Capítulo 2
Travelling to
Changsha
Era
temprano cuando me desperté aquella mañana, pero no tenía más sueño, así que me
levanté de la cama y me arreglé para salir de casa, aunque tampoco mucho,
porque solo iría a la de al lado a darle una sorpresa a JunMyeon. Durante el
tiempo que había estado en depresión por la muerte de mi amigo RyeoWook él me
había estado intentando sacar de la oscuridad y, a pesar de que se lo había
puesto muy difícil, él no había desesperado y había acabado por regresarme a mi
estado natural, incluso me había llevado a su lugar especial unos días atrás,
por lo que quería hacer algo por él.
Su madre me abrió la puerta de la
casa cuando llamé al timbre y me dejó pasar. Cuando le conté lo que tenía en
mente me sonrió y me despeinó levemente antes de despedirse de mí y dejarme la
cocina a mi completa disposición para prepararle a JunMyeon un desayuno digno
de alguien de la realeza en el que volqué todos mis sentimientos de
agradecimiento hacia él por todo lo que había hecho por mí y todo el amor que
le profesaba por ser mi hyung.
Justo había terminado de arreglar la
bandeja con la que subiría el desayuno a la habitación, cuando él entró por la
puerta de la cocina y me descubrió.
―¿KyungSoo?
―preguntó refregándose los ojos y con la voz ronca por haberse acabado de
levantar―. ¿Qué estás haciendo en la cocina? ―sonreí y me dirigí hacia él.
―Te agradezco todo lo que has hecho
por mí ―comencé a empujarlo hacia la mesa y luego lo senté delante de la
bandeja―. Muchas gracias, hyung ―murmuré en su oído y le di un pequeño beso en
la mejilla antes de alejarme un poco para poder disfrutar de sus reacciones
mientras comía lo que le había preparado.
-oooOOOooo-
―No quiero tener que actuar cómo un
padre o como un profesor amargado ―comenzó Kevin―. ¿Pero lleváis todos vuestros
pasaportes? ―todos asentimos y él suspiró antes de echar a andar, agarrando a
YiXing por los hombros, saliendo de nuestro apartamento. LuHan me miró e hizo
una mueca antes de salir también, dejándome a mí la tarea de cerrar la puerta.
Una vez lo hice me monté en el ascensor con todos ellos.
―¿No vas a echar de menos a SeHun?
―le pregunté a LuHan.
―Claro que lo voy a echar de menos
―respondió―, pero es más importante el viaje a Changsha.
―¿Por qué? ―pregunté extrañado.
―No es algo que te interese.
Hice un puchero ante su respuesta,
pero no se ablandó y cuando el ascensor abrió sus puertas se largó rápidamente,
alejándose de mí. Habíamos hecho las paces después de todo lo que había
sucedido porque de todas maneras Kevin los había dejado en paz. Lo habían
pasado muy mal y LuHan se había enfadado conmigo mucho, así que, aunque
estuviéramos medianamente bien, me debía seguir guardando rencor, por eso,
intenté no tenérselo mucho en cuenta y apurarme para que por mi culpa no
llegáramos tarde a coger el avión.
-oooOOOooo-
―Nunca he viajado en avión ―dijo
MinSeok, rompiendo el cómodo silencio que se había instaurado entre nosotros
desde que habíamos llegado al aeropuerto de Incheon―. ¿Cómo es?
―Tampoco es para tanto ―respondí
relajadamente. Parecía que le daba un poco de angustia volar―. No da nada de
miedo, es todo muy seguro.
―¿De verdad? ―preguntó.
―¿Acaso te iba yo a mentir? ―él
enarcó una ceja―. Bueno, sí lo haría, pero no lo estoy haciendo ahora mismo
―dije seriamente.
―Por ahora te creeré ―contestó―,
pero cuando nos montemos en el avión préstame tu brazo.
―¿Por qué?
―Tú no te preocupes por eso ―dijo
con una sonrisa maliciosa que nunca había visto en su rostro y que por un
momento me puso los pelos de punta―. ¿Dónde están los demás? Como no vengan
dentro de poco nos tendremos que ir sin ellos.
―Si eso pasa te presentaré a mis
padres como mi novio ―sonreí, haciendo que se espantara.
―Llama a YiXing ahora mismo y
mételes prisa.
-oooOOOooo-
―ChanYeol… ―escuché que me llamaba
mi chico.
―Dime, Baekkie ―le contesté.
―¿No sería mejor irnos a un hotel de
estos baratos o algo y conseguir un trabajo a tiempo parcial para pagarlo como
hace Kevin? ―al escuchar aquella pregunta me detuve de pronto y me giré hacia
él.
―Podríamos hacerlo, pero sería mucho
más lío y te aseguro que esto no va a durar más de dos semanas ―sonreí,
intentando tranquilizarlo―. A mi padre no le molesta lo nuestro, ya lo viste, y
no tardará en convencer a mi madre para que tampoco le importe.
―Pero viniendo aquí molestaremos a
tu hermana y a su novio ―replicó.
―No te preocupes por eso ―me acerqué
a él para abrazarlo fuertemente―. Hay huelga estas semanas, así que podemos
aprovechar el tiempo libre para ir a un montón de sitios de Seúl, en plan
turismo, así no los molestaremos.
―Bueno… ―accedió por fin, así que me
separé de él.
―Entonces, allá vamos ―apreté el
timbre de la puerta del apartamento de mi hermana y puse mi mejor sonrisa,
porque aunque la había avisado de lo ocurrido y ella nos apoyaba como mi padre,
estaba un poco mosqueada porque mi madre se había enterado de muy mala forma de
que era gay, estaba saliendo con mi mejor amigo y encima tenía sexo con él
(aunque según me había contado esta un 1% aliviada por saber que no era yo el
que recibía). La puerta del apartamento se abrió y por ella apareció mi hermana―.
Hola, YuRa ―dije.
―Hola, chicos ―dijo ella―. Pasad
―entramos a su pequeño apartamento, descubriendo que solo tenía un pequeño
salón, un baño, una cocina y un dormitorio―. Os voy a hacer un par de avisos
―se giró hacia nosotros muy seria―. Nada de sobaros durante el tiempo que
paséis aquí y ya ni os digo tener sexo, ¿entendido?
―Sí, señora ―respondí con rapidez,
aunque me pesara en el alma no poder tocar a BaekHyun en el tiempo que
estuviéramos en casa… aunque nadie había dicho nada de que fuera de ella no
podía hacer nada.
―Entonces perfecto. Bienvenidos a mi
casa ―sonrió mi hermana.
-oooOOOooo-
El avión no daba tanto miedo después
de todo. Me tensé un poco en el despegue y otro poco en el aterrizaje, y los
arañazos en el brazo de JongDae eran la firme prueba de aquello, pero después,
el viaje había sido bastante entretenido, sobre todo cuando una niña pequeña
occidental se encaprichó de Kevin y estuvo junto a él durante la mayor parte
del tiempo, a pesar de que este no sabía muy bien cómo tratarla.
Una vez cogimos nuestras respectivas
maletas de la cinta, fueron JongDae y YiXing quiénes nos guiaron a través de la
terminal hasta que llegamos a la salida. Cuatro personas nos esperaban junto a
la puerta y los chicos salieron corriendo dirigiéndose a sus respectivos padres
para fundirse en un gran abrazo. Parecía que llevaban mucho tiempo sin verse y
se habían echado de menos, así que ninguno de los cuatro quiso estropear el
momento del reencuentro.
Algunos minutos más tarde, los
chicos se giraban hacia nosotros para presentarnos y mi cuerpo se tensó cuando
vi avanzando a JongDae hacia mí con una sonrisa encantadora.
―Este es mi compañero de habitación,
MinSeok ―les dijo a sus padres―. Está estudiando Literatura.
―Estamos encantados de conocerte
―dijo su madre―, últimamente solo habla de ti cuando lo llamo, así que supongo
que estás cuidando bien de él.
―Sí, eso creo, señora Kim ―murmuré,
un poco avergonzado.
―No me digas señora ―replicó la
mujer―, me haces sentir vieja y aún soy muy joven, llámame mejo mamá ―esbozó
una gran sonrisa y luego se dirigió a darle un abrazo repentino a YiXing, que
no se lo esperaba.
―¿Cómo que la llame mamá? ―dije para
mí mismo―. Acaso… ¿JongDae?
―¿Qué? ―dijo girándose hacia mí.
―¿No le habrás contado…?
―No he dicho ni una sola palabra, lo
juro ―dijo rápidamente―. Mi madre es muy perceptiva y se ha dado cuenta ella
solita.
―No sé por qué no te creo…
―Lo juro, de verdad.
―Bien, chicos ―llamó la madre de
YiXing―. Os vamos a tener que repartir porque en una casa no cabéis todos, mi
niño viene con Kevin y ZiTao, así que ¿LuHan y MinSeok? Se pueden ir con los
Kim ―la mujer sonrió―. Después de todo vivimos en la misma calle, así que no
estaréis muy lejos ―y tras decir esto, echó a andar. Le dediqué una última
mirada de enfado a JongDae y después seguí a la comitiva hasta la salida del
aeropuerto.
-oooOOOooo-
Acabábamos de deshacer las maletas y
ya estábamos listos para bajar a cenar. El avión había sido bastante agotador y
lo único que quería era dormir tranquilamente, ya que desde el día que nos
habían atacado a YiXing y a mí estaba asustado. Tenía que volverme mucho más
fuerte para ser capaz de protegerlo y que no sufriera ningún daño de nuevo.
Unos brazos rodeando mi cintura
desde atrás y una cabeza apoyándose en mi espalda me hicieron salir de mis
pensamientos, a la vez que una gran calidez y tranquilidad se apoderaba de mi
cuerpo.
―YiXing ―murmuré.
―Has estado encantador con esa niña
―lo escuché decir―. No sabía de esta faceta tuya que es adorable con los
pequeños.
―Yo tampoco sabía que la tenía
―confesé y lo escuché reír levemente.
―Kevin…
―¿Sí?
―Me gustaría saber un poco de tu
pasado antes de que supieras lo de tus poderes… ―me tensé al escuchar aquello
porque era algo que jamás había hecho, contarle a nadie sobre mi pasado―. Me gustaría
conocerte mucho más…
―¿Qué quieres saber? ―acabé diciendo
sin poder evitarlo porque de todas formas era YiXing quien me preguntaba.
―¿Dónde naciste?
―En Ghuangzhou.
―Oh, ¿así que no fue en Canadá? ―negué
con la cabeza―. Entonces tendrás un nombre chino ―asentí―. ¿Cuál es?
―YiFan.
―YiFan ―murmuró―. ¿Estaría bien que
te llamara YiFan? Me es más fácil que Kevin.
―Puedes llamarme como quieras ―susurré
dándome la vuelta para ponerme cara a él y ver su preciosa sonrisa.
―Entonces a partir de ahora te
llamaré YiFan ―dijo y no me pude contener a inclinarme un poco hasta besar sus
labios levemente.
-oooOOOooo-
Estaba tranquilamente tumbado en la
cama de la habitación que me había sido asignada en aquella casa junto a Kevin,
pensando en cómo se encontraría JongIn, cuando la puerta se abrió y por ella
apareció una adolescente menuda que se parecía bastante a YiXing. La chica se
quedó de piedra al verme sin la camiseta y yo me tapé rápidamente.
―Oh, lo siento ―dijo la chica―. Estaba
buscando a mi primo, me han dicho que había vuelto hacía unos días.
―¿Por tu primo te refieres a YiXing?
―le pregunté y ella asintió―. Está descansando en su habitación, anoche le dio
un poco de fiebre.
―Entonces mejor no lo molestaré ―sonrió
encantadoramente.
“Sí,
mejor que no, YiFan está con él y a saber lo que te encuentras”.
―Por cierto, ¿quién eres? ―preguntó.
―ZiTao ―respondí con una sonrisa―. Un
compañero de piso de tu primo. ¿Y tú?
―Mei ―se presentó―. ¿Sabes? Eres muy
guapo.
En cuanto escuché esas palabras y vi
su mirara brillante y su sonrisa coqueta, supe que estaba perdido.
-oooOOOooo-
Había pasado ya la primera semana desde
que habíamos llegado a Changsha y yo todavía no había podido ir a aquel lago
milagroso por el que me había desplazado a la ciudad. Necesitaba ir a aquel
lugar en el que se encontraban esas aguas que podían curar cualquier cosa
porque no podía dejar que mi pequeño sufriera ningún daño y que le pasara algo
grave porque no tuvieran a alguien que lo pudiera curar al instante.
Por eso, ese día me había decidido
ir. Lo que no esperaba es que a la excursión se acoplaran todos menos YiXing,
que parecía que tenía un poco de fiebre y había tenido que quedarse en casa
para recuperarse. Kevin había querido quedarse con él, pero ZiTao lo había
arrastrado fuera para que la pesada prima de YiXing, Mei, no se apuntara, ya
que no lo dejaba respirar tranquilo desde que habíamos llegado.
―¿Y para qué
quieres ir a ese lago? ―me preguntó MinSeok.
―Bueno, mis padres
escucharon hablar de él ―contesté, intentando que no pudiera captar mi mentira―,
y querían que les mandara un poco del líquido milagroso ―sonreí―, según ellos
ya están mayores y necesitan cosas de estas.
Pareció que mi respuesta les gustó a
todos, porque en unos momentos estábamos montados en el coche y JongDae
conducía hacia donde se encontraba aquel lugar. Según los mapas no estaba
demasiado lejos y en menos de media hora llegamos allí. Dimos un paseo por los
alrededores y luego me dirigí con MinSeok al lago para poder llenar la pequeña
botellita de cristal que había preparado para ese menester. Cuando esta estuvo
lista sonreí triunfante.
Ahora que tenía aquello ya no tenía
por qué preocuparme por lo que le pasara a mi pequeño.
O eso creía.