Título: The Lover:
Japan Series
Autora: Riz Aino
Pareja: TakuJae
(Takuya x JoonJae) (The Lover)
Clasificación:
PG–13
Géneros: romance, fluff
Número
de palabras:
1.606 palabras
Resumen: después de seis
largos meses, JoonJae y Takuya por fin pueden encontrarse de nuevo, esta vez en
Japón, para tratar de empezar de nuevo.
Aclaraciones: los personajes de
este dorama son en realidad Takuya, integrante del grupo CROSS GENE, y Lee JaeJoon,
actor. Mientras grababan la serie se hicieron buenos amigos y después siguieron
siéndolo.
Notas: The Lover fue un
dorama coreano que causó gran sensación debido a que trató por primera vez en
la televisión diversos temas que en la sociedad coreana aún no están del todo
bien vistos en pantalla, como las relaciones sexuales, la convivencia en pareja
sin estar casados y las relaciones homosexuales. Los personajes de Takuya y
JoonJae pertenecen a esta serie.
Comentario
de autora:
después de terminar de ver el dorama y no aceptar que apenas tuvieran
interacción amorosa estos dos, me decidí a hacer esta pequeño one shot para
quitarme una espinita que tenía clavada en mi corazoncito de shipper. Espero
que os guste esta historia corta.
JoonJae
todavía no sabía si aquella locura era de verdad algo que iba a merecer o no la
pena, todavía no sabía si de verdad tenía sentido haber hecho aquello… pero
JoonJae no quería arrepentirse de haber cogido aquel avión a Japón para ir en
busca de Takuya. El apartamento que habían compartido durante aquellos
maravillosos tres meses ya no existía y los recuerdos que habían creado allí
estaban destinados a desaparecer también; sin embargo, eso era algo que JoonJae
no quería que ocurriera jamás.
Había
tardado quizás demasiado tiempo en entender qué era aquello que lo atormentaba,
qué era lo que lo hacía sentir extraño alrededor de Takuya… pero una vez lo
había descubierto, una vez había entendido que estaba enamorado de él y que lo
daría todo por estar con él, JoonJae no quería tirarlo por la borda.
JoonJae
solo quería saber si tenía alguna oportunidad con Takuya.
aaa
Takuya no podía creer
que, después de medio año y después de todo lo que había sucedido, JoonJae
estuviera de nuevo ante él. Era casi irreal volver a estar junto a él en la
misma habitación, tras haber huido de Corea con el rabo entre las patas solo
por tener miedo al futuro… después de todo el dolor que le había causado al
chico, después de haberlo dejado tirado sin darle una sola explicación, no
había pensado ni por un asomo que él fuera tan valiente como para dejarlo todo
atrás y buscarlo para poder comenzar de nuevo.
Pero allí se
encontraban de nuevo, comenzando algo otra vez, pero en esta ocasión en otro
lugar, en un país diferente.
JoonJae aún seguía de
pie, mirando a su alrededor, escrutando cada detalle del lugar como si cada
mísera cosa que hubiera en el apartamento fuera mucho más interesante de lo que
Takuya jamás sería, sin saber qué decir. Takuya tampoco era capaz de poder
decir algo, pero porque todo aquello lo había pillado por sorpresa y porque
todavía era incapaz de pensar con claridad debido a los estridentes latidos de
su corazón, aquel corazón que bombeaba la sangre por su cuerpo a gran velocidad
mientras el chico se sentía profundamente impresionado por el hecho de que
JoonJae se encontraba allí.
Probablemente, JoonJae le había dado muchas
vueltas a la cabeza antes de decidirse a ir a buscarlo y seguramente se habría
torturado muchísimo él mismo antes de reunir el valor para hacerlo y dejarlo
todo solo por él… un valor que Takuya no había sido capaz de tener para quedarse
junto a él en Corea cuando había tenido la oportunidad de hacerlo. El rubio
esbozó una pequeña sonrisa, demasiado feliz como para poder retenerla más
tiempo en sus labios.
JoonJae se encontraba
ante él y aquello solo significaba que ambos optaban a un nuevo comienzo, un
nuevo comienzo en el que las cosas solo podían ser diferentes e ir a mejor para
los dos… un nuevo comienzo en el que ninguno tuviera que retener sus verdaderos
sentimientos.
Mientras Takuya
observaba fijamente al recién llegado, la mirada de JoonJae viajó desde el
televisor hasta sus pies descalzos, totalmente incómodo por estar en aquella
situación. El silencio se había apoderado de ellos desde que habían
intercambiado aquellas significativas palabras cuando le había abierto la
puerta y era muy normal la incomodidad que sentía el moreno en aquellos
instantes, por lo que Takuya carraspeó para poder obtener su atención durante
unos instantes. Inmediatamente, JoonJae lo miró a los ojos de forma fija, sin
abandonarlos en largo tiempo, haciendo que Takuya se sintiera nostálgico al
recordar aquellas veces en las que sucedía aquello mismo, pero en otro lugar
completamente diferente.
Había echado de menos
aquellas penetrantes miradas en las que Takuya podía ver perfectamente cómo
miles de pensamientos cruzaban por la mente de JoonJae.
—Puedes dejar la
maleta ahí y sentarte —le dijo—. Seguro que estarás cansado
del viaje.
—Oh…
no… estoy bien —murmuró el otro, agarrando firmemente el mango de su maleta.
Después
de las pocas palabras que habían compartido cuando le abrió la puerta, aquella
era la primera vez que intercambiaban algo más que unos monosílabos. Takuya
echaba de menos escuchar la voz de JoonJae, a pesar de que el otro jamás
hubiera sido muy hablador y fuera él mismo quien había tenido que llenar todos
sus silencios. Lo había echado tanto de menos. Había pensado tantas veces en
volver a coger un avión a Corea para volver de nuevo a su lado y decirle lo
mucho que sentía haberlo dejado tirado… pero todas esas veces se había frenado
a sí mismo pensando que lo mejor para los dos era que se mantuvieran separados,
para así no sufrir.
Takuya
se sentía tan egoísta por haber hecho aquello. Se sentía tan egoísta por
haberlo abandonado cuando sabía perfectamente que JoonJae estaba en un mar de
dudas, cuando tenía demasiadas preguntas y sin ninguna respuesta. Takuya había
sentido en el momento que era lo mejor… pero en realidad había sido un maldito
cobarde.
En
el momento en el que se había percatado de que JoonJae también estaba enamorado
de él había huido de su lado, se había escondido para no tener que enfrentarse
a la realidad. Solo había vuelto a él el día antes de regresar a Japón, para
verlo una última vez, para pasar un último día junto a él, para hacer de tripas
corazón y poder dejarlo sin ningún remordimiento. Takuya todavía sentía cómo su
corazón se desgarraba al pensar en el momento en el que había dejado ir su mano
para marcharse, el momento en el que había dejado el apartamento que habían
compartido con JaeJoon durmiendo sin haberle dicho cómo se sentía.
Cuando
estaban en Corea, Takuya había sido un completo cobarde y un egoísta de primera…
pero había tenido mucho miedo, demasiado miedo. Miedo porque una relación entre
dos hombres seguía sin estar bien visto, miedo a perder todo lo que había conseguido
en la vida, miedo a que las personas que lo rodeaban se pusieran en su contra,
miedo a sufrir y, sobre todo, miedo a que JoonJae también pudiera sufrir por
aquello. Takuya había tenido mucho miedo en aquel entonces, pero ahora, ahora
que JoonJae se encontraba frente a él, todos sus miedos habían sido derrotados.
Takuya
ya no tenía miedo de expresar sus sentimientos y de vivir junto a JoonJae su
presente, sin perder ni un solo momento más. El futuro era totalmente incierto
para ambos, el pasado era algo doloroso… pero todavía les quedaba el presente
para intentar ser felices sin que nadie les pudiera cuestionar sus
sentimientos.
Verlo
allí de pie en su salón, intentando no parecer nervioso pero sin conseguirlo
para nada, fue lo que finalmente acabó por decidirlo, después de haber bajado
todas y cada una de sus defensas con su presencia allí.
Por
ese motivo, Takuya se acercó un poco a él, sobresaltándole, hasta quedar a
escasos centímetros de su cuerpo. Su mirada volvió a posarse en los ojos ajenos
y el rubio aprovechó aquel momento para despegar su mano del mango de la maleta,
que todavía seguía apretando fuertemente en un intento de tener algo a lo que
aferrarse, y tomarla inmediatamente entre las suyas. En ese instante sus ojos
viajaron hasta sus manos unidas y Takuya pudo sentir perfectamente a través del
contacto cómo se tensaba y su cuerpo temblaba.
Estaba
tan nervioso… probablemente le daría un infarto si aquella situación en la que se
encontraban no terminaba rápido. Por eso, Takuya respiró hondo tratando de
calmarse él mismo antes de volver a hablar.
—Bienvenido
a casa —murmuró—. Te he echado mucho de menos.
Una
sonrisa se extendió por el rostro de Takuya y cuando JoonJae volvió a mirarlo a
los ojos, otra de alivio se extendía por el suyo, acompañada de unos ojos
brillantes de emoción, haciéndolo ver tan transparente como siempre lo había
sido.
—Yo…
también te he… echado de menos —confesó JoonJae.
Takuya
apretó su mano firmemente un momento antes de acercarse a él para darle un
beso, un beso que llevaba demasiado tiempo queriéndole dar y que fue
correspondido al instante y sin vacilación, mostrándole que aquellos sentimientos
eran los mismos que él sentía. El chico no pudo evitar sonreír aliviado dentro
de aquel beso, siendo consciente de que aquel no iba a ser el primer ni el
último beso que se darían… siendo consciente de que, a partir de entonces, iban
a comenzar de nuevo, construyendo un futuro que, durara lo que durase, los
incluía a ambos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario