Título: Secret Secret
Autora: Riz Aino
Pareja: Chuuves (Yves + Chuu) (LOONA)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, college, romance?, smut, pwp
Número
de palabras: 2.916
palabras
Resumen: JiWoo se siente demasiado caliente
después de encontrarse a SooYoung, su compañera de habitación, masturbándose en
secreto.
Advertencias: relaciones sexuales explícitas.
Notas:
historia
escrita debido a un sueño
bastante explícito que tuve sobre cómo Yves desvirgaba a Chuu.
Comentario
de autora: un
día, de repente, la idea hizo pop en mi cabeza y no pude dejar de pensar en
ella, así que, la escribí, sin más. Espero que os guste.
Caliente. Excitada. Húmeda.
JiWoo llevaba demasiados días de
aquella forma. La temperatura de su cuerpo mucho más alta que de costumbre, su
piel mucho más sensible que nunca. Incluso la tela del sujetador rozando sus pezones
o la costura de sus vaqueros ajustados contra su entrepierna hacían que se
volviera completamente loca de placer.
Nunca antes se había sentido de aquella
forma. Hasta el momento solo había tenido algún que otro día en el que había
estado excitada y se había masturbado para que se le pasara el calentón… pero
en aquella ocasión, por más que se tocaba, nunca llegaba a sentirse realmente
satisfecha. Sabía que necesitaba algo más… sabía que lo que necesitaba es que
fuera otra persona la que la tocase… y sabía a la perfección quién debía de ser
aquella persona… pero JiWoo, a pesar de ser dicharachera y tener buen don de
gentes, jamás se había visto en la situación de pedirle expresamente a alguien
que tuviera sexo con ella.
Apenas hacía un par de meses que se había ido de casa de
sus padres y había acabado en aquella residencia de estudiantes en Seúl y durante
su adolescencia se había dedicado en cuerpo y alma a estudiar, así que, nunca
había tenido una relación y todo lo que sabía de su cuerpo simplemente había
sido para saciar su curiosidad y libido momentáneas… ni siquiera había
introducido sus dedos en su vagina, no queriendo desvirgarse ella misma sin darse
cuenta.
No obstante, JiWoo no podía
aguantarse más las ganas, no podía parar de pensar en cómo sería tener sexo y
no podía dejar de querer que, aunque la relación que tuviera con ella no fuera
más que cordial por ser compañeras de habitación, fuera ella la que hiciera con
su cuerpo lo que quisiera.
Ella.
SooYoung.
JiWoo había conocido a SooYoung en
el primer día que había llegado a dejar sus cosas en la habitación de la residencia
que ambas compartirían aquel año. Desde el primer momento le había parecido
guapísima y una tía increíble, con un montón de estilo para vestir y muchísimo
carisma. Desde el primer momento, había llamado su atención. Desde el primer
momento, JiWoo se había quedado prendada de SooYoung. Pero solo un poco más
adelante, se había dado cuenta de que su personalidad fuerte y su forma de
decir las cosas claras, provocaba algo en su interior que nunca antes nadie
había provocado… solo un poco más adelante, JiWoo se había dado realmente
cuenta de que su compañera de habitación le gustaba.
No obstante, lo que había hecho que
JiWoo estuviera caliente, excitada y se sintiera completamente necesitada no
había sido solamente el hecho de que SooYoung le gustara.
No.
Lo que lo había provocado había sido
otra cosa.
JiWoo había vuelto a la habitación más
temprano de lo habitual porque una de sus clases se había cancelado porque el
profesor había faltado y había decidido que era una buena idea volver y
descansar un poco antes de volver a ir al campus aquella tarde para más clases.
Al entrar a la habitación, lo que se había encontrado la había dejado
completamente estática, sin poder reaccionar, sin poder hacer nada, solo mirar.
SooYoung estaba desnuda. Masturbándose.
Hundiendo sus dedos en su interior mientras gemía bajito. Sus ojos cerrados. Su
boca levemente abierta. Una expresión de placer infinito pintada en su rostro. Y
JiWoo había mirado, había mirado casi sin poder parpadear hasta que SooYoung
había acabado alcanzando el orgasmo. Solo entonces, JiWoo pudo salir de su
ensimismamiento y, con cuidado, sin hacer ningún ruido, salió de la habitación.
En ningún momento, SooYoung se dio cuenta de que ella había estado allí, si lo
hubiera hecho, JiWoo se habría muerto de vergüenza allí mismo.
No obstante, ver aquel lado de SooYoung lo había cambiado
todo para ella.
Porque ahora JiWoo no podía dejar de
estar caliente, excitada, húmeda por su culpa, por culpa de haber visto a
SooYoung masturbándose.
Ahora, lo único que JiWoo quería era
que SooYoung la tocara como se había tocado a sí misma.
~
—JiWoo… ¿hay algo que quieras
decirme? —le preguntó SooYoung, haciendo que se sobresaltara porque no se había
esperado que la otra le hablara.
—¿Qué? —preguntó en respuesta—. No,
no. No tengo nada que decirte.
—Creía que sí —contestó la otra—.
Porque desde hace día no paras de mirarme como si quisieras decirme algo.
JiWoo sintió que su corazón se
paraba durante un segundo. Creía que había sido discreta, que solo la había mirado
cuando ésta no estaba pendiente de ella, creía que no había dado ninguna
muestra de que algo hubiera cambiado, pero parecía que no había sido lo
suficientemente discreta porque SooYoung se había dado cuenta.
—Siempre me has mirado —continuó
SooYoung—, pero estoy acostumbrada a que las chicas y los chicos me miren —una
sonrisa pícara apareció en su rostro en ese momento—. Pero tu mirada ha
cambiado en los últimos días… ahora me miras con deseo, JiWoo. Si fuera un tío pensaría
que lo que quieres es que te meta la polla hasta el fondo, pero lo único que
puedo hacer por ti es comerte el coño —SooYoung soltó una pequeña risa—. Si
quieres, no tengo ningún problema en hacerlo, me pareces adorable.
JiWoo se quedó sin habla, con la
boca abierta, sin poder creerse lo que acababa de escuchar. No podía haber
escuchado bien.
SooYoung siempre había hablado de
forma clara y directa y eso siempre le había encantado a JiWoo, pero en
aquellos momentos se sentía cómo si le hubiera disparado directamente al
corazón con sus palabras y la hubiera asesinado totalmente. Realmente creía que
había sido discreta, que SooYoung no se había podido dar cuenta de que la
miraba con deseo… pero ésta se había dado cuenta.
SooYoung se había dado cuenta y le
había propuesto que tuvieran sexo.
JiWoo llevaba días caliente,
excitada, húmeda. Llevaba días pensando en que quería que SooYoung se la comiera
entera, necesitándolo, pero ahora que estaba allí, en esa situación, no sabía
que hacer ni qué decir. Tragó saliva y abrió la boca de nuevo para tratar de
decir algo; no obstante, las palabras no salieron de ella por más que lo
intentó.
—Parece que te he dejado sin habla —comentó
SooYoung—. No tienes que hablar, con que muevas tu cabeza afirmativa o
negativamente tengo suficiente.
Y JiWoo asintió.
Sin pensárselo siquiera, JiWoo
asintió.
—Perfecto —fue lo único que
respondió SooYoung.
JiWoo estaba sentada en su cama. Simplemente
había estado allí sentada mirando su móvil y, de vez en cuando, observando a
SooYoung de reojo, mientras esta estaba en el escritorio, haciendo algún
trabajo para la facultad. SooYoung se levantó de su silla y se dirigió hasta la
cama de JiWoo, subiéndose a ella de rodillas, hundiendo el colchón bajo su
peso, gateando hasta llegar hasta ella, mirándola fijamente, sus ojos ardiendo
con deseo, acercándose más y más a su cuerpo hasta que sus rostros solo
estuvieron separados por unos cuantos centímetros.
JiWoo tragó saliva porque SooYoung
estaba demasiado cerca y estaba nerviosa. Más nerviosa de lo que nunca lo había
estado antes.
Sus ojos se encontraron con los de
SooYoung, quien la miró intensamente durante unos instantes hasta que su mirada
se desvió hacia abajo, hacia sus labios. JiWoo no tuvo tiempo de pensar, un
segundo más tarde, los labios de la mayor chocaban contra los suyos, dejándola
completamente paralizada. No obstante, esto le duró poco, ya que los labios de
SoYoung, moviéndose insistentemente sobre los suyos, provocaron que JiWoo
comenzara a responder al beso con ganas, moviendo su boca al mismo ritmo que la
de SooYoung.
Aquella era la segunda vez que
besaba a alguien. La primera había sido un par de años atrás, en el pasillo del
instituto, cuando un chico de último curso le había dicho que le gustaba y la había
besado.
Comparando ambos besos, JiWoo podía
decir que el de SooYoung era mejor.
Sus labios se movían rítmicamente
sobre los suyos, su cabeza inclinándose de vez en cuando a un lado o a otro, su
lengua a veces rozando su boca. JiWoo partió sus labios en una de aquellas
ocasiones en la que la lengua de SooYoung los rozó y, de forma inmediata, ésta introdujo
su lengua en su boca, explorándola, jugando con su propia lengua, enredándola con
ella. JiWoo sintió cómo su pulso se aceleraba y cómo le costaba respirar debido
al cambio de ritmo del beso, mucho más intenso, más rápido, más húmedo… y para
cuando finalmente SooYoung se separó de su rostro, JiWoo se sintió casi
mareada.
—¿Te ha gustado? —le preguntó
SooYoung, con una sonrisa ladina.
JiWoo asintió.
Le había encantado.
SooYoung no parecía estar agitada,
no parecía que el beso le hubiera afectado en nada… pero JiWoo estaba allí,
jadeando, con el corazón acelerado, la mirada perdida y probablemente con las
mejillas completamente rojas. Antes de que pudiera decir nada más, SooYoung
volvió a acercarse para dejar un beso corto sobre sus labios y sonreírle de
forma encantadora al separarse.
—Eres adorable —le dijo.
Y JiWoo quiso protestar porque no
solo era adorable, también era otras cosas… pero la boca de SooYoung de repente
se encontraba en su cuello, besando, lamiendo, mordisqueando su piel y sus
manos se habían colado por debajo de su camiseta y habían recorrido el camino
hacia sus pechos, apretándolos por encima del sujetador. JiWoo emitió un
pequeño gemido sin poder evitarlo y, al instante, notó la sonrisa de SooYoung
contra la piel de su cuello, para inmediatamente después seguir besando su
cuello una y otra vez. JiWoo no sabía si la mayor estaría dejando marcas o no,
pero en aquellos momentos tampoco le importaba mucho aparecer al día siguiente
con el cuello lleno de chupetones, tenía el pelo largo, los podía esconder
perfectamente… lo único que le importaba, lo único que necesitaba, era que
SooYoung la siguiera besando y tocando todo lo que quisiera.
Estaría completamente a su merced.
Dejaría que SooYoung hiciera todo lo que quisiera con su
cuerpo.
Solo esperaba que aquello por fin
aplacara su libido.
La boca de SooYoung siguió besando
su cuerpo, buscando mucha más piel que besar y tocar, besando sus clavículas, sus
labios alcanzando hasta el máximo que podían por el escote de su camiseta. Cuando
comenzó a estorbarle, se alejó de su cuerpo un momento, dedicándole una sonrisa
pícara antes de agarrar el filo de su camiseta y tirar de ella hacia arriba, descubriendo
su cuerpo. JiWoo levantó sus brazos instantáneamente, sin cuestionarse nada, su
camiseta siendo completamente retirada. Sintió un poco de vergüenza cuando los
ojos de SooYoung se quedaron clavados en ella, en su cuerpo, pero no intentó
cubrirse, simplemente apartó la mirada, incapaz de hacer otra cosa.
SooYoung le retiró el sujetador y
después se inclinó de nuevo hacia delante para seguir besando su cuerpo, esta
vez entreteniéndose en sus pechos, lamiendo y mordisqueando uno de sus pezones
mientras que con su mano masajeaba su otro pecho y pellizcaba suavemente ese
pezón, endureciéndolos, haciendo que JiWoo sintiera pequeñas oleadas de placer
por todo su cuerpo y que notara cómo poco a poco, se iba humedeciendo su
entrepierna. Tras unos momentos, SooYoung dejó de lamer su pezón para trazar un
camino descendente de besos por su vientre hasta llegar a su entrepierna, separándose
un momento de su piel para dedicarle un guiño que provocó que a JiWoo se le
cortara la respiración durante un segundo.
Llevó entonces sus manos a la
cinturilla de su pantalón para desabrochárselo y JiWoo levantó sus caderas para
que pudiera bajárselo sin problema por las piernas, quedándose solo en bragas
ante ella. Por acto reflejo, cerró sus piernas, intentando taparse, haciendo
que SooYoung riera, su risa resonando en la habitación que ambas compartían.
—Realmente eres adorable —comentó la
mayor.
SooYoung colocó sus manos sobre sus
rodillas e hizo una mínima presión para volver a abrirle las piernas, metiéndose
entre ellas e inclinándose sobre su cuerpo, rozando su nariz contra su
entrepierna, contra su clítoris, haciendo que JiWoo gimiera. SooYoung la besó
por encima de la tela de sus bragas y luego se alzó, asomando entre sus piernas
para dedicarle una sonrisa pícara.
—Estás completamente mojada aquí
abajo —le dijo.
JiWoo se sonrojó de pies a cabeza.
Había estado caliente, excitada,
húmeda desde que había visto a SoYoung, desde que la había visto masturbándose.
Había pasado demasiados días sin saber qué más hacer porque nada satisfacía su
deseo sexual y en aquellos momentos, desde que SooYoung había comenzado a
besarla, a tocarla, JiWoo se sentía como si estuviera a punto de arder de
placer. Le encantaba aquello. Adoraba cómo SooYoung la estaba haciendo sentir y
quería más… pero sus palabras la ponían terriblemente nerviosa.
SooYoung rio al verla completamente
sonrojada, pero JiWoo no se lo tomó a mal, debía de ser un cuadro de aquella
forma.
—Adorable —volvió a decir SooYoung.
Y, entonces, la mayor le retiró sus
bragas para lamerla entera.
JiWoo gimió alto.
Hundió sus talones en el colchón.
Y cerró sus ojos, dejándose llevar
por el placer.
La lengua de SooYoung era caliente,
húmeda, la hacía sentir increíble y JiWoo no podía parar de gemir, a veces más
alto, a veces solo jadeos, porque el placer que estaba sintiendo era muchísimo
más del que había sentido nunca antes cuando ella misma se había tocado. Nunca antes
se había sentido tan al borde del orgasmo como en aquellos momentos… y cuando
la mayor introdujo su lengua en su vagina, JiWoo se quedó completamente sin
respiración. Aquello era increíble. Totalmente increíble. Podía sentir en todas
sus terminaciones nervosas cómo casi estaba, cómo el orgasmo más increíble de
su vida estaba llegando.
No obstante, antes de que pudiera
alcanzarlo, SooYoung se separó de ella, lamiéndose los labios. Terminó de
retirarle las bragas y empezó a tocar su entrepierna, introduciendo uno de sus
dedos lentamente en su interior.
JiWoo gimió levemente ante aquello.
Nunca antes se había sentido igual.
Era increíble. Aquella sensación.
Era demasiado.
Cuando SooYoung introdujo el segundo
dedo, JiWoo notó la presión, notó cómo le dolía levemente, notó cómo algo que había
opuesto un poco de resistencia en su interior se quebraba y SooYoung lo notó
también, sacando sus dedos rápidamente y mirándola, con los ojos muy abiertos
al darse cuenta de que, junto con el jugo de su excitación, había un poco de
sangre.
—No me habías dicho que eras virgen —le
dijo.
—No creía que fuera relevante —respondió,
sintiéndose un poco avergonzada.
SooYoung alzó una ceja, pero no dijo
nada más, simplemente volvió a su tarea. La tarea de hacerla sentir en el paraíso.
Cuando introdujo sus dedos en
aquella ocasión, no hubo resistencia alguna y JiWoo dejó escapar un pequeño
gemido. SooYoung se recolocó sobre la cama, con los dedos todavía en su
interior, para poder alcanzar sus labios y volver a besarla mientras la
penetraba una y otra vez, dejándola sin respiración, entre sus besos y sus
dedos en su vagina. JiWoo comenzó a notar cómo el orgasmo volvía a estar
próximo y, aquella vez, nada la detuvo de alcanzarlo de una forma demasiado
exquisita. Su cuerpo se tensó durante un segundo, antes de quedarse totalmente
laxo, distintos escalofríos de placer recorriendo todas sus terminaciones
nerviosas.
JiWoo jadeaba, respiraba de forma
entrecortada y sus ojos estaban cerrados, disfrutando todavía de los últimos
momentos del orgasmo, cuando finalmente la otra se separó de ella.
—Esto era lo que querías que
hiciera, ¿verdad? —le preguntó SooYoung.
JiWoo abrió sus ojos y vio una
sonrisa pícara en el rostro de la chica. Con su mente todavía nublada por el
reciente orgasmo, ni siquiera pensó en mentir. Solo asintió a aquello, haciendo
que la sonrisa de SooYoung se volviera un poco socarrona.
—¿Te ha gustado?
—Ha sido… increíble… —respondió,
todavía jadeando un poco.
—¿Y lo querrías repetir? —cuestionó
la mayor, acercándose a su rostro, dejando un corto beso contra sus labios.
—Sí —casi gimió.
—Perfecto —murmuró SooYoung contra
su boca—. Este será nuestro pequeño secreto…
SooYoung volvió a besarla, esta vez
metiéndole la lengua en la boca, buscando dejarla sin respiración otra vez.
JiWoo respondió al beso, todavía extasiada por el orgasmo, por lo que le
acababa de decir SooYoung y por todo lo que había ocurrido entre ellas.
Ahora tenía que guardar dos
secretos.
El secreto del motivo por el cual no
dejaba de estar excitada.
Y el secreto sobre que se acostaba
con SooYoung.
Aunque no le importaba nada tener
que guardarlos si de aquella forma podía seguir sintiéndose así de increíble
durante muchísimo más tiempo. Nunca había pensado que el sexo de verdad fuera
tan maravilloso, pero ahora que lo había probado con SooYoung, no quería dejar
de hacerlo.
Notas finales:
—Llevaba
muchísimo tiempo sin escribir algo sobre LOOONA y llevaba eones sin hacer nada
explícito yuri, así que tenía muchísimas ganas. Me costó un poco sacarlo
adelante por la falta de costumbre, pero estoy contenta con el resultado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario