jueves, 15 de noviembre de 2012

Ficha de Personajes de EXO


EXO Ficha de Personajes



















Byun BaekHyun.
Fecha de Nacimiento: 06-Mayo-1992.
Lugar de Nacimiento: Bucheon, Provincia de Gyeonggi, Corea del Sur.
Estatura: 1.75cm.
Grupo Sanguíneo: O.
Signo Zodiacal: Tauro.
Familia: Padres y un hermano siete años mayor.
Especialidades: Aikido, Piano.
Símbolo: Sol.

 











Poder: Luz.
Personalidad: Es un chico atrevido, muy sociable y amistoso. También es muy sensible, se emociona por nada fácilmente.
Color favorito: Blanco, Negro y Gris.
Número favorito: 48.
Hobbies: Escuchar música, ver películas y cantar.
Comida favorita: Comida Coreana, China, Japonesa & la comida occidental.

EXO


Capítulo 1
Eclipse



   El despertador sonó como una maldición para mí. Estaba profundamente dormido, de hecho soñaba que estaba en un concierto de mi grupo favorito, dando saltos, gritos y cantando 'We got the POWER, I got the POWER' mientras los seis chicos del escenario daban todo lo que tenían para hacer felices a los que allí estábamos.

   Pero sólo fue un sueño, un puñetero sueño que no se haría realidad porque era un mediocre estudiante de Universidad que vivía con sus padres y tenía que coger el autobús y el metro todos los días para ir a la Facultad, porque me pillaba a tomar por culo.

   Pero bueno, no se podía hacer nada, esa era mi puñetera y aburrida vida, y así seguiría por mucho tiempo... o eso pensaba yo en aquel momento.

   Mientras me arreglaba, puse la televisión de mi habitación para tener un poco de ambiente, la casa estaba muy sola, silenciosa y vacía sin mis padres por allí pululando.

   -“A medio día se podrá ver en el cielo de medio mundo el gran eclipse solar de la década, en Corea del Sur se verá perfectamente, gracias al cielo azul y despejado que tendremos a lo largo del día…”- decía la tele antes de que la apagara para salir de casa.

   Llegué a la Universidad después de una hora y media de viaje que acabó de despertarme, ya que tanto en el bus como en el metro, había tanta gente que parecíamos sardinas en lata, y además, si no estabas atento, podían robarte hasta lo que no tenías.

   Odiaba tener que levantarme muy temprano para poder llegar a tiempo a clases, pero valía la pena.

   Me encontré con mi mejor amigo, Byun BaekHyun en la entrada de la Universidad, estaba de espaldas a mí, hablando con otro chico que yo conocía de vista, pero que él sí conocía bien de la residencia.

    -Buenos días- saludé alegremente acercándome a ellos y echándole el brazo por los hombros a BaekHyun.
    -Buenos días- dijo él, y el otro chico me saludó inclinando la cabeza- ¿cómo te han ido las vacaciones de Navidad?- preguntó girando su cabeza para mirarme.
    -Pues bien, vamos, como siempre- contesté- en casa viendo películas navideñas mientras que mis padres se iban de vacaciones por Europa. ¿Y vosotros? ¿Qué tal?
    -Yo fui a visitar a mi familia a Bucheon- contestó BaekHyun- los echaba mucho de menos.
    -Yo a China- respondió el otro chico.
    -¿No jodas, JongDae?- dijo BaekHyun. Se llamaba JongDae, ni siquiera lo sabía- ¿a China?
   -Sí, ya sabes que mis padres y los de YiXing son muy amigos- dijo- y como estaban en Changsha, pues fuimos.
   -Vaya…- dijo BaekHyun emocionado- tú sí que te lo montas bien- el chico rio avergonzado.
   -No es para tanto- de repente paró de reír y nos miró- hablando de YiXing- dijo- tiene que hacer un proyecto para la Universidad, y necesitaría ayuda.
   -¿En qué consiste?- preguntó mi amigo, siempre dispuesto a ayudar.
   -Pues necesita muestras de sangre de gente de diferentes edades para hacer unos análisis raros- contestó- no me enteré muy bien, dijo demasiadas palabras técnicas, y yo sólo me quedé con la idea de que tenía que pincharme con una aguja de medio metro y sacarme sangre para que aprobara.
   -Oh… suena… ¿bien?- medio me preguntó BaekHyun intentando salir de esa.
   -JongDae- dije mirando el reloj- tenemos que irnos a clase, si no llegamos temprano se peta y no hay sitio.
   -Entonces hablamos otro día- contestó y nosotros nos fuimos.
   -Gracias- me susurró BaekHyun- no me gustan mucho las agujas.
   -Ya, lo sé- contesté echándole el brazo de nuevo por los hombros- anda, vamos a clase.

   Las clases era el mismo rollo de siempre, tampoco es que me esperara que los rancios de los profesores hubieran cambiado en las vacaciones de Navidad, pero sí que por lo menos estuvieran un poco más alegres. Qué equivocado estaba. No tenían bastante con ser ellos unos amargados, que también querían amargarnos la vida a los alumnos.

   Apenas íbamos a tener dos o tres semanas de clase, porque las cortaban para poder preparar bien los exámenes de final de curso, pero esas semanas ya se iban a encargar ellos de amargárnoslas bien.

   Después de cinco horas amargantes en las que me hubiera quitado la vida si BaekHyun no hubiera estado allí para disuadirme, salimos de clase y nos dirigimos a la cafetería como lobos hambrientos. Mis tripas rugían y mi boca ya salivaba esperando una suculenta comida por parte de la cafetería de la Universidad… que nunca se dio.

   Ese menú rancio que no lo cambiaban desde que yo había entrado por primera vez a aquel lugar, seguía adornando la puerta de la entrada, y las tripas se me revolvieron.

   -BaekHyunnie- intenté darle un poco de pena a mi amigo- ¿podemos ir al Burger que hay aquí en frente?- me agarré de su brazo y le hice aegyo.
   -Sí…
   -Es que tengo mucha hambre y… un momento- me puse serio- ¿has dicho que sí?
   -Sí- me sorprendí muchísimo, él nunca quería comer fuera de la Universidad, decía que había  que comer de todo y por eso nos quedábamos comiendo siempre los “suculentos” platos de la cafetería.
   -¿Lo dices en serio?- pregunté aún sin creérmelo.
   -Que sí, pesado- dio media vuelta y yo salí tras él- además, quiero ver el eclipse.
   -¿Qué eclipse?
   -¿No te has enterado?
   -No- respondí simple y llanamente, él sacudió su cabeza como diciendo: “¿qué voy a hacer contigo?” Sí, lo conocía tan bien, que incluso a veces adivinaba sus pensamientos.
   -Es el eclipse más espectacular que se podrá ver en el mundo y  tardará en repetirse 100 años- contó- va a ser alucinante, tenemos suerte de poder presenciarlo.
   -Pues yo no sé tú, pero yo pienso seguir vivo dentro de 100 años y lo veré de nuevo- bromeé.
   -Fantasma- se mofó de mí.
   -Pero para ese entonces la ciencia ya estará más evolucionada y podremos vivir mucho más tiempo que ahora- dije.
   -No me gustaría tener que aguantar tus chorradas por toda la eternidad.
   -Eso dices ahora, pero verás cómo cambias de opinión- le di un codazo suave en las costillas.
   -Auch- se quejó- anda, para de dar la lata- abrió la puerta y salimos a la calle- wow- dijo asombrado.

   Y no era para menos, casi todo el mundo estaba allí fuera para ver el gran acontecimiento del siglo. Nos montamos en uno de los muros para ver mejor mientras un cuerpo celeste comenzaba a tapar poco a poco y muy lentamente el astro rey. Era un espectáculo magnífico.

   La luz fue dando paso a las tinieblas, y la oscuridad lo envolvió todo unos segundos, mientras que un anillo de luminosidad circundaba a la esfera que tapaba el sol. Poco a poco, la luz fue volviendo, y al cabo de unos cuantos minutos, el eclipse había terminado.

   -Ha sido alucinante- comenté mientras me bajaba del muro de un salto.
   -Ya lo creo que sí- se sentó en el muro y yo extendí mis brazos para ayudarlo a bajar- gracias- se agarró a mi cuello y yo le rodeé la cintura para después dejarlo en el suelo- odio ser bajito- murmuró.
   -No eres tan bajito- le dije.
   -No, es sólo que tú eres muy alto, y yo parezco un enano deforme a tu lado- se dio la vuelta y lo abracé, pero pasando mis brazos alrededor de su cuello desde atrás.
   -No digas eso- eché mi cabeza en su hombro y él llevó sus manos a mis brazos- no digas eso.
   -Está bien- susurró- no lo diré más.
   -Claro que no- me separé y le dirigí mi mejor sonrisa durante unos instantes para luego poner mi expresión más amenazadora- si vuelves a decirlo te caneo, ¿queda claro?
   -Sí, señor- hizo un saludo militar y luego sonrió- gracias por animarme.
   -Para eso están los amigos, ¿no?- le eché el brazo por los hombros y con la otra mano lo despeiné un poco.
   -Exacto, para…- BaekHyun iba a decir algo más, pero un ruido de ultratumba lo cortó- ¿qué ha sido eso?- preguntó asustado.
   -Mi estómago- contesté y él me miró asombrado- si no quieres que te coma a ti, vamos ya al Burger, que tengo un hambre canina.
   -Ok.

   Pasamos por lo menos tres cuartos de hora esperando en la enorme cola que se había formado en el local. Todos los estudiantes habíamos pensado lo mismo. Ver el eclipse y después escaquearse de la comida de la Universidad yendo al lugar que vendiera comida más cercano. Un gran plan, lástima que no sólo se nos hubiera ocurrido a nosotros.

   Cuando nos tocó pedir, estaba tan hambriento y hastiado que me entraron ganas de bromear un poco y torear al chico que nos atendía por haber esperado tanto. El chico no tenía la culpa, pero yo necesitaba desahogarme, y mejor con él ahora, que con BaekHyun luego.

   -¿Qué quieren tomar?- preguntó con esa voz monótona que los caracteriza a todos.
   -Dos Wooper con patatas fritas- contesté.
   -¿Y de bebida?
   -Coca-Cola.
   -¿Dos?- preguntó. Era obvio, ¿no?
   -Sí- dijo BaekHyun.
   -¿Para llevar o para tomar aquí?
   -Hombre, para tomar aquí no- comencé con mi cachondeo.
   -Entonces, ¿para llevar?
   -Claro, para llevar de aquí a la mesa- contesté.
   -¡ChanYeol!- me regañó mi amigo.
   -Lo siento, pero es que me lo ha puesto a huevo- murmuré.
   -Para tomar aquí- contestó BaekHyun- lamento las molestias- y nos hicimos a un lado para esperar nuestra comida- ya te vale- me dijo.
   -Ya he dicho que lo siento.
   -Y encima el pobre chico tenía cara de buena persona- murmuró- no tenías por qué tomarle el pelo.
   -Lo sé, lo sé… pero, ya sabes cómo soy- sonreí.
   -Irresponsable, inmaduro, bromista- comenzó a contar con sus dedos y me miró- ¿quieres que siga? Tengo más adjetivos, todos ellos negativos.
   -No, no hace falta.
   -Dos Wooper con patatas y Coca-Cola- gritó un chico muy alto, más alto que yo, incluso, y me acerqué a por la bandeja.
   -Gracias- dije y fui con BaekHyun a buscar sitio.

   Encontramos una mesa por casualidad, escondida detrás de una columna y quitada de la vista y oídos de todos y allí comimos tranquilamente… ja… ni lo puedo decir seriamente. Casi nos atragantamos de cómo engullimos la comida. Comimos como posesos y al acabar teníamos kétchup por todas partes.

   Me pasé toda la tarde con BaekHyun dando vueltas de un lado a otro por el campus de la Universidad. Hablamos de nuestras vacaciones. Me contó que su familia estuvo muy feliz por volver a verlo y todo eso. Era muy agradable hablar con él de lo que fuera.

   Cogí el autobús y el metro de nuevo, pero esta vez en sentido inverso y llegué a mi casa muy tarde. Seguía estando solo, mis padres no volverían hasta al día siguiente, y no tenía ganas de prepararme la cena, estaba muy cansado, y eso que normalmente tenía mucha vitalidad.

   Fui directo al salón y me tumbé en el sofá, soltando un suspiro de satisfacción y poco después, casi sin darme cuenta, me quedé dormido.

   Tuve un sueño muy raro. Luces y sombras se mezclaban por todos lados, al igual que colores muy fuertes y chillones, de repente, una sombra oscura opacó todo y un anilló de luz lo rodeó, justo como un eclipse.

    Me desperté sudando y tosiendo. Cuando abrí los ojos no vi prácticamente nada, el humo lo tapaba todo… y el fuego me rodeaba.



EXO


Capítulo 2
Fire



   El bombero salió de mi casa con una cara de mala hostia impresionante. Lo vi caminar hacia mí, desde el bordillo de la acera donde estaba sentado. El hombre cruzó la calle y se agachó junto a mí.

    -Has tenido suerte muchacho- dijo poniendo una mano en mi hombro- si tu vecina no nos hubiera llamado y tú no te hubieras despertado, ya no estarías aquí- y se fue.

   Supuestamente ese hombre debería animarme o algo así, pero me había dicho que sino hubiera sido por suerte ahora mismo estaría feeling like a pollo carbonizado.

   Tenía que hablar con alguien, y no con la vecina cotilla o con los bomberos secos, pero BaekHyun no pillaba wi-fi en la residencia a no ser que se subiera a la cama y pegara el móvil al techo, y como no era muy alto y tenía que ponerse de puntillas y alzar los brazos, pasaba de tener Internet, así que, no podía contactar con él. De repente, otro de los bomberos se paró frente a mí.

   -No se ha perdido mucho- dijo- el sofá está quemado, y la estufa, lo pillamos a tiempo.
   -Bueno… menos mal- suspiré algo más tranquilo.
   -Deberías tener mucho cuidado, y no quedarte dormido con la estufa puesta, podría haber pasado una desgracia.
   -Lo siento- murmuré- no volverá a pasar.
   -Eso espero- sonrió- ya puedes entrar a casa, pero sería mejor que pasaras directamente a tu habitación, deberías descansar.
   -De acuerdo- asentí con la cabeza, pero de pronto me acordé de algo- ¿y mis padres?
   -Han sido avisados- contestó- les contamos que no había pasado gran cosa, y ahora están de camino.
   -De todas maneras volvían mañana- susurré.
   -No te preocupes por nada ahora, y descansa- aconsejó de nuevo- es lo mejor.
   -Sí- me incliné un poco y me dirigí a mi casa.

   Pasé por el salón y suspiré. Me caería la bronca del siglo por haberme dejado el brasero encendido y yo quedarme dormido. Abrí los ojos como platos al recordarlo. Yo no había encendido el brasero en ningún momento. ¿Entonces?

   La cabeza empezó a darme vueltas y tuve que apoyarme contra la pared para no caer al suelo. Cuando se me pasó, subí las escaleras, entré en mi habitación me quité toda la ropa y me metí bajo las sábanas desnudo. Intentaría descansar. Todo me estaba afectando demasiado.

-oooOOOooo-

   Estaba medio adormilado con la cabeza apoyada sobre el regazo de mi amigo cuando de repente noté que este se tensaba, y no por la película de terror que estábamos viendo, porque no había pasado nada raro en ella, debía de haber sido otra cosa.

   -¿Pasa algo, Kevin?- pregunté, atrayendo así la atención del otro inquilino del piso.
   -No- dijo rápidamente- es sólo que…- se quedó unos segundos meditando para luego negar con su cabeza- no es nada…- dijo al final- no es nada…

-oooOOOooo-

   Me desperté por los gritos que pegaba mi madre desde el piso inferior. Me puse unos pantalones que encontré por ahí tirados y salí de mi habitación. Craso error. Mis padres acababan de llegar y habían visto el estropicio que había formado con lo de la estufa, aunque yo no recordaba para nada haberla encendido. Tendría que hablar con BaekHyun sobre eso.

   Improperios, maldiciones, y cosas tales como: “te dejamos solo unas semanas y mira lo que formas”. Casi ni sabía cómo seguía en pie, vivito y coleando, mis padres tenían sus instintos asesinos a tope desplegados y aquello era muy desagradable. Después de un buen rato, me dejaron libre y salí pitando para ducharme, vestirme, coger los libros y salir pitando hacia la Universidad.

   Cuando llegué, me dirigí rápidamente para la clase, donde sabía que debía de estar BaekHyun ya, esperándome con un sitio libre, preparado para mí. Llegué al lugar, y lo vi, con su mochila sobre la mesa de al lado para que nadie se sentara. Fui hacia él, y en cuanto me vio apartó su mochila.

   -Buenos días- saludó sonriente.
   -BaekHyun anoche me pasó algo muy extraño- dije rápidamente al sentarme.
   -Buenos modales ante todo- murmuró sarcástico.
   -Esto es muy importante- contesté acercándome más a él- anoche…- cogí aire- se quemó el sofá y la estufa… y…
   -¿¡Qué!?- gritó- y… ¿tú estás bien? ¿Verdad que estás bien?- preguntó preocupado tocándome cada parte de mi cuerpo que estaba a su alcance.
   -Sí, tranquilo, estoy perfectamente- le dije y le agarré las manos entre las mías, para luego acercarme a él de nuevo- la cosa es que me dijeron los bomberos que fue por dejarme la estufa encendida y yo quedarme dormido…
   -Eres un irresponsable que…- comenzó BaekHyun a regañarme, pero lo corté antes de que pudiera seguir.
   -Pero es que yo no encendí la estufa- mi amigo se soltó de mi agarre y tomó mi cara entre sus manos, después suspiró.
   -Sé que ayer estabas cansado, Channie, lo mismo no te acuerdas de…
   -Es que no la encendí- protesté e intenté que me soltara.
   -Quieto- susurró- y mírame a los ojos.
   -¿Por qué?- me crucé de brazos cabreado, encima de que no me creía me hacía estar en esa posición.
   -Estoy intentando averiguar si me mientes o no- contestó. Puse mis ojos en blanco y luego lo miré intensamente- vale, ahora dilo.
   -No encendí la estufa- nos pasamos un buen rato mirándonos, hasta que quitó sus manos de mi rostro y se alejó.
   -Te creo- susurró y yo respiré aliviado- pero… es muy extraño…
   -Lo sé, por eso quería decírtelo, aquí tú eres la cabeza pensante- contesté.
   -Ya sé que tu cabeza no da para mucho, pero…
   -Sin insultar- corté fingiendo que me había molestado.
   -Mira, Channie, sinceramente, es algo muy raro, así que, será mejor que lo dejemos por el momento, ¿vale?
   -Pero…
   -Luego lo hablamos con tranquilidad- dijo BaekHyun.

   Yo sólo asentí, si él me decía eso era porque su cerebro estaba pensando y procesando los pocos datos que le había dado para tener una respuesta satisfactoria. El profesor perro-flauta llegó a la clase y comenzó con sus explicaciones raras, como él, sobre el tema que comenzó antes de las vacaciones de Navidad.

   Al acabar la clase, nos dirigimos hacia la otra punta del edificio, donde teníamos la siguiente. BaekHyun estaba muy callado, y eso no era muy normal en él, siempre iba quejándose de mí y de lo loco que estaba. Su silencio sólo podía significar que estaba tan metido en sus pensamientos que no hacía caso a nada de lo que había a su alrededor, ni siquiera a mi presencia deslumbrante.

   Al girar las esquina, nos encontramos de frente con dos chicos, y BaekHyun se chocó con el más alto, que era más alto incluso que yo, de hecho, me sonaba bastante la cara de ese chico, aunque no recordaba exactamente de que.

   -Lo siento- susurró mi amigo y siguió su camino tras hacer una reverencia, yo hice otra y me retiré tras él.
   -¿Tú tan despistado? ¿Desde cuando?- dije para molestarlo.
   -Shhh- dijo, y siguió con su camino.
   -Jo… me ignora- me quejé.

   Pasé toda la mañana detrás de BaekHyun dándole la lata, y cada vez que lo hacía, él me mandaba a callar o me miraba de muy mala hostia. No sabía qué hacer para traer de vuelta al a aquel que siempre me acompañaba en mi demencia. Y así estuvimos hasta que a la hora del almuerzo, después de coger el “riquísimo” menú de la cafetería, él se dignó a hablarme.

   -¿No serás algo así como un extraterrestre?- preguntó.
   -Mejor no haberte dicho nada- murmuré.
   -No, lo digo en serio- contestó- o algún superhéroe de estos de los cómics americanos, ¿te cayó ácido de pequeño?
   -BaekHyun… no te burles de mí.
   -No lo hago- dijo.
   -¿Entonces?
   -Es que no se me ocurre qué más puede ser- respondió- llevo toda la mañana dándole vueltas y estas son a las dos conclusiones a las que he llegado.
   -Pues vaya cerebro…
   -Pero… ¿no te gustaría ser un superhéroe?
   -No mucho… eso de salvar el mundo poniendo en peligro mi vida no me va para nada- contesté.
   -A mí sí que me gustaría- dijo él- sería emocionante.
   -Sí, y peligroso…- BaekHyun se acercó a mí y puso una mano en mi frente.
   -¿Estás bien?- asentí- creo que lo del fuego te ha afectado.
   -Oish, quita- me quejé quitando su mano de mi frente.
   -Es que te has vuelto muy sensato de repente, me extraña- dijo- ayer estabas tan echo polvo como siempre, y hoy, te vuelves responsable.
   -Oh, calla…- contesté molesto.

   Y nos pusimos a comer lo que la Universidad preparaba con tanto amor y cariño para sus alumnos, nótese la ironía. Después fuimos al lugar lleno de mesas que había en la segunda planta del edificio, y donde podías hablar, estudiar o lo que quisieras sin ser molestado, cómo pasaba en la Biblioteca, de allí te echaban sólo por respirar algo más fuerte de lo normal.

   Me propuse pasar a limpio los apuntes y así pasar la tarde, mientras BaekHyun copiaba los que yo había cogido esta mañana en su ausencia mental. Hablamos de varias cosas, pero no volvimos a tocar el tema de lo del fuego, parecía no haber una explicación racional a ello, así que, lo mismo sí que había encendido la estufa y no me acordaba.

   Nos quedamos hasta muy tarde en la Facultad, ya casi todo el mundo se había ido, y en las mesas sólo estábamos nosotros dos. BaekHyun me pasó el último folio que terminaba de copiar y al cogerlo, sentí cómo mi mano vibraba y, de repente, el papel echó a arder. Lo solté y rápidamente lo pisé varias veces hasta apagarlo. Al levantar mi cabeza vi que mi amigo se había quedado de piedra.

   -BaekHyunnie…- susurré.
   -¿Dónde tienes el mechero?- preguntó.
   -Sabes que no fumo.
   -¿Dónde está el truco?- comenzó a alterarse.
   -BaekHyunnie…
   -Park ChanYeol… me estás asustando…
   -¿Y crees que yo no estoy asustado?- grité un poco desesperado, estaba acojonado por lo que acababa de pasar- tengo mucho miedo.
   -Yo… Channie…- se acercó a mí y me abrazó fuerte- todo esto es muy raro- susurró en mi oído- sólo quiero pensar que no ha ocurrido…
   -Pero…
   -Lo sé… ha pasado, lo he visto, has quemado el papel…
   -BaekHyunnie… tengo miedo- lo apreté fuerte contra mi cuerpo, nunca había sentido tal necesidad de tener a una persona tan cerca de mí, pero ahora, sólo quería que mi amigo me protegiera de todo cuánto estuviera mal en mí.
   -Tranquilo… tranquilo…- susurró mientras me acariciaba el pelo- estoy aquí… no te dejaré… nunca…
   -Gracias…




miércoles, 14 de noviembre de 2012

Vampire Stories


Capítulo 3
Nuestra vida en Seúl


-*Jo, Ana- se quejó Lorena caminando por la calle- todavía no sé por qué solamente tenemos que trabajar tú y yo.
-*Porque las otras dos listas se lo pidieron- contestó ella recogiéndose el pelo en un coletero.
-*Pero esa no es razón...
-*Ya, pero necesitamos el dinero para comer y pagar las cosas- dijo Ana- por cierto, ¿no hace hoy mucho calor?
-*Eso es que acabas de ver al casero y te has puesto así- concluyó Lorena.
-*Si tu lo dices...
-*A ver, tenemos que coordinar los horarios de trabajo con el horario de las clases- comentó Lorena.
-*Es verdad- dijo Ana- que ayer LeeTeuk oppa cuando nos despedimos nos dio los horarios.
-*Sí.
-*Y también nos dio dos besos- dijo la chica emocionada- yo tenía entendido que aquí se saludaba inclinándose y va él y nos da dos besos.
-*Yo también me sorprendí- comentó Lorena.
-*Ah, esta es la tienda- dijo Ana.
-*Pues, allá vamos- y entraron.

   Mientras, Lourdes se encontraba en la cocina limpiando la encimera e Inma estaba sentada en el sofá. La mayor, al no escuchar ningún ruido en las otras habitaciones, fue a ver que es lo que hacía Inma. Entró en el salón y vio a Inma sentada en el sofá leyendo un libro de 1000 páginas muy entretenida.

-*¡Oye! ¿Qué haces?- dijo Lourdes molesta.
-*Leer- dijo Inma tranquilamente.

   Al ver a la chica tan tranquila salió del salón sin decir nada y se dirigió hacia el lavadero. Cogió un cubo y una bayeta y regresó al lugar donde se encontraba Inma.

-*Toma. Ahora vete a limpiar- dijo Lourdes dándole el cubo y la bayeta.
-*Pero...- dejó la frase a medias con pucheros.
-*Nada de peros. O lo haces o te meto.

   Inma cogió el libro y se fue a limpiar mientras Lourdes volvió a su labor. Ésta última fue a hacer su cama y la de Lorena, y la otra chica, la cama de Ana y la suya propia. Al cabo de media hora llegaron Lorena y Ana. Lorena venía resoplando y Ana muy feliz.

-*¿Qué ha pasado?- preguntó Inma.
-*¿Os han cogido?- preguntó Lourdes- que si no os han cogido hay otros sitios para ganar dinero.
-*Que no- dijo Ana.
-*Nos han cogido- contestó Lorena- lo que pasa, es que Ana me pone de los nervios.
-*¿Por qué?- preguntó Inma.
-*Yo me lo puedo imaginar- murmuró Lourdes.
-*Lleva toda la mañana dándome el coñazo con que el muchacho es muy guapo- dijo Lorena.
-*Si es que es un dios griego- comentó Ana con los ojos en forma de corazón.
-*¿Hefesto?- dijo Lourdes. [N.A.: Hefesto es el Dios Griego del fuego, los volcanes, etc. El herrero de los Dioses y el marido de Afrodita. El más feo de los Dioses, estando cojo, medio ciego…]
-*Ja, ja, ja, muy graciosa- dijo Ana irónicamente.

   Todas nos reímos por el comentario.

-*Bueno, además de guapo- siguió ella- es agradable, y guapo.
-*Lo de guapo ya lo has dicho- comentó Inma.
-*Ya, pero es muy guapo.
-*Anda, vete a arreglar tu habitación y deja de decir chorradas- dijo Lourdes- que yo he hecho tu cama, pero no pienso recoger tus bragas.
-*Voy.
-*Si, por fin- dijo Lorena.
-*Y tú también.
-*Jo- protestó Lorena.

   Las dos chicas se fueron a sus respectivas habitaciones y el silencio se instauró de nuevo en la casa.

-*Tú y yo solas no damos un ruido- comentó Inma- ahora, en cuanto llegan las otras, es mortal.
-*Sí.

   El resto de la mañana pasó rápidamente, y después de almorzar, las cuatro salimos a comprar algunas cosas, especialmente, las entradas para el concierto de SHINee.

-*¡Síííí!- dijo Ana motivada- ¡Ya tenemos las entradas!
-*Ahora solo falta que Inma no pierda la suya- comentó Lorena.
-*La guardaré en un lugar seguro- dijo la aludida.
-*No, mejor no la guardes- sugirió Lourdes- déjala en un lugar que esté a la vista.
-*La pondré como señalador en el libro que estoy leyendo ahora- dijo ella sin hacer ni caso.
-*Luego no te acuerdas en que libro la metiste- comentó Ana.
-*También es verdad- coincidió ella- vale, la dejaré en la mesa del ordenador.
-*Si te decimos esto es por tu bien- dijo Lorena- que si al final se te pierde y no puedes ver a Onew...
-*No, no- dijo ella convencida- a Onew no me lo pierdo por nada del mundo.

   Media hora después de regresar a casa tras haber comprado los materiales que LeeTeuk nos había dicho que necesitábamos, pasó, lo que tenía que pasar.

-*¡Lorena!- gritó Inma desde su habitación- ¡Ayúdame, he perdido la entrada!

   Lorena y Ana se pusieron a buscar como locas ayudando a Inma a encontrar la entrada del concierto, y desordenaron toda la habitación en aperas unos minutos.

-*¿Pero dónde la has puesto?- preguntó Lorena.
-*No lo sé, si no, no la estaría buscando- contestó ella.
-*¿Veis?- dijo Ana- si yo ya lo sabía, que se te iba a perder la entrada en cuanto volviésemos a casa.
-*Yo quiero ver a Onew- dijo Inma haciendo pucheros.
-*Lourdes- dijo Lorena al verla tan tranquila en el pasillo.
-*Está en la entrada, al lado de las llaves- dijo yendo para su habitación, sin siquiera saber de lo que iba la cosa.

   Inma salió corriendo por le pasillo y fue a la mesa de la entrada. Allí estaban las llaves, y a su lado la entrada del concierto.

-*¡Aquí está!- dijo muy feliz  y fue a la habitación de Lourdes- tú eres vidente, ¿no?- le preguntó.
-*No- contestó ella- aquí la bruja es Ana, yo te he visto soltarla al entrar.

   Mientras Inma le daba las gracias a Lourdes por haber encontrado la entrada llamaron a la puerta, y Ana fue a abrir. Se encontró con el casero acarreando una gran caja de cartón que parecía pesar mucho dado la cara de sufrimiento que tenía el pobre muchacho.

-Hola- dijo Ana.
-Hola- contestó educadamente él- el cartero ha traído esta caja para una de vosotras, pero como no estabais, me la ha dejado a mí.
-Oh, gracias- dijo la chica- déjala en el suelo- el casero soltó la caja y sopló cansado, después de masajeó los brazos.

-Buf, como pesa- dijo.
-*¡Madre mía! ¡Que brazos!- murmuró ella- gracias- repitió en coreano.
-No pasa nada- contestó SiWon- para algo soy el casero- y se fue. Ana se agachó y miró el nombre que ponía en la caja, llamó a la propietaria.
-*¡Lorena!- gritó- un paquete para ti.
-*Ahora voy- contestó la otra- que estoy en el baño.
-OK- dijo Ana- *¿puedo abrirlo?
-*Haz lo que te de la gana- respondió- si de todas maneras lo vas a abrir.
-*Pero yo pido permiso.

   Y dicho esto, comenzó a quitar las cintas de carrocero y a abrir la caja. Nada más despegar las solapas, vio el contenido.

-*¡Lorena!- volvió a gritar.
-*¿Qué?- preguntó la chica a su lado.
-*¡Coño!- dijo Ana asustada- ¡Qué susto me has dado!
-*Te aguantas- contestó- por cotilla.
-*¿No me habías dicho que hiciera lo que quisiera?- dijo Ana- bueno, da igual, tu madre te ha enviado tus libros.
-*Ah, mis libros- y se lanzó a por la caja.

   Los días pasaban sin pena ni gloria. Ana y Lorena comenzaron su trabajo en la tienda “24h”, e Inma y Lourdes, comenzaron a preparar la comida sabiendo algo mejor que al principio.

-*Ains- dijo Ana tras volver de trabajar un día, cansada.
-*¿Qué pasa?- preguntó Lourdes mientras la veía sentarse en el sofá y estirarse como un gato.
-*Odio trabajar- contestó.
-*¿No decías que era genial estar todo el rato con el muchacho guapo?- dijo la otra.
-*Sí, es verdad- respondió alegremente y llena de energía de nuevo- YiXing, aunque prefiere que lo llame Lay, es perfecto- y comenzó a desvariar.
-*¿Cómo lo has hecho?- preguntó Inma entrando por la puerta- si hace un segundo estaba muerta.
-*Tú háblale de un tío bueno, y vuelve a estar como nueva- contestó Lourdes.
-*Chicas- dijo Lorena entrando por la puerta del salón- ¿mañana que día es?
-*Uno- contestó Lourdes
-*Gracias- y comenzó a irse- … un momento... ¡mañana empiezan las clases!-gritó.

   Y aquel día, que había comenzado como todos, se convirtió en un caos tras esta revelación. Todas comenzamos a prepararnos para el día siguiente, que sería el más importante para nosotras en todo aquel tiempo. Nos fuimos a dormir temprano tras cenar y la casa quedó en silencio.



lunes, 12 de noviembre de 2012

내 마음 내 사랑 내 인생


마음 사랑 인생


   Acababa de hacerlo, casi ni me lo podía creer. Había denunciado a la empresa por todo lo que estaba haciéndome pasar. Llevaba mucho tiempo dándole vueltas. HeeChul fue el único que se molestó en intentar ayudarme, los demás, simplemente hicieron como si nada y siguieron con sus vidas.

   HeeChul. ¿Cómo se tomará el que lo haya abandonado? Porque realmente lo he abandonado.

   No le dije nada acerca de como me sentía con el mundo, y tomé esta decisión sin consultarle. No quería preocuparlo, y además, creí que la empresa me daría tiempo para despedirme y para explicarme, pero no, no lo hizo. Me hicieron entregar mi teléfono móvil sin poder apuntar el número de HeeChul para contactar con él y también tuve que borrar mis cuentas de Internet que tenían que ver con el grupo, o sea, todas. Por ahí tampoco podría comunicarme con HeeChul.

   Después, casi como un perro, me echaron de la agencia y me llevaron a casa para que recogiera todas mis cosas. Me tuvieron vigilado en todo momento, ya que me habían prohibido despedirme de mis compañeros. Ni siquiera podría hablar con ellos. Eso era una crueldad. No me interesaba hablar con los demás, pero HeeChul...

   Apenas terminé de guardar mis cosas me sacaron de la que había sido hasta ese entonces mi habitación. Mi habitación compartida con HeeChul. Esa habitación en la que compartimos nuestras vidas durante tantos años. Esa habitación en la que descubrimos nuestro amor y en la que pasamos nuestros mejores y peores momentos.

   HeeChul. Iba a echarlo mucho de menos. Lo quiero muchísimo, pero, no tenía otra opción. Tenía que dejarlo, dejarlo solo, y eso me dolía, pero sabía que a él le iba a doler mucho más.

   Flash Back.

   Un día sin nada que hacer, eso no era nada raro para mí, de todas maneras, la mayoría de las veces no me podía presentar en los programas por los problemas del visado. Los chicos iban de un lugar a otro, atareados, después de todo, aunque ya habíamos debutado, todavía éramos unos principiantes.

   De repente vi a HeeChul, estaba hablando con unas cuantas de las integrantes de SNSD, no tenía ni idea de quiénes eran, a esa distancia sólo lo reconocería a él. Lo observé durante toda la charla, y cuando ellas se fueron se dio cuenta de que lo observaba y vino hacia a mí. Se sentó a mi lado y se acurrucó conmigo.

   Todos los chicos de otros grupos nos miraban raro, y los miembros de SuJu sólo suspiraban. Nadie sabía de nuestra relación, más que nada porque llevábamos sólo un par de semanas, pero los chicos estaban acostumbrados a que HeeChul se me pegara mucho, los demás, posiblemente pensaran que estábamos liados. Aunque a mí no me importaba mucho lo que la gente pensara, y a HeeChul menos. Me abrazó y se pegó más a mí todavía.

   -¿Por qué no parabas de mirarme mientras estaba con las chicas?- susurró.
   -¿Por qué no mirarte? Eres muy guapo- me pegó un manotazo en el pecho avergonzado.
   -No digas eso.
   -¿Por qué? Es la verdad, eres muy guapo- contesté, y le acaricié un poco el cabello.
   -Yo pensé que estabas celoso… porque estaba con las chicas…
   -Eso también- le dije- sólo un poco… al principio… pero luego pienso que yo te tengo para mí las 24 horas del día y se me pasa- él sonrió.
   -Hyung- llamó SiWon- HeeChul hyung- se acercó al ver que no le hacía caso- salimos a escena en unos minutos- el aludido levantó la cabeza.
   -¿Y no me puedo quedar aquí hasta que salgamos?
   -Nos tienen que poner los micros- HeeChul suspiró y se levantó.
   -Me tengo que ir- me dijo y me dio un abrazo- quiero que nos animes desde el público o no te lo perdonaré- amenazó.
   -Lo haré.

   Fin Flash Back.

   El aeropuerto. La espera. Esa maldita espera que me estaba matando por dentro. A cada segundo que pasaba más hijo de puta me sentía y más ganas tenía de escaparme de esos hombres de la empresa que me vigilaban desde la mañana e ir hasta donde estaba HeeChul.

   Me tenían bien atado. No podía respirar sin que alguno me mirara. Era mi destino, no podía escapar de él. El avión llegó y nada más sentarme en mi asiento, caí rendido y dormí esperando un sueño reparador que nunca se dio.

   Flash Back.

   Sólo nuestras respiraciones aceleradas se escuchaban en nuestra habitación. Tenía bajo mi cuerpo el cuerpo de mi novio. Novio. Qué bien suena esa palabra. Aunque nuestra relación nunca pueda salir a la luz. Amo a HeeChul como nunca he amado a nadie, y ahora, esta faceta desconocida suya, me había enamorado aun más si cabe.

   Desnudo ya lo había visto miles de veces. Tocar su cuerpo lo había hecho en algunas ocasiones. Sentirlo hasta lo más profundo, eso era algo nuevo para mí.

   HeeChul tiene ese no sé qué que me enamoró desde que lo vi la primera vez. Y ahora, ese rostro hermoso y delicado, que me miraba extasiado en nuestra primera vez hacía que me derritiera por dentro.

No hice más que caer a su lado y él se acurrucó contra mí, como si le hubiera dado frío. Lo abracé de forma protectora y lo acaricié como si fuera un gatito.

-Te quiero- lo oí susurrar.
-Yo también te quiero- noté sus labios sobre mi clavícula y sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo- no dejes marcas.
-Tú me has dejado marcas- protestó como un niño pequeño.
-Lo sé- alcancé sus labios y lo besé- pero las mías no se ven- y deslicé mi mano hacia unas de las marcas de su trasero.
-Pervertido...- susurró.
-No más que tú...

   Fin Flash Back.

   Llegar a China, mi tierra, mi hogar, nunca había sido tan triste. Jamás lo hubiera reconocido en otras circunstancias, pero mi tierra, es el suelo que HeeChul pisa, y mi hogar, el lugar en el que él me espere.

   Lo amaba, lo amo y lo seguiré amando por el resto de lo que me queda de vida, eso lo tengo muy claro. Sé, también, que algún día, podremos vernos de nuevo, y entonces seré la persona más feliz del mundo. Porque ahora, sinceramente, me siento como una mierda.

   Mi familia me recibe bien e intentan animarme, pero no lo consiguen. Sólo hay alguien que puede animarme, y ese alguien, ahora ya no está a mi lado.

   Los días pasan, y yo sólo pienso en él, en aquel que tiene mi corazón, mi alma, mi vida, aquel al que se lo entregué todo, aquel con el que he compartido los momentos más felices y más tristes de mi vida. Aquel al que amo.

Flash Back.

   Lloraba encerrado en mi habitación. Extrañaba muchísimo a mi familia, pero nadie podía saberlo, ni siquiera las dos personas con las que compartía apartamento. Era muy triste que me pusiera a llorar así porque sí cada vez que pasaba más de un mes sin verlos, pero había tomado una decisión, y esa era que aunque no pudiera actuar durante algunos días más, aprovecharía para estar con HeeChul.

   Tan metido estaba en mí mismo que ni me di cuenta de que él entró por la puerta.

   -Puedes ir, si quieres- su voz fue un resorte para mí y me levanté rápidamente de la cama.
   -¿De qué hablas?- pregunté secándome las lágrimas.
   -De tu familia, puedes ir a verlos- contestó.
   -Pero…- iba a protestar pero me calló.
   -Puedo estar sin verte un par de días mientras arreglas las cosas- dijo- pero en cuanto vuelvas voy a estar pegado a ti como una lapa, ¿entendido?- sonreí. Ésa era su manera de animarme y hacerme sentir mejor.
   -Te quiero- dije.
   -Eso ya lo sé, y ahora, ve haciendo la maleta que ya llamo yo al mánager.

Fin Flash Back.

   Ver a HeeChul era lo único que quería hacer, pero no podía pasarme toda la vida sin hacer nada más que llorar. Él siempre me apoyaba en todo, me intentaba hacer sonreír siempre. Siempre estaba a mi lado.

   Comencé un nuevo contrato en una nueva compañía, y los días, los meses y los años, pasan ajetreados de un lado a otro. Sin tiempo para pensar, poco a poco, el dolor se desvanece, pero siempre queda algo, algo de su presencia, algo de mi amor por él, algo de HeeChul.

   Lo único que pude hacer para contactar con él en todos estos años, fue cantar para él, antes de que se fuera al ejército. En una presentación, inserté una foto suya entre las que pasaban por la pantalla sin que nadie se diera cuenta, y para cuando lo hicieron, ya fue tarde.

   -Espero que te llegara mi mensaje- susurro- siempre te amaré…


Todavía no me lo puedo creer!! HanGeng ganó el EMA en la categoría WorldWide Act!! Estoy muy orgullosa de ti, porque nunca te abandoné y he estado a tu lado siempre (desde España apoyándote) Hannie, saranghae... y de verdad, no sé qué más deciros, lloro de felicidad. HANGENG WO AI NI!!!!!!