Caminito de lunares

Título: Caminito de lunares

Autora: Minako Aino (Riz Aino / Annalovesasianboys) (@sbeaea)

Pareja: KaiSoo (Kai x D.O.) (EXO)

Clasificación: NC–17

Géneros: smut

Número de palabras: 2.748 palabras

Resumen: a veces, cuando JongIn ve a KyungSoo con camisetas de tirantes negras, siente un irrefrenable deseo por trazar un camino de besos uniendo los lunares que bajan desde detrás de su oreja izquierda por su cuello.

Avisos: masturbaciones varias, sexo explícito y cambio de roles (Kai uke, D.O. seme —lo pongo como aviso porque luego vienen las quejas—).

Notas: me dijeron esto por ask y mi respuesta me hizo recordar una foto de KyungSoo en la que se le veían los lunares del cuello, entonces no me pude resistir a hacer esto.

Comentario de autora: después de casi dos años sin escribir KaiSoo, me apetecía hacer algo sobre ellos y como siempre había tenido ganas de que Soo fuera el seme por una vez, me dije que tenía que hacerlo. Espero que os guste.

            Kim JongIn tiene la manía —o costumbre—, de mirar muy fijamente a las personas cuando estas están hablando o cuando hay algo en ellas que le interesa. Muchas veces, esa mirada ha sido interpretada como de deseo hacia algunas personas y, la verdad, es que no se equivocan al pensar eso. A veces, cuando JongIn ve a KyungSoo con camisetas de tirantes negras, siente un irrefrenable deseo por trazar un camino de besos uniendo los lunares que bajan desde detrás de su oreja izquierda por su cuello.

            Al principio, el mayor no le parecía atractivo, sino más bien alguien solitario y quizás le daba un poco de miedo su mirada, pero cuando el chico fue conociéndolo poco a poco —gracias a JunMyeon, todo había que decirlo—, empezó a mirarlo de otra forma completamente distinta. Quizás era porque estaba en plena adolescencia y tenía las hormonas alteradas que a veces se masturbaba pensando en que le gustaría recorrer su piel blanca perlada de sudor por todas las horas que se pasaba ensayando con su lengua, pero después de algunos años, JongIn ya no es un adolescente y sigue teniendo aquel mismo deseo.

            El viaje a Changsha, a finales del mes de julio, con el calor que hace en la calle y en prácticamente cualquier lugar no climatizado es una verdadera tortura para JongIn. Siempre ha sido una de esas personas que solo con respirar en un ambiente cálido se pone a sudar a mares y no ayuda a enfriar la temperatura de su cuerpo que Do KyungSoo haya decidido que es un gran momento para llevar una camiseta que muestra algunos de los lunares que recorren su cuello.

            El chico se abanica con la mano porque “joder, es demasiado para él” cuando se le acerca SeHun, que ha estado prácticamente todo el rato con KyungSoo por el aeropuerto de Incheon y que, para más inri, se le había quedado dormido al mayor echado en su hombro mientras esperaban a que llegara el avión. JongIn llevaba demasiado tiempo sin poder hacer aquello, porque si lo hacía, una inconveniente erección aparecía siempre y estando en frente de los objetivos traviesos de las cámaras de las fans no era para nada una buena idea.

            —¿Te pasa algo? —le pregunta el menor—. Hoy pareces estar más caliente de lo normal —por el énfasis que le da a la palabra “caliente”, JongIn sabe que se está burlando de él y de su conocido problema con el vocalista principal —conocido por todos los miembros del grupo menos por el implicado—.

            —SeHun, hoy no tengo ganas de soportar tus bromas —le dice.

            —¿No tienes el horno para bollos? —cuestiona el otro, alzando una ceja repetidas veces y luego saliendo corriendo hacia los demás, para que JongIn no pueda hacerle nada —aunque el chico le hubiera gustado partirle las piernas—.

            Ya han llegado al lugar en el que se celebrará el concierto de aquella noche y tienen que ensayar para que todo salga a la perfección. JongIn se dice mentalmente que lo dará todo en el ensayo y que no dejará que le afecte para nada el calor, las palabras de SeHun o la presencia de KyungSoo. Sin embargo, este último aparece con una camiseta de tirantes negra en el ensayo que deja al descubierto esos lunares de su cuello que JongIn quiere probar desde hace tantos años.

            El chico no puede concentrarse demasiado en el ensayo por este motivo y, por eso, se equivoca en un par de ocasiones, pero está completamente justificado y ninguno de los chicos se lo echa en cara.

            Cuando llega la hora de salir al escenario, JongIn siente un poco los nervios a flor de piel porque todavía no se acostumbra a la dinámica de los conciertos. Todos se dicen algunas palabras de ánimo y de apoyo, como hacen siempre, y se preparan para salir después de VCR. JongIn nota una mano en su espalda y se gira rápidamente, encontrándose al hacerlo a KyungSoo.

            —No te preocupes por nada y hazlo todo como siempre —le dice, con una sonrisa en sus gruesos y apetecibles labios—. Eres el mejor, así que, demuéstraselo a todo el mundo.

            JongIn quiere decirle “gracias” o “folla conmigo”. No lo tiene claro, pero menos mal que, en ese momento, les indican que tienen que salir ya al escenario, porque si hubiera hablado, lo más probable era que le hubiera dicho lo segundo y no era el momento más adecuado para decirlo, ni tampoco el lugar.

            El concierto se desarrolla con normalidad, bailan, cantan y juegan más o menos en la misma proporción y JongIn aprovecha lo mucho que les gusta a la mayoría de las fans la “pareja” que hace con KyungSoo para tener un poco de fan service con él y así contentar a las fans y también a aquello que ruge en su interior, que no es un lobo hambriento, pero lo parece, y por eso mira a KyungSoo cuando habla de esa manera. Cuando termina el concierto, JongIn piensa que si hubiera estado otros cinco minutos más allí arriba, finalmente habría estado a punto de comerse a KyungSoo.

            Ducharse rápidamente y cambiarse de ropa para volver al hotel y descansar un poco porque al día siguiente tienen que volver a coger otro avión es lo único en lo que se permite pensar el chico para intentar que el calor y las ganas de KyungSoo se vayan disipando en su interior. Sin embargo, cuando se tumba en la cama de su habitación individual, lo único que puede hacer es llevar la mano a su miembro y comenzar a masturbarse, cerrando sus ojos y pensando que es el mayor quien lo toca de aquella manera.

            Después de tanta práctica a lo largo de los años, JongIn sabe qué es lo que tiene que hacerse para tenerse muriendo de placer, por eso juega con sus testículos con una mano mientras que con la otra comienza a crear fricción entre su palma y su miembro. No tarda mucho en encontrarse completamente erecto porque su imaginación es muy poderosa y sus manos milagrosas —y porque sigue siendo un crío que se empalma con apenas un par de roces—.

            JongIn bordea la punta de su miembro con su dedo pulgar y gime débilmente porque aquella zona es muy sensible y siempre le ha gustado hacerse eso. Se dedica una y otra vez a tocarse con mimo hasta que comienza a sentir la irrefrenable necesidad de querer acabar para alcanzar el máximo placer, porque los juegos están bien, pero correrse es lo mejor. Por eso cierra su palma en torno a su miembro y comienza con el vaivén, primero con lentitud y luego de una forma acelerada. JongIn siempre ha querido sentir cómo sería que el recto de KyungSoo apretara su miembro mientras se movía en su interior y antes de morir quiere probarlo al menos una vez.

            Pensando en aquello, JongIn finalmente llega al orgasmo, uno de los mejores de su vida y se corre en su mano y mancha las sábanas, pero el chico no le presta mucha atención a eso, porque solo puede respirar entrecortado tumbado sobre el colchón mientras suspira una y otra vez “KyungSoo, KyungSoo, KyungSoo”.

            Es por este motivo, que JongIn no se da cuenta de que la puerta de su habitación ha sido abierta y que desde hace un rato, la persona por la que suspira lo ha estado observando. Por eso, cuando abre los ojos y se lo encuentra de frente, lo primero que hace es intentar cubrirse para después intentar explicar o negar las cosas, pero cuando KyungSoo se acerca a la cama y se sienta sobre esta, mirándolo fijamente a los ojos, se queda sin habla.

            —Vaya —lo oye murmurar—. No sabía que tuvieras esta clase de actividad nocturna pensando en mí.

            —Yo… hyung…

            —Shhh… —lo calla KyungSoo, poniendo un dedo sobre sus labios—. No hace falta que expliques nada, está todo muy claro —el mayor se acerca un poco más y luego lleva su otra mano a la entrepierna de JongIn, tocando su, ahora flácido, miembro—. Puedo hacer realidad todas tus fantasías, JongIn —dice—, solo tienes que decirme que sí.

            —Sí —responde sin dudar el chico, pero no le da tiempo a decir nada más porque ya tiene los labios de KyungSoo sobre los suyos, besándolo como nunca antes lo habían besado, dejándolo sin respiración al segundo y haciendo que su miembro tenga una reacción.

            Nunca en sus fantasías se ha imaginado que besar los labios de KyungSoo fuera tan maravilloso y tan excitante y no necesita más que un par de minutos de besos para hallarse completamente erecto y con ganas de que aquella vez, de verdad sean las manos de KyungSoo las que lo acaricien en toda su extensión y que hagan con él todo lo que quieran. Siempre ha deseado aquello y no puede creerse que lo haya obtenido de aquella forma, tan fácil.

            —Eres real… ¿verdad? —cuestiona cuando el mayor deja sus labios, porque no está muy seguro de que todo aquello esté sucediendo de verdad… es demasiado… irreal.

            —Claro que soy real —ríe KyungSoo y luego agarra su miembro con fuerza, haciéndolo gemir—. ¿Si no lo fuera te sentirías tan bien?

            —No, tienes razón —jadea—. Eres real.

            —Bien.

            En ese momento, KyungSoo se saca su miembro de los pantalones del pijama y JongIn puede ver que este también ha crecido por los besos, así que se siente un poco orgulloso por haber excitado al otro también. Sin embargo, no tiene tiempo para pensar en muchas más cosas porque el mayor ha juntado sus miembros y los está rozando el uno contra el otro, haciendo morir de placer a JongIn porque aquello es demasiado para él.

            Do KyungSoo es perfecto para él, siempre lo ha pensado. El contraste de sus tonos de piel es algo que, desde que lo conoce, lo ha vuelto loco; sus labios gruesos que ahora sabe que encajan a la perfección con los suyos y su cuerpo menudo que puede envolver entre sus brazos. Y ahora que  están de aquella manera el chico siente que todos sus sueños han sido cumplidos.

            —JongIn… —escucha a KyungSoo jadear su nombre—. ¿Me dejarás que te la meta? —la pregunta lo pilla totalmente desprevenido porque jamás se ha imaginado ocupando aquella posición, pero la penetrante mirada cargada de deseo que está recibiendo no lo deja pensar con demasiada claridad y finalmente acaba asintiendo, haciendo que el mayor esboce una de aquellas sonrisas en forma de corazón que tanto le gustan a JongIn—. Seré cuidadoso.

            A partir de aquel momento, JongIn se dedica a sentir y a gemir, no puede hacer mucho más porque las manos de KyungSoo son mucho mejores que las suyas contra su miembro y porque sus dedos tanteando su entrada son algo realmente maravilloso. Puede que al principio le duela porque no está acostumbrado, pero una vez se acostumbra, a JongIn le encanta aquella sensación y solo quiere que el miembro de KyungSoo reemplace a sus dedos lo más rápido posible.

            La forma en la que KyungSoo lo penetra finalmente es delicada, pero a la vez segura. El mayor ha hecho que JongIn se sentara sobre sus piernas y que fuera bajando poco a poco sobre su miembro, dejando que fuera a su propio ritmo, sin forzarlo a ir más rápido. Cuando está completamente dentro, no se mueve porque la penetración ha dejado sin aire a JongIn y ahora tiene su rostro enterrado en el hombro izquierdo del mayor.

            —¿Estás bien? —le pregunta y JongIn asiente lentamente—. ¿Puedo seguir?

            —Por favor.

            Al principio, las embestidas son muy suaves y el menor apenas las nota, así que, ahora que puede y lo tiene a su alcance, comienza a darle besos al chico en el cuello trazando un caminito por los lunares de su cuello, como si fueran los puntos de un dibujo que tiene que unir con sus labios para saber qué es. Escucha que KyungSoo gime por sus besos y se atreve a ser un poco más intenso, aunque no demasiado porque no puede dejar marcas. Sin embargo, no puede seguir recorriendo con su boca el cuello del mayor porque las embestidas de este se vuelven mucho más fuertes y rápidas y JongIn solo se dedica a morderse el labio inferior para no gemir alto y que la persona que duerme en la habitación de al lado los escuche.

            Los minutos que pasan realizando aquella actividad son los más placenteros de la vida de JongIn, sobre todo, cuando KyungSoo lleva una de sus manos a su miembro y lo masturba a gran velocidad para hacerlo llegar al orgasmo con él. JongIn nunca ha tenido un orgasmo tan placentero como aquel en su vida y sabe que es porque lo ha hecho con KyungSoo y este le ha puesto a flor de piel todos los sentidos.

            JongIn no recuerda cuando se queda dormido, pero cuando se despierta, a la mañana siguiente, por el incesante pitido de su despertador, se encuentra solo en la cama. El chico se siente un poco decepcionado y también un poco idiota porque probablemente todo lo que pasó la noche anterior con KyungSoo fuera producto de su imaginación. JongIn suspira, pero cuando se intenta levantar de la cama una punzada en su baja espalda lo deja completamente estático y entonces sabe que no, no ni se lo ha imaginado ni ha sido un sueño.

            Por fin ha tenido sexo con KyungSoo, por fin ha recorrido con su boca aquellos lunares que lo volvían y que lo siguen volviendo loco. No sabe exactamente en qué situación los deja aquello que han hecho, pero JongIn por fin es feliz porque ha podido cumplir otro de sus sueños.

Notas finales:

—Como casi siempre que hago algo ambientado en la realidad de estos chicos, os dejo fotillos para que veáis que es cierto lo que os cuento (?) Es solo sobre la ropa y sobre un momento en el concierto, no hay nada más porque estos dos son más discretos que SeHun cuando le agarró la polla a ChanYeol y le dio besos a YiXing en el cuello y el hombro en la ceremonia de Idol Asian Awards de 2013.

—En el aeropuerto de Incheon (Corea del Sur) hacia Changsha (China) el 27/07/14. Kai y D.O.

—Su momento en el concierto (+ otro momento que merece atención).

—Aeropuerto de Changsha con rumbo a Incheon (solo EXO–K y Tao —quien tenía el pie hecho polvo después de haber estado grabando Law of the Jungle en las islas Salomón y hacerse daño—, los miembros restantes de M viajaron a Beijing por un fansign) el 28/07/14 y volvieron al día siguiente a Corea. D.O. y Kai.

—Este fic es una adaptación/remodelación de una escena de lemon KaiSoo que tenía en mi carpeta de “empezados y jamás terminados”. A ver si alguna vez termino con todos esos fics que tengo por ahí. Espero que os haya gustado <3

IMPORTANTE. LEER.

No repostear mis historias bajo ningún concepto. No dejar los links a mis fics en ninguna página de Facebook ni en ningún lugar parecido sin pedirme antes permiso para hacerlo. Soy la autora de estas historias y yo tengo el derecho de promoción, así que, si se sigue repitiendo que mis fics sean dejados en otras páginas sin mi autorización tendré que tomar medidas que nadie quiere que tome: dejaré de escribir y cerraré el blog.