jueves, 19 de junio de 2014

You Know, You Got It

Título: You Know, You Got It
Pareja: JongYu (JongHyun x Onew) (SHINee)
Clasificación: PG–13
Géneros: AU, romance, high school
Número de palabras: 2.862 palabras
Resumen: JinKi es el típico nerd, JongHyun el típico chico popular y rompecorazones que lo tiene comiendo de su mano… Pero… ¿Qué pasaría si los papeles se tornaran?
Comentario de Autora: llevaba bastante tiempo sin escribir un JongYu, me había centrado en EXO demasiado y había dejado de lado algo que también me encanta, pero a partir de ahora será diferente. Espero que os guste ^^



You Know, You Got It



            Él lo sabía, él sabía que me tenía en el bote, que me tenía comiendo de su mano, que me gustaba y que haría todo lo que él me dijera. Él sabía que tenía control sobre mí y que jamás me alejaría de su lado. Él me tenía, él tenía mi vida y mi corazón en sus manos y lo utilizaba, me utilizaba.

            Pero a mí no me importaba, no lo hacía porque era él, porque era Kim JongHyun.



            Entré a la clase cuando apenas quedaban unos minutos para que el profesor llegara. Siempre había sido así. Saludé a un par de chicos conocidos y les guiñé el ojo a las chicas, que se pusieron a dar grititos ultrasónicos al momento. Después, sentí sobre mí el peso de una mirada fija que supe inmediatamente de quien era y de dónde provenía, así que me giré hacia allí. Le sonreí al chico de pelo castaño largo y con gafas de culo de vaso, casi tan grandes como su cara y me acerqué a él.

            ―Hey, JinKi dije. Él, avergonzado, me miró tímidamente.
            ―Buenos días, JongHyun murmuró.
            ―¿Me dejas la terea para que la copie? le pregunté y él inmediatamente asintió―. O… Espera… Hoy no tengo mucho tiempo… comenté―. ¿Podrías hacérmela tú?
            ―Sí… Claro le dediqué una sonrisa que seguro lo derritió por dentro y luego me largué a mi sitio, junto a él, me esperaba mi amigo KiBum.
            ―¿No te da cargo de conciencia lo que haces? me preguntó nada más llegar y yo resoplé.
            ―¿Por qué debería?
            ―Porque lo utilizas. Te aprovechas de él porque sabes que está enamorado de ti y porque haría cualquier cosa que le pidieses dijo.
            ―¿Y qué si lo hago? pregunté exasperado―. Él es feliz haciendo lo que yo le digo.
            ―¿Es eso lo que te dices para no sentirte culpable? alcé una ceja y él frunció el ceño―. Sabes que no es así, JinKi también tiene sentimientos y los estás pisoteando.
            ―¿Acaso eres ahora la voz de mi conciencia, KiBum?
            ―No, no lo soy contestó―, esa voz tan bonita que tienes debería sonar en tu cabeza diciéndote que no es bueno aprovecharse de la gente.
            ―Bah.
            ―Jjong… ―iba a comenzar a protestar y a contradecirme, pero el profesor llegó en esos momentos y no tuvo tiempo de hacerlo. Lo vi morderse el labio y luego mirar un momento en dirección a JinKi, para después sentarse en el pupitre que estaba a mi lado e ignorarme durante el resto de la mañana.



            ―¿Por qué lo haces? escuché esa pregunta de una voz que conocía bastante bien. Era la voz de Kim KiBum, el amigo de JongHyun. Alcé mi cabeza de los deberes que le estaba copiando a este último y lo vi con las manos cruzadas sobre su pecho, mirándome fijamente.
            ―¿Por qué hago qué?pregunté sin comprender.
            ―No te hagas el loco, JinKi dijo―. Sabes muy bien de lo que te estoy hablando señaló los folios que estaban sobre la mesa.
            ―Sabes el porqué.
            ―Sí, lo sé, pero no lo entiendo.
            ―Yo tampoco lo entiendo contesté y aquella era la verdad. No entendía por qué hacía aquello, por qué hacía todo lo que él me pedía. Quizás era porque estaba tan irremediablemente enamorado de él que aunque supiera que él nunca me iba a mirar de otra manera que no fuera como una ayuda para aprobar los cursos, esto me acercaba a él.
            ―Quiero proponerte algo dijo KiBum. Lo miré por encima de mis gafas de pasta―. No me mires así.
            ―¿Y cómo quieres que te mire?
            ―Déjalo, dime si aceptas o no.
            ―Primero dime de qué se trata nos miramos durante unos segundos fijamente hasta que él cedió.
            ―Jjong te tiene en sus manos, pero… ¿Qué pasaría si tú llegaras a tenerlo en las tuyas?
            ―Eso nunca pasará.
            ―Nunca des nada por perdido.
            ―Y tú no vendas la piel del oso antes de cazarlo repliqué.
            ―¿Crees que no pasará? asentí―. ¿Me subestimas tanto? alcé una ceja.
            ―¿Qué quieres decir con eso?
            ―Acepta venir conmigo esta tarde, JinKi, y lo sabrás aquel chico, a pesar de dárselas de importante, parecía una buena persona y estaba seguro al noventa por ciento de que no me haría daño si aceptaba ir con él. Últimamente, su relación con JongHyun había sido un poco forzada.
            ―¿Dónde vamos a ir? pregunté al final.
            ―¿Eso es un sí?
            ―Sí.
            ―Perfecto ―contestó―. Primero iremos de compras y luego te haré un cambio radical ―tomó uno de los mechones de mi pelo que caían por mi rostro y lo colocó detrás de mi oreja―. Tienes potencial y voy a sacar partido de este.



            ―Oppa~ dijo la chica junto a la que paseaba.
            ―Dime, princesa ―no recordaba su nombre, así que aquella era la única forma de llamarla. Ella esbozó una sonrisa de oreja a oreja, pero yo no la miré. Tras ella, vi cómo mi amigo KiBum y JinKi, iban juntos a algún lado. Eso me mosqueó. ¿Qué hacía KiBum con ese nerd? ¿No lo intentaría poner en contra mía para que no me volviera a hacer los deberes?
            ―¿Qué es lo que vamos a hacer? ―fijé mi atención en ella. No era demasiado guapa, pero tenía su punto, aunque claro, para lo que la quería no necesitaba que fuera guapa.
            ―¿Te gustaría venir a mi casa? Mis padres no están ―pregunté con una sonrisa pícara que ella me devolvió avergonzada.

            Una buena tarde de sexo para no pensar en la escena que acababa de ver, eso era todo lo que necesitaba.



            ―¿Por qué estamos en tu casa? le pregunté a KiBum al entrar en su habitación, tras saludar a su madre en la entrada.
            ―Porque quiero probar una cosa antes de nada lo miré y luego tapé mi cuerpo con mis manos.
            ―¿No me irás a hacer algo pervertido? él alzó una ceja, pero sonrió.
            ―Lo siento, pero no eres mi tipo ―contestó―. Me gustan los hombres altos y con músculos.
            ―¿Entonces?
            ―Tienes potencial, sólo voy a desarrollarlo contestó y me dejó igual de confundido que estaba antes de su respuesta.
            ―¿Potencial para qué? KiBum se acercó a mí y me quitó las gafas, haciendo que no viera ni tres en un burro y eso que su cara estaba a un metro de la mía―. KiBum, no veo una mierda dije, intenté encontrar mis gafas moviendo mis manos hacia delante, sin éxito alguno.
            ―Mmm… Eso es un problema… Pero puedo solucionarlo lo escuché decir. Mi padre es óptico y por casa hay un montón de lentes de contacto.
            ―KiBum…
            ―Tú solo confía en mí.
            ―Creo que me voy a arrepentir de hacerlo ―murmuré.



            ―Buenas, Jjong me dijo KiBum cuando se sentó en su pupitre, que estaba junto al mío―. Es muy raro que llegues temprano a clase. ¿Ha pasado algo?
            ―Quería hablar contigo contesté.
            ―Muy bien, dime se giró hacia mí, haciéndome entender que me prestaba toda su atención.
            ―El viernes te vi con JinKi por la calle él sonrió de una manera maliciosa que no me gustó nada.
            ―¿Celoso?
            ―¿Por qué iba a estarlo? contesté―. No te ofendas, KiBum, pero no eres mi tipo.
            ―No… Tu tipo son las mujeres con las que acuestas a todas horas respondió con sarcasmo.
            ―Veo que has pillado de qué lado estoy.
            ―Del mismo que yo dijo y yo alcé una ceja.
            ―No soy gay, KiBum.
            ―Eso se lo cuentas a otro se acercó a mí para susurrarme al oído―. Yo sé que te acostaste con TaeMin… me separé rápidamente de él y me levanté de mi asiento. ¿Cómo era posible que supiera aquello?
            ―No sé de qué me hablas… carraspeé e intenté no mirarlo a los ojos.
            ―Os vi en el almacén donde se guardan las cosas para Gimnasia, así que no intentes engañarme.
            ―¿Qué quieres a cambio de no decir nada? KiBum sonrió y yo me odié por no haber sido cuidadoso y cerrar la puerta antes de empotrar a aquel chico contra la pared.
            ―No quiero nada contestó―, pero a mí no intentes engañarme.



            Me sentía un estúpido por haberle hecho caso a KiBum en todo lo que me había dicho. También me sentía raro de aquella manera, pero debía de aceptar, que había hecho un buen trabajo, que digo buen… KiBum había hecho un grandioso trabajo.

            Recorrí los pasillos del Instituto recibiendo toda clase de miradas que me incomodaban. Intenté ignorarlas, como me había aconsejado KiBum, al igual que intenté ignorar los comentarios que tanto chicas como chicos hacían sobre mí. Cuando llegué a la puerta de mi clase inspiré hondo e intenté que el pánico no me dominara, pero eso no era tarea fácil. Pasaron unos momentos hasta que al final pude calmarme, y entonces, entré.

            En el momento en el que puse un pie en la clase, atraje todas las miradas de mis compañeros, algo que jamás me había sucedido. Kim KiBum había hecho realmente un gran trabajo, lo reconocía, aunque no me gustaba eso de que me prestaran tanta atención.

            Ahora ya no llevaba las grandes gafas de pasta que ocultaban mis ojos, ni el pelo largo con el que solía cubrir mi cara. Tampoco llevaba la ropa que solía, el chico me había hecho salir de compras para cambiar todo mi vestuario y antes de irse me dio unos cuantos de modelos para ponerme a lo largo de toda la semana.

            Me senté bajo la atenta mirada de todos, pero sobre todo, bajo la atenta mirada de Kim JongHyun y mi corazón comenzó a latir rápidamente. Se había fijado en mí, tal y como había predicho KiBum, y no sabía cómo reaccionar ante eso exactamente, pero ya le pediría al chico que me diera algún consejo.



            Ahora comprendía perfectamente el motivo por el que había visto a KiBum con JinKi el viernes. Le había dado un cambio de imagen radical. Todavía no entendía el por qué lo había hecho, pero se lo sonsacaría o sino, lo averiguaría por mí mismo. No obstante, por el momento se conformaba con comérselo por los ojos. Jamás había pensado que aquel nerd pudiera estar tan bueno con un par de cambios en su aspecto y había que aprovechar las vistas que tenía de él desde su ubicación.

            El chico se removió nervioso en su asiento, como si sintiera mi mirada y como si esta le incomodara bastante. Esbocé una sonrisa torcida. Quizás estaría bien aprovecharse de los sentimientos que tenía por él y ponerlo contra la pared para tirárselo ahora que veía que era un tipo guapo. Quizás estaría más que bien. Me mordí el labio inferior y luego pasé mi lengua por mis labios, se me había secado la boca al imaginármelo haciéndome una mamada.

            Sí. Buscaría cualquier excusa para follar con él.



            ¿Viste cómo te miraba? ―fue la pregunta que KiBum me hizo nada más llegar a su habitación.
            ―No lo vi, pero lo sentí ―contesté.
            ―Yo lo vi perfectamente y te deseaba ―comentó―. Le hemos sorprendido mucho con esto y no ha parado de buscarte con la mirada durante todas las clases.
            ―¿Desearme?
            ―Sí. Jjong no toma interés especial por nadie con quien no quiera primero sexo ―aclaró―. Primero va eso, a partir de ahí, puede gustarle y llamarte algunas veces más o no hacerlo, pero si le gusta eso, puedo que comience a sentir algo por ti.
            ―JongHyun es hetero… Así que no sé siquiera por qué me esfuerzo en esto ―murmuré.
            ―JongHyun es como tú y como yo ―dijo, sorprendiéndome―. Ha estado con varios hombres y con uno de ellos tuvo lo que se podría llamar una relación, aunque siempre creyó que yo no me había dado cuenta de que estaba saliendo con MinHo.
            ―¿El capitán del club de fútbol?
            ―El mismo.
            ―Jamás…
            ―¿Lo hubieras imaginado? Yo tampoco, pero es así ―contestó―. Y ahora, voy a darte unos consejos sobre cómo comportarte a su alrededor para hacerte el interesante y que pases a convertirte en un objetivo para él.
            ―No creo que pueda hacerlo ―susurré.
            ―Hazme caso en todo, como hasta ahora y todo irá bien.
            ―Está bien.



            Durante las siguientes semanas al cambio de imagen que había sufrido JinKi se había mostrado demasiado distante conmigo y eso me molestaba y me excitaba por igual. Los retos eran lo mío y si antes no me había fijado en él por ser un objetivo demasiado fácil, ahora era el único objetivo que me había marcado. Lee JinKi iba a ser mío, tardara lo que tardase.

            Aproveché ese día, que la clase de Educación Física era la última antes de la hora del almuerzo para aprovechar mi oportunidad. Lo seguí sin que se diera cuenta a las duchas y lo empojé a meterse conmigo en la más alejada. Me miró sorprendido, ya que no se lo esperaba, pero después me ignoró completamente e intentó salir del lugar. Sin embargo, yo no lo iba a dejar irse así como así.

            Le quité la ropa de gimnasia y el bóxer, después, pegué mi cuerpo al suyo y comencé a morderle el cuello, a la vez que llevaba mi mano a su entrepierna y comenzaba a masturbarlo. A medida que su miembro se iba poniendo duro, jadeos y gemidos bajos llenaban mi oído, haciendo que yo también comenzara a excitarme solo con ellos.

            Me quité la ropa yo también y luego volví a pegar nuestros cuerpos, tomando ambos miembros con mi mano y masturbándolos a la vez. Apoyé mi frente contra la suya para poder mirarlo a los ojos y, aunque JinKi intentó sostenerme la mirada, el placer que le estaba proporcionando hacía que se le cerrasen. Unos minutos después, nos corríamos a la vez. Las piernas le flaquearon y lo tuve que sujetar para que no cayera al suelo de la ducha. La expresión que tenía en su rostro hizo que mi corazón diera un vuelco y no pude evitar acercarme a él para besarlo en los labios.

            Justo después, cogí mi ropa y salí de la ducha, buscando otra en la que quitarme el sudor del deporte, el del sexo y para dejar que se llevase unos pensamientos que no deberían estar ahí. Ya había saciado la sed de su cuerpo, ¿por qué seguía queriendo más?



            ―¿Qué te hizo?
            ―Me masturbó en la ducha ―murmuré avergonzado.
            ―Sabía que intentaría algo contigo, pero pensé que todavía era un poco pronto ―dijo KiBum―. Lo siento.
            ―No pasa nada… Me gustó ―confesé.
            ―Viciosillo ―rio dándome un codazo y poniendo una expresión pícara.
            ―No es eso…
            ―Bueno, lo que tú digas.
            ―¿Sabes cuál será su próximo movimiento?
            ―Sí.
            ―¿Cuál?
            ―Si no ha perdido el interés por ti después de esto… Te pedirá salir…
            ―¿Cómo?
            ―Lo que oyes ―KiBum me sonrió―. No pasará ni una semana cuando te lo pida y por fin lo tendrás comiendo de tu mano, como él te tenía a ti.

            Me alejé de KiBum, metido en mis pensamientos. No podía ser posible que en tan poco tiempo JongHyun hubiera cambiado de intenciones conmigo. No hacía ni un mes que me estaba pidiendo los deberes para copiarlos y el día anterior me había masturbado en la ducha. Todo iba muy rápido, pero no me desagradaba, de hecho, que KiBum estuviera tan seguro de que me pediría salir en menos de una semana me gustaba, a pesar de la celeridad de los acontecimientos.
           
            Doblé la esquina y me encontré con JongHyun. Intenté pasar de él, cómo me había enseñado KiBum, pero cuando pasé a su lado, me tomó del brazo para detenerme.

            ―Tengo que hablar contigo.

            Tras esto, me llevó del brazo por los pasillos del instituto hasta que estuvimos fuera del edificio. Después, me guio a través del patio para llegar hasta el almacén en el que se guardaban las cosas de gimnasia. Una vez allí, me hizo entrar y luego cerró la puerta tras él.

            ―¿De qué querías hablar? ―le pregunté.
            ―Sal conmigo, Lee JinKi ―pidió.
            ―Cuando quieras ―susurré.

            Apenas había terminado la frase y ya estaba besando mis labios con hambre. Sonreí dentro del beso, por fin tenía lo que quería, por fin tenía a Kim JongHyun.

           

            Él lo sabía, él sabía que me tenía en el bote, que me tenía comiendo de su mano, que me gustaba y que haría todo lo que él me dijera. Él sabía que tenía control sobre mí y que jamás me alejaría de su lado. Él me tenía, él tenía mi vida y mi corazón en sus manos y lo utilizaba, me utilizaba.

            Pero a mí no me importaba, no lo hacía porque era él, porque era Lee JinKi.





Comentario Final:
―Perdonad esta porquería. Al principio iba a ser una cosa pero luego acabó siendo esto.


4 comentarios:

  1. Deberias poner comentarios finales en todo lo que escribas jajajaja

    Ha sido todo muy precipitado... pero ha tenido su qué.

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    1. Son las sensaciones que se me quedan después de acabar... -.-"
      ¿Verdad? Es todo demasiado rápido... No estoy muy contenta del resultado...

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  2. LOL Cambio radical y problema resuelto (?) JongHyun es todo un bisexual viciosillo xD ¡¿Que se tiró a TaeMin en el almacén de gimnasia?! Yo no sé qué tienen los institutos asiáticos que parecen estar construidos aposta para poder follar sin que nadie se de cuenta xD

    Me encanta cuando terminas los fics con casi las mismas frases con las que los empiezas pero los papeles invertidos *w*

    Xao ^^

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    1. Muy muy radical XD Ne... Lo hacen aposta, recovecos y escondites para que toda esta clase de cosas sucedan XD
      Me alegra que te guste ^^
      Bye ^^

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