Título: ELEVEN (from hell to heaven)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
Annyeongz (Ahn YuJin + Jang WonYoung) (IVE)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, fantasy, magic, romance, drama, fluff
Número de palabras:
788 palabras
Resumen:
WonYoung había pasado demasiados años viviendo en un infierno por ser diferente
a los demás, pero desde que conoció a YuJin, ese infierno se ha ido
convirtiendo poco a poco en el paraíso.
Advertencias:
mención a acoso por parte de muggles (muy leve).
Notas: tenía esta
historia programada para haberla escrito junto con la colección (Inter)National
Producers Picks, pero al coordinar con flores todos los fics de IZ*ONE
finalmente la dejé apartada porque era diferente.
Comentario de autora:
llevaba un tiempo sin hacer Hogwarts!au y como cuando lo escribí estaba el boom
de los 20 años de las pelis, decidí que era el momento adecuado para hacer esto.
Espero que os guste.
ELEVEN
(from hell to heaven)
WonYoung había estado durante los
once primeros años de su vida viviendo un infierno, un infierno en el que todos
los niños en el orfanato la trataban como a un monstruo simplemente porque
podía hacer cosas que ninguno de ellos podía. Ella nunca lo había entendido. No
había entendido por qué era diferente y por qué eso los enfurecía y asustaba,
solo había estado esperando el momento de salir de allí, el momento en el que
el infierno dejara de ser su hogar. Eso había sucedido en su onceavo
cumpleaños, cuando había recibido la visita de una señora mayor con un gorro
puntiagudo y una túnica extraña, acompañando su visita con una carta en la que
le decían que había sido admitida en un colegio de magia y hechicería. WonYoung
nunca había pensado que fuera bruja, que la diferencia entre ella y los demás
niños del lugar fuera porque la magia corriera por sus venas, pero una vez lo
supo, se sintió feliz y con un poco de miedo por si en el nuevo lugar al que
iba a ir la tratarían de nuevo como a un bicho raro por ser diferente también;
sin embargo, en cuanto llegó a aquel lugar, el Colegio Hogwarts de Magia y
Hechicería, WonYoung se encontró con un recibimiento cálido en cuanto se montó
en el tren de parte de otra chica de primero, YuJin, quien sería la persona que
la ayudaría en su transición del infierno al cielo.
Siete años habían pasado desde aquel
momento y ambas se habían mantenido juntas a pesar de algunas diferencias, a
pesar de algunas peleas estúpidas, compartiendo Casa y habitación durante todo
ese tiempo, estando la una para la otra en los malos y en los buenos momentos.
WonYoung le debía muchísimo a YuJin y adoraba poder estar con ella, la adoraba
a ella en general, adoraba su personalidad vibrante y divertida y sus ideas
locas que las habían metido en algún que otro problema. Adoraba pasar sus días
junto a ella y ahora que estaban a punto de separarse y no iban a poder verse
todos los días porque acababan sus estudios en aquel lugar, WonYoung casi podía
sentirse como cuando tenía once años, encaminándose hacia el infierno de nuevo
porque su vida sin YuJin podría volver a convertirse en un infierno.
De esa forma, WonYoung se acabó dando cuenta de
que lo que sentía por YuJin no se basaba solo en la amistad y el cariño, sino
que había algo mucho más allá, mucho más hondo en su corazón, algo que debía de
ser amor. Ella nunca había sabido lo que era el amor, nunca nadie le había
enseñado lo que era, pero imaginaba que esa opresión que sentía en su pecho
cada vez que pensaba en cómo no iba a poder estar junto a YuJin una vez
acabaran el curso en junio, debía de ser amor. Por ese motivo, por ese miedo a
volver al infierno una vez había conocido el paraíso, WonYoung no se pudo estar
callada y se lo dijo, le dijo a YuJin todo lo que sentía por ella un día
mientras estaban solas en la habitación.
—No me esperaba esta clase de conversación
—comentó YuJin en respuesta, cuando le habló de sus sentimientos—, pero me
alegra un montó que hayas sacado el tema porque yo también pienso que no voy a
poder vivir sin ti… te quiero muchísimo, WonYoung —le dijo, provocando que una
enorme felicidad se instalara en su pecho—. Si me cogen para el entrenamiento
como aurora me darán un pisito, ¿quieres que nos vayamos a vivir juntas?
WonYoung ni siquiera le respondió de
viva voz a aquello, simplemente salió corriendo hacia ella y la abrazó
fuertemente, no queriendo separarse de ella nunca porque era la única con la
que podía sentirse en el cielo.
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