martes, 9 de enero de 2018

[One Shot] Ask Drabbles 5: Mickey Mouse tiene derecho a amar {ChunMi}



Título: Mickey Mouse tiene derecho a amar
Autora: Riz Aino
Pareja: ChunMi (ChunJi + BoMi) (TEEN PINK – TEEN TOP + APINK)
Clasificación: PG
Géneros: AU, romance, fluff, humor
Número de palabras: 2.171 palabras
Resumen: el Mickey Mouse del parque de atracciones está enamorado… y no de Minnie Mouse.
Notas: drabble no drabble (porque 2k ya no se considera drabble) escrito para Male.
Comentario de autora: Male, te odio (con amor ♥), pero me tuviste mucho tiempo quebrándome la cabeza para intentar ver qué hacer con estos dos. Espero que os guste.

Mickey Mouse tiene derecho a amar

ChanHee se despidió con la mano del niño con el que se acababa de echar una foto. El niño le sonrió y después trotó hasta el lugar en el que se encontraban sus padres, con el globo que le había dado ondeando en el aire. ChanHee sonrió dentro del disfraz, aunque su sonrisa no pudo ser vista por nadie de los que estaban en aquel parque de atracciones. El chico sintió un tirón de su traje de felpa en ese momento, así que, bajó su cabeza para ver cómo una niña monísima con dos coletas se agarraba con una de sus manitas y una sonrisa de oreja a oreja.

—Mamá, mamá —dijo ella—. ¡Es Mickey Mouse!
—Sí, es Mickey —comentó la mujer. No parecía muy mayor, quizás solo tenía unos pocos años más que él—. ¿Quieres echarte una foto con él?
—¡Sí!

Y así eran todos los fines de semana de ChanHee desde hacía algunos meses. Trabajaba en aquel parque de atracciones de la capital para poder pagarse los caprichos, poniéndose el disfraz de Mickey Mouse y regalando globos a los niños que querían hacerse una foto con él. No era un trabajo demasiado cansado, pero se pasaba el día de pie y, a veces, bajo un sol de justicia. Un par de semanas atrás había hecho un día de calor horrible y se había desvanecido en mitad del parque, pero desde ese momento, el chico se había cuidado de hacer descansos más a menudo para beber aguar.

Por eso, cuando la niña se fue de allí, ChanHee se preparó para afrontar su segundo descanso de la mañana (aun le quedaría uno más antes del parón del medio día para almorzar). El chico se alejó de la marea de gente que iba y venía y se sentó en una esquina bastante apartada de la vista. Un segundo después de que su trasero tocara el suelo, ya se estaba quitando la cabeza del muñeco y suspirando. Sudaba profusamente porque el disfraz conservaba demasiado el calor, así que, se sacó un pañuelo del bolsillo y comenzó a secárselo. Bebió agua de la botella que había comprado en su anterior descanso y que guardaba en una pequeña bolsa de frío.

Mientras bebía, el chico se fijó en las personas que paseaban cerca de él. Había una gran variedad, tanto niños acompañados de sus padres o hermanos mayores, pasando por adolescentes que iban con sus amigos, hasta parejas de veinteañeros que pasaban sus días allí. ChanHee se había acostumbrado a todo aquello y sabía cómo tratar con las personas según sus edades, era bueno y su jefe lo adoraba.

En ese momento, el chico casi se atraganta con el agua. Muy cerca de él, se detuvieron unas chicas que conocía perfectamente porque estaban en su clase y porque una de ellas era el amor de su vida. Yoon BoMi, la chica más guapa de su curso. ChanHee no sabía dónde meterse, aquellas chicas no podían verlo así o se difundirían rumores por el instituto que no quería que se difundieran, por eso, comenzó a recoger todas sus cosas y se puso rápidamente la cabeza del muñeco, aunque todavía no fuera la hora de terminar su descanso. No podía arriesgarse.

El chico se levantó del suelo y echó a andar hacia cualquier otro lugar alejado, pero antes de que pudiera irse un poco más lejos escuchó que alguien gritaba su nombre (bueno, no su nombre, el del personaje que encarnaba), así que, se tuvo que detener y girar. Su sorpresa fue darse cuenta que era Jung EunJi, una de las amigas de BoMi, la que lo había hecho detenerse. ChanHee tuvo que tragar saliva en un intento de que su garganta dejara de estar seca e intentó no estar nervioso. Ellas no podían saber que era él quien estaba debajo del disfraz, ¿verdad?

—Lo mismo te suena extraño viniendo de gente de nuestra edad —dijo la chica—, pero, ¿te importaría que hacerte una foto con nosotras?

Él asintió, como estaba acostumbraba a hacer. Después de esto, su corazón comenzó a latir a un ritmo normal  al descubrir cuáles eran las intenciones de las muchachas; sin embargo, se volvió a tensar cuando vio cómo BoMi se acercaba a él y se ponía junto a su costado derecho, ajustándose a su disfraz y alzándose un poco para poder encontrar con sus labios la cara de Mickey Mouse. Al otro costado, EunJi también hizo lo mismo, pero él solo podía estar atento a BoMi. No pasó demasiado tiempo, solo los pocos segundos que tardó la otra chica que se encontraba allí (y que ChanHee no reconocía) les hacía un par de fotos con su teléfono móvil.

—¡Muchas gracias! —dijo BoMi, con una gran sonrisa en su perfecto rostro. ChanHee no pudo controlar el impulso de extender su brazo y entregarle uno de los globos que llevaba. Ella se sorprendió un poco, pero su sonrisa se amplió cuando tomó el presente—. Vaya… gracias de nuevo.

Y tras aquello, la chica se fue alejando de él, riendo con sus amigas. ChanHee sintió un vacío en su corazón cuanto más espacio se abría entre ellos. Nunca había tenido el valor de confesarle sus sentimientos, nunca había tenido el valor de hablarle… pero en aquel momento se encontraba resguardado tras su disfraz. Ella no sabía quién era, eso jugaba a su favor, así que, sin pensarlo demasiado, se lanzó a la carrera para interceptar a las tres chicas. El traje le molestaba muchísimo, pero ella caminaba lento, así que, no tardaría demasiado en alcanzarlas.

¿Y qué le diría? ChanHee se detuvo repentinamente. ¿Qué le podía decir? ¿Qué podía hacer? ¿Cómo lo haría? Mientras el chico se debatía internamente, ellas dejaron de andar también y se pusieron a la cola de una atracción. ChanHee tenía prohibido subirse a cualquier atracción mientras vestía su uniforme, así que, podía aprovechar aquel tiempo para pensarse lo que quería hacer realmente. Si se declaraba, ella podría asustarse. Un desconocido le estaría diciendo que la amaba, pero ChanHee sabía que sin su cabeza de Mickey Mouse no podría hacerlo.

En aquel instante, una idea loca cruzó su mente. Era una completa locura… pero tampoco tenía muchas más opciones…

El chico se dirigió hacia la tienda de regalos que se encontraba más cerca. Allí debía de encontrar todo lo necesario para hacer lo que quería hacer. ChanHee se quitó la cabeza del muñeco delante la señora que atendía el local y le pidió un papel, un boli y una rosa. El chico se puso rápidamente a redactar un pequeño mensaje mientras la mujer le envolvía el tallo de una rosa y en unos minutos, ya había salido de la tienda con todo y la cabeza de Mickey Mouse de vuelta al lugar al que pertenecía. ChanHee volvió al lugar en el que había dejado a las chicas y descubrió que ellas estaban a punto de subirse a la atracción.

El tiempo que pasó esperando a que ellas bajaran estuvo pensando una y otra vez si lo que iba a hacer era lo correcto o no, pero ya lo tenía todo, solo necesitaba tener el valor para acercarse a ellas de nuevo para dejarle a BoMi lo que había escrito para ella. Era una locura, una completa locura… pero también era su mejor oportunidad. Nunca se había sentido tan capaz de hacer algo tan vergonzoso. Estaba tan perdido en sus propios pensamientos que, por un momento, perdió de vista a las chicas. Giró su cabeza en todas direcciones, buscando, hasta que vio el globo que le había dado anteriormente a BoMi, no muy lejos de donde se encontraba.

—Ahora o nunca… —murmuró.

Rápidamente, avanzó hasta el lugar en el que ellas se encontraban y las interceptó antes de que echaran a andar y se perdieran entre la multitud que poblaba el parque de atracciones. El chico se colocó ante ellas y le tendió a BoMi la rosa con la nota que le había escrito, colgando de un pequeño cordel. Ella miró a sus amigas y a él varias veces. Parecía no entender nada, pero antes de que pudiera hablar y preguntarle de qué iba aquello, ChanHee le dejó la rosa en la mano y se fue a seguir con su trabajo, deseando internamente que la chica no se asustara o lo odiara.

♥♥♥

Su jornada de trabajo ya casi había finalizado. ChanHee se había pasado todo el día pensando en lo que había hecho y en si había sido lo correcto o no, pero ya era tarde para lamentarse, solo podía confiar en que todo saliera bien o que, al menos, no fuera a peor. BoMi no sabía que era él, eso debía ser una ventaja, porque para averiguarlo debía ir al lugar que le había indicado en la nota. El chico sacó su teléfono móvil de uno de los bolsillos del traje que vestía y miró el reloj. El parque de atracciones estaba a punto de cerrar y él debía de quitarse el uniforme antes de salir de allí. Por una parte, estaba ansioso por ver si ella se presentaría; por otra, estaba muy asustado por si se la encontraba. ¿Qué haría? ¿Qué le diría?

Se forzó a dejar de pensar en ello, se había comido la cabeza durante todo el día y ya había llegado la hora de la verdad, solo podía afrontar lo que viniera. ChanHee se desvistió y dejó su disfraz en el lugar que tenía asignado, después, se dio una rápida ducha para quitarse el sudor seco de la piel y se colocó ropa normal para poder salir del parque. Se despidió de los compañeros que todavía estaban en los vestuarios y se encaminó hacia la entrada, lugar en el que le había escrito a la chica que debían verse si ella quería saber la identidad de la persona que la amaba desde hacía dos años.

El chico no tenía muchas esperanzas puestas en que ella realmente se presentara, así que, cuando vio su figura en la puerta de entrada, sintió que su corazón daba un vuelco. No podía ser. ChanHee estuvo tentado a salir corriendo, pero en ese momento ella miró en su dirección. El chico contuvo la respiración cuando BoMi le sonrió ampliamente y lo saludó con la mano. ¿Sabía que era él quien le había pedido que fuera o simplemente lo saludaba porque era su compañero de clase? Sin saberlo realmente, el chico tuvo que forzar a sus piernas a seguir adelante y acercarse a ella.

—Hola —lo saludó BoMi—. ¿Qué haces aquí?

A ChanHee le quedó clarísimo que no sabía que era él quien había escrito la carta y le había entregado la rosa que todavía llevaba en su mano. Estuvo tentado a irse sin decírselo, pero ella estaba allí, ella lo había esperado, ella quería conocer quién era la persona que la amaba.

—Bueno… trabajo aquí —respondió finalmente—. Soy un muñeco de Disney —la chica entornó un poco los ojos y ChanHee se imaginó a su cerebro trabajando a toda velocidad, como si estuviera tratando de ver si había alguna posibilidad de que fuera él quien se le había declarado de aquella extraña manera. Decidió que, como con el esparadrapo que te ponían en el brazo después de sacarte sangre, era mejor tirar fuerte y rápido para arrancarlo, así que, lo dijo—: Mickey Mouse.

La expresión en el rostro de BoMi mutó de la sorpresa a la diversión en apenas unos segundos y no supo cómo sentirse. ¿Por qué parecía estar a punto de echarse a reír?

—EunJi tenía razón —murmuró—. Eras tú —ChanHee no tenía ni idea de por qué la otra chica sabía que era él, pero la reacción de BoMi era la que importaba en aquel momento—. Al principio no la creí, porque nunca había visto que te interesara… pero ella dijo que sí, que se te notaba a la legua y no pude evitar pensar en los momentos que hemos compartido —el chico no sabía qué decir ante aquello, pero ella parecía tener una respuesta muy clara a todo—. La verdad es que no te conozco mucho, así que, no sé si puedo corresponder a tus sentimientos o no… pero me gustaría conocerte y ver qué pasa entre nosotros.

ChanHee se quedó sorprendido. No se esperaba aquella respuesta, pero la verdad era que lo complacía bastante… además, era lo lógico. BoMi no lo conocía de nada.

—Eso estaría muy bien.

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