Título: For your
happiness
Autora: Riz Aino
Pareja: YeWook
(YeSung + RyeoWook) (SUPER JUNIOR)
Clasificación:
PG
Géneros:
romance, fluff, drama
Número de palabras:
814 palabras
Resumen:
RyeoWook no es el mismo de siempre por un motivo en especial.
Aclaraciones:
el nombre real de YeSung ya no es JongWoon, si no JongHoon, pero yo estoy
acostumbrada a llamarlo JongWoon, así que, lo nombraré así.
Notas:
drabble escrito para Gundana.
Comentario de autora:
en el momento en el que escribí este fi llevaba muchísimos años sin hacer nada
sobre Super Junior (y jamás había escrito YeWook, porque soy más de YeHyun) por
lo que me costó horrores sacarla adelante a pesar de que no es ni muy largo.
Espero que os guste.
For your happiness
RyeoWook llevaba algunos
días comportándose de una forma muy extraña. Todo el mundo que era mínimamente
cercano a él podía ver que nada funcionaba como era debido en su vida.
Cualquier cosa que estuviera haciendo, incluso la más estúpida, se volvía un
gran desafío y absolutamente todo le salía mal. JongWoon había sido
especialmente consciente de aquello y estaba algo preocupado por el menor.
Sabía que ante su inminente entrada en el ejército, RyeoWook estaba bastante
asustado, lo había estado comentando los meses anteriores y no había parado de
hacerles preguntas a todos los que habían vuelto de allí, por eso, pensaba que
los pocos días que quedaban para que llegara el momento, iban a ser una tortura
para el menor si no hacía algo.
JongWoon se propuso
entonces, hacer los últimos días de RyeoWook en la ciudad algo que le olvidara
que debía entrar al ejército.
A la mañana siguiente de
tomar aquella decisión, simplemente le mandó un mensaje al menor para que se
arreglara y se pusiera algo que no fuera demasiado cantoso para pasar
desapercibidos entre las multitudes de la ciudad de Seúl. Llevaban muchos años
sin poder mezclarse casualmente con las masas porque tenían muchas fans y la
mayor parte de ellas estaba siempre ojo avizor, pero desde hacía un poco de
tiempo, ya no era tan agobiante caminar por las calles, ya no era agobiante
mezclarse con la gente, ahora apenas era reconocido si lo hacía. Por este motivo,
para que RyeoWook disfrutara de un día tranquilo en el que lo único que debía
hacer era lo mismo que hacían el resto de los mortales, JongWoon había decidido
que era lo mejor.
Quedaron en pleno
Myeong-dong. Por las mañanas no solía haber tanta gente como por las tardes y
las noches, porque por la mañana los estudiantes estaban en sus colegios y los
trabajadores cumpliendo con su jornada laboral; sin embargo, seguía siendo un
lugar en ebullición fuera la hora que fuera. JongWoon vio a RyeoWook caminar hacia
él con algo de indecisión desde unos veinte metros y sonrió mientras lo veía
avanzar mirando a todos lados. El mayor sabía que pensaba que lo que estaban
haciendo era una auténtica locura, pero también sabía que iba a disfrutar de su
pequeña locura hasta que aquel día finalizara.
Pasaron el día de
compras, yendo de un lado para otro, probando todo tipo de comida en los
puestos callejeros que se encontraban. La sonrisa tímida que RyeoWook le había
dedicado en la mañana se había convertido en una amplia y brillante cuando a
última hora de la tarde finalmente salieron del barrio y se dirigieron a la
casa del mayor.
—Muchas gracias —le dijo
RyeoWook, recibiendo una taza de té del mayor—. Ha sido todo un detalle.
—Solo he puesto a hervir
un poco de agua —sonrió JongWoon.
—No me refería al té
—comentó el otro con una sonrisa—. Me refería a todo lo que has hecho por mí
hoy. No me esperaba pasar un día tan agradable.
—No ha sido nada
—respondió—, y podemos pasar todos los días que quieras de esta forma. Todavía
queda algo de tiempo.
RyeoWook miró su taza de
té y luego suspiró. JongWoon se sintió fatal por haber tocado ese tema y
hacerlo sentir mal, no tenía que haber hablado de ello, pero era inevitable.
Para el menor era duro tener que irse al ejército, pero para él era aún más
duro saber que tenía que alejarse de él de nuevo cuando no había pasado ni un
año de su regreso. El mayor había estado mucho menos asustado y triste cuando
le tocó a él que en aquellos momentos.
—Sé que estás haciendo
todo esto por mí, para que deje de pensar en lo que va a pasar —comentó
RyeoWook—, así que, te lo agradezco mucho.
—Te voy a echar de menos
—no pudo evitar murmurar.
—Yo también a ti, hyung.
JongWoon abrió sus
brazos y el menor soltó la taza de té sobre la mesita antes de lanzarse entre
ellos y apretarse fuertemente al cuerpo del mayor y unirse a él en un
necesitado abrazo para ambos.
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