jueves, 4 de julio de 2013

EXO


Capítulo 1
K&M



   Me dolían los brazos una barbaridad, y cuando por fin dejé la última caja sobre la cama, suspiré cansado. Llevaba todo el maldito día acarreando cajas de un lado a otro, la mayoría repletas de libros y apuntes, y me dolía todo el cuerpo, los brazos, mayormente, pero también la espalda. Me dejé caer sobre la cama del que sería el nuevo ocupante que aquella habitación y lo observé mientras guardaba algunas cosas en el armario. Cuando se giró, me sonrió de una manera tan tierna que me hizo olvidar todo el dolor momentáneamente.

   -Todavía no me explico cómo nuestros padres han accedido a esto- murmuró.
   -Mis padres dicen que es lo mejor- contesté- así no pasaré tanto tiempo fuera de casa, y además, esta habitación lleva siglos vacía, mi hermana no viene por aquí, así la maten.
   -Bueno… eso explica una parte- dijo él apartando algunas cosas de la cama y sentándose a mi lado- pero no el por qué no me dejan dormir contigo, Channie.
   -Ah… eso…- sonreí- mi padre dice que no quiere que nos acostemos juntos mientras estemos bajo su techo y para evitarlo, nos aleja- recité las palabras de mi padre, e incluso intenté imitar su tono de voz. BaekHyun se había sonrojado hasta la médula y yo me alcé un poco para agarrarlo y tumbarlo conmigo.
   -¿Por qué todos piensan que estamos liados?- preguntó y yo me encogí de hombros.
   -Supongo que es porque nos llevamos muy bien- iba a pasar mis brazos por su cintura para abrazarlo, pero una voz me quitó las ganas.
   -ChanYeol, BaekHyun, a cenar- gritó mi padre subiendo las escaleras, así que, me aparté de él y suspiré.
   -Vamos a cenar…- murmuré.

-oooOOOooo-

   -¿Cómo os va con el nuevo inquilino?- le pregunté a YiXing, harto de aquel silencio tan incómodo que llevaba entre nosotros, desde que me sacó a rastras de la Residencia, en dirección al centro de Seúl.
   -Lo hemos metido en mi habitación… que es la más grande- me contestó- es agradable, aunque está un poco triste, por eso de haber tenido que dejar a su novio.
   -Ya se le pasará, después de todo, esto no es para siempre- dije y él sonrió.
   -Eso espero, JongDae- respondió y se paró en una esquina, sin avanzar, por lo que yo tuve que retroceder.
   -¿Qué pasa, YiXing?- pregunté- ¿Por qué te paras?- él se sonrojó y bajó su cabeza, avergonzado- cuéntame- pedí y lo oír respirar hondo.
   -Te preguntarás por qué te traje conmigo, ¿no?- dijo y yo asentí- pues… es que… me daba vergüenza… hacer una cosa… solo…- miró en dirección al establecimiento que estaba en esa esquina y me di cuenta que era una farmacia.
   -¿Qué es lo que pasa, YiXing?- dije- ¿no vendrás a pedir pastillas anticonceptivas o algo así?- él negó con la cabeza, pero no dijo nada más- cuenta… no me dejes con la intriga- pedí zarandeándolo por los hombros.
   -Vengo… a… pedir… condones…- su respuesta me dejó con la boca abierta, literalmente.
   -YiXing… creo que hay algo que no me has contado… desembucha…
   -Kevin quiere acostarse conmigo y yo con él, pero para eso necesitamos protección- dijo de corrido y yo abrí todavía más mi boca- listo, si no sé ni siquiera por qué te he pedido que me acompañaras…
   -Ah… no esto… es que me has dejado sorprendido…- murmuré- ¿tú? ¿Kevin?- hice un momento muy descriptivo con mis manos y él las cogió para que dejara de hacerlo.
   -Sí, ¿algún problema?- preguntó entre avergonzado y levemente cabreado por mi actitud.
   -No, ninguno- contesté- vamos a comprar los condones.

-oooOOOooo-

   -¿Te gusta la nueva habitación, Hunnie?- me preguntó mi amigo sentándose en la que a partir de ahora sería mi cama, a mi lado.
   -Es como todas… no tendría por qué gustarme más o menos…- contesté simplemente.
   -Vamos Hunnie- se colocó frente a mí- ¿qué ha sido de esa brillante sonrisa que antes siempre tenías?- me estiró las comisuras de mis labios intentando formar una sonrisa, pero no le salió.
   -Está con LuHan, en el apartamento de los chinos, donde está viviendo ahora- dije alejándome de mi amigo.
   -Vamos Hunnie… por favor, no me ignores ni seas borde conmigo- se volvió a acercar a mí y me dio un abrazo- antes de que llegara LuHan éramos amigos… podemos seguir siéndolo ahora también- me puso cara de pena, y yo no pude resistirme a esbozar una pequeña sonrisa.
   -Soy tu amigo, Jonggie…- él suspiró y se abrazó más fuerte a mí.
   -Ya verás cómo todo esto acabará pronto y podrás estar con LuHan…
   -Eso espero…

-oooOOOooo-

   -Voy a echar de menos el humor de BaekHyun y ChanYeol- murmuré mirando a los tres siesos que tenía delante. Estaba en el apartamento chino, con Tao, LuHan y Kevin. Los cuatro nos mirábamos sin saber qué hacer o qué decir, puesto que estábamos esperando a que llegaran los otros dos para comenzar nuestra primera reunión divididos.
   -Tao- dijo Kevin- llama a YiXing y dile que venga ahora mismo- el chico se volvió hacia él y le señaló su móvil.
   -No tengo saldo- contestó él y Kevin se levantó de su asiento, con una cara de mala hostia impresionante, dirigiéndose a quién sabe dónde.
   -¿Siempre es así?- pregunté y LuHan asintió.
   -Sólo llevo dos semanas viviendo aquí, y te puedo jurar que la única sonrisa que le he visto fue un día, después de follarse a YiXing- dijo el chico y yo me quedé con la boca abierta ante su poca falta de tacto para decir las cosas, bueno, y Tao no sabía dónde esconderse de lo avergonzado que estaba.
   -¿Tú eres así siempre?- le pregunté y él simplemente se encogió de hombros.

-oooOOOooo-

   -¿Seguro que no te has equivocado de dirección?- le pregunté a JunMyeon y él negó con la cabeza.
   -La calle es esta- señaló el papel que tenía en la mano y leí los mismos caracteres que los que estaban en la placa que ponía el nombre de la calle.
   -¿Entonces?
   -No lo sé- murmuró- ChanYeol dijo que estaría a la puerta de su casa para que no nos perdiéramos… oh… allí está- señaló hacia una de las casas, donde estaban ChanYeol y BaekHyun- ¿ves? No estábamos perdidos- dijo y echó a andar hacia ellos, conmigo detrás, ahora celebraríamos nuestra primera reunión siendo sólo seis.

-oooOOOooo-

   Acabábamos de salir de la farmacia, yo rojo a más no poder, y JongDae cachondeándose de mí, cuando comenzó a sonar mi teléfono móvil. Lo cogí y esbocé una sonrisa al ver su nombre en la pantalla. Deslicé el dedo y descolgué la llamada.

   -¿Sí?- pregunté.
   -¿Dónde estás?- preguntó y noté por su voz que estaba un poco cabreado.
   -En el centro, con JongDae- contesté y antes de que empezara a hablar, seguí yo- tranquilo, ya vamos para casa, en un rato llegamos.
   -Os quiero aquí en diez minutos- bufé y él me escuchó al otro lado- ¿tan bien te lo estás pasando con tu amigo que no quieres volver?- pregunto ¿celoso?
   -Ya me agradecerás que haya salido con JongDae cuando llegue el momento…- murmuré- estamos allí en nada- y colgué para girarme hacia mi amigo- corre como el viento si no quieres que Kevin nos calcine- le dije y eché a correr.

-oooOOOooo-

   -Deberíamos tener un líder- propuso KyungSoo una vez estuvimos todos sentados en mi habitación- para saber a quién acudir en caso de que pase algo…
   -Yo, yo, yo, yo- comencé a decir levantando la mano y todos me miraron mal- ¿qué? ¿Por qué no?- BaekHyun me bajó la mano y suspiró.
   -No nos fiamos ni un pelo de ti- dijo y yo puse un puchero.
   -Pero si yo fui el primero en despertar…- murmuré agachando mi cabeza, intentando ponerme triste y darles pena a todos, pero no funcionó.
   -¿Por qué no es el líder el que sea el hyung de todos?- propuso SeHun y todos a mi alrededor asintieron con la cabeza- JongIn y yo somos del 94- dijo.
   -Yo soy del 93- contestó KyungSoo.
   -El inútil este y yo somos del 92- dijo BaekHyun y yo le di un tortazo en el brazo, por llamarme inútil, que él me devolvió al segundo siguiente.
   -Entonces… soy yo el mayor…- murmuró JunMyeon algo resignado- soy del 91.
   -Abuelo- dijimos JongIn y yo a la vez, ganándonos un golpe cada uno de nuestros amigos.
   -Tenemos un buen líder- comentó KyungSoo- JunMyeon hyung es muy responsable.
   -Eso es bueno- escuché murmurar a BaekHyun y fruncí el ceño. ¿Prefería tener a aquel desconocido como líder antes que a mí? Eso no podía ser verdad, él más que nadie, sabía que si yo me ponía serio, podía hacer cualquier cosa.

-oooOOOooo-

   Llegamos al apartamento y nos encontramos con varios tipos de miradas. Las de MinSeok y el tal LuHan, eran de agradecimiento por haber llegado. La de Tao, simplemente de “ah, ya habéis vuelto”. Y la de Kevin, la mirada más terrorífica y penetrante que jamás había sentido sobre mi persona.

   -Ya hemos llegado- dijo YiXing con una sonrisa- ¿para qué era la reunión?
   -Para elegir un líder- contestó Tao y YiXing sonrió más ampliamente.
   -Que lo sea Kevin- propuso- de todas maneras es quién más tiempo lleva con los poderes y alguien capaz de protegernos a todos.
   -Yo te preferiría a ti de líder- murmuré.
   -¿Por qué, JongDae?- preguntó- si yo no tengo madera de líder.
   -Porque eres más accesible- contestó LuHan por mí, ganándose una mirada de odio de Kevin- este tipo da más miedo que confianza.
   -Eso te puede parecer al principio- dijo YiXing- pero luego es… de otra manera- vi a Kevin poner mala cara y levantarse para ir hacia YiXing, yo fui reculando hasta acabar al lado de MinSeok y no pude escuchar lo que le dijo, pero mi amigo se sonrojó.
   -Yo estoy de acuerdo con YiXing- dijo Tao y vi a MinSeok asentir.
   -¿Tú también?- le pregunté extrañado.
   -Sé reconocer a un buen líder cuando lo veo- me contestó- él puede hacerlo- bueno, la verdad es que él tenía planta de líder, pero a mí no me gustaba ni un pelo.
   -Entonces será Kevin nuestro líder- finiquitó YiXing y yo me resigné, al igual que LuHan.
   -Nos volvemos a la Residencia si ya ha terminado todo- dijo MinSeok levantándose- nos vemos otro día- se despidió y tiró de mí hacia la puerta, apenas pude despedirme con un movimiento de cabeza cuando ya habíamos salido del lugar- sé que no te agrada- me dijo ya en el ascensor- pero creo que es lo mejor.
   -Ese tipo no me cae bien- murmuré- pero, de todas maneras, erais mayoría- MinSeok sonrió.
   -Todo estará bien.
   -Ja… ya nada estará bien- susurré para que él no me escuchara.

-oooOOOooo-

   Ya habíamos vuelto de nuevo a la Residencia después de estar en la casa de ChanYeol. Me fui directamente a la ducha y cuando salí, una media hora más tarde, me encontré a mi amigo SeHun, tumbado en su cama, bocabajo e hipando levemente. Volvía a llorar, volvía a llorar por él. Me sentía impotente al no poder hacer nada por la persona a la que más quería.

   -Hunnie…- susurré tumbándome a su lado. Él se movió un poco sobre la cama y se abrazó fuertemente a mí. Suspiré y lo apreté contra mí- todo estará bien…













Vampire Stories


Capítulo 9


   Comenzaba un nuevo día y las chicas fueron a su primera clase, Inglés. Ese día el profesor, Henry, les traía los trabajos que tendrían que hacer y luego exponer, pues de este modo se libraban de hacer los exámenes de determinados temas.

   Los grupos serían de cuatro personas, así que lo tuvieron fácil para estar juntas, y además descubrieron que los chicos en los que ellas se habían fijado también estaban juntos. Al final de la clase, al profesor solo le entregaron una lista donde cada grupo decía los trabajos que preferían hacer para que después este eligiese que trabajo haría cada grupo.

-oooOOOooo-

   Tras la clase de Inglés y tras empezar a comprender que allí no se andaban con chiquitas, ya que era el segundo día que habíamos tenido esa asignatura y ya os estaba mandando un trabajo de aúpa, me dirigí a la clase que ahora me tocaba a mí sola. El primer día estaba nerviosa, angustiada, pero tras ver al profesor buenorro y que había varios muchachos de buen ver, incluido el del culo bonito, el tal DaeHyun, se me quitó todo y ahora me dirigía allí, dispuesta a darle al ojillo y a insinuarme a unos pocos.

   Entré a la clase y me senté en la primera fila, como en la clase anterior, ya que no me pondría atrás ni de coña en esa asignatura. Si quería apreciar bien al portento del profesor y quedarme embelesada con su bonita voz, el mejor sitio era aquel. Miré a mi alrededor y vi que a mi lado se encontraba la misma chica del día anterior y como había tiempo antes de que llegara el profesor y no podía estar callada, hablé con ella.



   -Hola- dije- mi nombre es Ana- me presenté y ella me sonrió.
   -Yo soy Song Qian- contestó con una sonrisa encantadora- aunque mis amigos me llaman Victoria.
   -¿Yo puedo llamarte Victoria?- pregunté y ella asintió.
   -Por supuesto- y le sonreí.

   Nuestra conversación acabó ahí, debido a que el profesor entró por la puerta y básicamente me quedé un poco embobada con él, aun así, noté como el chico del culo bonito entraba y se sentaba lo más alejado de todos, como había hecho en la clase de Historia el día anterior con sus amigos.

   -Bien, comencemos la clase- dijo el profesor, que hoy vestía todo sexy con una camisa color negro que alteraba todos mis sentidos.

   Y la clase comenzó y yo esta vez, estuve intentando prestar un poco de atención, aunque fuera solo un poquito, y aunque me costó mil vidas, acabé consiguiéndolo. Nos habló sobre los orígenes de la música y nos dio un breve repaso por toda la historia de esta hasta llegar a nuestros días. Cuando tocó el timbre que anunciaba el final de las clases, se despidió y todos comenzamos a guardar nuestras cosas.

   -Me alegra haberte conocido- me dijo Victoria levantándose- me gustaría que fuéramos grandes amigas.
   -Dalo por hecho- le contesté y ella se fue, saltándole a la espalda a un chico muy alto y moreno con unos ojos penetrantes que me quitaron la respiración. La próxima vez le pediría que me lo presentara.



   Continué guardando mis cosas, intentando no pensar en que estaba rodeada de chicos guapos para no desconcentrarme y poder cerrar el mini-estuche que utilizaba. Pero eso era tarea imposible, incluso para mí, la viciada del Tetris, porque tanto hombre junto no me dejaba pensar con claridad la mejor estrategia. Por eso, mi goma de borrar salió volando hacia cualquier parte y maldije por lo bajo.

   Recorrí la clase con la mirada en busca de mi goma pero no la vi, bueno, prácticamente me la comí, porque la tenía justo enfrente de mis narices, posada sobre la palma de una mano fuerte, pero a la vez delicada. Alcé mi vista y vi a DaeHyun, mirándome con molestia.

   -Gansamida- murmuré y cogí la goma.

   En el momento en el que mi piel entró en contacto con la suya un escalofrío recorrió mi columna vertebral y el vello de los brazos se me erizó. Mi cuerpo me decía que él era una persona peligrosa, que debía huir, escapar y alejarme lo más que me fuera posible de él. Lejos de su alcance, lejos de su influencia, lejos, muy lejos.

-oooOOOooo-

   -*¡Me voy!- exclamé para que las chicas me oyeran.
   -*¿A dónde vas?- preguntó Lorena.
   -*Voy a dar un paseo- contesté.
   -*¿Y para dar un paseo necesitas esa mochila cargada hasta los topes?- salió diciendo Lourdes del salón en dirección a la cocina.
   -*Sí, y de paso voy buscando un lugar tranquilo para estudiar- dije- bueno, hasta ahora.
   -*Chao- dijeron Lorena y Lourdes al unísono.

   Estuve dando vueltas por los alrededores del barrio en busca de un lugar tranquilo y donde no hubiese mucha gente, pero no lo encontré. Así que me alejé un poco más, pasando por un par de plazas de la ciudad y cogiendo un bus en dirección norte, para llegar finalmente a un gran parque.

   Había escuchado hablar a muchos alumnos de la universidad de este parque y ahora entendía el por qué.

   Entré por una puerta principal de hierro forjado y después le seguía una fila de arbustos tallados en forma de arco de unos dos o dos metros y medio. Aquello parecía de cuento. Después el camino que estaba pisando se abrió en dos bifurcaciones: uno para la derecha y otro para la izquierda. No supe cual escoger, ya que los dos caminos eran iguales (los dos tenían a sus alrededores grandes hileras de pinos). Me decanté por el de la izquierda. Seguí el caminito y éste me llevó hasta un lugar muy abierto, con pequeñas colinas de césped, y más allá se podía divisar un gran estanque con cisnes, patos y otros pájaros que estaban bebiendo en él.

   Elegí un lugar para sentarme y una vez sentada debajo de un árbol, en el suave y fresco césped, inhalé un poco de aire y me mentalicé para estudiar lo que había dado ese día.

   A esas horas el parque estaba medio vacío. Había de vez en cuando una pareja paseando por el borde del estanque mirando los patos y charlando. A partir de las siete más o menos empezaron a venir más gente, sobre todo jóvenes. Vi algunos chicos que iban a las mismas clases que yo. Eran un poco raritos, porque al llegar estaban todos muy juntos hablando y riendo y cuando llegaron al estanque se dividieron por grupitos.

   Cerré mis libros y los guardé dentro de mi mochila. Miré un poco más el paisaje que me rodeaba. Todo era muy verde y muy colorido con distintas flores. Me levanté de mi lugar y decidí explorar un poco más aquel grandioso parque.

   Tiré por el otro camino que me faltaba. Por aquel también daba al estanque, pero por la otra orilla, donde había bares, servicios, puestos de helados, un pequeño parquecito para los niños pequeños, un puesto de barcas para aquellos que quisieran navegar por el lago, una pequeña farmacia (supongo que estaba allí por si hubiese alguna emergencia), áreas que estaban un poco más escondidas, supongo que era para los enamorados; puentes por donde pasear, pequeños bosquecillos que hacían sombra y donde la gente solía tumbarse a leer libros, pasear y jugar con sus mascotas o simplemente pasar el día sin hacer nada. También pude ver una gran fuente sobre una gran y ancha balsa de agua de poca profundidad.

   Entré en el bar para pedir una botella de agua y luego salí. Mi mochila, además de un poco vieja, pesaba demasiado, y creía que de un momento a otro se me iba a romper por la parte de abajo. Volví a colocármela por enésima vez bien en el hombro y proseguí mi marcha hacia la salida del parque.

   A pocos metros de la boca del camino, mi mochila venció y se rompió por la parte de abajo, esparciendo todos mis libros, libretas y mi estuche por el arenoso suelo.

   -*“¡Qué vergüenza!”- dije para mis adentros y sonrojada.

   Me agaché para recoger todo lo que se me había caído. Nadie vino a ayudarme a pesar de que estaban todos mirando y pasando por mi lado murmurando.

   Pero de repente, alguien se agachó y se ofreció a ayudarme. Alcé la mirada y vi a un chico esbelto, con el pelo castaño, casi chocolate, al igual que sus ojos. Era Lee MinHyuk. Mi salvador y el chico que nunca hablaba con casi nadie, excepto con sus amigos y algunos profesores.

   Muchas veces le había visto sonreír, y tenía una sonrisa bonita. Bonita no, maravillosa, propia de un dios. Me había preguntado muchas veces si este tipo de chico existía. Y por lo que estaba viendo sí; ¿o era un sueño?

   Mientras me ayudaba a recoger las cosas me miró a los ojos y me dijo:

   -Hola, soy Lee MinHyuk, la otra vez no pude presentarme tenía un poco de prisa.
   -Hola, yo soy Inma- le contesté- encantada de conocerte y gracias por ayudarme a recoger.
   -De nada. Aquí la gente no suele ayudar mucho, les gusta más mirar que dar un poco de caridad.
   -Ya lo he notado- dije bajando la mirada.
   -¿Por qué no lo guardas en la mochila en vez de llevártelo en las manos?- me preguntó al ver que sujetaba todos mis libros contra mi pecho.
   -Mi mochila se ha roto por abajo- dije sonrojándome.
   -Entonces, te acompañaré hasta casa, una dama no debe cargar tantas cosas, y menos con esos brazos tan delgaditos y frágiles- dijo con una gran sonrisa. Me recorrió un escalofrío por la espalda cuando dijo eso.

   Salimos del parque y cogimos el mismo bus que había cogido yo para la ida. Me sentía un poco cohibida sentada a su lado y encima no daba mucha conversación, y cada vez que le dirigía la palabra sentía como si fuese a meter la pata de un momento a otro.

   Cuando bajamos del bus nos dirigimos hacia mi apartamento. Yo a su lado parecía su hermana pequeña; me sacaba como dos cabezas más o menos.

   -Hablas muy poco- dijo de repente.
   -Mira quien fue a hablar- dije con la mirada pegada al suelo.
   -También tengo parte de culpa, lo siento- se disculpó amablemente- ¿Vas a hacer algo este fin de semana?
   -No gran cosa- contesté- hacer la tarea, ayudar a limpiar el apartamento y quizás leer un libro.
   -Qué interesante- dijo mirándome, aun sonriendo. Esa sonrisa me iba a matar antes de llegar a casa- lo preguntaba por si querías ir al cine o a tomar algún refresco si te apetece.
   -Claro, me encantaría- dije con una sonrisa tímida.
   -Ya te diré la hora y dónde quedaremos, ¿vale?
   -De acuerdo.

   Llegamos al bloque de apartamentos. Me acompañó hasta la propia puerta.

   -Dame los libros mientras abres la puerta- se ofreció MinHyuk.
   -Toma, gracias- dije mientras le dejaba los libros sobre sus musculosos brazos. Introduje la clave y por fin se abrió la puerta. Le ofrecí entrar- aquí está mi habitación- dije mientras abría la puerta- Puedes dejarlos en el escritorio- dejó los libros sobre mi escritorio y luego le echó un vistazo a todo su alrededor. Le veía un poco tenso, pero lo disimulaba muy bien- siento si está un poco desordenado, es que no me ha dado tiempo a colocar todo en su lugar- dije disculpándome.
   -No pasa nada, mi habitación esta igual o peor que la tuya- se rio a carcajadas. No sé si por mi expresión o porque se estaba acordando del desorden de su cuarto- bueno, es hora de que me vaya a casa- dijo- no debería estar aquí- murmuró y salió rápidamente de la estancia en dirección a la salida.
   -¡Espera!- dije corriendo tras de él, pero cuando salí al pasillo MinHyuk había salido de casa más rápido que un rayo y estuve en medio del pasillo plantada pensando en lo que había pasado.

   ¿Por qué se ha ido tan rápido? ¿Y ese comportamiento tan repentino? ¿Y ahora que había hecho? ¿Era por el desorden de mi habitación? ¿Por qué estaba tan tenso? ¿Qué era lo que le ponía nervioso? ¿Por qué se inquietaba tanto? Quizás no le caigo tan bien como pensaba. Pensé para mis adentros. Ya había ocurrido dos veces, en la cafetería, el primer encuentro, y ahora en mi casa. ¿Qué le pasaba a ese chico? Quizás era bipolar o tenía un trastorno de personalidad, o a lo mejor era como Superman, tenía súper poderes y podía oír a la gente que estaba en peligro y su deber era ir a salvarlas. Yo que sé, pero me mosqueaba mucho que se fuera de esa manera.

-oooOOOooo-

   Después de que Inma se fuera a Dios sabe dónde a estar tranquila y de dejar a Ana en casa, Lorena y Lourdes fueron a comprar los materiales que CAP les había dicho que debían llevar para la siguiente clase.

-oooOOOooo-

   Lorena y yo decidimos ir a comprar esa misma tarde todo lo que íbamos a necesitar en nuestras clases de arte, así que fuimos al centro comercial más cercano. Al llegar allí creímos ver a ChanHee y ByungHun así que intentamos ir donde ellos estaban, pero cuando llegamos a ese lugar, ya habían desaparecido.

   Seguimos buscándolos durante un rato más, pero los chicos no estaban. Quizá ya habían comprado todo lo que  necesitaban y ya se habían ido, así que, al final, solo compramos lo que necesitábamos y nos fuimos. Habíamos perdido mucho tiempo buscándolos y si no llegábamos pronto las chicas comenzarían a preocuparse, así que decidimos ir por un callejón para recortar camino.

   Iba hablando tranquilamente con Lorena cuando vi que un hombre con muy mala pinta se acercaba a nosotras. Algo dentro de mí me decía que era peligroso, así que cogí a Lorena y la puse a mi otro lado para que no se cruzara con el hombre.

   Al pasar por su lado noté cómo me cogió del brazo. Yo lo aparté, pero él volvió a intentar cogerme. Entonces, de la nada, una mano lo detuvo y alguien se colocó delante de Lorena con el brazo extendido hacia mí. Giré la cara para ver quién era la persona que estaba agarrando al tipo ese y me llevé una gran sorpresa.

   -*¿ChanHee? ¿Qué haces aquí?- murmuré, más para mí que para los demás- y este es...
   -*ByungHun...- escuché decir a Lore en un susurro. Ah sí, el que la cogió cuando se cayó de las escaleras en la Biblioteca.
   -¿Estás bien?- me preguntó ChanHee mirándome fijamente. Su voz tenía un leve toque de preocupación.
   -Sí- respondí con un poco de miedo en mi voz, aunque me sentí más segura cuándo vi que era él el que nos estaba ayudando. Noté como se tranquilizó un poco, pero seguía sin soltar ni una pizca el agarre.
   -Será mejor que te vayas, a no ser que quieras que llamemos a la policía- dijo ByungHun a aquel tío. Miré al tipo y vi que tenía una cara de completo terror.
   -*“¿Tanto le asusta la policía?”- pensé extrañada.

   ChanHee le soltó y el tipo salió corriendo  como si hubiese visto al mismísimo Drácula. Yo aún estaba en estado de shock cuando lo vi salir corriendo.

   -¿Estás bien?- preguntó ByungHun girándose y mirando a Lorena a la cara.
   -Sí- contestó ella en un susurro.
   -¿Te ha hecho algo?- me preguntó ChanHee cogiéndome del brazo mirando a ver si tenía alguna marca.
   -No tengo nada, de verdad- respondí- sólo me agarró y me solté rápido. Ambos chicos soltaron el aire que llevaban aguantando desde hace rato.
   -Deberíais iros a casa- dijo ByungHun sin apartar la vista de Lore - e ir por sitios más iluminados.
   -Las acompañaremos- propuso ChanHee- no creo que les importe si las hemos ayudado. ByungHun solo asintió y ambos comenzaron a caminar-vamos- aunque casi sonó como una orden cómo lo dijo, ambas nos pusimos en marcha.

   Cuando salimos del callejón nosotras íbamos delante sin decir nada. Aún no habíamos procesado lo ocurrido y ellos también iban en silencio.

-oooOOOooo-

   Lou y yo salimos de centro comercial ya con todo comprado. Con la tontería de buscar a los chicos perdimos mucho tiempo y al salir se nos hizo tarde así que decidimos cortar camino yendo por un callejón.

   Íbamos tranquilamente hablando cuando de pronto Lou me coge y me cambia de lado. Me quedé pillada porque no entendía a qué venía eso, pero al mirar al frente vi como un tipo con muy mala pinta se acercaba hacia nosotras.
El padre de Lou es policía, y ella parecía haber heredado ese instinto de poli de él. Nosotras decimos que es nuestra “guarda espaldas personal” ya que siempre está cuidando de nosotras, más que nada porque es la mayor.

   No le di mucha importancia al hombre, pues estoy acostumbrada a ver borrachos por las calles, pero Lou parecía tensa.

   Al pasar por nuestro lado este cogió el brazo de Lou pero lo apartó de un manotazo. Entonces este intentó volver a agarrarla, pero de pronto alguien le agarró fuertemente el brazo al hombre y otra persona se colocó justo delante de nosotras, como haciendo de “escudo humano”.

   Yo estaba detrás de Lou agarrándome fuertemente de su brazo. Estaba aterrada. Este tipo de situaciones me ponían muy nerviosa. Siempre he sido una persona muy tranquila y que nunca se enfada, así que cuando cosas de este tipo ocurren, me altero de sobremanera.

   -*¿ChanHee? ¿Qué haces aquí?- oí como preguntaba Lou en un murmullo- y este es...- entonces miré a la persona que estaba justo delante de mí con el brazo extendido hacia mi amiga.
   -ByungHun...- dije en apenas un susurro a causa del miedo y la confusión.
   -¿Estás bien?- preguntó el chico que estaba agarrando la mano del hombre a Lou.
   -Sí- respondió ella.
   -Será mejor que te vayas, a no ser que quieras que llamemos a la policía- le dijo ByungHun al hombre. Al tener su cuerpo tan cerca del mío podía sentir como todo este estaba realmente tenso, como si se estuviese conteniendo la rabia.

   En ese momento ChanHee soltó la mano del hombre y este salió corriendo. Lo supe por el ruido que hacían sus pies al correr, pues yo, al ser más bajita que Lou y ByungHun, estos me tapaban por completo mi campo de visión y no podía ver nada de lo que ocurría ante mí.

   -¿Estáis bien?- preguntó ByungHun girándose y mirándome directamente a los ojos, como esperando encontrar la verdad en ellos.
   -Sí- respondí de nuevo en un susurro. El miedo seguía apoderándose de mi cuerpo y no conseguía que las palabras salieran de mi boca. Aunque su presencia hacía que me sintiese extrañamente segura.
   -¿Te ha hecho algo?- le preguntó esta vez ChanHee a Lou cogiéndola del brazo y mirando a ver si tenía algo. Parecía realmente preocupado.
   -No tengo nada, de verdad, sólo me agarró y me solté rápido- respondió ella. Entonces ambos chicos soltaron el aire que parecía habían estado aguantando.
   -Deberíais iros a casa, e ir por sitios más iluminados- nos aconsejó el rubio sin apartar la mirada de mí ni un solo momento.
   -Las vamos a acompañar- dijo esta vez el pelirrojo- no creo que les importe si las hemos ayudado. El chico rubio asintió y ambos comenzaron a caminar.
   -Vamos- dijo ChanHee con tono autoritario e inmediatamente las dos nos pusimos en marcha.

   Íbamos justo delante de ellos, sin decir nadie una sola palabra. Yo aún tenía el miedo dentro del cuerpo así que seguía agarrada fuertemente a Lou, pues temía que si me soltaba, mis piernas me fallarían y me caería al suelo.
   Por su parte los chicos nos seguían de cerca, como si fuesen nuestras sombras. En parte me sentía aliviada porque sabía que ahora no nos pasaría nada, pero por otra parte mi instinto me alertaba de que estos chicos tenían algo raro...

-oooOOOooo-

   Esta tarde me tocaba a mí ir a trabajar a la tienda. Lorena y yo nos habíamos repartido los días para así poder tener algo de tiempo libre y también porque yo quería pasarme varios días a la semana sola con aquel muchacho buenorro que siempre estaba allí, YiXing… o Lay, como me había dicho que lo llamara. Después de tanto tiempo trabajando juntos nos habíamos hecho amigos y todo, y hablábamos de mil y una cosas mientras la tienda estaba vacía. Pasaría un rato agradable con él y así olvidaría esa sensación de peligro que se había instalado e mi cuerpo desde la mañana y que no podía quitarme de la cabeza.

-oooOOOooo-

   En los 10 minutos que tardaron en llegar a su casa ninguno habló, las chicas aún estaban un tanto asustadas y ellos algo alterados. Se pararon en la puerta cuando llegaron al piso.

   -Gracias, pero ¿cómo llegasteis tan rápido?- preguntó Lourdes. Ella no había estado callada durante el camino sólo por el miedo, sino más bien porque no le cuadraba que ellos hubieran llegado tan rápido cuando no estaban cerca.
   -¿Cómo? - preguntó ByungHun mirando a ChanHee.
   -Me habéis odio perfectamente- insistió.
   -Estábamos cerca y cuando vimos sus intenciones solo nos acercamos- explicó ByungHun.
   -Mentira, no estabais allí, no os vi venir, simplemente aparecisteis de la nada.
   -No digas tonterías, claro que estábamos allí- decía ByungHun poniéndose cada vez más nervioso y alzando la voz.
   -Dejadlo ya- dijo ChanHee, que casi no había dicho nada. Solo se había mantenido al margen mientras Lourdes y ByungHun se gritaban- si no vas a creernos mejor intenta averiguarlo por ti misma, investiga y cuando creas que es lo que ha pasado, házmelo saber.
   -ChunJi, ¿qué dices?- lo miró inquisitivamente ByungHun.
   -¿ChunJi?- preguntó Lourdes- ¿no era ChanHee?
   -Sí, pero mis amigos me llaman ChunJi- dijo sonriendo y mostrando todos sus dientes- Byun también tiene uno, nosotros le llamamos L.Joe o simplemente Joe- contó- podéis llamarnos así, si queréis.
   -¿Ya somos amigos?- preguntó Lourdes alzando una ceja.
   -¿Por qué no? ¿No queréis?
   -¿Estás seguro? ¿Ya olvidaste el pacto?- le preguntó L.Joe- esto no solo te afectará a ti, caeríamos todos.
   -No pasará nada, ¿acaso vosotros no estáis igual que yo?
   -¿Tanto se nos nota?
   -Lo mismo que a mí, ¿no?

   Los chicos mantenían un diálogo del que las chicas no entendían nada, al menos por el momento.

   -¿Qué es lo que se os nota?- preguntó Lorena.
   -Nada, son cosas de chicos- dijo L.Joe.
   -Nosotros nos vamos, así que deberíais entrar, es tarde- dijo ChunJi o más bien ordenó.
   -Está bien, ¿mañana nos veremos?- preguntó Lourdes.
   -Claro, nos vemos mañana en clase- dijo ChunJi.
   -Adiós Lorena, hasta mañana- se despidió L.Joe.
   -Adiós- dijo algo tímida. Los chicos se dieron la vuelta y se marcharon.

   Cuando los perdieron de vista las chicas entraron en casa y al cerrar la puerta se derrumbaron en la entrada. Realmente no sabían cómo habían conseguido sobrevivir a todo.








martes, 2 de julio de 2013

Tear Drops


Tear Drops

   Lágrimas. Lágrimas eran lo que abandonaban sus ojos y recorrían sus mejillas siempre que ellos se iban, siempre que ÉL se iba. SeHun lloraba y lloraba porque echaba de menos al que era su mejor amigo a ojos de todo el mundo, pero que los miembros sabíamos que eran algo más. Por parte de SeHun, LuHan era su todo, su razón de vivir, en cambio, por parte de LuHan, SeHun era un hueco donde meterlas cuando estaba en Corea y no tenía a sus putas favoritas a su alcance.

   Yo lo sabía, y todos lo sabíamos, todos menos él, porque ninguno de nosotros ha querido romperle el corazón, ni siquiera, JongIn, su mejor amigo. Pero la verdad, es que cada vez que lo veo llorar, se me encoge el corazón, porque por quien llora, a quien echa de menos, no se lo merece.

   A veces me entran ganas de contárselo todo en una de sus llantinas, pero sé que le hará mucho daño, por lo que me conformo con estar a su lado en esos momentos. Servirle de paño de lágrimas y callar, callar que LuHan es un hijo de puta, callar que él es tonto por no darse cuenta, callar cada una de las palabras de amor que pugnan a cada momento con salir de mis labios y echarlo todo a perder.

   -Hyung…- lo escuché susurrar entre mis brazos e hice un ruidito de inconformidad.
   -¿Cuántas veces te he dicho que no me llames hyung?- le dije y él asintió levemente contra mi pecho.
   -Perdona… ChanYeol… la costumbre…- sonreí.
   -No importa… ¿qué querías?- él alzó un poco su cabeza para mirarme.
   -Quería decir… que… bueno, gracias… por estar siempre aquí… cada vez que… necesito llorar…- murmuró y yo borré mi sonrisa unos instantes, para luego intentar mantenerla y que él no se diera cuenta de nada- odio tener que separarme de él por tanto tiempo… odio que LuHan se tenga que ir…- algo se removió en mi interior, creo que fue mi corazón, que por primera vez, aceptó lo que ya llevaba tiempo sabiendo, que nunca iba a poder ocupar el lugar que LuHan ocupaba en la vida de SeHun. Nunca.
   -Ya… pequeño…- lo abracé más fuerte contra mí para que no viera la única lágrima que salió de mi ojo y surcó mi rostro hasta acabar enterrada en su pelo- a todos nos duele perder lo que queremos, duele… duele mucho…- noté sus brazos pasar por mi cintura y apretarme más fuerte a él.
   -También… quería que… supieras que… ya lo sé todo…- di un respingo al notar su aliento contra mi cuello- sé que LuHan me utiliza… pero no puedo dejar de quererlo…- se atragantó un poco con sus lágrimas- lo amo demasiado…- noté cómo mi corazón se rompía en pedazos de una manera figurada y también real- sé lo que sientes por mí… pero no puedo corresponderte…- los pedazos cayeron al suelo con un ruido sordo- por ahora… no puedo corresponderte… pero quiero… intentarlo…
   -No quiero forzarte a nada…- él negó entre mis brazos.
   -No me fuerzas… quiero olvidarlo… ayúdame a olvidarlo… ChanYeol…



Butterfly


Butterfly


   Él era como una mariposa. Era estilizado y alto, era dulce, aun con su voz grave. Era jovial, amable, era hermoso y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás. Era una mariposa porque era bello, porque era delicado y porque a pesar de que muchos pudieran mal pensar de él, él era mi todo, mi mariposa, la persona que amaba. Y yo… yo era una oruga pequeña, arrugada y fea.

   -KyungSoo…- me llamó él con su voz ronca, intentando sonar meloso, pero no le salió, aun así, yo le sonreí.
   -Dime Channie…- contesté.
   -Quiero que vengas conmigo a un sitio- dijo mostrándome una gran sonrisa, pero yo negué con la cabeza, aunque tenía muchísimas ganas de ir con él.
   -No puedo, cariño, sabes que no puedo- fue lo que dije y su brillante sonrisa se apagó un poco- oh, por favor, no me gusta verte triste- puse mis manos en su rostro- estás mucho más guapo cuando sonríes, feliz.
   -¿Por qué?- preguntó haciendo un puchero.
   -Tengo que ensayar con BaekHyun- contesté- la canción del debut no la cantará solo él, somos ambos, así que…- me justifiqué.
   -Baek lo entenderá- dijo- es mi amigo y lo puedo comprar- sonreí- anda, déjalo por unas horas y vente conmigo un ratito- suspiré, pero después de un rato acacé por asentir- no te arrepentirás- comentó extendiendo su gran sonrisa para mí.
   -Eso espero.

   Me sacó de la habitación que compartía con JongIn y aprovechando que todavía no habíamos salido en ningún teaser, salimos a la calle si miedo a que nos reconocieran, como ya les pasaba a ZiTao y a JongIn. Caminamos por la nieve, agarrados de la mano y más tapados que un esquimal por el frío que hacía allí fuera.

   Caminamos un buen rato, sonriéndonos felices, pero yo a la vez estaba un poco triste, porque ya no podríamos estar juntos tan abiertamente, y eso me dolía. Pero estaba con ChanYeol, y en casa, ya podríamos estar todo lo juntos que quisiéramos. Solo tendríamos que echar a JongIn o a BaekHyun de la habitación a patadas, y listo.

   Mientras estaba sumido en mis pensamientos, habíamos llegado a un parque. Muchos niños jugaban con la nieve y también se montaban en los columpios y demás cacharros, haciendo caso omiso a sus preocupados padres. Sonreí.

   -Qué bonita estampa- comenté. ChanYeol me miró y sonrió por encima de su bufanda.
   -Sí, pero no era eso lo que quería enseñarte- dijo y yo lo miré extrañado- ya verás- agarró firmemente mi mano y tiró de mí hasta que llegamos a un árbol, donde se paró.
   -¿Un árbol era lo que me querías enseñar?- pregunté alzando una ceja, incrédulo, pero él negó- ¿entonces?
   -Fíjate bien allí- señaló un lugar y pude ver lo que él quería que viera. Había un pequeño gusano de seda que ese estaba envolviendo lentamente en su capullo. Miré a ChanYeol y sonreí- como me llamas mariposa, pensé que esto te gustaría- comentó.
   -Me gusta mucho- murmuré feliz.
   -Dentro de una semana se convertirá en una bonita mariposa- susurró en mi oído- ¿te gustaría venir conmigo a verlo?- asentí con una gran sonrisa y él me dio un beso en la mejilla- tú piensas que yo soy una hermosa mariposa y que tú eres una oruga- comentó- pero es al revés… tú eres mi hermosa mariposa.



lunes, 1 de julio de 2013

When an Angel Lies


When an Angel Lies


   Cuando un ángel miente, es que todo está mal, fuera de lugar y no tiene más remedio que hacerlo. Cuando un ángel miente significa que por dentro está quebrado y ya no le importa ir al Infierno por mentir. Cuando un ángel miente todo se ha perdido ya.

   -¿Estás bien?- preguntó KangIn acercándose a él tras salir del escenario, pero no obtuvo respuesta- ¿hyung?- le puso una mano en el hombro y el otro por fin reaccionó, algo asustado porque no se esperaba a nadie con él, y menos que lo tocaran- ¿estás bien?- volvió a preguntar, preocupado, pero obtuvo una gran sonrisa como respuesta, aunque sus ojos castaños reflejaban otra cosa.
   -Claro que estoy bien- dijo- ¿qué te hace pensar otra cosa?- preguntó intentando no mostrar cómo se sentía por dentro.
   -No sé… parecías distraído allí arriba- contestó KangIn y obtuvo un fruncimiento de labios del otro.
   -Tengo demasiadas cosas en la cabeza- respondió- ya sabes, cómo soy el líder, me tengo que saber la agenda de todos, todos los días y arreglar los desajustes que haya en cualquier sitio.
   -Ya… pero nunca antes habías estado así- llevó una mano al rostro de su hyung distraídamente y le acarició la mejilla levemente.
   -No dormí muy bien anoche…- contestó alejándose del chico y poniendo una sonrisa cansada.
   -¿Cuándo terminas tu agenda?- le preguntó a su hyung y éste repasó en su mente todo lo que ya había hecho.
   -Ahora- dijo LeeTeuk y el menor sonrió.
   -Yo también- contestó- ahora te llevaré a casa, te haré una buena sopa caliente y te arroparé para que duermas bien- y tras esto, se fue a cambiarse esa estridente ropa de los escenarios y dejó a su hyung, quien bajó la comisura de sus labios hasta que paró de verse su hoyuelo.

   Aunque KangIn lo hiciera con la mejor intención, todo aquello hacía que a LeeTeuk le doliera más, porque era la presencia del otro, lo que lo tenía así, o su inminente no presencia. KangIn pronto no iba a estar a su lado.

   Cuando un  par de horas después, ya en casa, y tras haber cenado una sopa caliente, ambos se encontraban en la cama del líder. KangIn había insistido en que se quedaría más tranquilo si sabía que dormía bien y LeeTeuk no había podido negarse. Por eso se encontraba ahora abrazado por la espalda y sintiendo un cálido aliento en su nuca.

   Debería ser capaz de dormir en aquellas circunstancias, pero no podía, su corazón martilleaba ensordecedoramente contra sus costillas al sentir aquella presencia tras de sí y estaba en tensión aun con aquellos cálidos y reconfortantes brazos rodeándolo.

   -¿No puedes dormir?- escuchó preguntar a KangIn en su oído.
   -No…- susurró y el menor lo atrajo más hacia sí.
   -¿Mejor?- preguntó y LeeTeuk asintió mientras una solitaria lágrima descendía por su mejilla- ¿estás bien?
   -Sí…- mintió y sintió cómo algo moría en su interior, porque cuando un ángel miente, se va consumiendo lentamente.
   -Vale…- susurró KangIn y poco después, se quedó dormido, pensando en qué hacer para volver a ver la sonrisa de su hyung.

   Los días pasaban y LeeTeuk cada día estaba peor. Apenas atendía a lo que se le decía, no sonreía y casi siempre estaba en su mundo, parecía más YeSung que el líder de Super Junior al que todos respetaban y que todos apreciaban.

   Cada vez que se le hacía la pregunta: “¿estás bien, hyung?”, él asentía y ponía una sonrisa falsa, para después darse la vuelta e ignorarlos a todos, volviendo a su mundo.

   -¿Hyung?- llamó KangIn. Ya había pasado un mes desde que el líder estaba mal y eso hacía infeliz al menor.
   -¿Sí?- contestó el líder intentando aparentar normalidad.
   -¿Estás bien?- preguntó por millonésima vez.
   -Claro- LeeTeuk esbozó una sonrisa, pero no convenció para nada al menor.
   -No me mientas- dijo KangIn- no me mientas a mí, no te mientas a ti- se acercó y lo abrazó por los hombros- no nos mientas a todos y deja salir todo aquello que te preocupa- el líder se dejó abrazar, sintiendo la calidez de aquel cuerpo y grabándola en su mente, pero no dijo nada- vamos… sabes que por muy malo que sea nunca dejaré de estar a tu lado.
   -Dentro de unas semanas ya no estarás a mi lado- susurró LeeTeuk.
   -Físicamente- rectificó el otro- no estaré físicamente, pero aun así, estaré contigo- se separó un poco para mirar los ojos de su líder- estaré en todo lo que hagas, porque dejaré tantas cosas aquí mías que nada más dar un paso en cualquier dirección, me encontrarás y sabrás que estoy aquí- el mayor sonrío sinceramente por primera vez en más de un mes- y ahora… cuéntame…
   -No quiero que te vayas…
   -Es mi deber- contestó- pero… ¿eso es lo que te preocupa?- el líder asintió y dejó de notar cómo el peso que sentía sobre sus hombros se aligeraba un poco- otra vez mintiendo…- murmuró KangIn.
   -Es la verdad… es porque te vas…
   -Y por algo más… ¿qué es ese algo?- LeeTeuk se mordió su labio inferiror con nerviosismo.
   -Si te lo cuento me odiarás- dijo al final y el menor sonrió.
   -¿Quién podría odiarte?- tocó su nariz con la suya- nadie puede odiarte, eres un encanto.
   -Te quiero.
   -Y yo a ti.
   -No de esa manera- KangIn se quedó callado unos segundos, pero luego su sonrisa se hizo más amplia.
   -Yo tampoco- el líder no supo que decir, pero se abrazó fuertemente a su dongsaeng- ¿era esto lo que te tenía preocupado?- el mayor asintió contra su hombro, siendo sincero por primera vez- babo- LeeTeuk sonrió y sintió como todo lo que lo había estado consumiendo por dentro, lo abandonaba poco a poco- no deberías mentir… hyung… cuando un ángel miente… provoca que los demás se preocupen por él…