Prólogo
Neugde era una pequeña localidad al noreste
de Corea del Sur, prácticamente en la frontera con su vecino del norte, rodeada
de un bosque en el que los lugareños encontraban algunas de las cosas que
necesitaban para sobrevivir en aquel emplazamiento y cerca de un río de aguas
cristalinas que los abastecía de agua para la vida cotidiana y para los
cultivos. El lugar era pequeño, no había más que unos doscientos habitantes en
el pueblo y éste era lo suficientemente dinámico como para abastecerse a sí mismo
de los productos básicos, mientras que aquellos que necesitaban y eran más
difíciles de producir por ellos mismos, eran llevados al pueblo gracias a un
señor de mediana edad que le llevaban todo lo que le pedían. La vida era
realmente tranquila para las personas que residían en aquel lugar y
probablemente era así en los pocos pueblos aislados del mundo moderno que
todavía quedaban en aquel país, pequeños remansos de paz que todo el mundo
desconocía y en el que se vivía la vida sin prisas, sin agobios, sin estrés.
No obstante, a pesar de que Neugde era un
típico pueblo aislado, no era para nada típico. En Neugde existían leyendas que
cobraban vida.
Según contaban las personas más ancianas del
lugar, aquel emplazamiento había sido fundado muchos siglos atrás por personas
que querían esconderse del resto del mundo, personas que eran diferentes a
todos los demás y que no querían que nadie se enterara de su condición. Neugde
había sido fundado por hombres lobo que habían vivido en aquel lugar generación
tras generación hasta el presente.
En aquella comunidad, poseer el gen lobo era
visto como un regalo, debido a que poco a poco éste se había ido perdiendo con
la mezcla de sangre; un regalo que hacía a los jóvenes que lo poseían más
fuertes y capacitados para poder sobrevivir en el mundo exterior. En Neugde,
poseer aquel gen te abría las puertas al mundo porque según una costumbre que
se había comenzado a seguir apenas unas generaciones atrás, solo los que eran
portadores de ese gen podían salir del pueblo para encontrar una buena pareja
con la que regresar a la comunidad muchos años más tarde. Por eso, para poder
conocer el mundo que se encontraba más allá de los bosques que circundaban
Neugde, todos los jóvenes del pueblo ansiaban ser portadores de aquel gen, pero
no eran muchos los que lo desarrollaban.
En una generación, quizás eran cuatro o cinco
chicos quiénes finalmente tenían el gen lobo y comenzaban a experimentar los
cambios en su cuerpo hasta que por fin se transformaban por primera vez en lobo
debido a la luna llena. Cada año, durante la primavera, era cuando el gen
empezaba a mostrarse en alguno de los adolescentes del pueblo; sin embargo,
había años en los que no se manifestaba en nadie y otros en los que eran varios
muchachos los que finalmente abandonaban Neugde hasta la llegaba del final de
la estación.
Todo aquello era lo que les habían enseñado a
los jóvenes del pueblo y éstos siempre habían creído que la vida en aquel lugar
funcionaba de esa forma… hasta que el curioso Lee DongHyuck descubrió que todo
lo que les habían contado era una gran mentira.
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