jueves, 4 de julio de 2013

Vampire Stories


Capítulo 9


   Comenzaba un nuevo día y las chicas fueron a su primera clase, Inglés. Ese día el profesor, Henry, les traía los trabajos que tendrían que hacer y luego exponer, pues de este modo se libraban de hacer los exámenes de determinados temas.

   Los grupos serían de cuatro personas, así que lo tuvieron fácil para estar juntas, y además descubrieron que los chicos en los que ellas se habían fijado también estaban juntos. Al final de la clase, al profesor solo le entregaron una lista donde cada grupo decía los trabajos que preferían hacer para que después este eligiese que trabajo haría cada grupo.

-oooOOOooo-

   Tras la clase de Inglés y tras empezar a comprender que allí no se andaban con chiquitas, ya que era el segundo día que habíamos tenido esa asignatura y ya os estaba mandando un trabajo de aúpa, me dirigí a la clase que ahora me tocaba a mí sola. El primer día estaba nerviosa, angustiada, pero tras ver al profesor buenorro y que había varios muchachos de buen ver, incluido el del culo bonito, el tal DaeHyun, se me quitó todo y ahora me dirigía allí, dispuesta a darle al ojillo y a insinuarme a unos pocos.

   Entré a la clase y me senté en la primera fila, como en la clase anterior, ya que no me pondría atrás ni de coña en esa asignatura. Si quería apreciar bien al portento del profesor y quedarme embelesada con su bonita voz, el mejor sitio era aquel. Miré a mi alrededor y vi que a mi lado se encontraba la misma chica del día anterior y como había tiempo antes de que llegara el profesor y no podía estar callada, hablé con ella.



   -Hola- dije- mi nombre es Ana- me presenté y ella me sonrió.
   -Yo soy Song Qian- contestó con una sonrisa encantadora- aunque mis amigos me llaman Victoria.
   -¿Yo puedo llamarte Victoria?- pregunté y ella asintió.
   -Por supuesto- y le sonreí.

   Nuestra conversación acabó ahí, debido a que el profesor entró por la puerta y básicamente me quedé un poco embobada con él, aun así, noté como el chico del culo bonito entraba y se sentaba lo más alejado de todos, como había hecho en la clase de Historia el día anterior con sus amigos.

   -Bien, comencemos la clase- dijo el profesor, que hoy vestía todo sexy con una camisa color negro que alteraba todos mis sentidos.

   Y la clase comenzó y yo esta vez, estuve intentando prestar un poco de atención, aunque fuera solo un poquito, y aunque me costó mil vidas, acabé consiguiéndolo. Nos habló sobre los orígenes de la música y nos dio un breve repaso por toda la historia de esta hasta llegar a nuestros días. Cuando tocó el timbre que anunciaba el final de las clases, se despidió y todos comenzamos a guardar nuestras cosas.

   -Me alegra haberte conocido- me dijo Victoria levantándose- me gustaría que fuéramos grandes amigas.
   -Dalo por hecho- le contesté y ella se fue, saltándole a la espalda a un chico muy alto y moreno con unos ojos penetrantes que me quitaron la respiración. La próxima vez le pediría que me lo presentara.



   Continué guardando mis cosas, intentando no pensar en que estaba rodeada de chicos guapos para no desconcentrarme y poder cerrar el mini-estuche que utilizaba. Pero eso era tarea imposible, incluso para mí, la viciada del Tetris, porque tanto hombre junto no me dejaba pensar con claridad la mejor estrategia. Por eso, mi goma de borrar salió volando hacia cualquier parte y maldije por lo bajo.

   Recorrí la clase con la mirada en busca de mi goma pero no la vi, bueno, prácticamente me la comí, porque la tenía justo enfrente de mis narices, posada sobre la palma de una mano fuerte, pero a la vez delicada. Alcé mi vista y vi a DaeHyun, mirándome con molestia.

   -Gansamida- murmuré y cogí la goma.

   En el momento en el que mi piel entró en contacto con la suya un escalofrío recorrió mi columna vertebral y el vello de los brazos se me erizó. Mi cuerpo me decía que él era una persona peligrosa, que debía huir, escapar y alejarme lo más que me fuera posible de él. Lejos de su alcance, lejos de su influencia, lejos, muy lejos.

-oooOOOooo-

   -*¡Me voy!- exclamé para que las chicas me oyeran.
   -*¿A dónde vas?- preguntó Lorena.
   -*Voy a dar un paseo- contesté.
   -*¿Y para dar un paseo necesitas esa mochila cargada hasta los topes?- salió diciendo Lourdes del salón en dirección a la cocina.
   -*Sí, y de paso voy buscando un lugar tranquilo para estudiar- dije- bueno, hasta ahora.
   -*Chao- dijeron Lorena y Lourdes al unísono.

   Estuve dando vueltas por los alrededores del barrio en busca de un lugar tranquilo y donde no hubiese mucha gente, pero no lo encontré. Así que me alejé un poco más, pasando por un par de plazas de la ciudad y cogiendo un bus en dirección norte, para llegar finalmente a un gran parque.

   Había escuchado hablar a muchos alumnos de la universidad de este parque y ahora entendía el por qué.

   Entré por una puerta principal de hierro forjado y después le seguía una fila de arbustos tallados en forma de arco de unos dos o dos metros y medio. Aquello parecía de cuento. Después el camino que estaba pisando se abrió en dos bifurcaciones: uno para la derecha y otro para la izquierda. No supe cual escoger, ya que los dos caminos eran iguales (los dos tenían a sus alrededores grandes hileras de pinos). Me decanté por el de la izquierda. Seguí el caminito y éste me llevó hasta un lugar muy abierto, con pequeñas colinas de césped, y más allá se podía divisar un gran estanque con cisnes, patos y otros pájaros que estaban bebiendo en él.

   Elegí un lugar para sentarme y una vez sentada debajo de un árbol, en el suave y fresco césped, inhalé un poco de aire y me mentalicé para estudiar lo que había dado ese día.

   A esas horas el parque estaba medio vacío. Había de vez en cuando una pareja paseando por el borde del estanque mirando los patos y charlando. A partir de las siete más o menos empezaron a venir más gente, sobre todo jóvenes. Vi algunos chicos que iban a las mismas clases que yo. Eran un poco raritos, porque al llegar estaban todos muy juntos hablando y riendo y cuando llegaron al estanque se dividieron por grupitos.

   Cerré mis libros y los guardé dentro de mi mochila. Miré un poco más el paisaje que me rodeaba. Todo era muy verde y muy colorido con distintas flores. Me levanté de mi lugar y decidí explorar un poco más aquel grandioso parque.

   Tiré por el otro camino que me faltaba. Por aquel también daba al estanque, pero por la otra orilla, donde había bares, servicios, puestos de helados, un pequeño parquecito para los niños pequeños, un puesto de barcas para aquellos que quisieran navegar por el lago, una pequeña farmacia (supongo que estaba allí por si hubiese alguna emergencia), áreas que estaban un poco más escondidas, supongo que era para los enamorados; puentes por donde pasear, pequeños bosquecillos que hacían sombra y donde la gente solía tumbarse a leer libros, pasear y jugar con sus mascotas o simplemente pasar el día sin hacer nada. También pude ver una gran fuente sobre una gran y ancha balsa de agua de poca profundidad.

   Entré en el bar para pedir una botella de agua y luego salí. Mi mochila, además de un poco vieja, pesaba demasiado, y creía que de un momento a otro se me iba a romper por la parte de abajo. Volví a colocármela por enésima vez bien en el hombro y proseguí mi marcha hacia la salida del parque.

   A pocos metros de la boca del camino, mi mochila venció y se rompió por la parte de abajo, esparciendo todos mis libros, libretas y mi estuche por el arenoso suelo.

   -*“¡Qué vergüenza!”- dije para mis adentros y sonrojada.

   Me agaché para recoger todo lo que se me había caído. Nadie vino a ayudarme a pesar de que estaban todos mirando y pasando por mi lado murmurando.

   Pero de repente, alguien se agachó y se ofreció a ayudarme. Alcé la mirada y vi a un chico esbelto, con el pelo castaño, casi chocolate, al igual que sus ojos. Era Lee MinHyuk. Mi salvador y el chico que nunca hablaba con casi nadie, excepto con sus amigos y algunos profesores.

   Muchas veces le había visto sonreír, y tenía una sonrisa bonita. Bonita no, maravillosa, propia de un dios. Me había preguntado muchas veces si este tipo de chico existía. Y por lo que estaba viendo sí; ¿o era un sueño?

   Mientras me ayudaba a recoger las cosas me miró a los ojos y me dijo:

   -Hola, soy Lee MinHyuk, la otra vez no pude presentarme tenía un poco de prisa.
   -Hola, yo soy Inma- le contesté- encantada de conocerte y gracias por ayudarme a recoger.
   -De nada. Aquí la gente no suele ayudar mucho, les gusta más mirar que dar un poco de caridad.
   -Ya lo he notado- dije bajando la mirada.
   -¿Por qué no lo guardas en la mochila en vez de llevártelo en las manos?- me preguntó al ver que sujetaba todos mis libros contra mi pecho.
   -Mi mochila se ha roto por abajo- dije sonrojándome.
   -Entonces, te acompañaré hasta casa, una dama no debe cargar tantas cosas, y menos con esos brazos tan delgaditos y frágiles- dijo con una gran sonrisa. Me recorrió un escalofrío por la espalda cuando dijo eso.

   Salimos del parque y cogimos el mismo bus que había cogido yo para la ida. Me sentía un poco cohibida sentada a su lado y encima no daba mucha conversación, y cada vez que le dirigía la palabra sentía como si fuese a meter la pata de un momento a otro.

   Cuando bajamos del bus nos dirigimos hacia mi apartamento. Yo a su lado parecía su hermana pequeña; me sacaba como dos cabezas más o menos.

   -Hablas muy poco- dijo de repente.
   -Mira quien fue a hablar- dije con la mirada pegada al suelo.
   -También tengo parte de culpa, lo siento- se disculpó amablemente- ¿Vas a hacer algo este fin de semana?
   -No gran cosa- contesté- hacer la tarea, ayudar a limpiar el apartamento y quizás leer un libro.
   -Qué interesante- dijo mirándome, aun sonriendo. Esa sonrisa me iba a matar antes de llegar a casa- lo preguntaba por si querías ir al cine o a tomar algún refresco si te apetece.
   -Claro, me encantaría- dije con una sonrisa tímida.
   -Ya te diré la hora y dónde quedaremos, ¿vale?
   -De acuerdo.

   Llegamos al bloque de apartamentos. Me acompañó hasta la propia puerta.

   -Dame los libros mientras abres la puerta- se ofreció MinHyuk.
   -Toma, gracias- dije mientras le dejaba los libros sobre sus musculosos brazos. Introduje la clave y por fin se abrió la puerta. Le ofrecí entrar- aquí está mi habitación- dije mientras abría la puerta- Puedes dejarlos en el escritorio- dejó los libros sobre mi escritorio y luego le echó un vistazo a todo su alrededor. Le veía un poco tenso, pero lo disimulaba muy bien- siento si está un poco desordenado, es que no me ha dado tiempo a colocar todo en su lugar- dije disculpándome.
   -No pasa nada, mi habitación esta igual o peor que la tuya- se rio a carcajadas. No sé si por mi expresión o porque se estaba acordando del desorden de su cuarto- bueno, es hora de que me vaya a casa- dijo- no debería estar aquí- murmuró y salió rápidamente de la estancia en dirección a la salida.
   -¡Espera!- dije corriendo tras de él, pero cuando salí al pasillo MinHyuk había salido de casa más rápido que un rayo y estuve en medio del pasillo plantada pensando en lo que había pasado.

   ¿Por qué se ha ido tan rápido? ¿Y ese comportamiento tan repentino? ¿Y ahora que había hecho? ¿Era por el desorden de mi habitación? ¿Por qué estaba tan tenso? ¿Qué era lo que le ponía nervioso? ¿Por qué se inquietaba tanto? Quizás no le caigo tan bien como pensaba. Pensé para mis adentros. Ya había ocurrido dos veces, en la cafetería, el primer encuentro, y ahora en mi casa. ¿Qué le pasaba a ese chico? Quizás era bipolar o tenía un trastorno de personalidad, o a lo mejor era como Superman, tenía súper poderes y podía oír a la gente que estaba en peligro y su deber era ir a salvarlas. Yo que sé, pero me mosqueaba mucho que se fuera de esa manera.

-oooOOOooo-

   Después de que Inma se fuera a Dios sabe dónde a estar tranquila y de dejar a Ana en casa, Lorena y Lourdes fueron a comprar los materiales que CAP les había dicho que debían llevar para la siguiente clase.

-oooOOOooo-

   Lorena y yo decidimos ir a comprar esa misma tarde todo lo que íbamos a necesitar en nuestras clases de arte, así que fuimos al centro comercial más cercano. Al llegar allí creímos ver a ChanHee y ByungHun así que intentamos ir donde ellos estaban, pero cuando llegamos a ese lugar, ya habían desaparecido.

   Seguimos buscándolos durante un rato más, pero los chicos no estaban. Quizá ya habían comprado todo lo que  necesitaban y ya se habían ido, así que, al final, solo compramos lo que necesitábamos y nos fuimos. Habíamos perdido mucho tiempo buscándolos y si no llegábamos pronto las chicas comenzarían a preocuparse, así que decidimos ir por un callejón para recortar camino.

   Iba hablando tranquilamente con Lorena cuando vi que un hombre con muy mala pinta se acercaba a nosotras. Algo dentro de mí me decía que era peligroso, así que cogí a Lorena y la puse a mi otro lado para que no se cruzara con el hombre.

   Al pasar por su lado noté cómo me cogió del brazo. Yo lo aparté, pero él volvió a intentar cogerme. Entonces, de la nada, una mano lo detuvo y alguien se colocó delante de Lorena con el brazo extendido hacia mí. Giré la cara para ver quién era la persona que estaba agarrando al tipo ese y me llevé una gran sorpresa.

   -*¿ChanHee? ¿Qué haces aquí?- murmuré, más para mí que para los demás- y este es...
   -*ByungHun...- escuché decir a Lore en un susurro. Ah sí, el que la cogió cuando se cayó de las escaleras en la Biblioteca.
   -¿Estás bien?- me preguntó ChanHee mirándome fijamente. Su voz tenía un leve toque de preocupación.
   -Sí- respondí con un poco de miedo en mi voz, aunque me sentí más segura cuándo vi que era él el que nos estaba ayudando. Noté como se tranquilizó un poco, pero seguía sin soltar ni una pizca el agarre.
   -Será mejor que te vayas, a no ser que quieras que llamemos a la policía- dijo ByungHun a aquel tío. Miré al tipo y vi que tenía una cara de completo terror.
   -*“¿Tanto le asusta la policía?”- pensé extrañada.

   ChanHee le soltó y el tipo salió corriendo  como si hubiese visto al mismísimo Drácula. Yo aún estaba en estado de shock cuando lo vi salir corriendo.

   -¿Estás bien?- preguntó ByungHun girándose y mirando a Lorena a la cara.
   -Sí- contestó ella en un susurro.
   -¿Te ha hecho algo?- me preguntó ChanHee cogiéndome del brazo mirando a ver si tenía alguna marca.
   -No tengo nada, de verdad- respondí- sólo me agarró y me solté rápido. Ambos chicos soltaron el aire que llevaban aguantando desde hace rato.
   -Deberíais iros a casa- dijo ByungHun sin apartar la vista de Lore - e ir por sitios más iluminados.
   -Las acompañaremos- propuso ChanHee- no creo que les importe si las hemos ayudado. ByungHun solo asintió y ambos comenzaron a caminar-vamos- aunque casi sonó como una orden cómo lo dijo, ambas nos pusimos en marcha.

   Cuando salimos del callejón nosotras íbamos delante sin decir nada. Aún no habíamos procesado lo ocurrido y ellos también iban en silencio.

-oooOOOooo-

   Lou y yo salimos de centro comercial ya con todo comprado. Con la tontería de buscar a los chicos perdimos mucho tiempo y al salir se nos hizo tarde así que decidimos cortar camino yendo por un callejón.

   Íbamos tranquilamente hablando cuando de pronto Lou me coge y me cambia de lado. Me quedé pillada porque no entendía a qué venía eso, pero al mirar al frente vi como un tipo con muy mala pinta se acercaba hacia nosotras.
El padre de Lou es policía, y ella parecía haber heredado ese instinto de poli de él. Nosotras decimos que es nuestra “guarda espaldas personal” ya que siempre está cuidando de nosotras, más que nada porque es la mayor.

   No le di mucha importancia al hombre, pues estoy acostumbrada a ver borrachos por las calles, pero Lou parecía tensa.

   Al pasar por nuestro lado este cogió el brazo de Lou pero lo apartó de un manotazo. Entonces este intentó volver a agarrarla, pero de pronto alguien le agarró fuertemente el brazo al hombre y otra persona se colocó justo delante de nosotras, como haciendo de “escudo humano”.

   Yo estaba detrás de Lou agarrándome fuertemente de su brazo. Estaba aterrada. Este tipo de situaciones me ponían muy nerviosa. Siempre he sido una persona muy tranquila y que nunca se enfada, así que cuando cosas de este tipo ocurren, me altero de sobremanera.

   -*¿ChanHee? ¿Qué haces aquí?- oí como preguntaba Lou en un murmullo- y este es...- entonces miré a la persona que estaba justo delante de mí con el brazo extendido hacia mi amiga.
   -ByungHun...- dije en apenas un susurro a causa del miedo y la confusión.
   -¿Estás bien?- preguntó el chico que estaba agarrando la mano del hombre a Lou.
   -Sí- respondió ella.
   -Será mejor que te vayas, a no ser que quieras que llamemos a la policía- le dijo ByungHun al hombre. Al tener su cuerpo tan cerca del mío podía sentir como todo este estaba realmente tenso, como si se estuviese conteniendo la rabia.

   En ese momento ChanHee soltó la mano del hombre y este salió corriendo. Lo supe por el ruido que hacían sus pies al correr, pues yo, al ser más bajita que Lou y ByungHun, estos me tapaban por completo mi campo de visión y no podía ver nada de lo que ocurría ante mí.

   -¿Estáis bien?- preguntó ByungHun girándose y mirándome directamente a los ojos, como esperando encontrar la verdad en ellos.
   -Sí- respondí de nuevo en un susurro. El miedo seguía apoderándose de mi cuerpo y no conseguía que las palabras salieran de mi boca. Aunque su presencia hacía que me sintiese extrañamente segura.
   -¿Te ha hecho algo?- le preguntó esta vez ChanHee a Lou cogiéndola del brazo y mirando a ver si tenía algo. Parecía realmente preocupado.
   -No tengo nada, de verdad, sólo me agarró y me solté rápido- respondió ella. Entonces ambos chicos soltaron el aire que parecía habían estado aguantando.
   -Deberíais iros a casa, e ir por sitios más iluminados- nos aconsejó el rubio sin apartar la mirada de mí ni un solo momento.
   -Las vamos a acompañar- dijo esta vez el pelirrojo- no creo que les importe si las hemos ayudado. El chico rubio asintió y ambos comenzaron a caminar.
   -Vamos- dijo ChanHee con tono autoritario e inmediatamente las dos nos pusimos en marcha.

   Íbamos justo delante de ellos, sin decir nadie una sola palabra. Yo aún tenía el miedo dentro del cuerpo así que seguía agarrada fuertemente a Lou, pues temía que si me soltaba, mis piernas me fallarían y me caería al suelo.
   Por su parte los chicos nos seguían de cerca, como si fuesen nuestras sombras. En parte me sentía aliviada porque sabía que ahora no nos pasaría nada, pero por otra parte mi instinto me alertaba de que estos chicos tenían algo raro...

-oooOOOooo-

   Esta tarde me tocaba a mí ir a trabajar a la tienda. Lorena y yo nos habíamos repartido los días para así poder tener algo de tiempo libre y también porque yo quería pasarme varios días a la semana sola con aquel muchacho buenorro que siempre estaba allí, YiXing… o Lay, como me había dicho que lo llamara. Después de tanto tiempo trabajando juntos nos habíamos hecho amigos y todo, y hablábamos de mil y una cosas mientras la tienda estaba vacía. Pasaría un rato agradable con él y así olvidaría esa sensación de peligro que se había instalado e mi cuerpo desde la mañana y que no podía quitarme de la cabeza.

-oooOOOooo-

   En los 10 minutos que tardaron en llegar a su casa ninguno habló, las chicas aún estaban un tanto asustadas y ellos algo alterados. Se pararon en la puerta cuando llegaron al piso.

   -Gracias, pero ¿cómo llegasteis tan rápido?- preguntó Lourdes. Ella no había estado callada durante el camino sólo por el miedo, sino más bien porque no le cuadraba que ellos hubieran llegado tan rápido cuando no estaban cerca.
   -¿Cómo? - preguntó ByungHun mirando a ChanHee.
   -Me habéis odio perfectamente- insistió.
   -Estábamos cerca y cuando vimos sus intenciones solo nos acercamos- explicó ByungHun.
   -Mentira, no estabais allí, no os vi venir, simplemente aparecisteis de la nada.
   -No digas tonterías, claro que estábamos allí- decía ByungHun poniéndose cada vez más nervioso y alzando la voz.
   -Dejadlo ya- dijo ChanHee, que casi no había dicho nada. Solo se había mantenido al margen mientras Lourdes y ByungHun se gritaban- si no vas a creernos mejor intenta averiguarlo por ti misma, investiga y cuando creas que es lo que ha pasado, házmelo saber.
   -ChunJi, ¿qué dices?- lo miró inquisitivamente ByungHun.
   -¿ChunJi?- preguntó Lourdes- ¿no era ChanHee?
   -Sí, pero mis amigos me llaman ChunJi- dijo sonriendo y mostrando todos sus dientes- Byun también tiene uno, nosotros le llamamos L.Joe o simplemente Joe- contó- podéis llamarnos así, si queréis.
   -¿Ya somos amigos?- preguntó Lourdes alzando una ceja.
   -¿Por qué no? ¿No queréis?
   -¿Estás seguro? ¿Ya olvidaste el pacto?- le preguntó L.Joe- esto no solo te afectará a ti, caeríamos todos.
   -No pasará nada, ¿acaso vosotros no estáis igual que yo?
   -¿Tanto se nos nota?
   -Lo mismo que a mí, ¿no?

   Los chicos mantenían un diálogo del que las chicas no entendían nada, al menos por el momento.

   -¿Qué es lo que se os nota?- preguntó Lorena.
   -Nada, son cosas de chicos- dijo L.Joe.
   -Nosotros nos vamos, así que deberíais entrar, es tarde- dijo ChunJi o más bien ordenó.
   -Está bien, ¿mañana nos veremos?- preguntó Lourdes.
   -Claro, nos vemos mañana en clase- dijo ChunJi.
   -Adiós Lorena, hasta mañana- se despidió L.Joe.
   -Adiós- dijo algo tímida. Los chicos se dieron la vuelta y se marcharon.

   Cuando los perdieron de vista las chicas entraron en casa y al cerrar la puerta se derrumbaron en la entrada. Realmente no sabían cómo habían conseguido sobrevivir a todo.








2 comentarios:

  1. Chunji y L. Joe van a romper las reglas .-. que malotes lol

    Daehyun quiere contigo Ana n_n

    LOL

    Esas pobres chicas viven atacadas pero Inmma está feliz de la vida con MinHyuk aunque él siempre la deja queriendo más
    (?)

    LOL, he amado el capitulo n_n

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es que ellos son unos malotes sin remedio XD
      Sí... eso parece... aunque no sé...
      Inma es la más feliz de todas aquí ^^
      Me alegra que te gustara, y el siguiente no tardará mucho en salir ^^

      Eliminar