Título: Mickey Mouse tiene derecho a amar
Autora: Riz Aino
Pareja:
ChunMi (ChunJi + BoMi) (TEEN PINK – TEEN TOP + APINK)
Clasificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff, humor
Número de
palabras: 2.171 palabras
Resumen: el Mickey Mouse del parque de atracciones está
enamorado… y no de Minnie Mouse.
Notas: drabble no drabble (porque 2k ya no se considera
drabble) escrito para Male.
Comentario de
autora: Male, te odio (con amor
♥), pero me tuviste mucho tiempo quebrándome la cabeza para intentar ver qué
hacer con estos dos. Espero que os guste.
Mickey Mouse tiene derecho a amar
ChanHee se despidió con
la mano del niño con el que se acababa de echar una foto. El niño le sonrió y
después trotó hasta el lugar en el que se encontraban sus padres, con el globo
que le había dado ondeando en el aire. ChanHee sonrió dentro del disfraz,
aunque su sonrisa no pudo ser vista por nadie de los que estaban en aquel
parque de atracciones. El chico sintió un tirón de su traje de felpa en ese
momento, así que, bajó su cabeza para ver cómo una niña monísima con dos
coletas se agarraba con una de sus manitas y una sonrisa de oreja a oreja.
—Mamá, mamá —dijo ella—.
¡Es Mickey Mouse!
—Sí, es Mickey —comentó
la mujer. No parecía muy mayor, quizás solo tenía unos pocos años más que él—.
¿Quieres echarte una foto con él?
—¡Sí!
Y así eran todos los
fines de semana de ChanHee desde hacía algunos meses. Trabajaba en aquel parque
de atracciones de la capital para poder pagarse los caprichos, poniéndose el
disfraz de Mickey Mouse y regalando globos a los niños que querían hacerse una
foto con él. No era un trabajo demasiado cansado, pero se pasaba el día de pie
y, a veces, bajo un sol de justicia. Un par de semanas atrás había hecho un día
de calor horrible y se había desvanecido en mitad del parque, pero desde ese
momento, el chico se había cuidado de hacer descansos más a menudo para beber
aguar.
Por eso, cuando la niña
se fue de allí, ChanHee se preparó para afrontar su segundo descanso de la
mañana (aun le quedaría uno más antes del parón del medio día para almorzar).
El chico se alejó de la marea de gente que iba y venía y se sentó en una
esquina bastante apartada de la vista. Un segundo después de que su trasero
tocara el suelo, ya se estaba quitando la cabeza del muñeco y suspirando.
Sudaba profusamente porque el disfraz conservaba demasiado el calor, así que,
se sacó un pañuelo del bolsillo y comenzó a secárselo. Bebió agua de la botella
que había comprado en su anterior descanso y que guardaba en una pequeña bolsa
de frío.
Mientras bebía, el chico
se fijó en las personas que paseaban cerca de él. Había una gran variedad,
tanto niños acompañados de sus padres o hermanos mayores, pasando por
adolescentes que iban con sus amigos, hasta parejas de veinteañeros que pasaban
sus días allí. ChanHee se había acostumbrado a todo aquello y sabía cómo tratar
con las personas según sus edades, era bueno y su jefe lo adoraba.
En ese momento, el chico
casi se atraganta con el agua. Muy cerca de él, se detuvieron unas chicas que
conocía perfectamente porque estaban en su clase y porque una de ellas era el
amor de su vida. Yoon BoMi, la chica más guapa de su curso. ChanHee no sabía
dónde meterse, aquellas chicas no podían verlo así o se difundirían rumores por
el instituto que no quería que se difundieran, por eso, comenzó a recoger todas
sus cosas y se puso rápidamente la cabeza del muñeco, aunque todavía no fuera
la hora de terminar su descanso. No podía arriesgarse.
El chico se levantó del
suelo y echó a andar hacia cualquier otro lugar alejado, pero antes de que
pudiera irse un poco más lejos escuchó que alguien gritaba su nombre (bueno, no
su nombre, el del personaje que encarnaba), así que, se tuvo que detener y
girar. Su sorpresa fue darse cuenta que era Jung EunJi, una de las amigas de
BoMi, la que lo había hecho detenerse. ChanHee tuvo que tragar saliva en un
intento de que su garganta dejara de estar seca e intentó no estar nervioso.
Ellas no podían saber que era él quien estaba debajo del disfraz, ¿verdad?
—Lo mismo te suena
extraño viniendo de gente de nuestra edad —dijo la chica—, pero, ¿te importaría
que hacerte una foto con nosotras?
Él asintió, como estaba
acostumbraba a hacer. Después de esto, su corazón comenzó a latir a un ritmo
normal al descubrir cuáles eran las
intenciones de las muchachas; sin embargo, se volvió a tensar cuando vio cómo
BoMi se acercaba a él y se ponía junto a su costado derecho, ajustándose a su
disfraz y alzándose un poco para poder encontrar con sus labios la cara de
Mickey Mouse. Al otro costado, EunJi también hizo lo mismo, pero él solo podía
estar atento a BoMi. No pasó demasiado tiempo, solo los pocos segundos que
tardó la otra chica que se encontraba allí (y que ChanHee no reconocía) les
hacía un par de fotos con su teléfono móvil.
—¡Muchas gracias! —dijo
BoMi, con una gran sonrisa en su perfecto rostro. ChanHee no pudo controlar el
impulso de extender su brazo y entregarle uno de los globos que llevaba. Ella
se sorprendió un poco, pero su sonrisa se amplió cuando tomó el presente—.
Vaya… gracias de nuevo.
Y tras aquello, la chica
se fue alejando de él, riendo con sus amigas. ChanHee sintió un vacío en su
corazón cuanto más espacio se abría entre ellos. Nunca había tenido el valor de
confesarle sus sentimientos, nunca había tenido el valor de hablarle… pero en
aquel momento se encontraba resguardado tras su disfraz. Ella no sabía quién
era, eso jugaba a su favor, así que, sin pensarlo demasiado, se lanzó a la
carrera para interceptar a las tres chicas. El traje le molestaba muchísimo,
pero ella caminaba lento, así que, no tardaría demasiado en alcanzarlas.
¿Y qué le diría? ChanHee
se detuvo repentinamente. ¿Qué le podía decir? ¿Qué podía hacer? ¿Cómo lo
haría? Mientras el chico se debatía internamente, ellas dejaron de andar
también y se pusieron a la cola de una atracción. ChanHee tenía prohibido
subirse a cualquier atracción mientras vestía su uniforme, así que, podía
aprovechar aquel tiempo para pensarse lo que quería hacer realmente. Si se
declaraba, ella podría asustarse. Un desconocido le estaría diciendo que la
amaba, pero ChanHee sabía que sin su cabeza de Mickey Mouse no podría hacerlo.
En aquel instante, una
idea loca cruzó su mente. Era una completa locura… pero tampoco tenía muchas
más opciones…
El chico se dirigió
hacia la tienda de regalos que se encontraba más cerca. Allí debía de encontrar
todo lo necesario para hacer lo que quería hacer. ChanHee se quitó la cabeza
del muñeco delante la señora que atendía el local y le pidió un papel, un boli
y una rosa. El chico se puso rápidamente a redactar un pequeño mensaje mientras
la mujer le envolvía el tallo de una rosa y en unos minutos, ya había salido de
la tienda con todo y la cabeza de Mickey Mouse de vuelta al lugar al que
pertenecía. ChanHee volvió al lugar en el que había dejado a las chicas y
descubrió que ellas estaban a punto de subirse a la atracción.
El tiempo que pasó
esperando a que ellas bajaran estuvo pensando una y otra vez si lo que iba a
hacer era lo correcto o no, pero ya lo tenía todo, solo necesitaba tener el
valor para acercarse a ellas de nuevo para dejarle a BoMi lo que había escrito
para ella. Era una locura, una completa locura… pero también era su mejor
oportunidad. Nunca se había sentido tan capaz de hacer algo tan vergonzoso.
Estaba tan perdido en sus propios pensamientos que, por un momento, perdió de
vista a las chicas. Giró su cabeza en todas direcciones, buscando, hasta que
vio el globo que le había dado anteriormente a BoMi, no muy lejos de donde se
encontraba.
—Ahora o nunca…
—murmuró.
Rápidamente, avanzó
hasta el lugar en el que ellas se encontraban y las interceptó antes de que
echaran a andar y se perdieran entre la multitud que poblaba el parque de
atracciones. El chico se colocó ante ellas y le tendió a BoMi la rosa con la
nota que le había escrito, colgando de un pequeño cordel. Ella miró a sus
amigas y a él varias veces. Parecía no entender nada, pero antes de que pudiera
hablar y preguntarle de qué iba aquello, ChanHee le dejó la rosa en la mano y
se fue a seguir con su trabajo, deseando internamente que la chica no se
asustara o lo odiara.
♥♥♥
Su jornada de trabajo ya
casi había finalizado. ChanHee se había pasado todo el día pensando en lo que
había hecho y en si había sido lo correcto o no, pero ya era tarde para
lamentarse, solo podía confiar en que todo saliera bien o que, al menos, no fuera
a peor. BoMi no sabía que era él, eso debía ser una ventaja, porque para
averiguarlo debía ir al lugar que le había indicado en la nota. El chico sacó
su teléfono móvil de uno de los bolsillos del traje que vestía y miró el reloj.
El parque de atracciones estaba a punto de cerrar y él debía de quitarse el
uniforme antes de salir de allí. Por una parte, estaba ansioso por ver si ella
se presentaría; por otra, estaba muy asustado por si se la encontraba. ¿Qué
haría? ¿Qué le diría?
Se forzó a dejar de pensar
en ello, se había comido la cabeza durante todo el día y ya había llegado la
hora de la verdad, solo podía afrontar lo que viniera. ChanHee se desvistió y
dejó su disfraz en el lugar que tenía asignado, después, se dio una rápida
ducha para quitarse el sudor seco de la piel y se colocó ropa normal para poder
salir del parque. Se despidió de los compañeros que todavía estaban en los
vestuarios y se encaminó hacia la entrada, lugar en el que le había escrito a
la chica que debían verse si ella quería saber la identidad de la persona que
la amaba desde hacía dos años.
El chico no tenía muchas
esperanzas puestas en que ella realmente se presentara, así que, cuando vio su
figura en la puerta de entrada, sintió que su corazón daba un vuelco. No podía
ser. ChanHee estuvo tentado a salir corriendo, pero en ese momento ella miró en
su dirección. El chico contuvo la respiración cuando BoMi le sonrió ampliamente
y lo saludó con la mano. ¿Sabía que era él quien le había pedido que fuera o
simplemente lo saludaba porque era su compañero de clase? Sin saberlo
realmente, el chico tuvo que forzar a sus piernas a seguir adelante y acercarse
a ella.
—Hola —lo saludó BoMi—.
¿Qué haces aquí?
A ChanHee le quedó
clarísimo que no sabía que era él quien había escrito la carta y le había
entregado la rosa que todavía llevaba en su mano. Estuvo tentado a irse sin
decírselo, pero ella estaba allí, ella lo había esperado, ella quería conocer
quién era la persona que la amaba.
—Bueno… trabajo aquí
—respondió finalmente—. Soy un muñeco de Disney
—la chica entornó un poco los ojos y ChanHee se imaginó a su cerebro trabajando
a toda velocidad, como si estuviera tratando de ver si había alguna posibilidad
de que fuera él quien se le había declarado de aquella extraña manera. Decidió que,
como con el esparadrapo que te ponían en el brazo después de sacarte sangre,
era mejor tirar fuerte y rápido para arrancarlo, así que, lo dijo—: Mickey
Mouse.
La expresión en el
rostro de BoMi mutó de la sorpresa a la diversión en apenas unos segundos y no
supo cómo sentirse. ¿Por qué parecía estar a punto de echarse a reír?
—EunJi tenía razón
—murmuró—. Eras tú —ChanHee no tenía ni idea de por qué la otra chica sabía que
era él, pero la reacción de BoMi era la que importaba en aquel momento—. Al principio
no la creí, porque nunca había visto que te interesara… pero ella dijo que sí,
que se te notaba a la legua y no pude evitar pensar en los momentos que hemos
compartido —el chico no sabía qué decir ante aquello, pero ella parecía tener
una respuesta muy clara a todo—. La verdad es que no te conozco mucho, así que,
no sé si puedo corresponder a tus sentimientos o no… pero me gustaría conocerte
y ver qué pasa entre nosotros.
ChanHee se quedó
sorprendido. No se esperaba aquella respuesta, pero la verdad era que lo
complacía bastante… además, era lo lógico. BoMi no lo conocía de nada.
—Eso estaría muy bien.
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