeHun. No quería verlo después del último encuentro que habíamos tenido, en el que él había salido corriendo y en el que mi corazón había sufrido un fuerte martillado. Quería aclararme, quería calmarme, pero todo había sido tirado por la borda.

            —LuHan… —murmuré.
            —A mí no me digas nada, ha sido todo idea de SeHun —el aludido sonrió levemente, algo intimidado porque ahora yo también lo miraba mal.
            —Tenéis que hablar y aclararos las cosas —dijo simplemente—. No podéis estar toda vuestra vida de esta forma.
            —Pero… —comenzó a protestar JongIn, pero su amigo lo calló.
            —Nada de peros, vais a hablar y nosotros nos ocuparemos de que no salgáis de aquí hasta que no esté todo solucionado.

            Y dicho esto, ambos se sentaron en la mesa de al lado, donde tenían acceso a toda la conversación que mantuviéramos. Miré de reojo a JongIn y vi que no estaba dispuesto a decir palabra, por lo que yo también me decidí a no decir nada. Siempre había sido el que había dado el primer paso, ahora lo tenía que dar él.

            Me senté a la mesa en la que el chico estaba y luego me dediqué a mirar por la ventana a los transeúntes, esperando escuchar la voz del chico cuanto antes porque si no sería una pérdida de tiempo.

-oooOOOooo-

            Después del día del cine, comencé a notar a KyungSoo un poco extraño cuando estaba a mi alrededor y no podía evitar preguntarme el por qué había sido aquello. No había hecho ningún movimiento raro a pesar de que en la oscuridad de la sala y movido por la poca afluencia de público podía haber hecho algo. Sin embargo, él era mi dongsaeng, tenía que cuidarlo sobre todo, asegurarme de que estaba bien y él simplemente me veía a mí como su hyung.

            Entré en la casa de los Do como si fuera la mía propia y me dirigí a la habitación del KyungSoo también como si fuera la mía. Llamé a la puerta y obtuve el permiso para entrar. Al hacerlo, me encontré al chico sobre la cama, con los ojos medio cerrados, intentando despertarse.

            —¿Dormías? —pregunté sentándome en la cama. Él asintió lentamente—. ¿Te he despertado viniendo aquí? Lo siento, no era mi intención —toqué su pelo, revolviéndolo con cariño y obteniendo un sonidito de protesta por su parte—. Anda, vuelve a dormirte.

            Comencé a tocar su rostro y su pelo suavemente, arrullándolo para que se quedara dormido lo más pronto posible. Sus ojos se cerraron y su respiración se fue haciendo pausada lentamente hasta que se quedó dormido. Sonreí ante el rostro de paz que mostraba y no pude contener las ganas de besar su frente y de acurrucarme contra él para echar también una siesta.

-oooOOOooo-

            Tenía un nudo enorme en la garganta y no podía hablar. SeHun y LuHan nos habían tendido una emboscada y ahora no podríamos salir de allí si no hablábamos. Pero Tao parecía que no iba a tomar la palabra por mucho que yo prolongara mi silencio.

            No sabía qué hacer y menos qué decirle. Podría hablar desde el corazón y contarle que probablemente me sentía atraído por él, pero todavía no estaba preparado para poner aquello en palabras. Tao me perturbaba los sentidos con su presencia y no sabía cómo comportarme ante él.

            —Eh… —comencé—. Creo que habría que hablar o perderemos la tarde aquí.
            —Me parece perfecto —coincidió, pero no dijo nada más, dejando la pelota de nuevo en mi campo.
            —Sí… bueno —cogí una servilleta de la mesa y comencé a retorcerla en mis manos con nerviosismo—. Supongo que LuHan y SeHun nos han traído aquí para que hablemos sobre… sobre… —tragué saliva, intentando que la palabra saliera de mis labios—, los besos… —cerré mis ojos fuertemente unos momentos, sintiendo cómo el calor subía a mis mejillas, sin entender cómo con Tao era de aquella manera cuando yo siempre había sido alguien lanzado en cuanto a las relaciones.
            —¿De qué quieres que hablemos?
            —Sobre… el por qué —intenté mirarlo a los ojos. Él tenía sus ojos oscuros fijos en los míos y tuve que tragar saliva de nuevo.
            —¿Por qué te besé la primera vez? —asentí lentamente—. Me atraes —suponía que aquella sería su respuesta, pero no estaba del todo preparado para ella.

            Agradecía enormemente que no hubiera dicho que me amaba o algo parecido porque entonces sí que no habría sabido reaccionar a ello. No obstante, aún no sabía qué podía contestarle a eso. ¿También me atraes? Tenía ganas de tirarme de los pelos, pero me las aguanté e inspiré hondo antes de hablar.

            —Yo… creo… creo que también siento… algo de atracción por ti —murmuré en voz baja, confesando lo que no me había atrevido.

            Una pequeña sonrisa se instaló en los labios de Tao, que buscó mis manos por debajo de la mesa y las tomó entre las suyas, como si quisiera darme algo de apoyo.

            —¿Qué te parecería que… intentáramos algo?
            —Yo… es la primera vez que me siento atraído por un chico —contesté rápidamente.
            —Entonces comencemos como amigos, ¿te parece? —propuso y eso fue algo a lo que no me pude negar porque la brillante y preciosa sonrisa que me estaba dedicando no me lo permitió.

-oooOOOooo-

            Hacía mucho tiempo que no nos veíamos, que no hablábamos entre los tres, así que pillamos con ganas aquella salida. JongDae había sido el que la había propuesto, alegando que Kevin al parecer había entrado en razón con aquella norma de no poder vernos entre nosotros.

            Tenía muchas ganas por saber qué era del chico que una vez fue mi compañero de habitación, ya que nos había dicho que tenía noticias importantes que darnos. Esperaba sinceramente que estas fueran buenas para así no acabar con la racha que llevábamos desde que al fin, nuestros padres habían aceptado nuestra sexualidad.

            Nos encontramos en una cafetería pequeña, a la que no acudía mucha gente, pero que servía unas bebidas que podían ser perfectamente bebidas por los dioses. ChanYeol y yo fuimos los que llegamos primero y cogimos mesa en un sitio un poco apartado del gentío, donde si surgía el tema sobre los poderes, nadie nos podría escuchar.

            Algunos minutos después, cuando estaba viendo que ChanYeol iba a saltarme encima porque estábamos fuera de casa sin nadie conocido que pudiera vernos y comerme, llegó JongDae, muy bien acompañado con su ahora compañero de habitación, MinSeok. Se sentaron frente a nosotros con sonrisas en sus rostros y entonces pedimos nuestras bebidas.

            —¿Y bien? —pregunté—. ¿Qué son esas cosas que tienes que contar?
            —Bueno… hay muchísimas —comenzó el chico—, pero la más importante es que MinSeok y yo estamos saliendo.
            —Oh —fue lo único que dijo ChanYeol.
            —Pero alégrate hombre —le dije, dándole un golpe en el brazo a mi chico, girándome luego hacia los otros dos—. Esa es una noticia genial —sonreí—. Pero dime algo, MinSeok… ¿cómo aguantas su humor?

            La mesa estalló en risas por mi pregunta y por mi contestación y a partir de ahí el ambiente fue agradable y distendido. Nos contamos muchas cosas, todo lo que nos había pasado y lo mucho que nos habíamos perdido. MinSeok era un chico agradable y sabía cómo manejar perfectamente a JongDae, así que me alegraba mucho por mi amigo, porque también había podido ser feliz a pesar de que entre nosotros reinara la incertidumbre sobre nuestro futuro debido a nuestros dichosos poderes.

-oooOOOooo-

            —No ha sido tan malo, ¿verdad? —le pregunté a JongIn una vez llegamos a nuestra habitación en la residencia—. Habéis quedado como amigos después de todo.
            —SeHun… —murmuró, girándose hacia mí—. Por favor, no me volváis a hacer esto.
            —Pero lo habéis aclarado —me defendí—. Mientras estabais indecisos lo único que hacíais era haceros daño mutuamente y eso tampoco podía seguir así.
            —Pero…
            —JongIn —lo llamé seriamente—. No ganas nada negándote a tus sentimientos y no sabemos cómo puede acabar esto, así que por favor, disfruta de Tao todo lo que puedas.
            —¿Por qué dices eso?
            —Hasta ahora hemos tenido unos enemigos a los que hemos vencido más o menos fácilmente, pero ¿quién asegura que siga siendo así? —pregunté—. Si lo que ÉL quiere es destruirnos… debe tener algún plan y nosotros debemos estar preparados para todo porque si nos descuidamos alguien puede morir y luego vendrán los arrepentimientos por no haber hecho lo suficiente con esa persona.
            —SeHun…
            —Sé que estar separados un breve periodo de tiempo como estuvimos LuHan y yo no se compara, pero es algo parecido y no quiero que si algo malo pasase no hubieras disfrutado de tu vida —vi el rostro serio de mi amigo y suspiré—. No quiero decir que tenga que ocurrir algo así, pero es una posibilidad… los enemigos cada vez son más fuertes.

-oooOOOooo-

            —¿Por qué estás tan serio hoy? —le pregunté a YiFan cuando llegué a casa y lo vi con esa cara que llevaba tanto tiempo sin mostrarme.
            —Por Tao —contestó.
            —¿Ha pasado algo? —me acerqué a él, un poco preocupado por el menor de los que estábamos en aquel piso.
            —Ha salido y no se ha llevado el móvil, así que no puedo localizarlo —respondió, lanzando su propio teléfono móvil contra el sofá en el que estaba, haciendo que no cayera al suelo por poco.
            —Oh, vamos, ya es mayorcito, puede salir cada vez que quiera e ir donde le dé la gana —YiFan hizo un mohín—. Además, no eres su padre para estar así todo el día.
            —No soy su padre, pero soy su líder.
            —También eres el líder de LuHan, MinSeok y JongDae y a ellos no los controlas de esta manera —rebatí.
            —Lo sé… pero Tao es especial.
            —¿Por qué?
            —Por lo que dijo RyeoWook…

            Sus palabras me dejaron estático unos momentos. Hacía tiempo que había sucedido aquello y ya no lo recordaba. Entendía la preocupación de YiFan por no poder contactar con el chico, pero tampoco podía hacer saltar las alarmas por cada vez que saliera sin teléfono móvil.

            —YiFan… —comencé—. Ya sé que eso te preocupa, pero tampoco puedes estar así.
            —¿Y si finalmente pasa lo que él dijo y cuando nos damos cuenta ya es demasiado tarde? —preguntó. Su voz sonaba angustiada, por lo que comencé a acariciar su brazo, esperando que aquello lo relajara un poco.
            —RyeoWook dijo que el futuro no es inamovible, que hay varias opciones y que son las circunstancias y nuestras decisiones las que hacen que finalmente sea uno u otro —lo traté de calmar.
            —Pero…
            —Tao es un chico listo —lo corté—, puedes tener seguro que eso no pasará.
            —Espero que tengas razón —murmuró, echándose sobre mí—. O no tendremos esperanza.



miércoles, 26 de febrero de 2014

Nothing Matters

Capítulo 9
Lo Siento


            A la mañana siguiente, ShiXun se levantó al alba y tras darme un intenso beso de despedida, se fue, dejándome solo durante una semana. Me arropé con las sábanas, aun cuando hacía calor e intenté quedarme dormido de nuevo. Durante lo que me parecieron horas tuve los ojos abiertos como un búho, me había acostumbrado a abrazarlo o a que me abrazara mientras dormía, pero finalmente, el cansancio por haber pasado la noche en vela jugando con mi chico, me pasó factura y me quedé profundamente dormido.

            Cuando volví a despertar fue porque sentí unos labios sobre los míos, besándome dulcemente. Sonreí porque finalmente ShiXun no se había ido y devolví el beso sin siquiera abrir los ojos. Mi chico metió su lengua en mi boca y comenzó un beso más demandante que me dejó sin respiración. Cuando nos separamos para tomar aire, no pude evitar susurrar su nombre.

            ―Mmm… ShiXun…

            En ese instante los labios volvieron a chocar contra los míos, pero esta vez de una forma demasiado brusca, indicándome que no era la persona que yo pensaba. Rápidamente abrí mis ojos, confirmando mis sospechas de que no era mi chico quien me besaba, sino YiFan.

            Llevé mis manos hasta su pecho y comencé a empujarlo para que se apartara de mí, pero justo antes de conseguirlo, me mordió el labio inferior fuertemente, haciéndome chillar por el dolor. Me revolví en la cama para quitármelo de encima hasta que lo hice caer al suelo.

            ―¿Qué pretendes? ―pregunté, notando el sabor metálico de la sangre en mi boca. Su mordisco me había hecho una herida que tardaría en sanar.
            ―Ya te lo dije ―contestó desde el suelo―. Haré que te vuelvas a dar cuenta de que soy yo a quien quieres y aprovecharé esta semana en la que no está el niñato ese para hacerlo.
            ―Fuera de mi habitación ―siseé, mirándolo con rabia.
            ―Como quieras… pero dentro de poco suplicarás para que me quede en ella ―dijo levantándose y saliendo de la habitación.

            En cuanto la puerta se cerró, volví a embutirme en las sábanas, escondiendo mi rostro sonrojado entre ellas. Le había dicho aquello a YiFan, pero no estaba tan seguro de que no fuera a ser como él decía. Me gustaba muchísimo ShiXun y cuando estaba a mi lado todo desaparecía, pero cada vez que mi primo me atacaba de aquella manera me sentía como si estuviera vivo.

            ―¡Arhg! ―grité frustrado, peleándome con las sábanas, aunque ellas no tenían culpa de nada. La culpa la tenía yo por ser un tonto que no tenía nada claro, ni siquiera mis sentimientos.

            Cuando volví a despertar, esta vez por mí mismo, me levanté lentamente de la cama, con la cabeza dándome vueltas. Lo que YiFan había hecho antes era demasiado para mí. No sabía qué hacer. Apenas se había ido ShiXun y ya había pasado aquello. En una semana sería algo que no podría aguantar. Solo quedaban tres semanas para que se acabase ese verano, pero se me iban a hacer eternas.

           Fui al baño y me di una ducha de agua fría, para aclarar un poco mis ideas y despertarme. Al salir, me coloqué cualquier cosa que encontré por mi habitación y luego me dirigí a la cocina. Cuando entré al lugar, miré el reloj y me asusté, ya era mediodía y quedaba poco para el almuerzo, por lo que no merecía la pena desayunar.

            Bostecé, llevándome una mano a la boca. En ese momento, me di cuenta de que había una nota pegada al frigorífico, con la letra de mi primo YiXing en ella.

            “Hemos ido al centro para comprarle un regalo a mamá por su cumpleaños. No sé cuándo volveremos. La abuela te ha dejado algo de comer para cuando te despiertes, Bella Durmiente.”

            ―¿Bella Durmiente? ―susurró LuHan―. Yo no soy ninguna chica para que me diga eso.
            ―No eres ninguna chica, pero cuando duermes eres precioso.

            Al escuchar aquello, me giré rápidamente, encontrándome a YiFan dejado caer sobre el marco de la puerta, de brazos cruzados y dedicándome una sonrisa que haría a muchos ángeles caer del cielo. Parpadeé un par de veces ya que no lo esperaba allí y luego fruncí el ceño.

            ―¿No te has ido con los demás? ―pregunté.
            ―No me interesa pasar el día con ellos de compras. Nunca me han gustado las compras ―contestó.
            ―Genial… ―murmuré―. Simplemente genial.
            ―Perdóname por ser tan brusco estos días ―lo escuché decir―. Si sigo así nunca te recuperaré y eso es lo que más quiero.
            ―No me vas a… ―comencé, pero él no me dejó terminar, interrumpiéndome.
            ―He pensado que lo mejor es no forzarte a nada. Si no ocurre este verano, ocurrirá al siguiente, no debo tener prisas en esto ―dijo―. Por ahora, lo único que me gustaría es que volviéramos por lo menos a hablarnos cómodamente y a estar en una habitación juntos sin que nuestras miradas se desvíen de un lado a otro para evitarnos.
            ―YiFan…
            ―Sé que ahora estás con ShiXun y que estás feliz. Si le cuentas lo de los besos, asumiré toda la responsabilidad.
            ―¿Cómo le voy a contar que nos besamos? Somos primos ―YiFan suspiró.
            ―Agradecería mucho que no nombraras que somos primos cuando estemos juntos.
            ―¿Por qué?
            ―Solo no lo hagas.
            ―Está bien.
            ―Entonces… ¿podemos intentar llevarnos bien?

            Durante unos minutos no dije nada. Después de que durante los días anteriores, e incluso aquella mañana, estuviera buscando a toda costa recuperarme no parecía muy creíble su propuesta. Podía haber recapacitado, aunque cuando estábamos en la cama, horas antes, parecía muy seguro de sí mismo.

            ―¿Por qué dices esto ahora, después de todo lo que ha pasado?
            ―Podría decirse que tu amigo MinShuo me ha dejado algunas cosas claras ―contestó.
            ―¿Qué te ha dicho?
            ―Que te deje en paz o voy a saber lo que es no poder moverme en una semana.
            ―Me suena a él ―murmuré.
            ―Y se le hincharon las mejillas cuando lo dijo ―comentó.
            ―Bien.
            ―Entonces… ¿te parece bien?
            ―Podemos intentar llevarnos bien ―dije finalmente.
            ―Gracias.


            Cuando los abuelos regresaron con YiXing y MinShuo, le pregunté a mi amigo sobre la conversación y me confirmó lo que YiFan me había dicho. Lo había pillado saliendo de mi habitación aquella mañana y le había dado una charla para que dejara de acercarse a mí con aquellas intenciones.


            Aquella noche, salí de mi habitación y fui al salón, guiado por el ruido de la televisión. Mis dos primos y MinShuo veían una película bastante sangrienta en la que salía un tipo coreano llamado Rain. Por la tarde me habían contado que la iban a ver, pero se me había olvidado completamente.

            Lentamente me acerqué hasta el sofá que ocupaba YiFan, ya que en el otro estaba la parejita muy acaramelada y me senté lo más lejos que pude de mi primo. Cuando se dio cuenta de mi presencia me sonrió y me tendió la manta que él tenía sobre sus piernas. Por el día hacía un calor insoportable, pero por la noche refrescaba e incluso a veces hacía algo de frío, por lo que acepté la manta de buena gana.

            Sin embargo, al notar que él se quedaba sin manta, me tensé y estuve pensando en entregársela de nuevo.

            Durante unos minutos, estuve observando en silencio su perfil, ya que estaba concentrado en la pantalla ante sus ojos y no se daba cuenta de mi penetrante mirada. Era bastante guapo, eso no podía negarlo, de hecho, si él quisiera, podía tener a cualquiera. Debía haber roto muchos corazones en Canadá los años que estuvo viviendo allí.

            Negué con la cabeza, ya que no podía estar pensando en aquello, pero llamé así su atención. Bajo su mirada inquisitiva sonreí y tímidamente me acerqué a él para que compartiéramos la manta.

            ―Gracias ―susurró.


            Estaba sentado en el sillón que ocupaba mi abuelo cuando leía el periódico, buscando la mejor luz natural para poder leer el nuevo libro de Murakami, que MinShuo me había regalado para mi anterior cumpleaños. No me gustaba mucho leer, pero como había sido un regalo, debía por lo menos mostrar interés por él. Ya que los meses anteriores no había podido leerlo, pensé que esta sería una buena manera de pasar la semana sin ShiXun y así no tener que evitar directamente a YiFan, aunque ya habíamos hablado de que no deberíamos evitarnos, me era imposible por el momento.

            Cuando estaba en mitad del capítulo doce, alguien entró al salón y me distrajo completamente de mi lectura, ya que se colocó ante mi fuente de luz. Alcé mi vista del libro, encontrándome a mi primo YiXing al hacerlo.

            ―¿Qué quieres? ―pregunté de mala gana.
            ―Necesito tu ayuda.
            ―¿Para qué?
            ―Para que me ayudes a encontrar a Fan ―contestó.
            ―¿Por qué?
            ―Necesito que alguien que mida dos metros busque en lo alto de mi armario algunas cosas.
            ―¿Y por qué no te subes a algún lado para llegar?
            ―Eso estaba haciendo, pero me ha visto la abuela y me ha hecho bajar de allí porque fuera a hacerme daño ―dirigí mi mirada hacia la puerta, encontrándome a mi abuela allí.
            ―Se había subido a la silla de ruedas de su escritorio y se podía haber matado ―dijo ella.
            ―Siempre hago eso y nunca me ha pasado nada ―replicó YiXing.
            ―Pues algún día te pasará y te abrirás la cabeza.
            ―¡Abuela! ―protestó.
            ―Ni abuela, ni leches. Busca a tu primo, que su altura tiene que servir para algo ―sentenció justo antes de desaparecer.
            ―¿Ves por qué necesito tu ayuda? ―dijo mi primo dirigiéndose de nuevo a mí.
            ―Para buscar a Fan no necesitas mi ayuda.
            ―Claro que la necesito. No está en casa y no se ha llevado el móvil.
            ―Está bien ―dije tras suspirar.
            ―Gracias.

            Dejé mi libro sobre el sillón, doblando la página por la que me había quedado para seguir leyendo más tarde y fui a mi cuarto para coger las llaves de casa y el móvil y ponerme algo más decente que lo que llevaba para estar en casa. Luego salí y me dispuse a buscar a mi primo por los alrededores.

            Durante lo que me pareció una eternidad, aunque realmente fue una media hora, no pude hallar ni rastro de él, pero cuando estaba a punto de dejarlo y volver a mi mullido sillón para continuar con la historia, lo vi jugando con un gato en una esquina.

            Sonreí tristemente al notar que el gato había sido abandonado, ya que estaba metido en una caja de cartón, pero mi corazón comenzó a latir rápidamente, porque había olvidado completamente aquella faceta tierna de él. Lentamente me acerqué y le puse una mano en el hombro para llamar su atención. Giró su rostro rápidamente y me miró a los ojos, esbozando una pequeña sonrisa.

            ―¿Qué te trae por aquí? ―preguntó.
            ―YiXing necesita tu altura para que le cojas algo de su armario ―contesté.
            ―¿No puede subirse a algo?
            ―La abuela se lo ha prohibido totalmente.
            ―Mierda ―murmuró―. Bueno, tendré que dejarte, pequeño Chen, ya nos veremos ―dijo soltando al gato negro.
            ―Creo que si te lo llevas a ZiTao le darás una alegría ―murmuré.
            ―Pero… ¿la abuela no pondrá pegas?
            ―Solo lo tendrá en casa dos semanas, además, ya le has puesto nombre…
            ―Está bien ―dijo cogiendo al gato de la caja―. Nos lo llevamos.

            Durante todo el trayecto de vuelta a casa estuvimos jugando con el gato, haciéndole carantoñas y también rabiar. Era una bolita de pelo, apenas tendría unos meses. No entendía cómo la gente podía haberlo abandonado. Al llegar, metimos al gato en su habitación y buscamos a YiXing por toda la casa, pero no lo encontramos, así que le mandé un kakao para que me dijera qué era aquello que necesitaba encontrar.

Ya he dado con Fan, ¿qué necesitabas?
Una caja de condones que escondí al empezar a salir con MinShuo.

            Abrí los ojos como platos al tener su respuesta y le enseñé la pantalla a YiFan, que me miraba curioso.

            ―Wow… nuestro primo no pierde el tiempo ―comentó, poniéndose  a buscar en lo alto del armario―. La veo ―dijo―, pero está fuera de mi alcance, ¿te importaría echarme una mano?
            ―¿Qué tipo de mano?
            ―Yo te sujeto y tú agarras la caja. Me falta medio metro para llegar, no sé cómo XingXing pudo meterla tan al fondo.

            Tosí por el doble sentido que podían tener aquellas palabras y enrojecí levemente, antes de colocarme ante él, para que pudiera alzarme hasta tener la altura suficiente para poder alcanzar aquel maldito objeto.

            Cuando sentí sus manos a cada lado de mi cintura, mi corazón comenzó a latir fuertemente y empecé a tener calor. Su cuerpo estaba demasiado cerca del mío y me quemaba. Alzó mi cuerpo como si fuera una pluma y poco después, me encontré viendo el contenido del altillo del armario de mi primo. Algunas mantas y juguetes de cuando era pequeño era lo que abundaban, pero la caja de condones también estaba allí. Estiré mi brazo y la agarré.

            ―Ya la tengo ―anuncié y sentí cómo YiFan tiraba de mí hacia abajo.

            Me di un golpe en la cabeza contra la parte superior del armario al salir de aquel hueco y chillé de dolor. YiFan me bajó rápidamente al suelo, asustado por mi grito, pero cuando puse mis pies en el parqué, mi cabeza comenzó a dar vueltas y mis piernas no me sostuvieron. Cuando pude tener conciencia de mí mismo nuevamente, me encontré tumbado sobre YiFan y este me miraba de una forma que no me gustaba nada.

            ―Yo… lo siento ―murmuré.

            Sin embargo no me dio tiempo a decir nada más, ya que en ese momento, sentí sus labios sobre los míos. Al principio no pude hacer nada más que quedarme quieto, pero lentamente, no pude evitar responder aquel beso.

            Sus labios se movían contra los míos suavemente, como aquella mañana de hacía ya un par de días. Eran dulces y hacían que perdiera todo el juicio que pudiera tener en aquellos momentos. Su lengua se introdujo en mi boca lentamente y comenzó a explorar cada rincón a su paso, dejándome sin aliento.

            Cuando se separó de mí para dejarme respirar, en contra de lo que debería haber hecho, rápidamente, tomé sus labios entre los míos y le devolví el beso.

            Me había vuelto loco, no había otra explicación para aquella reacción.

            Sin embargo, sentía que mi corazón iba a explotar por aquel beso y me asusté, porque nunca tenía aquella reacción cuando ShiXun me besaba, solo me pasaba cuando era YiFan quien lo hacía.

            “Lo siento, ShiXun” pensé.


jueves, 29 de agosto de 2013

EXO

Capítulo 9
Skype

  
   Me quité los auriculares y los guardé en el bolsillo de mi chaqueta, para luego sentarme en aquella mesa apartada de la vista de todos donde siempre habíamos quedado él y yo. Eché mi cabeza sobre la mesa y me dispuse a esperar a que llegara. No pasó mucho tiempo hasta que sentí unos conocidos dedos sobre mi cabello y alcé mi cabeza. Verlo con aquella sonrisa en sus labios hizo que mi corazón diera un salto e inmediatamente le correspondiera la sonrisa.

   -LuLu- susurré y él se acercó a mí para darme un pequeño beso en los labios que me hizo estremecer.
   -Te he echado de menos, Hunnie- murmuró contra mis labios.
   -Yo también.
   -No quiero volver a separarme de ti.
   -Nunca más.

-oooOOOooo-

   Miraba sin mirar el paisaje desde la ventana de la habitación de la hermana de ChanYeol. Más bien pensaba en todo lo que nos había pasado a ambos. Antes éramos amigos, grandes amigos, pero ahora, yo ahora sentía muchas cosas por él. Me gustaba mucho besarlo, tocar su cuerpo y me gustaba que él hiciera lo mismo conmigo.

   En definitiva, me gustaba. Mi mejor amigo me gustaba y yo le gustaba a él, o eso era lo que me demostraba con sus acciones.

   Me giré rápidamente cuando oí la puerta de la habitación abrirse y sonreí al ver que era él quien entraba al lugar. Dejé que se acercara a mí y me rodeara la cintura con sus largos brazos. Me alcé un poco de puntillas y rocé sus labios con los míos durante unos segundos. Cuando me separé, él aún mantenía los ojos cerrados y una gran sonrisa se extendía por sus labios.

   -Me gustas- susurró- me gustas mucho, BaekHyun…- me estremecí al sentir sus labios en mi frente y al escuchar sus palabras.
   -Tú también me gustas mucho- contesté.

-oooOOOooo-

   Corría por un pasillo blanco desesperadamente. Buscaba algo o alguien. No sabía por qué, pero parecía que era muy importante. De repente, ante mí apareció una puerta, blanca, al igual que las paredes que me enceraban en aquel lugar. Giré el picaporte y abrí la puerta, cegándome con la luz que procedía del interior.

   Cerré mis ojos con fuerza y luego los abrí, encontrándome con el techo color gris de la habitación de la Residencia. Respiré tranquilo al darme cuenta de que era una pesadilla. Me giré en mi cama para seguir durmiendo, pero no podía. Me giré al otro lado y vi a mi compañero de habitación profundamente dormido.

   Sonreí. Él era muy tierno dormido. Lástima que despierto fuera un coñazo, un verdadero coñazo. Me levanté de la cama intentando no pisar el proyecto de mi compañero para coger mi móvil y mirar la hora. Eran las 4 a.m., demasiado temprano todavía para comenzar mi día. Bufé y miré de nuevo a mi compañero. Seguro que no se daría cuenta de nada si dormía con él unas horas.

   Me metí en su cama intentando no mover demasiado el colchón para que él no se despertara y me eché a su lado. Inmediatamente después, me quedé dormido.

-oooOOOooo-

   Dormía tranquilamente hasta que de repente comenzó a sonar una melodía muy conocida pero que no identificaba para nada. Me removí en la cama y noté un cuerpo a mi lado, cosa que me dejó muy extrañado, pero estaba medio dormido, no pensaba con claridad todavía. Salí de mi ensimismamiento cuando el volumen de la música comenzó a subir y la identifiqué con la canción que tenía como tono en mi móvil SHOCK – BEAST.

   Abrí mis ojos y me encontré con un rostro redondo que despertaba de una manera completamente adorable. El rostro de mi compañero de habitación, MinSeok. No sabía por qué estaba allí, pero por ahora no importaba, debía coger el móvil, a lo mejor era algo importante, algún enemigo. Me subí sobre él intentando no aplastarlo para poder alcanzar mi teléfono y cuando lo conseguí, descolgué simplemente, sin mirar quien era.

   -¿Sí?
   -¡Cariño!- abrí mis ojos de golpe al escuchar aquella voz.
   -Umma- contesté.
   -¿Cómo está mi pequeño?- preguntó y sin darme tiempo a nada, siguió hablando- hace mucho que no me llamas, muchísimo más que no te veo. ¿Estás comiendo bien? ¿Y tus estudios?
   -Umma, más despacio- dije con voz pastosa y carraspeé. Después inspiré hondo y miré a mi compañero, que acababa de despertarse completamente por los gritos que daba mi madre al otro lado del teléfono y me miraba fijamente- estoy bien- comencé a contestar- no he tenido mucho tiempo para nada, ya sabes, muchas cosas que hacer y como bien y estudio mucho.
   -Me alegra saberlo- dijo- pero quiero verte.
   -No puedo…
   -Xing Xing llama a su madre varias veces a la semana- dijo molesta y yo suspiré.
   -Yo no sé de dónde saca tiempo YiXing- murmuré.
   -Pues yo quiero verte…- se escuchó una voz al otro lado pero que no pude identificar y mi madre dejó de hablar unos momentos- oh, muy buena idea- fue lo siguiente que dijo- haced una vídeo-llamada YiXing y tú hoy, que tenemos muchas ganas de veros.
   -Pero yo estoy en la Residencia y YiXing en su piso- contesté.
   -Pues te vas allí.
   -Umma…
   -Esperamos vuestra llamada- y me cortó. Bufé y me volví a girar hacia MinSeok. Él pareció adivinar lo que yo quería decirle, porque rápidamente se apresuró a hablar.
   -Lo siento- dijo- anoche tuve una pesadilla y no podía dormir- suspiré y cerré mis ojos- ¿estás enfadado?
   -No.
   -¿Te importa?
   -No, no me importa- me levanté de la cama y le dediqué una sonrisa- me alegra que hayas podido dormir de nuevo… y bueno… me tengo que ir con YiXing para llamar a nuestros padres.

-oooOOOooo-

   Su hermosa risa llenaba mis oídos a medida que mis labios encontraban los puntos de su cuerpo que lo hacían reír. Dejé un camino de pequeños besos por todo su torso y no me importó cuando su teléfono comenzó a sonar con la canción To You – Teen Top y él se alargó para poder tomarlo de mi escritorio.

   -¿Sí?- lo oí contestar en coreano, pero luego, empezó con su charla en chino- claro, madre, ¿cómo? ¿JongDae?- escuchar el nombre su amigo en una conversación con su madre me molestó un poco, por lo que le di un mordisco a su pezón y él jadeó- ah… no… no es nada. ¿Qué? No, ¿cómo puedes pensar eso?- me miró con reproche y yo lamí el mismo lugar que había mordido. Noté cómo su cuerpo se estremecía y sonreí- sí, claro, nos vemos luego- colgó y dejó el móvil de nuevo en el escritorio- eres un bruto- se quejó- mi madre creía que estaba con una chica.
   -¿No le has dicho que estabas con un hombre?- pregunté atacando sus labios.
   -No, si digo algo como eso seguro que me mandan de vuelta a China y me casan con mi prima Mei- contestó- ¿tú se lo has dicho a tus padres?
   -No, apenas hablo con ellos.
   -¿Y eso?- preguntó.
   -Otro día te lo contaré- volví a besar sus labios- ahora, dime por qué ha salido el nombre de JongDae en la conversación- él sonrió pícaro.
   -¿Celoso?
   -Sólo contesta.
   -Va a venir a casa para hacer una vídeo-llamada con nuestros padres- respondió.
   -¿Cuándo?
   -Dentro de una hora o algo así, supongo.
   -Entonces nos da tiempo a otro- murmuré y cuando bajé hacia su miembro escuché de nuevo su hermosa risa.

-oooOOOooo-

   Salí del ascensor y me encontré ante la puerta del apartamento donde ahora vivían todos los chinos. No me gustaba mucho estar allí porque Kevin siempre me miraba con muy mala hostia cuando estaba alrededor de YiXing. Bueno, en realidad me miraba con muy mala hostia cada vez que estaba cerca de YiXing, estuviéramos en el piso o en cualquier lugar. Suspiré y llamé a la puerta. No tuve que esperar mucho tiempo para que la puerta se abriera y por ella apareciera mi amigo.

   -Hola- me dijo de una manera muy animada y luego me hizo pasar al salón.

   Allí se encontraban los otros tres inquilinos del piso. Tao veía absorto en su mundo un dorama ñoño, LuHan tecleaba con rapidez en su BB y Kris estaba sentado delante del portátil de mi amigo mirando cualquier cosa, hasta que desvió su vista hacia mí y esta fue de odio infinito.

   -Hola- los saludé a todos y me giré hacia YiXing, dándome cuenta de que caminaba algo extraño y encaré una ceja.
   -Luego te lo cuento- susurró y yo asentí, aunque ya sabía perfectamente el por qué andaba así.
   -Bueno, enciende el Skype y terminemos pronto con esto- dije.
   -Ok.

-oooOOOooo-

   Salí de la habitación de la Residencia porque SeHun me tenía ya frito. Desde que se había levantado estaba enganchado al móvil, escribiéndose mensajes en el Kakao con LuHan. No me hacía ningún caso, y eso me desesperaba, por lo que pensé en dedicar mi Sábado por la mañana a hacer algo productivo, para variar.

   Me dirigí a mi Universidad y me adentré en la Biblioteca, un lugar lleno de libros antiguos y que olía a polvo y a moho. Por esa razón no me gustaba pasar mucho tiempo allí y me pasaba los días y las noches de fiesta, pero el curso anterior había aprobado por los pelos y mis padres me matarían sino hacía algo bueno con mi vida, por lo que allí estaba.

   Me adentré por las estanterías de madera vieja, buscando un libro para ponerme al día con mis apuntes, cuando de repente vi a alguien conocido en una de las mesas del lugar. Sonreí y dejé de buscar para acercarme a él y sentarme a su lado.

   -Hola, KyungSoo- susurré sólo para que él me oyera y él levantó la cabeza del libro que leía atentamente- me agrada encontrar un rostro conocido- me sonrío y asintió.
   -A mí también me agrada.

-oooOOOooo-

   Me desperté aquella mañana de mejor humor. Habían pasado un par de días de la cena que me preparó KyungSoo y ya estaba más animado. Además, era también feliz porque no tenía que ir a trabajar e ignorar a Kevin, aunque lo que realmente quisiera fuera hablarle hasta por los codos de cosas sin sentido, como hacía antes.

   Cogí mi móvil y vi que tenía un Kakao de mi vecino. Apenas eran las 10 de la mañana y él me había mandado el mensaje hacía horas.

Soonnie: Estoy en la Biblioteca de mi Facultad, si quieres algo, ya sabes dónde estoy.
Gracias por la información ^^
Si pasa algo, sólo tienes que llamarme.

   Dejé el teléfono en mi mesita y comencé a desnudarme para poder ponerme otra ropa que no fuera el pijama. Cuando me estaba quitando los pantalones, mi teléfono vibró y supe que KyungSoo me había contestado el mensaje, así que me apresuré a leerlo.

Soonnie: Ok ^^
Por cierto, estoy con JongIn, así que, si pasa algo, entre los dos lo arreglamos.

   Sonreí tras ver su mensaje. Ahora que estaba JongIn con él, no tenía por qué preocuparme.