Título: When? How?
Where?
Autora: Riz Aino
Pareja: TaeBer (Amber
+ TaeMin) (F(SHINee) – SHINee + F(x))
Clasificación:
R
Géneros:
smut, pwp
Número de palabras:
2.702 palabras
Resumen:
Amber no se ha dado cuenta de cuándo pasó porque ha estado demasiado ocupada en
los últimos tiempos, pero en algún momento en el año anterior, TaeMin había
dejado de ser un niño y se había convertido en un hombre.
Advertencias:
mención a relaciones sexuales y poco más.
Aclaraciones:
historia ambientada en el año 2012, cuando TaeMin comenzó a dar muestras de que
había cumplido la mayoría de edad y quería darnos a todas una hostia en la cara
con su sensualidad.
Notas:
fanfic escrito para Sofía, que lo pidió para el blog Giraffes in your Dreams y
me lo agencié porque era una pareja rara que no había visto en la vida.
Comentario de autora:
seriamente, jamás había visto esta pareja, pero como siempre estoy abierta a
cosas nuevas y la idea era curiosa dije, why not? Y probé a ver qué salía. Este
ha sido el resultado, espero que os guste.
Desde siempre, Amber se había tenido que
comportar como una persona más madura de lo que en realidad era porque entre
las trainees que se encontraban en la empresa en el mismo momento en el que
ella misma estaba entrenando para su debut, era de las mayores y tenía que
cuidar de las más pequeñas. Igual había sucedido con su debut, ya que era la
segunda mayor en el grupo y la que mejor hablaba coreano a pesar de ser
extranjera. Por cosas como aquellas, la chica nunca se había podido permitir
hacer el loco realmente con la gente de su edad, porque tampoco había mucha
gente de su edad en la empresa, y había acabado juntándose con personas un poco
más mayores.
Aquellos habían sido los motivos por los
cuales Amber había ido viendo crecer a Lee TaeMin desde muy lejos, a pesar de
que no se llevaban más de un año.
Amber recordaba que cuando ambos eran todavía
trainees, el chico correteaba por los pasillos junto a su amigo del alma JongIn
y hacían gran alboroto, metiéndose en líos cada dos por tres. Recordaba aquella
faceta traviesa e infantil que el chico había mostrado desde aquellos momentos
y que había seguido arrastrando desde su debut porque eso había sido lo que la
empresa le había ido diciendo que hiciera, que se comportara de forma adorable
en la medida que pudiera para seguir ganándose el corazón de las noonas.
Por eso, para la chica fue una total sorpresa
cuando el menor, con algo más que la mayoría de edad cumplida, había decidido
que había sido suficiente el tiempo que había pasado siendo mono y quería
cambiar completamente su imagen. En los últimos tiempos, Amber había estado
demasiado ocupada porque los comebacks de F(x) iban unos detrás de otros y los
programas de la tele y la radio se les acumulaban a todas, así que era difícil
pasar a ver a sus amigos, difícil tratar de mantenerse al día de lo que todos
iban haciendo con sus vidas porque no tenía ni tiempo para ver qué era lo que
iba haciendo en su propia vida.
Aquellos fueron los motivos por los que Amber
se perdió el cambio de TaeMin, el paso del niño al hombre… y aquellos fueron
los motivos por los que cuando la chica pudo por fin encontrar un hueco para
ver a sus amigos, aquellos que formaban SHINee, pocas semanas antes del SMTOWN
del verano de aquel año, se sorprendió al ver al maknae de aquel grupo.
Amber se esperaba al chico encantadoramente
tonto y adorable que siempre había visto, aquel chico que traía a todas de
cabeza pero porque les sacaba el lado maternal; pero aquel chico había sido
dejado atrás y lo que Amber se había encontrado ese día en la sala de ensayo
había sido a un joven que había dejado atrás toda su faceta adolescente, que
había comenzado a tornear sus músculos y que, en pantalones cortos y camiseta
de tirantes negra, sudando abundantemente por la práctica y respirando de forma
entrecortada, se le hizo la visión más erótica que jamás había tenido.
Ese día, el día en el que se dio cuenta de
que TaeMin había dejado de ser un niño y se había vuelto todo un hombre, Amber
apenas fue capaz de coordinarse mientras estuvo en la sala de ensayo con los
chicos, tratando de ponerse al día de sus vidas… ese día, cuando salió de aquel
lugar, Amber no se dirigió directamente a la sala de ensayo en la que estaban
las otras cuatro chicas de su grupo practicando para el gran concierto del
verano, sino que su destino fue el baño para echarse agua helada en la cara y
tratar de pensar en cosas puras y castas.
Después de aquel momento, Amber fue
plenamente consciente de TaeMin, aunque no quería serlo. Cada vez que estaban
cerca, cada vez que estaban en la misma habitación, cada vez que se cruzaban
por los pasillos, la chica lo veía a él primero y su interior daba una sacudida
a la vez que pensamientos sobre lo mucho que le encantaría estar con él, en una
cama, aparecían salvajemente en su mente sin que ella pudiera evitarlo. Quizás,
en los momentos en los que comenzaba a pensar cosas que no debería, se quedaba
un poco embobada viendo al menor, pero la chica pensaba que era lo
suficientemente discreta como para que alguien se diera cuenta realmente de lo
que estaba pasando por su cabeza… aunque lo que pensaba no era lo que pasaba en
la realidad.
Amber intentaba ser discreta, intentaba
mantener la distancia con aquel chico que había crecido y se había hecho un
hombre para ser su perdición, pero al parecer sus esfuerzos no habían sido
suficientes y las personas más cercanas de su entorno y del entorno del menor
se habían comenzado a dar cuenta de aquello. El primero, KiBum, al que no se le
escapaba absolutamente nada y tenía un radar especial en cuando a cosas como
aquella.
—¿Te gustaría comerte a TaeMin con salsa
barbacoa o tal cual para saborear su sabor real? —fue lo que le dijo el mayor
un día, después de haber acabado el ensayo de la actuación especial que iban a
hacer junto a su amigo Kris de EXO.
Amber fue a reclamarle que no tenía ningún
sentido lo que estaba diciendo, pero antes de ser capaz de abrir la boca, Key
le dedicó una mirada que decía perfectamente que lo sabía todo y que a él,
precisamente a él, no podía engañarlo cuando se daba cuenta de las cosas. Por
eso, la chica simplemente suspiró, sabiéndose pillada.
—No es que quiera comérmelo… es solo que…
—respondió, porque en realidad ella no era ningún caníbal ni nada por el
estilo, solo quería… ¿qué era lo que quería? ¿Follárselo? Amber negó con la
cabeza porque no quería darle forma de palabras a aquellos pensamientos y menos
en presencia de KiBum.
—No comértelo en ese sentido —replicó él—,
eso ya lo sé. Pero lo que sí querrías es meterlo en una cama contigo y hacer
cosas sucias.
Bueno. Ella no quería que sus pensamientos
tuvieran palabras, pero no había pensado que KiBum la conocía tan bien que
podía hacerlo por ella y sin tener ningún remordimiento por ello.
—No se lo digas, por favor —fue lo único que
se le ocurrió decir como contestación, haciendo que su amigo sonriera de forma
encantadora.
—Yo no soy nadie para meterme en sitios donde
no me llaman ni para ir diciéndole a diestro y siniestro que X se lo quiere
follar —dijo KiBum—, solo quería cerciorarme de si eras consciente de las
miradas que le echabas y, sobre todo, si eras consciente de que ya ha dejado de
ser menor de edad y que se muere por pasar noches locas con quien sea, solo
para mantener a sus hormonas a raya.
Amber tragó saliva al escuchar aquellas
palabras porque sí, era muy consciente de que Lee TaeMin había dejado de ser
menor de edad el año anterior y que no suponía ningún problema que dos adultos
como ellos simplemente se acostaran para mantener a raya su libido y que éste
no pudiera interferir en sus vidas profesionales. De lo que no había sido
plenamente consciente era de lo otro que le había comentado porque no se le
había pasado por la cabeza que el chico pudiera sentirse de aquella forma.
—Gracias por todo —murmuró al final, porque
no sabía qué otra cosa podía decirle a KiBum—. Voy a tratar de ver lo que más
conviene.
~.~.~
Lee TaeMin estaba completamente seguro de que
su cambio no había pasado desapercibido para absolutamente nadie, las fans
estaban locas por él y también había visto a algunas compañeras de profesión
que se había encontrado en las estaciones de televisión que lo miraban de otra
forma, de una forma a la que no estaba para nada acostumbrado: con deseo. El
chico había aprovechado aquello para por fin poder sacar a la luz su lado más
oscuro y muchas de aquellas chicas habían acabado pasando una noche junto a él
en la habitación de un hotel, sin compromisos y sin promesas, solo por el
simple placer de hacerlo.
No obstante, a pesar de que era mucho más
consciente de que ya no era visto más como un niño, todavía no era plenamente
consciente de todas las pasiones que levantaba, ni de todas las mujeres —e
incluso hombres—, que estaban totalmente rendidos a sus pies. Porque aunque
finalmente había dejado de ser un niño y ahora estaba más cerca del hombre que
quería ser, todavía seguía siendo alguien muy despistado que la mitad de las
veces no sabía ni dónde había dejado su cabeza.
Por ese motivo, cuando JongIn lo cogió de la
camiseta y lo llevó hasta una sala vacía para hablarle seriamente de un tema
serio y le dijo lo que era, TaeMin no pudo hacer otra cosa más que reírse
porque todo sonaba demasiado disparatado.
—Pero no te rías, zoquete —le pegó JongIn,
seguramente tratando de que se enfocara correctamente en lo que le había dicho,
pero TaeMin obviamente no podía hacerlo.
—Podrías haberte inventado otra cosa mejor,
JongIn, al menos si querías hacerme una buna broma —respondió—. ¿Cómo me voy a
creer algo como eso?
—No es ninguna broma —replicó el menor,
mirándolo a los ojos fijamente—. Puede que no te hayas dado cuenta, cerebro de
mosquito, pero Amber noona te mira como si quisiera hacerte de todo y, sobre
todo, cosas malas.
—Tonterías —dijo él—. Para Amber noona no soy
más que otro de sus hermanitos pequeños, como todos los que estuvimos
entrenando con ella en su tiempo, así que, no tiene sentido.
—Para ti no tendrá sentido ahora —contestó
JongIn—, pero fíjate en sus reacciones cuando estéis juntos.
—Tú deberías cuidar tus asuntos con SooJung
antes de darme lecciones como esta —replicó TaeMin, haciendo que su amigo
simplemente suspirara—, pero me fijaré para que dejes de darme la lata.
—Gracias.
Después de aquello, su amigo lo había dejado
solo con sus pensamientos y TaeMin no había podido evitar darle vueltas a lo
que había escuchado. La verdad es que nunca se le había ocurrido ver a Amber
como a otra mujer más porque su comportamiento siempre había sido tan cercano
como el de los demás chicos de la empresa, pero claro, Amber seguía siendo una
mujer, a pesar de todo, una mujer a la que le gustaban los hombres y,
obviamente no estaba ciega si se había fijado en él. TaeMin tampoco estaba
ciego y se había dado cuenta de que se había convertido en un buen partido.
En las siguientes veces en las que el chico
se fue encontrando con Amber, trató de estar lo más enfocado posible en ella
para ver si era verdad lo que JongIn le había dicho unas semanas atrás y,
aunque al principio no se dio cuenta de que hubiera algún cambio en la forma en
la que lo trataba o cómo se comportaba con él, fijándose un poco más, sí que se
había dado cuenta de que las miradas que le dedicaba en la lejanía eran las
mismas que sabía que le dedicaban otras chicas y TaeMin comenzó a sentirse raro
con respecto a aquello. Raro porque Amber siempre había estado presente en su
vida desde que no era más que un adolescente y porque seguramente seguiría
estando muy cerca en los siguientes años y no sabía si le convenía realmente o
no hacer con ella lo mismo que había hecho con otras muchas chicas.
No obstante, el deseo fue creciendo en su
interior con el paso de los días y la idea de mantener relaciones sexuales con
ella, sin compromiso y sin ninguna promesa, solo por el placer de satisfacer
los deseos de uno y de otro, se fue haciendo cada vez más y más tentadora.
~.~.~
Amber notó el siguiente cambio en TaeMin de
forma inmediata a pesar de que no había podido notar el primero porque ahora
era mucho más consciente de él de lo que lo había sido antes, por eso, pudo
notar casi en el mismo instante en el que se gestaba en el chico, el deseo que
había comenzado a mostrar por ella, el mismo deseo que Amber sabía que tenía
por él. Al principio, aunque lo había notado, pensó que quizás se había vuelto
paranoica porque estaba viendo lo que quería ver, pero con el paso de las
semanas, se había dado cuenta de que no solo eran sus deseos más oscuros los
que estaban siendo expuestos, sino los de TaeMin también. No sabía qué era lo
que podía haber motivado aquel cambio en él, qué había motivado que se girara
hacia ella cuando sabía perfectamente que jamás lo habría hecho a no ser que
ella misma le hubiera expuesto todo, pero estaba mucho más que contenta por
aquel cambio.
Por ese motivo, finalmente se decidió a dar
el paso, se decidió a acercarse a TaeMin de una forma completamente diferente a
como siempre lo había hecho, para probarse a sí misma, para probarlo a él y
para probar qué era lo que podían hacer, hasta dónde podían llegar. Lo que no
se había imaginado había sido que solo le harían falta unas palabras para poder
tenerlo donde quería desde hacía meses.
—Has crecido muy bien. TaeMinnie —le había
susurrado al oído mientras le daba un abrazo que a ojos de todos los demás era
normal e inocente—. Pero me gustaría comprobar cuánto y cómo de bien has
crecido…
—Cuando quieras, noona —había respondido él,
con un deje sensual en el tono de su voz.
Y había sido aquella misma noche cuando ambos
se habían encontrado en un hotel a las afueras de la capital, en un lugar en el
que absolutamente nadie los podría reconocer a pesar de que toda la nación
debía de saber quiénes eran, para juntar sus cuerpos sobre un colchón, para
recorrerse el uno al otro de una forma que jamás habían pensado, para dejar que
TaeMin la penetrara una y otra vez hasta que los dos alcanzaron el cielo y para
sentir varias veces, todo lo que había crecido aquel chico que siempre había
estado a su lado pero que nunca se había aparecido ante ella, como lo había
hecho en los últimos tiempos.
Amber disfrutó muchísimo de aquella noche y
supo que, aquella sería la primera y la última noche que disfrutaría de algo
como aquello junto a TaeMin, pero aquella única noche había sido suficiente y
totalmente satisfactoria.
Notas finales:
—La
verdad es que no creía que pudiera escribir esta historia y menos hacerlo en el
tiempo récord en el que la hice, pero estoy bastante satisfecha con ella.
Quizás no era lo que esperabas porque querías algo más romántico y tal (o más
lemon detallado), pero no suelo ser muy explícita con el Hetero, así que lo
siento mucho. Espero aun así que te haya gustado y que si quieras pasarte otra
vez para pedir otra cosita lo hagas.
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