Título: Ouran
SHINee Host Club
Pareja: Onew x Fan (SHINee)
Clasificación:
G
Géneros:
romance, humor
Número de palabras:
1.703 palabras
Resumen:
SooHee era una chica (normal y corriente) a la que le gustaba quedarse
despierta hasta las tantas de la noche viendo animes, doramas o programas en
los que salieran su idols… pero jamás pensó que todo pudiera mezclarse y que ella
sería la protagonista de una de sus historias favoritas.
Notas:
historia prometida como premio a Lorena por ganar el Primer Concurso de Fics de Lo que realmente pasó en Singapur.
Comentario de Autora:
sé que te gustan las cosas tristes y dramáticas, pero a la vida hay que ponerle
un poco de humor para no desesperar. Espero que te guste, esposa.
Tobira wo akeru to… Soko wa…
SooHee
buscaba un lugar tranquilo en el que poder ver vídeos de sus oppas sin que
nadie la molestara en aquel lugar. Lo había intentado en el patio, en la
biblioteca, en el pasillo, en la sala de profesores… Sin embargo siempre había
alguien que se acercaba a ella y no la dejaba fangirlear como era debido. Por
eso, cuando vio una sala de música que parecía no ser utilizada para nada,
pensó que había encontrado su salvación… Pero cuando abrió la puerta… Allí
estaba… El Host Club…
(O eso era lo que rezaba la gran
pancarta que se encontraba justo enfrente de ella).
La chica entró cuidadosamente a la
sala de música, mirando a todos lados por si había alguien. Sonrió al notar que
solamente estaba ella en el lugar y se dirigió a uno de los cómodos sofás para
sentarse y así poder ver con tranquilidad el nuevo vídeo de SHINee. Conectó su
tablet y luego buscó en el canal de youtube de la SM el nuevo vídeo subido. Le
dio al volumen al máximo y comenzó a sonar la canción.
SHINee is back, SHINee is back, SHINee is back, back, back, back, back.
SooHee
comenzó a chillar como una nutria en celo, con los ojos más abiertos de lo
normal y la boca del mismo modo. Adoraba a SHINee y la canción era perfecta,
además, los chicos vestían unas ropas muy hippies que le encantaban y todo era
completamente perfecto (menos la presencia de Jessica de Girls’ Generation,
pero lo pasaba por alto porque hacía de fantasma). Tan ensimismada estaba que
no se dio cuenta de que alguien más entraba en la sala de música hasta que no
estuvieron prácticamente junto a ella.
En ese momento, la chica alzó la
cabeza y se quedó sumamente sorprendida. Allí, a pocos metros de distancia, se
encontraban los mismos cinco chicos que estaban saliendo en la pantalla de su
tablet (se aseguró de ello intercalando varias veces la mirada entre esta y
ellos para confirmarlo) y en cuanto su cerebro procesó quiénes eran lo que
estaban allí, dio un grito más parecido al sonido que emitían los delfines,
antes de desmayarse.
SooHee escuchaba voces, voces
lejanas que creía reconocer, pero no podía estar segura de ello porque su
cabeza daba vueltas y vueltas. Se movió un poco, pero esto solo ocasionó que se
sintiera peor, por lo que se quedó tranquilamente, sin hacer ningún movimiento
e intentando encontrar en su mente a los dueños de aquellas voces mientras
escuchaba, a medias, su conversación.
—Nos ha descubierto, ¿qué podemos
hacer? —dijo la voz de JongHyun.
—Quizás no sepa quiénes somos —contestó
la de TaeMin.
—Por favor, si estaba viendo nuestro
MV de Sherlock, ¿cómo no va a saber quiénes somos?
—Además, se ha desmayado —apuntó la
voz de Key.
—¿Estará bien? —preguntó la de Onew.
—No es momento para preocuparse por
eso. Hay que pensar qué hacemos con ella.
—No la irás a matar, KiBum, que te
veo las intenciones.
—No, no, no —contestó este—, pero no
podemos dejar que salga de aquí así como así, no por lo menos hasta que esté
todo organizado.
—¿Y qué sugieres que hagamos? —preguntó
Onew.
—¿La secuestramos? —propuso
JongHyun.
—No —contestaron todos los demás.
—¿Y si la ponemos a trabajar con
nosotros para hacer los preparativos más rápidamente? —sugirió la voz de MinHo.
—Ehh… Buena idea, MinHo, ya está, en
cuanto despierte le diremos qué es lo que tiene que hacer.
En aquel momento, a SooHee le habían
quedado bastante claras dos cosas; la primera, la confirmación de que aquellos
chicos sí que eran SHINee, la segunda, que no la iban a dejar salir de allí y
la chica no sabía cuál de ellas dos le gustaba más.
Después de escuchar aquella
conversación, empezó a hacer como que se estaba despertando poco a poco hasta
que abrió los ojos, encontrándose cinco rostros a pocos metros de ella, con sus
respectivos pares de ojos mirándola fijamente. Hubiera gritado de nuevo, pero
el shock la había dejado paralizada, jamás se hubiera esperado que las cinco
personas a las que más admiraba la miraran de aquella forma.
—Bienvenida al SHINee Host Club —le
dijo Onew—. Nosotros somos SHINee —todos hicieron su saludo, aunque TaeMin
levantó el brazo izquierdo en vez del derecho, y luego una pequeña reverencia.
—Hola, ¿qué tal? Yo soy SooHee —se
presentó ella de corrido y con una voz que no era la suya. Los cinco la miraron
extrañados hasta que tosió y se aclaró la voz para volver a hablar—. SooHee, mi
nombre es SooHee.
—Encantados de conocerte —respondió
JongHyun acercándose para cogerle la mano y besársela, pero el líder lo apartó
rápidamente.
—Ella no es ninguna invitada, así
que guárdate tus atenciones para las señoritas que vendrán dentro de unos
momentos —lo regañó.
—Quedan apenas dos horas y todavía
nos quedan miles de cosas por hacer —comentó Key, llevándose las manos a la
cabeza.
—¿Puedo ayudar con algo? —preguntó
la chica.
Había escuchado la conversación
anterior y sabía perfectamente que su intención era hacerla trabajar, así que,
si de todas formas tendría que hacerlo, era mejor que se pusiera manos a la
obra rápidamente y se dejaran todos de tonterías.
—Ahora que lo dices… —comenzó MinHo—.
Nos vendría bien un par de manos extras.
—Pues entonces no hay más que hablar
—SooHee se levantó del sofá con gran ánimo y miró a su alrededor—. ¿Qué es lo
que hay que hacer?
A partir de aquel momento todo se
volvió una locura. Los cinco chicos le explicaron brevemente lo que pasaba allí
y lo que tendría que hacer para ayudarlos y luego ella comenzó a hacer todo lo
que le pedían para aligerar un poco el trabajo y tenerlo todo listo en el poco
tiempo que les quedaba. Al parecer, SHINee iba a tener un evento sorpresa de
Hosts en su instituto y solo unas cuantas chicas afortunadas iban a poder
entrar en aquel lugar para pasar un buen rato con los chicos.
Todo había sido preparado en secreto
y ni siquiera las fans pesadas y obsesas que los seguían a todos lados tenían
constancia de aquel acto. La página web para comprar el tiempo que iban a tener
las cincuenta afortunadas junto a ellos se habían puesto a la venta un par de
minutos antes de que ella entrara por la puerta y en aquel momento, las
afortunadas tenían que estar llegando al recinto del colegio.
A la carrera, terminaron con todo
unos minutos antes de que las puertas se abrieran y los chicos se cambiaron de
ropa, haciendo a SooHee que también se pusiera el algo más acorde con el
evento, ya que también los iba a ayudar, dejando entrar solo a aquellas
personas que tenían el código que las identificaba como las que tenían acceso
al SHINee Host Club. Así, con un traje de maid,
la chica se dispuso a hacer la última petición que había recibido de aquellos
chicos a los que idolatraba.
Dos horas después, todo acababa.
SooHee estaba completamente agotada,
ya que jamás había pensado que retener a fans locas requiriera tanto trabajo. La
chica se giró hacia los miembros de SHINee una vez cerró las puertas para que
nadie más pudiera entrar, encontrándolos con la ropa algo desarreglada, el
cabello despeinado y exhaustos. Si SooHee no hubiera visto que aquello se debía
a que las fans se lo habían puesto un poco complicado, hubiera dicho que habían
tenido alguna que otra ronda de sexo.
—Ven aquí, SooHee —la llamó Onew,
indicándole con la mano que se acercara y se sentara junto a él en el sofá en
el que se encontraba. Ella, con un sonrojo cubriendo sus mejillas, ya que el
líder, a pesar de ser patoso por naturaleza tenía un encanto escondido que la
chica adoraba, lo hizo.
—¿Sí? —preguntó una vez estuvo junto
a él.
—Gracias por ayudarnos con todo esto
—señaló a su alrededor y SooHee vio cómo MinHo y JongHyun ya se habían quedado
dormidos en un sofá y a Key y TaeMin les faltaba poco para entrar también al
mundo de los sueños.
—No ha sido nada —respondió—,
además, he podido conocer a las personas que admiro y ayudarlas con un problema
que tenían —él esbozó una sonrisa preciosa en sus labios.
—Me alegra oír eso —comentó—, pero
me gustaría hacer algo por ti como agradecimiento.
—No tienes que hacer nada —la chica
movió sus manos negativamente.
—Insisto —Onew tomó sus manos entre
las suyas, mirándola fijamente a los ojos, haciendo que su corazón se acelerara
de golpe.
Durante unos minutos, no se
escucharon más que los ronquidos de los demás miembros y el golpeteo de sus
corazones. SooHee no podía parar de mirarlo a los ojos, perdida en aquel color
castaño y mirada clara, solo pudo reaccionar cuando unas palabras salieron de
sus labios sin premiso alguno de su mente.
—Me gustaría un beso…
Tras decirlo, se intentó tapar la
cara con sus manos, pero Onew seguía agarrándoselas, ahora con una sonrisa de
oreja a oreja.
—Pensaba que no me lo pedirías nunca
—murmuró antes de cruzar la poca distancia que los separaba y besar sus labios dulcemente.
SooHee jamás había pensado que aquel
día, que había empezado igual que los anteriores, se convertiría en el más
extraño y feliz de su vida, solo por abrir aquella puerta en la que se encontró
el SHINee Host Club.