Como Lobos Hambrientos
03/01/14,
Apartamento de EXO, Seúl, Corea del Sur.
—No puedo aguatarlo, no sé cómo
vosotros lo aguantáis —comentó JongDae apareciendo de repente en la habitación
que compartían BaekHyun, ChanYeol, MinSeok y ZiTao y en la que solo se
encontraba el primero.
—¿A qué te refieres? —preguntó este
sin entender. Estaba tumbado en la cama con el portátil sujetado entre sus
muslos y su abdomen.
—A JongIn y KyungSoo, ¿qué va a ser?
—JongDae se llevó una mano a la cabeza y se despeinó, luego caminó hasta la
cama de BaekHyun y se sentó en ella, dejándose caer y haciendo que el inquilino
botara y tuviera que sujetar firmemente el ordenador.
—Eh —se quejó el chico dándole un
manotazo—. Se llega a caer y me compras otro.
—Le pediría el dinero a JunMyeon,
entonces. No puede decirme que no.
—Ni a ti, ni a nadie. Es lo bueno y
malo que tiene JunMyeon —ambos chicos sonrieron, pero al segundo, JongDae
recordó por qué estaba allí.
—Argh. No puedo con ellos.
—¿Pero qué te han hecho? Si no dan
ni un ruido.
—Joder, ya sé que no dan ni un ruido
—contestó desesperado el otro—. Si un día Soo se quedó a dormir con JongIn y lo
hicieron pensando que Myeon y yo estábamos dormidos ¡y no se les escuchó
prácticamente!
—Vale, vale. Ahórrame los detalles —BaekHyun
contuvo un escalofrío al imaginarse la escena—. Y cuéntame por qué estás así.
Si vinieras quejándote de SeHun y ZiTao te comprendería, ¿pero de estos dos? No
lo entiendo.
—A ver, ya sé que no son como los
otros, que están todo el día el uno sobre el otro. ¡Por Dios, a veces ni sé
dónde acaba uno y empieza el otro! —negó con la cabeza—. Pero eso lo arregla
YiFan cuando se harta de manoseos y le da una hostia a ZiTao como buen padre —lo
que pasa con JongIn y KyungSoo es que sí, vale, no se toquetean mucho, pero se
miran de una manera que me pone muy nervioso. ¡A veces parece que JongIn se
quiere comer a KyungSoo y viceversa! Parecen… ¡Lobos hambrientos!
—Clama, JongDae —BaekHyun cerró la
tapa de su portátil y se incorporó de la cama, dándole palmaditas en la espalda
al chico—. El comeback de Wolf ya ha pasado, deja de pensar en lobos.
—Pero es que parece eso.
—Ya sé lo que parece. Lo vemos todos
¡incluso lo ven las fans! Solo hay fanfics de ellos dos en internet.
—¿Eso estabas mirando? —preguntó JongDae
con una sonrisa enigmática que el otro sabía torear muy bien.
—Exactamente. Después de lo de ZiTao
en weibo me dio curiosidad y estoy buscando cosas.
—Vale. Da igual. Prefería que me
hubieras dicho que estabas buscando porno, no habría huido. De hecho, me
hubiera quedado contigo para tomar apuntes.
—No creo que JunMyeon te deje
innovar.
—Qué va. Es un soso. Siempre lo
mismo. No sé por qué no lo dejo y me vengo contigo.
—Porque hay un elfo al que no
quieres ver cabreado.
—Muy cierto. ¡Pero ese no es el
tema!
—Ya sé. Ya sé. JongIn y KyungSoo que
parece que se van a comer cualquier día ¿y qué? No hacen daño a nadie.
—Pero me ponen muy nervioso.
—Sé lo que se siente. He vivido con
ellos más tiempo que tú —la mano de BaekHyun bajó hasta la rodilla del otro y
la dejó allí apoyada—. Tienes que aprender a convivir con ello. Después de un
tiempo lo verás normal.
—No tengo tiempo. Quiero verlo
normal ¡ya!
—Jong…
—Un momento… —los ojos de JongDae
emitieron un brillo que a BaekHyun le puso los pelos de punta.
—Sea lo que sea aquello que estés
pensando en esa maquiavélica cabecita tuya, deséchalo, por lo que más quieras.
Tu última idea concerniente a una pareja acabó con YiFan metiéndosela a YiXing
en la mesa de la cocina y te recuerdo que no fue muy agradable de ver.
—Tranquilo, esta vez calcularé muy
bien las cosas.
—JongDae, cuando haces eso das miedo.
Lo sabes, ¿no?
—JunMyeon también dice que doy miedo
a veces en la cama.
—Todavía no entiendo como alguien como
él puede estar con alguien como tú.
—Yo sé por qué —el chico señaló
descaradamente su entrepierna y BaekHyun le dio un golpe en el brazo, gritando
su nombre—. Está bien. Está bien. ¿Me vas a ayudar con lo que estoy planeando?
—Primero cuenta el plan, ya decidiré
qué hacer.
—Perfecto…
—¿Sabéis dónde está JongDae? —preguntó
JunMyeon entrando al salón en el que se encontraban varios de los integrantes
del grupo. La mayoría movió la cabeza negativamente, pero uno lo hizo
afirmativamente.
—Lo vi entrar a nuestra habitación
hace un par de horas o así —comentó MinSeok.
—¿Lleva dos horas encerrado con
BaekHyun en una habitación? —preguntó ChanYeol con los ojos desorbitados,
levantándose del sofá y dando un paso para echar a andar hacia ese lugar. Sin embargo,
una mano lo agarró del brazo y lo hizo sentarse de nuevo.
—Ni se te ocurra molestarlos —dijo
YiFan mirando la pantalla del televisor—. Estaban maquinando alguna cosa.
—¿Y por qué no me han llamado a mí
para maquinar? —preguntó el chico haciendo un puchero—. Yo también formo parte
de ese grupo.
—Les romperías el ambiente —dijo
LuHan—. Admite que Baek y JongDae quedan mejor juntos que tú con él —ChanYeol
hinchó las mejillas y JunMyeon lo acompañó en el gesto.
—BaekHyun no haría nada como eso.
—Pero JongDae sí lo haría, ¡vamos que
sí lo haría! Tengo que tener un cuidado —comentó JunMyeon negando con la cabeza.
—Pues yo quiero ver qué están
haciendo.
ChanYeol se levantó de nuevo, pero
esta vez no hizo falta que lo detuviera YiFan, se detuvo él solo cuando vio
aparecer a BaekHyun y JongDae por la puerta del salón, riendo cómplices. Se
quedó estático, mirando fijamente a su pareja hasta que este le devolvió la
mirada acompañada de una sonrisa inocente que derritió al chico y lo hizo
sonreír como tonto.
—Genial. Estáis todos —dijo JongDae
contando a los presentes.
—En realidad faltan JongIn y
KyungSoo —dijo YiXing—. Han salido antes a comprarse regalos para su
cumpleaños.
—Perfecto —el chico sonrió—. Hay algo
de lo que quiero hablaros que concierne a ambos chicos, así que, ZiTao, deja de
meterle boca a SeHun y presta atención.
13/01/14,
Apartamento de EXO, Seúl, Corea del Sur.
Había acabado la fiesta organizada
por la empresa para los cumpleaños de KyungSoo y JongIn, que al cumplir uno el
doce y el otro el catorce, lo celebraban el trece juntos, para no hacer dos
fiestas. Habían estado un par de horas con algunas fans y por fin regresaban a
casa tras un largo día. Sin embargo, nada más entrar en esta, la mayoría de
ellos volvieron a salir, de hecho, diez de ellos lo hicieron.
—¿Dónde vais todos? —preguntó
KyungSoo al verlos salir.
—Vamos a salir un rato —contestó
JongDae con una sonrisa traviesa—. Disfrutad de nuestros regalos al máximo y no
os reprimáis.
El chico fue a decir algo más, pero
la puerta de la calle le fue cerrada en las narices y no pudo hacer más que
abrir y cerrar la boca un par de veces, ya en soledad. Solo volvió en sí,
cuando escuchó la voz de JongIn detrás de él, a unos cuantos metros y se giró
hacia él.
—Hyung, nos han dejado algo en mi
dormitorio —dijo—. ¿Dónde están todos? —preguntó mirando a su alrededor al no
ver a nadie.
—Acaban de irse —contestó el chico—.
JongDae ha dicho que nos divirtamos con lo que nos han dejado. No me ha gustado
nada la forma en la que lo ha dicho.
—Tampoco puede ser demasiado malo.
Ven, vamos a ver qué es.
JongIn le tendió la mano y el otro
la aceptó de buen gusto. Así, ambos caminaron hasta la habitación del menor,
entraron a esta y se sentaron en su cama, intentando que los pequeños
paquetitos que había en esta no se cayeran al suelo.
—¿Cuál abrimos primero? —preguntó
emocionado JongIn.
—El que te llame más la atención —el
chico asintió y tomó uno con papel rosa chillón. Lo abrió y cogió la nota que
había sobre el regalo, envuelto este todavía en papel de celofán—. “Si has
abierto este regalo el primero, te conozco como si fuera tu madre, Kim JongIn”
—leyó con una sonrisa—. “Espero que te guste mi regalo y que le des buen uso.
Tu fan número 1, ChanYeol”.
—¿ChanYeol es adivino a tiempo
parcial ahora? —preguntó KyungSoo divertido.
—Eso parece —JongIn dejó la nota a
un lado y tomó el regalo, abriendo los ojos como platos al ver lo que era—.
¿Pero qué…? —preguntó sorprendido con un bote de lubricante con sabor a fresa.
—Esto no será una cámara oculta para
el ShowTime, ¿verdad? —KyungSoo se levantó de la cama y comenzó a buscar por la
habitación cualquier indicio.
—No creo. Esto sería clasificado
como +19 y no podrían emitirlo en la tele a la hora de siempre —dijo el menor—.
Pero sí que creo que es una maldita broma de los demás.
—Seguro que ha sido idea de JongDae.
Cuando regrese le daré donde más le duele —el otro volvió a la cama con el
rostro sombrío—. Hoy no se me escapa.
—Bueno, miremos por el lado bueno
—comentó JongIn—. Nuestro bote se terminó hace poco y no pudimos comprar uno
nuevo —el mayor dio un suspiro —veamos el siguiente, ¿cuál prefieres?
—El de leopardo. Seguro que es de
Tao.
—Vale —el chico cogió la caja
envuelta en papel de leopardo y la abrió, soltando una carcajada al ver la
nota—. “SanTao Claus ha llegado un poco tarde, pero se perdió por el camino.
Espero que me perdonéis el retraso y utilicéis con frecuencia el regalo y
aprendáis de él” —leyó—. Wow, ZiTao sabe decir “con frecuencia” ahora —comentó
divertido tomando otra pequeña caja había dentro. Abrió la tapa y le enseñó a
KyungSoo el interior.
—¿Una colección de películas porno
gay? —preguntó el mayor con una ceja alzada.
—Típico de ZiTao. Ahora abrimos el
verde —cogió ese paquete y lo puso entre sus piernas.
—¿Por qué tengo la sensación de que
todos los regalos serán de contenido sexual? —murmuró.
—“Para que innovéis un poco. Sosos”
—leyó, sacando una ristra de cuentas anales de la caja—. Esto tiene que ser de
SeHun —dijo mirando el artefacto—. Siempre está empeñado en que hay que
utilizar cosas de estas para que el orgasmo sea mejor —a KyungSoo se le
encendieron las mejillas al escuchar aquello.
—¿Hablas con SeHun de… Nuestras
relaciones? —preguntó.
—Claro. Tengo que devolverle las sesiones
escabrosas y repletas en detalles en las que me cuenta cómo él y ZiTao “hacen
cosas”.
—Vale. Eso no me lo esperaba
—murmuró KyungSoo—, pero da igual, abre el rojo —JongIn asintió y tomó ese
paquete.
—“No os hará mal un poco de
perversión, de todas formas, ya os coméis con los ojos. Chen” —leyó. Luego sacó
de la caja unas esposas y un pañuelo—. ¿Pero qué…?
—¿Le dolerá más si le pego con las
esposas o con el pañuelo? —preguntó el mayor crujiéndose los dedos de las
manos.
—Vamos, hyung —JongIn llevó su mano
a la mejilla del otro y la acarició—. Todo esto son tonterías de los chicos, no
hay que hacer mucho drama por eso.
—Está bien…
—Perfecto —el chico sonrió y cogió
un paquete pequeño que por la forma parecía no ser una caja sino un libro.
Quitó el papel y cuando vio el título casi se atraganta con su propia saliva—.
El Kamasutra para homosexuales —se mordió el labio inferior y miró avergonzado
a su chico mientras abría el libro para leer la dedicatoria—. “Cuando fui a
comprarlo a la librería pasé mucha vergüenza, así que luego tratadme como a un
rey. MinSeok.” —dejó de leer y vio otra frase más abajo—. “Usadlo bien y luego
que circule. LuHan”.
—Ahí tenemos dos regalos —comentó
KyungSoo.
—Maldito hyung tacaño —murmuró entre
dientes.
—Coge el pequeño cuadrado —señaló el
mayor.
—¿Este? —preguntó JongIn tomando el
regalo.
—Sí.
—Veamos —rompió el papel y abrió la
caja—. “Recordad que aunque no está mal dejarse llevar por la pasión, siempre
hay que tomar precauciones. Os quiere, omma.”
—JunMyeon hyung siempre igual —dijo
KyungSoo.
—Nunca cambiará —comentó JongIn.
Cogió otro de los paquetes y comenzó a abrirlo—. “No sabía qué regalaros, así
que no me lo tengáis en cuenta. Lay.” —tomó el bote que había en la caja y lo
sacó—. ¿Esto es aceite corporal? —preguntó extrañado.
—Un afrodisiaco —contestó el mayor—.
Si se da un masaje con eso se incrementa… Ya sabes… El deseo sexual…
—Oh… —JongIn se mordió el labio
inferior—. Estos hyung piensan en todo.
—Eso parece —KyungSoo carraspeó—. Ya
solo quedan dos, el de Kris y el de BaekHyun. ¿Abrimos el más grande ahora? —el
menor asintió y cogió ese regalo.
—“No sé cómo me he dejado convencer,
pero bueno, disfrutad. Kris.” —leyó y luego sacó de la caja un pene de látex de
pequeño tamaño—. ¿Para qué queremos esto si nosotros ya tenemos uno cada uno…?
—No lo sé.
—Bah, da igual. Abro el que queda
—abrió el regalo y leyó la nota—. “Esto es para que dejéis salir a vuestro lobo
interior. BaekHyun” —el chico sacó un látigo de cuero y abrió los ojos como
platos. KyungSoo también se quedó de piedra al ver el regalo.
—¿Pretenden que nos hagamos
sadomasoquistas o algo? —preguntó el mayor.
—Eso parece…
—¿Qué tal si lo guardamos todo,
menos el lubricante, los condones, el libro y el afrodisiaco? —dijo KyungSoo.
—Las películas también las podríamos
utilizar.
—Vale.
Comenzaron a meter todos los regalos
en sus respectivas cajas con sus respectivas notas y los guardaron en el fondo
del armario que compartían JongIn, JongDae y JunMyeon. Después, fueron a la
habitación de KyungSoo y escondieron los demás. Luego se fueron al salón y se
sentaron en el sofá para ver la tele.
—¿Por qué crees que habrán hecho
esto? —preguntó JongIn.
—¿Recuerdas lo que hicimos para
cuando Kris y YiXing se gustaban, pero ninguno de los dos le decía nada al
otro?
—Sí.
—Creo que esto es porque creen que
nuestra vida sexual no es satisfactoria, ya que no estamos enganchados todo el
día como SeHun y ZiTao.
—Pues vaya maneras que tienen.
—¿Qué más podemos esperar?
—¿Y qué podemos hacer para que no
vuelvan a hacer algo así?
—Besarnos y estar todo el día
agarrados frente a ellos.
—Me da vergüenza.
—Y a mí, pero debemos intentarlo.
—Está bien. A partir de ahora no nos
contendremos.
JongIn se fue inclinando sobre
KyungSoo hasta que sus labios se rozaron levemente al principio, para luego
convertirse en un beso mucho más demandante. Escucharon la puerta principal
abrirse, pero aun así no se separaron como habían acordado.
—Otra vez te has equivocado
calculando el tiempo —escucharon decir a BaekHyun y luego oyeron protestar a
varios más, pero ellos siguieron besándose, porque si todo aquello había sido
para que no se contuvieran, ellos no se volverían a contener nunca más.