Discipline

Título: Discipline

Autora: Minako Aino (Riz Aino / Annalovesasianboys) (@sbeaea)

Pareja: SeSoo (D.O. x SeHun) (EXO)

Clasificación: NC–17

Géneros: smut

Número de palabras: 3.227 palabras

Resumen: SeHun ha hecho algunas travesuras y es KyungSoo quien se encarga de enseñarle un poco de disciplina.

Avisos: sexo explícito, asfixia erótica y “un poquito” de gusto por la violencia.

Notas: historia escrita para el cumpleaños de SeHun. El enano de EXO está creciendo y lloro ;;_______;;

Comentario de autora: siempre había tenido ganas de hacer un SeSoo porque es una pareja muy random y cuando menos me lo esperaba, idea salvaje apareció XD Espero que os guste <3

            La naturaleza traviesa de SeHun no había salido a la luz hasta que no pasó más de un año de su debut con EXO, pero todos los chicos con los que compartía casa y vida desde hacía ya un tiempo, sabían perfectamente cómo era realmente. Aprovechando que era el menor, hacía todas las travesuras que quería y casi nunca era castigado porque JunMyeon era demasiado blando con aquellos de los que estaba a cargo (aunque YiFan tampoco es que fuera muy serio cuando le hacían un par de cumplidos y le ponían cara de no haber roto nunca un plato), así que, básicamente, el menor de todos hacía lo que le venía en gana sin consecuencias.

            Pero Do KyungSoo no era así, él castigaba a todo aquel que se lo merecía, ya fuera mayor o menor que él. Sus objetivos favoritos eran ChanYeol y BaekHyun, porque los dos no paraban de ser excesivamente molestos con él y con los otros miembros, pero eso no quería decir que a los demás no les diera de vez en cuando algún golpe o les hiciera su famosa llave para que volviesen a sus cabales. Él era dentro de aquel grupo el encargado de la disciplina y, por eso, si SeHun hacía algo malo, de él no se libraba porque KyungSoo nunca dejaba una fechoría sin castigo… y eso era algo que sabía muy bien el menor.

            El maknae de EXO había desarrollado un gusto especial por los castigos físicos que KyungSoo le infligía, sus golpes en el trasero y su llave asfixiadora en su cuello, todo aquello lo excitaba de una forma que rayaba lo obsceno y, a veces, SeHun simplemente hacía alguna travesura solo para recibir aquel castigo que lo ponía a cien.

            Como aquella vez en la que no paró de molestar a ZiTao, chinchándolo, diciéndole cosas en coreano que el otro era incapaz de entender, sobresaltándolo y asustándolo cada dos por tres, haciendo que el mayor gritara como una chica adolescente a la que todavía no lo había cambiado la voz. Esa vez, cuando llegaron al apartamento que todos compartían, KyungSoo lo llevó arrastrando de la oreja a una de las habitaciones (la primera que encontró, no se molestó mucho en buscar una en concreto), los encerró a ambos allí dentro y luego hizo que SeHun se echara sobre la mesa del escritorio, con su trasero levantado. El mayor le bajó los pantalones y los calzoncillos y le pegó con la mano abierta una y otra vez en su glúteo derecho hasta que el chico dejó de tener sensibilidad en aquella zona de su cuerpo.

            Cuando KyungSoo se fue y lo dejó allí, respirando entrecortado, SeHun descubrió que se sentía muy excitado por los golpes que había recibido, tanto, que incluso había tenido una erección. A partir de aquel día, el menor de vez en cuando hacía alguna de sus travesuras, molestando a diestro y siniestro hasta que KyungSoo se hartaba de aquello y lo castigaba, intentando imponerle una buena disciplina, sin saber que aquello era lo que realmente quería el chico que le ocurriera porque de esa forma se excitaba mucho más que cuando veía las películas porno con los demás en el salón o en la soledad de su habitación.

            SeHun no llegaba a entender por qué sentía aquel gusto por recibir maltrato del mayor, solo quería recibirlo y punto.

★★★

            SeHun se había despertado aquel día en el que por una vez no tenían agenda y podían ser libres durante el resto del día a mitad de la mañana, después de haber disfrutado de unas buenas y reparadoras diez horas de sueño. Llevaba tiempo sin dormir tanto y se notaba completamente descansado, aunque sentía que podía seguir durmiendo otras diez horas más y que no se cansaría de dormir nunca. Realmente necesitaba aquello.

            Sin embargo, había otra cosa que necesitaba también y esa era ser castigado por KyungSoo.

            Aprovechando que los demás dormían o parecían haber salido del piso y que los managers que vivían con ellos también tenían unos días libres y se habían ido del lugar, a SeHun se le ocurrió que podía hacer alguna travesura de las suyas para así poder recibir el tan ansiado castigo del menor. Durante algunos minutos, el chico deambuló por el piso sin saber qué era lo que podía hacer, cuando repentinamente le vino a la cabeza una idea. Era algo atrevido, pero seguramente acabaría de una gran forma para él y por eso iba a merecer la pena.

            SeHun fue hacia la habitación que compartía con Lu Han y con KyungSoo y entró a ella. Estaba todavía a oscuras porque KyungSoo seguía durmiendo sobre su cama (Lu Han ya no se encontraba en el lugar, seguramente se habría ido a cualquier sitio a tomar un poco el aire porque el apartamento era un lugar muy pequeño para que vivieran catorce personas), así que el chico tuvo cuidado de no tropezarse con nada y así avanzar hasta la cama en la que este se encontraba. Después, se sentó sobre el colchón y lentamente retiró las sábanas que cubrían el delgado y pequeño cuerpo del mayor, encontrándolo durmiendo profundamente solo con unos bóxeres negros y una camiseta de manga corta del mismo color.

            El chico se pasó la lengua por los labios en un gesto inconsciente de deseo porque aquel pequeño cuerpo lo ponía a cien y lo excitaba hasta límites insospechados cuando lo castigaba. Sin embargo, agitó su cabeza para centrarse. Por el momento, lo único que debía hacer era su pequeña travesura y esperar luego por el castigo. Por ese motivo, SeHun gateó un poco hasta colocar más o menos su boca a la altura de la entrepierna de KyungSoo y, en ese momento, retiró con cuidado la prenda que le impedía el acceso al miembro del mayor. Una vez que este estuvo fuera de los bóxeres, SeHun no se reprimió más y comenzó con la travesura que probablemente lo llevaría hasta el peor de los castigos (y hasta el paraíso de la excitación).

            SeHun lamió toda la extensión del pene de KyungSoo, que se removió un poco, pero no se despertó. Esto fue aprovechado por el menor para seguir lamiendo con gula aquel pedazo de carne que, poco a poco, comenzaba a ponerse duro con cada pasada de su lengua. SeHun estaba tan concentrado en su tarea que no se dio cuenta de cuál fue el momento exacto en el que el mayor se despertó y por eso no se esperaba el golpe que recibió en su mejilla y que lo separó del cuerpo de KyungSoo, casi tirándolo de la cama. El chico sintió cómo el otro ocupante de la cama se movía sobre esta para acercarse a él lo suficiente y así poder tomarlo por el cuello, apretando sus brazos alrededor de este para el chico no pudiera moverse y para que le costara respirar. SeHun jadeó ante la repentina privación del aire que necesitaba para vivir, pero comenzó a sentirse excitado porque el castigo empezaba y de una manera que le encantaba.

            —¿Sabes que por lo que has hecho vas a recibir un castigo? —siseó KyungSoo contra su oreja, haciendo que el menor no pudiera reprimir un jadeo de excitación.

            “Castígame” pensó SeHun, lamiéndose los labios. Sin embargo, no fue eso lo que le dijo al mayor.

            —¿Por qué merezco ser castigado? —le cuestionó con la voz ronca—. ¿Por hacerte sentir bien? —los brazos alrededor de su cuello apretaron el agarre y SeHun boqueó en busca de un poco de aire—. No me negarás que estás muy excitado solo porque te he chupado un poco la polla.

            —Cállate, SeHun —lo reprendió el otro.

            —No… —cortó—. No hasta que reconozcas que te pongo a cien.

            —Estás yendo demasiado lejos, Oh SeHun —advirtió el mayor.

            —Y más lejos que quiero ir… —el chico llevó su mano hacia atrás, apretando con fuerza el miembro levemente erecto de KyungSoo y escuchándolo jadear en su oreja por el contacto.

            —Se acabó —dijo—. Voy a tener que enseñarte lo que es la verdadera disciplina.

            En aquel momento, KyungSoo lo soltó y SeHun pudo volver a respirar, tragando aire una y otra vez rápidamente ante la falta de aquel gas tan necesario que había sufrido su cuerpo, pero que lo había hecho tener una erección que pugnaba contra sus calzoncillos para liberarse de aquella presión. Cuando apenas había recuperado el aire, el chico sintió cómo su cuerpo era tirado hacia atrás y su espalda cayó contra el colchón y su cabeza contra la almohada a la vez que un peso se instalaba sobre su estómago. El chico abrió los ojos, puesto que los había cerrado por el repentino movimiento y por el impacto, encontrándose a KyungSoo sobre él, mirándolo fijamente con aquellos ojos grandes y oscuros cargados de deseo.

            —Vas a pagar por tu atrevimiento Oh SeHun… —murmuró.

            “Sí, hazme pagar” pensó el chico.

            SeHun sintió las manos de KyungSoo en su cuerpo y jadeó de placer cuando estas se colaron por debajo de su camiseta, rozando su piel para levantarle esta prenda y dejar expuesto su torso. El mayor no fue suave con él y casi le arrancó aquella camiseta gris que usaba para dormir de su cuerpo, tirándola luego por cualquier lugar. Después de aquello, le dedicó una sonrisa que le dio escalofríos al menor, pero escalofríos de placer.

            —Chuparme la polla era divertido, ¿verdad? —preguntó, su voz era fría como el hielo—. Entonces te vas a divertir mucho.

            Con rapidez, KyungSoo se arrastró sobre su cuerpo hasta quedar sentado sobre su pecho y luego le abrió la boca al menor, introduciéndole sin dejarlo tomar aire, prácticamente todo su miembro en el interior de su cavidad bucal. El pene de KyungSoo no era enorme, pero la pequeña boca de SeHun tenía problemas para poder abarcarlo y la punta rozaba constantemente contra el fondo de su garganta, dándole arcadas de vez en cuando. El mayor estaba siendo brusco con él, muy brusco, pero al chico le gustaba la rudeza con la que lo estaba tratando, le gustaba cómo se imponía sobre él y cómo lo castigaba por su atrevimiento anterior de aquella forma.

            SeHun cerró sus ojos mientras sentía cómo KyungSoo se estaba follando su boca una y otra vez, adentrándose en esta hasta el fondo y dejándolo sin respiración. El chico intentaba de vez en cuando usar su lengua y sus dientes para darle algo de placer al mayor, aunque este no lo hubiera pedido y simplemente siguiera adentrándose en su boca una y otra vez. El menor sentía el miembro endurecerse más y más cada segundo que pasaba y las primeras gotas de líquido pre-seminal no tardaron en caer en su garganta. El mayor debía estar próximo al orgasmo y SeHun se sentía muy satisfecho porque solo con su boca estaba llevando hasta el límite a KyungSoo.

            Algunos minutos después, el mayor terminaba por correrse en la boca de SeHun en pequeños intervalos, llenándolo por completo y haciendo que el chico tuviera que tragar aquel líquido para no ahogarse. Cuando finalmente terminó su orgasmo, KyungSoo sacó su, ahora flácido, miembro de la boca del menor, mirándolo con lujuria antes de descender por su cuerpo y sentarse sobre el cochón. El mayor le hizo abrir las piernas y SeHun opuso un poco de resistencia porque supuso que cuanta más resistencia a todo opusiera, el castigo sería a ser mayor y más placentero. Finalmente, KyungSoo consiguió abrirle as piernas e instalarse entre ellas.

            —¿Qué tenemos aquí? —cuestionó, pegándole con la palma en su miembro erecto, haciéndolo jadear—. Estás duro como una piedra y ni siquiera te he tocado —SeHun quiso decir algo, pero una de las manos del mayor salió disparada hacia su boca y lo cayó—. No tienes permitido hablar hasta que no acabe tu castigo… y solo acaba de comenzar.

            SeHun no pudo evitar el gemido que lanzó su garganta en respuesta a aquella excitante promesa y la sonrisa cínica en el rostro de KyungSoo tras escucharlo, fue mejor que cualquier otra respuesta.

            El mayor llevó sus manos hasta los bóxeres que vestía y que se encontraban un poco mojados por su excitación y los retiró, pero solo levantándolos un poco, lo justo para que su trasero quedara al aire y descubriendo su entrada. SeHun tragó saliva cuando vio cómo el dedo índice de KyungSoo se acercaba hasta aquel lugar tan sensible y jugaba unos momentos por los alrededores antes de meterlo. El chico contuvo la respiración porque, aunque estaba acostumbrado a la penetración y sus músculos ya no ofrecían casi resistencia a ella, que le metieran un dedo sin lubricante lo molestaba todavía.

            —Hyung… —jadeó—. Lubricante… —pidió, pero KyungSoo solo sonrió—. Lubricante… —volvió a pedir—, en el segundo cajón de mi mesita de noche hay un bote… escondido en uno de los calcetines… cógelo, hyung —pero el mayor no le hacía caso y simplemente seguía moviendo aquel dedo que había introducido en su interior—. Hyung… —jadeó.

            —No habrá lubricante —respondió KyungSoo—. Este es tu castigo, ¿recuerdas?

            —Hyung… —comenzó a protestar, pero SeHun no pudo seguir haciéndolo porque a aquel dedo que campaba a sus anchas por su recto se le sumó otro y aquello lo dejó sin habla.

            SeHun sentía cómo aquellos dos dedos se movían en su interior creando un poco de espacio para lo que luego llegaría. Sus paredes poco a poco dejaban de ofrecer la resistencia inicial a la penetración sin lubricante que estaba sufriendo y el chico comenzaba a disfrutar de aquello más y más, sintiendo que podría correrse solo con los dedos de KyungSoo. Sin embargo, cuando ya se había acostumbrado a aquello, los dedos fueron retirados de su interior bruscamente y SeHun se sintió un poco vacío.

            —Prepárate —murmuró el mayor.

            SeHun quiso contestar, pero no le dio tiempo a decir absolutamente nada cuando ya sentía cómo la punta del miembro de KyungSoo rozaba contra su entrada durante algunos segundos antes de penetrarlo de una vez hasta el fondo. El chico se quedó sin respiración ante la repentina intrusión y, apenas había recuperado el aire cuando el mayor comenzó a moverse en su interior, embistiéndolo una y otra vez con rapidez desde el principio, haciendo al menor jadear por ello y que los muelles del colchón chirriaran levemente con cada penetración.

            Para no gritar, para no gemir fuertemente y despertar de esta forma a los demás, SeHun tuvo que apretar los labios y agarrar las sábanas con sus manos en puños. Le estaba gustando demasiado aquel castigo porque dolía y lo excitaba a partes iguales, de hecho, a SeHun le gustaba más que doliera en un porcentaje un poquito mayor que lo excitara. Por ese motivo necesitaba más de KyungSoo, necesitaba que el otro lo golpeara para así sentirse por completo en el paraíso.

            Como si sus pensamientos hubieran sido escuchados por el mayor, KyungSoo sacó su miembro de su interior y luego le arrancó bruscamente los calzoncillos al chico, tirándolos por algún lugar, donde también había tirado su camiseta con anterioridad. Justo después, tomó al chico de los brazos y lo hizo colocarse a cuatro patas sobre el colchón. SeHun, ya en la posición en el que el mayor lo había dejado, notó cómo este se quitaba sus bóxeres antes de acercarse a él desde atrás y volver a penetrarlo salvajemente, tal y como había estado haciendo anteriormente.

            —Pégame —jadeó el menor sin poder contenerse en mitad del acto. Lo necesitaba y lo necesitaba ya—. Castígame.

            SeHun escuchó cómo KyungSoo se reía levemente a sus espaldas y se temió lo peor, que no lo azotara y simplemente lo siguiera penetrando hasta acabar él, dejándolo con una dolorosa erección y con unas ganas enormes de que alguien le pegara. Sin embargo, antes de que los temores se asentaran en su pecho, el chico sintió una palmada en su trasero, demasiado débil para su gusto. Necesitaba más.

            —Más… —pidió—. Más… más fuerte.

            Y el mayor no tardó en dárselo. Cada embestida era acompañada por un azote en el trasero que le dejaba los nervios a flor de piel, que lo excitaba de sobremanera y que hiciera que su miembro estuviera a punto de explotar. SeHun intentaba contener sus gemidos, pero cada vez era más y más difícil para él. su pene no había sido atendido en ningún momento, pero el menor notaba que estaba a punto de llegar y unos momentos después se corría, dejando caer su semen sobre las sábanas de la cama de KyungSoo mientras este seguía penetrándolo una y otra vez, a pesar de sus espasmos hasta que se corrió en su interior, dándole un último golpe en el trasero, el más fuerte de todos y el que hizo que SeHun gimiera sin contenerse.

            SeHun cayó sobre la cama y KyungSoo sobre su espalda. Ambos jadeaban intentando recuperar la respiración después de lo que acababan de hacer porque la actividad había sido bastante intensa. Algunos minutos después, el mayor sacaba su miembro de su interior y SeHun comenzó a notar cómo el líquido que recorría sus entrañas seguía la ley de la gravedad y comenzaba a salir lentamente de su agujero. También, el chico sintió una palmada en su cachete y unas manos en su delgada cintura que lo hicieron rodar sobre la cama para encontrarse así a KyungSoo, mirándolo fijamente, con sus mejillas rojas destacando sobre su blanca piel.

            —Espero que hayas aprendido la lección —le dijo.

            SeHun negó con su cabeza. Aquella experiencia había sido la mejor que había tenido en su vida y quería repetirla una y otra vez con la misma persona que estaba ante él y que lo había hecho correrse solo penetrándolo y dándole golpes en el trasero.

            —Creo que me va a costar muchos castigos como este aprenderla —respondió.

            En la sonrisa que le ofreció KyungSoo, SeHun pudo ver cómo este estaría completamente encantado en infligirle aquel mismo castigo una y otra vez hasta que tuviera la disciplina necesaria (aunque eso era algo que ambos sabían que no iba a poder conseguir).

Notas finales: últimamente estoy viendo a todos los que la mayoría considera ukes sin remedio muy semes y a los semes demasiado ukes, así que estoy experimentando con las rotaciones.

IMPORTANTE. LEER.

No repostear mis historias bajo ningún concepto. No dejar los links a mis fics en ninguna página de Facebook ni en ningún lugar parecido sin pedirme antes permiso para hacerlo. Soy la autora de estas historias y yo tengo el derecho de promoción, así que, si se sigue repitiendo que mis fics sean dejados en otras páginas sin mi autorización tendré que tomar medidas que nadie quiere que tome: dejaré de escribir y cerraré el blog.