Capítulo
5
Primera
Prueba
JongIn se encontraba sentado en una
de las mesas largas del Comedor de Durmstrang, a su lado, estaba su amigo
TaeMin, y frente a él había una gran cantidad de manjares que otro día habría
atacado hasta que hubieran desaparecido, pero en aquel momento, ni siquiera
podía tragar correctamente su zum de calabaza sin sentir arcadas. Estaba
demasiado nervioso y su estómago daba saltos dentro de su cuerpo, como si solo
aquel órgano hubiera subido a una montaña rusa mientras que el resto de su
cuerpo estaba en reposo.
—Tienes que comer algo —le dijo
TaeMin—, te dará un chungo o algo en mitad de la prueba y eso no creo que sea
algo bueno…
—No puedo comer nada —murmuró el
chico—, si lo hago acabaré vomitando hasta mi primera papilla, sino ahora, en
mitad de la prueba… y no será algo muy agradable de ver.
—Pero… —intentó dar más argumentos
TaeMin, mas JongIn lo calló, alzando una de sus manos.
—No puedo ni beberme el zumo de
calabaza, Taem, y no es cuestión de que quiera o no, por mí comería, pero mi
barriga no hace más que protestar —contestó y su amigo no quiso volver a hablar
porque contra eso no podía decir nada, así que el tema quedó zanjado.
Los dos se quedaron algunos minutos
en silencio, minutos en los que el chico sopesó las posibilidades de escapar de
aquello y no ser encontrado para ser llevado de nuevo al lugar el que tendría
que ir. Pero por más que se devanaba los sesos no encontraba ninguna solución a su problema que fuera válida y que lo
sacara de allí para no tener que realizar la primera de las pruebas.
Decir que tenía mucho miedo era
poco, porque JongIn estaba completamente acojonado y sabía que esa sensación no
iba a hacer más que crecer porque apenas quedaba un par de horas para que
comenzase aquella edición del Torneo de los Tres Magos.
—Hay algunos que sí que pueden comer
—comentó TaeMin, sacándolo de sus pensamientos y señalando a un lugar detrás de
él. El chico se dio la vuelta, siguiendo la dirección que marcaba su amigo con
su indiscreto dedo, viendo que señalaba al participante de Durmstrang, que
disfrutaba del suculento desayuno que había ante él como si fuera su última
comida o algo así.
—Los hay con suerte —murmuró JongIn.
Le dio un poco de envidia que el chico pudiera comer tan bien a pesar de estar
a punto de pasar por una situación que les habían avisado que pondría todas sus
habilidades a prueba como magos y sus vidas al límite—. Quiero que llegue ya
esta noche, así habrá pasado todo, tanto lo bueno como lo malo.
—A ver, JongIn —comenzó TaeMin,
poniendo una de sus manos sobre su rodilla y mirándolo fijamente a los ojos de
forma seria—. ¿Por qué narices no crees en ti mismo? —le cuestionó—. Hemos
estado practicando y has aprendido a dominar algunos conjuros que antes se te
resistían bastante bien.
—Pero… —comenzó a protestar, pero su
amigo lo cortó.
—Nada de peros, saldrás de esta
situación como has salido de todas las situaciones malas en las que has estado
—le dijo, intentando infundirle un poco de fuerza, aunque no fuera demasiada,
pero JongIn lo agradecía—. ¿Recuerdas cuando el curso pasado justo no te sabías
el tema que cayó de Historia de la Magia y creías que ibas a sacar una T y al
final fuiste uno de los mejores de la clase y por poco no es una de las asignaturas
que cursar este año?
JongIn asintió porque lo recordaba
muy bien, había sido apenas unos meses antes y había pasado dos semanas en un
estado de tensión que no podía ser muy bueno para su cuerpo hasta que el
profesor le dio la nota. El chico había llegado a pensar que el mismísimo
Merlín había intercedido por él para que ese examen estuviera aprobado. Sin
embargo, aquello no era lo mismo, y así se lo hizo saber a TaeMin.
—No seas pájaro de mal agüero, Kim
JongIn —le replicó—, y levántate de ahí si no quieres llegar tarde a la primera
prueba.
—Pero es que no quiero ir… —dijo el
chico, haciendo pucheros y agarrándose a la banca con todas sus fuerzas.
JongIn sabía que los pucheros, las
caras monas y los ojitos vidriosos no iban a surtir efecto con TaeMin porque ya
estaba acostumbrado a ellos y le era fácil obviarlos, pero tenía que intentarlo
al menos. Su amigo simplemente puso sus ojos en blanco ante su actitud de niño
pequeño y luego hizo que se levantara, tirando de él hasta la salida del
Comedor. Mientras caminaba hacia el exterior de aquella gran estancia, JongIn
sintió como si alguien lo estuviera mirando de forma fija. Sin embargo, cuando
miró hacia atrás, el chico no pudo ver que ninguno de los presentes le
estuviera prestando la más mínima atención y simplemente salió del lugar
siguiendo a TaeMin, encaminándose probablemente a una muerte segura, en el
mejor de los casos.
★★★
JongIn daba vueltas de un lado para
otro sin poder contener su nerviosismo dentro de aquella carpa hacia la que lo
había guiado la directora McGonagall algunos minutos antes. Allí no veía ni
escuchaba nada de lo que sucedía en el exterior y eso lo tenía todavía más
nervioso aun. La primera prueba del torneo de los tres magos estaba a punto de
comenzar y el chico se preguntaba una y otra vez cómo él podía estar en ese
lugar. Negó con la cabeza e intentó calmarse, pero nada de eso le funcionó.
JongIn notó una mano sobre su hombro
y se giró rápido como un rayo, para descubrir que había sido ZiTao quien lo
había tocado. El chico esbozó una pequeña sonrisa incómoda y el otro le
respondió con una un poco más cálida.
—¿Tienes miedo? —le pregunto. JongIn
quiso asentir y también salir de ahí, pero la directora le había dicho en
incontables ocasiones que no debía mostrarse débil ante nadie y menos ante
nadie de Durmstrang.
—No —murmuró—. Solo me siento un
poco inquieto —ZiTao rio levemente y JongIn quiso bufar y poner los ojos en
blanco por aquella reacción, pero no lo hizo porque en aquel momento, entraron
los tres directores a la carpa.
—Muy bien, vamos a comenzar con la primera
prueba —anunció el director de Durmstrang—. Vamos a sortear el orden de salida
de los participantes —JongIn tragó saliva al escuchar aquellas palabras. De
repente tenía la boca muy seca—. Venid todos aquí —los tres chicos se miraron y
luego caminaron hacia el centro de la carpa, donde se encontraban sus
directores, colocándose en círculo, alrededor de la mano que mantenía extendida
el director, en la que tenía tres piedras pequeñas—. Cada una tiene un número
por la otra cara, coged una y el número que obtengáis, será el del orden en el
que deberéis salir.
Los chicos alargaron sus manos a la
vez y cada uno de ellos tomó una piedra. JongIn cerró su palma alrededor de la
que había sacado, rogando una y otra vez que no le hubiera tocado el primero
porque eso sería demasiado cruel. Cuando el director les indicó con la cabeza
que era el momento de ver qué número le había tocado a cada uno, el chico alzó
su mano con miedo y mostró la piedra, en el momento en el que lo hicieron los
demás.
—Señor Oh, usted irá primero —dijo
el director de Durmstrang—, después el señor Kim y por último el señor Hwang
—los tres se miraron y luego asintieron lentamente—. Podéis utilizar vuestra
varita, pero no hechizar a vuestro contrincante para obtener el objeto que será
vuestro pase a la segunda prueba —explicó—. Mucha suerte.
Tras decir esto, miró a SeHun,
indicándole que podía salir de la tienda para comenzar la prueba. Después, los
tres directores salieron de allí, seguramente para dirigirse al lugar desde el
que verían la prueba. Una vez el representante de Beauxbatons se fue, JongIn
llevó una de sus manos a sus labios para comenzar a morderse las uñas con
nerviosismo. Su turno estaba cada vez más cerca y ni siquiera sabía qué era a
lo que iba a enfrentarse y si iba a salir vivo de allí. El chico sentía la
mirada fija de ZiTao sobre su cuerpo, mientras iba de un lado a otro, como un
león en una jaula, pero la obviaba deliberadamente, porque cruzar sus ojos con
aquellos ojos oscuros y rasgados tan penetrantes lo ponía mucho más nervioso de
lo que ya estaba.
Los minutos pasaron lentamente, tan
lentamente que parecieron horas para el chico. Afuera, se escuchaban gritos y
vítores, algunas maldiciones, y eso solo lo ponía mucho más nervioso de lo que
ya estaba. No podía asomarse fuera para ver qué era lo que ocurría, se lo
habían prohibido terminantemente antes de que entrara en aquel lugar, pero
estaba muy tentado a hacerlo.
—Creo que me va a dar algo —murmuró
para sí mismo. Por eso, no se esperaba que el otro chico que lo acompañaba le
contestara.
—Decías que no tenías miedo… —le
dijo. JongIn suspiró. Las palabras del otro lo estaban poniendo más nervioso
aún de lo que ya estaba.
—No tengo miedo —contestó, girándose
hacia él.
ZiTao abrió la boca para
responderle, pero en ese momento, desde el exterior llegaron unos gritos de
victoria que anunciaban que el representante de Beauxbatons había acabado la
primera prueba y que había salido victorioso de ella. JongIn se mordió el labio
inferior con fuerza, porque eso solo podía significar que le tocaba a él salir
al exterior y no quería hacerlo. Inspiró y espiró. Tenía que calmarse, tal y
como le había dicho TaeMin unas horas antes. No podía escapar de aquello y lo
único que podía hacer era eso.
El chico escuchó su nombre, gritado
por la potente voz del director de Durmstrang, que anunciaba que era él quien
debía salir en aquel momento a enfrentarse a aquello que hubiera allí fuera.
JongIn hizo de tripas corazón y, aunque estaba demasiado nervioso y asustado,
lo único que tenía claro era que cuanto antes saliera allí, antes terminaría
todo y podría salir de allí.
—Suerte —escuchó que le decía una
voz a sus espaldas cuando salía de la tienda, pero no se giró porque sabía de
sobra que había sido ZiTao quien había hablado, solo estaban ellos dos en aquel
lugar.
JongIn salió de la tienda y se
encontró en una especie de estadio circular, con gradas a su alrededor en las
que se encontraban los alumnos de Durmstrang mayormente, aunque también había
unos cuantos de Hogwarts y de Beauxbatons. Inconscientemente, el chico buscó
entre la multitud a su amigo TaeMin para que le diera ánimos, pero entre tanta
gente no lo pudo encontrar y acabó mordiéndose el interior de las mejillas para
calmarse. Debía ser fuerte, debía realizar con éxito la primera prueba.
Un poco más calmado, aunque tampoco
tanto, el chico descendió por las rocas hasta quedar dentro del recinto y
volvió a mirar a su alrededor, pero no a las gradas esta vez. Tenía que ver qué
clase de criatura era a la que tenía que enfrentarse y aquella a la que no
podía hechizar con su varita porque si no su participación en aquella prueba
quedaría invalidada y, aunque a JongIn le tentara aquella opción, no podía
avergonzar a su escuela ni a su casa. Quizás los Slytherin no fueran la Casa
que representaba la fuerza y la valentía, pero no eran ningunos cobardes y,
aunque tenía miedo, no iba a dejar que este lo dominara.
Tenía que salir vivo de aquella
prueba o su madre tendría un doble disgusto cuando le llegara la lechuza con
que había muerto en aquel Torneo.
JongIn escuchó un sonido de grandes
pies siendo arrastrados a su derecha y se giró en esa dirección, varita en
mano, esperando para ver a la criatura. Le sudaban las manos, la frente y la
espalda y le temblaban las piernas, pero tenía que mantenerse en aquella
posición, firme. Estaba siendo observado por varios cientos de pares de ojos y
no se podía permitir que lo vieran asustado o sería el hazmerreír de toda la
comunidad mágica.
Algunos segundos después, apareció
de entre las rocas una criatura que JongIn solo había visto en los libros: un
troll.
El chico sabía que eran originarios
de Escandinavia porque lo había tenido que estudiar para los TIMO el año
anterior, así que no era de extrañar que le hubieran llevado un troll para que
se enfrentara a él en la primera prueba, ya que generalmente solo se
encontraban en aquel lugar del Norte de Europa. Por lo que JongIn recordaba,
había tres tipos o especies y por lo que estaba viendo en directo, a él le
había tocado el premio gordo: el troll de montaña, el más grande y maligno de
los tres. El chico lo sabía porque era el único que no tenía pelo y porque
tenía la piel gris pálida.
JongIn negó con la cabeza, no era el
momento de acordarse de las cosas que había estudiado el curso anterior, lo
único que debía hacer era concentrarse y ver cómo lo iba a hacer para pasar
aquella prueba sin lanzarle ningún hechizo al troll. La criatura, bastante más
alta, grande y fuerte que él, avanzó hacia el lugar en el que se encontraba y
JongIn tuvo que hacer que parte de la roca se desprendiera a su paso para que
no lo alcanzara, ya que lo había pillado desprevenido.
En ese momento, algo brilló en el
pecho del troll y JongIn pudo ver que llevaba una especie de guardapelo de oro
alrededor del cuello. Aquello era seguramente lo que debía de coger de su
cuerpo sin lanzarle ningún hechizo.
El chico seguía escapando, corriendo
por aquel lugar pedregoso en el que habían instalado el estado de la primera
prueba, tropezando a veces y entorpeciendo el paso del troll para que no
pudiera alcanzarlo mientras pensaba. Nunca se le había dado bien aquello de
hacer dos cosas a la vez y comenzaba a cansarse de correr, pero se echó a sí
mismo un hechizo para que el cansancio no le pasara factura por el momento para
poder seguir a aquel ritmo. Tenía que conseguir aquel colgante y debía hacerlo
pronto para que la prueba finalizase y él pudiera salir de allí.
Ideas extravagantes cruzaban por su
cabeza, pero sabía que ninguna de ellas podía ser llevada a cabo porque todas y
cada una de ellas implicaban lanzarle un hechizo al troll y eso era lo único
que no podía hacer. JongIn se dejó caer contra una roca a recuperar un poco el
aliento y recordó en ese momento, al chico de cabello plateado que le había
advertido de que en la primera prueba se pondría a prueba —valga la
redundancia—, su fuerza.
El chico escuchó cómo el troll se
acercaba peligrosamente al lugar en el que estaba escondido y, cuando estaba
pensando en que lo mejor que podía hacer era escapar de nuevo para tener un
poco más de tiempo, se le ocurrió la mejor idea del mundo.
JongIn plantó los pies en el suelo y
se lanzó a sí mismo dos hechizos que esperaba que lo hiciesen salir victorioso
de aquello, porque si no haría el ridículo terriblemente y, aquello era algo
que no se podía permitir. Cuando sintió la magia recorriendo su cuerpo y
escuchó que el troll estaba casi en el lugar en el que se encontraba, el chico
dio un salto y se montó encima de la roca sin ninguna dificultad. Desde allí,
pudo ver cómo el troll pasaba a unos metros de distancia y supo que aquella era
su oportunidad. Sin pensarlo demasiado, se lanzó encima del troll y se montó
sobre sus hombros, con la agilidad que había obtenido gracias al hechizo que se
había echado, teniendo su cabeza a tiro y con la fuerza que se había procurado,
le dio un golpe que lo hizo tambalearse. Sin perder nada de tiempo, JongIn
llevó sus manos al cuello del troll para arrancarle la cadena de la que pendía
el guardapelo y tomarlo entre sus manos, antes de volver a saltar encima de la
roca, justo cuando el troll caía contra el suelo, inconsciente.
JongIn no se creía que aquello
hubiera sido tan fácil, tenía que haber algo más, pero cuando todo el mundo estalló
en vítores, supo que había terminado. Jadeando por el esfuerzo, y porque se le
estaban pasando los efectos de todos los hechizos que se había hecho, el chico
levantó el puño en el que tenía el guardapelo y sonrió triunfante al público
justo antes de desmayarse por el agotamiento acumulado.
★★★
Cuando JongIn abrió los ojos de
nuevo, descubrió que ya no se encontraba bajo el cielo encapotado del Norte de
Europa y que a su alrededor ya no estaban aquellas gradas repletas de gente que
había vislumbrado justo antes de cerrar sus ojos. El chico se encontraba en su
camarote, aquel que compartía con su mejor amigo en el barco que los había
llevado a Durmstrang, y que este, se encontraba sentado en la otra cama,
mirando hacia donde se encontraba él. Probablemente, TaeMin vio cómo sus ojos
se abrían y por eso se levantó de su cama para ir hasta él, con una gran
sonrisa en su rostro.
—Enhorabuena, campeón —le dijo,
tocándole el brazo—. Has pasado la primera prueba del Torneo —JongIn sonrió a
su vez, aunque pensaba seriamente que la prueba había sido un sueño—. Te tocó
el troll más fuerte de todos, pero tú, como buen escocés que eres, le diste un
buen golpe en la cabeza y lo dejaste en el suelo —TaeMin recreó sus movimientos
mientras reía—. Podrías haber sido un poco más fino, como los otros dos, pero
de esta forma te has ganado el respeto de la gente de Durmstrang, que ahora no
cree que seas un enclenque.
—Bueno… me alegra saber eso
—murmuró.
—Tío —lo zarandeó TaeMin, sin poder
contener su emoción—. ¡Qué has pasado la primera prueba! Deberías estar loco de
contento.
—Discúlpame que no dé saltos de
alegría por ahí… —comentó—, pero me duele todo el cuerpo y no puedo moverme
—TaeMin rio—. ¿Qué hicieron los demás? —preguntó el chico que estaba en la
cama—. Tengo curiosidad por saberlo, ya que has dicho que fueron mucho más
finos que yo.
—Bueno, bueno —comenzó su amigo—. El
chico afeminado de Beauxbatons ni siquiera se acercó al troll, y eso que solo
le tocó el de río. O quizás fue por eso que ni siquiera tuvo que acercarse
—murmuró más para sí mismo—. Da igual —le quitó importancia a aquello—, la cosa
es que simplemente un accio y el
colgante salió disparado hacia su mano. El tío es un crack.
—¿Por qué no se me ocurrió eso a mí?
—se preguntó JongIn, maldiciendo que la cosa más fácil no se le hubiera pasado
ni siquiera por la cabeza.
—Porque te gusta darle muchas
vueltas a las cosas —le contestó TaeMin y JongIn formó un puchero en sus
labios.
—Da igual —murmuró—. ¿Qué hizo
ZiTao? —JongIn tenía curiosidad por saber qué era lo que había hecho el otro
chico para conseguir aquel colgante que significaba el pase a la segunda prueba
del Torneo de los Tres Magos.
—Si te digo la verdad… —comenzó
TaeMin—. No tengo ni la menor idea.
—¿Cómo no vas a saberlo? Si estabas
allí viéndolo —su amigo negó.
—No lo sé —murmuró—. Fue algo raro…
un instante estaba tranquilamente a unos metros del troll y al siguiente le
había quitado el guardapelo y el bicho estaba tirado en el suelo… ni siquiera
utilizó su varita —TaeMin se acercó a su oreja para susurrarle, como si no
quisiera que nadie se enterase de lo que estaba a punto de decirle—. Creo que
utilizó magia negra… no hay otra explicación.
—Magia negra —murmuró JongIn,
sintiendo un escalofrío recorrer su cuerpo.
—Pero bueno, lo importante es que
has pasado la prueba —el chico le dio una palmadita en el hombro—. Hemos hecho
una fiesta en tu honor en el barco, pero como veo que no te puedes levantar, me
iré yo solo a disfrutar de las cervezas de mantequilla y del nuevo disco de Las
Brujas de Macbeth.
JongIn quiso decirle algo a su
amigo, pero este simplemente se fue del camarote, dejándolo con la palabra en
la boca.
—Nunca cambiará —murmuró el chico,
negando con su cabeza y acomodándose de nuevo sobre el colchón para intentar
dormir, ya que no se sentía los músculos del cuerpo. Sin embargo, no pudo
hacerlo hasta bastante tiempo después, ya que no dejaba de pensar en ZiTao
utilizando la magia negra para derrotar a aquel troll y pasar la prueba.
Y aquí estoy denuevo...
ResponderEliminarJongin me saca de mis casillas, me la pase gritando "Utiliza Accio, utiliza Accio" pero bah' supongo que he de ser muy floja para solo pensar en ese hechizo XD
Tao, no lo sé, me lo imagino entre una especie de Draco y Tom Riddle joven, aunque mola mucho que sea Slytherin [Vamos Serpientes!]
En fín, sabes que espero con ansias el proximo❤
Besos :*
Me alegra encontrarte por aquí ^^
EliminarJongIn me saca de las casillas hasta a mí y soy la autora, fíjate tú XD Hay muchos hechizos que podría haber utilizado, (como ese) pero al niño no le da para más la cabeza bajo presión -.-" Aish...
Tao es un tipo misterioso al que le gusta jugar con las artes oscuras y muy poderoso (?) Además de guapo y alto y perfecto <3
Aquí te espero yo también <3
Besitos ^^
Trolls por dragones, interesante xd. No sabia que había tres tipos!
ResponderEliminarMe esta gustando muuuucho mucho. Y es que no tengo mucho más que decir xd. Voy a seguir leyendo~~
¿Verdad? Los dragones están sobrevalorados XD Yo tampoco lo sabía!! Cuando estuve buscando documentación lo vi y fue como "los trolls tienen que ser una prueba" XD
EliminarMe alegra mucho que te guste mucho!! XD Y ya sabes que a mí con que me digas lo que te gusta y lo que no estoy más que servida ^^