Título:
Autumn Breeze
Autora:
Riz Aino
Pareja:
YeHyun (YeSung + KyuHyun) (SUPER JUNIOR)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, drama, action
Número de palabras:
3.101 palabras
Resumen:
proteger a Cho KyuHyun siempre ha sido algo insoportable para JongWoon pero,
después de todo, es su trabajo y lo tiene que hacer por eso y no por otro
motivo… ¿verdad?
Advertencias:
va a haber un mínimo de violencia, pero lo tengo que avisar por si acaso luego
alguien empieza a leerlo y se asusta por lo que pasa.
Aclaraciones:
JongWoon, sí… lo siento, pero para mí se seguirá llamando de esa forma hasta el
final de los tiempos debido a que no fue una decisión que él tomara, sino que
fue impuesta.
Notas:
esta idea era en realidad un KrisYeol (Kris + ChanYeol), pero la reconvertí en
este YeHyun porque el YeHyun es mi OTP de Super Junior (aunque el EunHae
también me encanta, pero a quién no le gusta el EunHae… y el HanChul, que lleva
muchos rompiéndome el kokoro).
Comentario de autora:
desde 2013 llevo sin escribir nada de Suju (bueno, escribí algo a inicios del
2015, pero muy cortito) y la verdad es que no sé por qué de repente me ha dado
por hacer algo. Espero que os guste.
“¿No
te gusta sentir la brisa del otoño contra la piel? A mí me encanta”.
Aquella había sido la última frase
que había escuchado de KyuHyun antes de que todo se volviera oscuro tras sentir
un golpe en la parte posterior de su cabeza. El rostro preocupado de la persona
de la que llevaba encargándose los últimos diez años era lo último que había
podido ver y eso lo carcomía por dentro desde que se había despertado en la
habitación de un hospital apenas unas horas antes. JongWoon no tenía que ser
muy listo para saber lo que había sucedido y que todo había sido por su culpa,
porque no había estado lo suficientemente atento, porque se había descuidado,
porque se había perdido en la mirada infinita del menor y en su silueta
recortada por los árboles de hojas secas que se movían a su alrededor por la
suave brisa.
KyuHyun había sido secuestrado…
Kim JongWoon había sido contratado
para evitar que aquello sucediera y, durante los diez años de servicio que
había prestado a la familia Cho, nunca antes había sucedido, pero aquel día
había dejado que se lo llevaran y el guardia nunca se lo podría perdonar.
A pesar que al principio, cuando un
KyuHyun adolescente no le daba más que problemas y quebraderos de cabeza porque
solía escaparse de la casa familiar para poder hacer lo que le diera la gana
sin estar vigilado, JongWoon siempre lo encontraba antes de que nada malo
sucediera, porque ese era su trabajo, protegerlo, cuidarlo y no dejar que las
personas que buscaban beneficio económico secuestrándolo o haciéndole daño
pudieran tener acceso a él. KyuHyun había sido durante muchos años aquello que
lo hacía perder manojos de cabello cada vez que se peinaba… pero poco a poco se
había ido convirtiendo en una compañía agradable y razonable a medida que iba
creciendo y madurando y ahora que por fin comenzaban a llevarse bien, había
sucedido aquello.
JongWoon suponía que con el paso de
los años había dejado de estar tan atento a todo porque confiaba en que el
joven no iba a salir corriendo en cuanto le quitara la vista de encima un
momento y por su falta de profesionalidad había tenido aquel descuido que le
iba a costar probablemente el puesto si no se ponía rápidamente manos a la obra
para encontrarlo.
—¿Tienes alguna idea de quién ha podido ser
el secuestrador? —le preguntó el jefe de la seguridad de la familia Cho.
—Me atacaron por la espalda —respondió—. No
me di cuenta de quien fue. ¿Hay alguien en especial que pueda sacar especial
beneficio de la desaparición del chico? —cuestionó.
—La familia tiene muchos enemigos declarados
y otros que tejen sus intrigas desde las sombras… hay demasiados como para que
podamos centrar nuestras sospechas en uno solo —fue la respuesta que recibió
del hombre.
—Entonces no tenemos ninguna pista…
—Solo las que puedas aportar tú, pero si no
puedes decir nada, solo podemos esperar a que llamen al señor Cho haciendo sus
exigencias —aquello fue lo último que dijo antes de irse de la habitación del
hospital.
Durante algunos minutos, JongWoon se quedó
allí, sentado mirando a la nada, pensando en qué era lo que podía hacer para
encontrar a KyuHyun. Aquella era una situación desesperada, no era como cuando
de adolescente se escapaba, era totalmente diferente. No había ningún lugar
concreto en el que buscar, no había ninguna pista que pudiera dirigirlo en la
dirección correcta, no había absolutamente nada… sin embargo, el chico era
listo, muy listo, y seguro que encontraba la manera de dar alguna pista para
que JongWoon pudiera seguirla y encontrarlo.
Su corazón había comenzado a doler desde que
había perdido a KyuHyun de su vista y sabía perfectamente que no dejaría de
doler hasta que éste no estuviera de nuevo a salvo. Él podría ser destituido
después de aquello, pero no le importaba, lo único que lo calmaría sería poder
ver a KyuHyun otra vez y en un lugar totalmente seguro.
JongWoon salió del hospital a pesar de que
los médicos le recomendaran que lo mejor que podía hacer era quedarse algunas
horas más allí para que se aseguraran de que no tenía ningún daño interno, pero
él no podía quedarse allí por más tiempo, sabiendo que KyuHyun estaba en algún
lugar pasándolo mal y que era por su culpa. Por eso cogió directamente el coche
que le tenían preparado en la puerta del hospital sus compañeros encargados de
la seguridad de la familia Cho y condujo hacia el último lugar en el que había
estado junto al joven, por si allí encontraba alguna pista que se le hubiera
podido escapar a alguno de sus compañeros. Él era quien mejor conocía a KyuHyun
y, por lo tanto, quien podía saber mejor lo que se le pasaba por la cabeza y lo
que podía haber dejado atrás para que lo encontrara.
Sin embargo, a pesar de que condujo
rápidamente hacia el lugar de los hechos no llegó demasiado lejos porque una
llamada de un número desconocido a su teléfono personal lo detuvo. No había
muchas personas que conocieran aquel número, solo su familia, amigos cercanos y
KyuHyun. Por este motivo, antes de descolgar el teléfono envió un rápido
mensaje a sus compañeros de la central para que triangularan aquella llamada solo
por si acaso era de quienes mantenían retenido a KyuHyun y solo cuando se
aseguró de que éstos habían recibido su mensaje y lo tenían todo preparado,
descolgó.
—¿Quién es? —preguntó.
—Agente YeSung —lo llamó una voz
distorsionada al otro lado de la línea y JongWoon supo que había hecho bien al
pedirle a sus compañeros que triangularan la llamada—. Tenemos algo en nuestra
propiedad que supongo que le gustará recuperar.
—Supongo que no le habrán hecho ningún daño a
aquello que quiero recuperar —les respondió—. No creo que a vosotros os guste
lo que pasará si hay cualquier tipo de herida.
—El chico está en perfectas condiciones, no
le hemos tocado ni un solo pelo —dijo el secuestrador—. Así que, vamos a hablar
de lo que queremos para que todos tengamos aquello que deseamos.
—Necesito una prueba —lo cortó JongWoon—,
antes de las condiciones para el trato necesito saber que de verdad está bien.
—Muy bien —se escuchó un poco de ruido al
otro lado, gente murmurar y algo de movimiento, además de un sonido que los secuestradores
no querrían que se escuchara: la bocina de un barco que zarpaba. JongWoon se
sintió repentinamente ansioso al saber aquello porque ya tenía una pista—.
Ahora mismo te va a hablar el chico.
—JongWoon —dijo en voz baja KyuHyun, su voz
no se escuchaba distorsionada y la pudo reconocer inmediatamente—. ¿JongWoon
dónde estás?
—Estoy en camino —le respondió, porque en el
momento en el que colgara aquella llamada podría comenzar con su búsqueda,
sabiendo más o menos el lugar exacto en el que se encontraba—. ¿Cómo estás?
—Estoy bien… —murmuró éste—. No me han hecho
nada.
—Bien, entonces no te preocupes —contestó,
tratando de tranquilizarlo, porque el chico podía aparentar perfectamente que
estaba bien, pero por dentro debía estar que los nervios se lo comían—. Pronto
estaré contigo.
—Te esperaré —dijo por último el menor y tras
aquello se escuchó un pequeño forcejeo hasta que el teléfono acabó de nuevo en
manos del secuestrador.
—Ya has visto que está perfectamente —fue lo
que escuchó, ya otra vez con la distorsión en la voz del secuestrador—. Ahora
queremos hablar de las condiciones.
—Os escucho.
El secuestrador comenzó a hablar de que
quería unos cuantos de millones de wons de la familia Cho para soltar a su hijo
y que éstos tenían que estar sin marcar, pero JongWoon no le prestó demasiada
atención a aquellas palabras. La llamada estaba siendo grabada desde la central
y escuchada por sus compañeros también, así que, podía permitirse desconectar
de aquellas tonterías y comenzar a dirigirse hacia el oeste. Si había escuchado
a un barco zarpando eso solo podía indicar que el chico se encontraba cerca de
algún lugar en el que barcos grandes pudieran arribar. Teniendo en cuenta que
no había pasado demasiado tiempo desde que el secuestro se había producido y
que no había podido tomar ningún tipo de transporte público, el lugar más
probable al que se podían haber dirigido era hacia el oeste.
Pocos minutos más tarde, las condiciones se
terminaron y JongWoon asintió a todas ellas, diciendo que haría todo lo posible
para que se cumplieran en el tiempo exigido y la llamada se terminó. Al
segundo, recibía otra llamada, esta vez en el teléfono que utilizaba para
comunicarse en su trabajo y descolgó con gran rapidez.
—¿Sabéis dónde están? —cuestionó.
—Están cerca del HJIT —respondió uno de sus
compañeros—. Hay una serie de naves antes de llegar al puerto, así que deben de
estar en una de ellas.
—¿Habéis buscado la señal del móvil de
KyuHyun?
—La última señal recibida fue de un kilómetro
más allá del lugar del secuestro, probablemente lo apagaron o lo destruyeron
para que no pudiéramos encontrarlos a través de eso —le contestó.
—Bien. Me estoy dirigiendo hacia allí, si
podéis ser más concretos con el lugar lo agradecería —dijo JongWoon.
—Estamos trabajando en ello, no te preocupes
—fue la respuesta que recibió—. También te mandamos una unidad para que te
ayude en el rescate.
—Gracias.
opo
KyuHyun se encontraba en una esquina del
almacén, atado de pies y manos a un poste que había en el lugar y custodiado
por un señor que llevaba una careta de payaso. Llevaba horas en aquella
posición, horas esperando a que por fin todo se terminara, horas deseando que
JongWoon apareciera en cualquier momento por la puerta y lo ayudara a salir de
ese sitio. El chico sabía perfectamente que si el mayor había dicho que estaba
de camino y que lo esperara era porque realmente iba a ir a por él y no iba a
tardar mucho, pero los minutos se le hacían eternos y solo quería irse de allí
lo más pronto posible.
Al principio había estado preocupado por
JongWoon, porque lo había visto desvanecerse en el suelo como si fuera un
muñeco de trapo, pero cuando había escuchado su voz decidida, se había
tranquilizado un poco y había comenzado a pensar en cuándo estaría allí junto a
él. También había comenzado a pensar en que necesitaba que el mayor lo abrazara
y que no lo soltara jamás.
KyuHyun no tuvo tiempo realmente para tratar
de ver por qué tenía aquellos pensamientos, debido a que en apenas unos segundos,
todo fue ruido y caos a su alrededor.
La puerta del almacén se había abierto de
forma repentina y por ella habían entrado los guardias de seguridad de su
padre, con JongWoon a la cabeza, disparando a diestro y siniestro en lugares no
mortales pero sí en los que los dejaría paralizados para que no pudieran realizar
ningún movimiento más. En aquel caos, KyuHyun trató de deshacerse de aquel que
lo tenía custodiado, pero antes de que pudiera hacerlo éste le había puesto una
pistola en la cabeza, llamando así la atención de quienes habían ido a
rescatarlo y, sobre todo, llamando la atención de JongWoon, que se quedó quieto
al instante.
—Si no queréis que lo mate ahora mismo soltad
todas vuestras armas —les gritó—, y dejadnos salir de aquí sin hacer ni un solo
movimiento.
KyuHyun cerró sus ojos durante unos segundos
y cuando los volvió a abrir, todos habían dejado sus pistolas en el suelo,
incluido JongWoon. El chico pensó que la pesadilla no terminaría nunca si todo
seguía de aquella manera y lo único que pudo hacer fue resignarse a ello,
porque si él hacía algún movimiento, se llevaría una bala en la cabeza, pero si
lo hacía alguno de los demás, también se la llevarían. No había ninguna
solución posible a aquella situación, no al menos una en la que todos salieran
ilesos. Pero en ese momento, sus ojos se encontraron con la mirada oscura de
JongWoon, aquella que le decía que lo iba a sacar de allí, costara lo que
costase, aquella mirada que le pedía que confiara en él. KyuHyun asintió
lentamente con su cabeza, en un movimiento sutil que no fue percibido por
ninguno de los presentes, solo por JongWoon, quien sonrió.
El menor cerró sus ojos, porque no quería ver
lo que iba a pasar a continuación y solo lo supo por su oído. Escuchó cómo la
persona que se encontraba a su lado se movía y sintió cómo la pistola que
presionaba su cabeza por fin dejó de hacerlo, escuchando justo después el
sonido de un disparo cercano y cómo el cuerpo que de la persona que lo había
mantenido retenido cayó con un golpe sordo a su lado. KyuHyun abrió sus ojos
para ver cómo JongWoon se acercaba corriendo hasta él para abrazarlo con fuerza
contra su cuerpo.
—¿Estás bien? —le preguntó.
—Sí… gracias a ti —respondió.
—Me alegra mucho…
JongWoon se separó de él unos momentos y
esbozó una sonrisa encantadora, algo a lo que KyuHyun no estaba del todo
acostumbrado, antes de cerrar sus ojos y caer sobre él. El menor se asustó
muchísimo por aquello, pero antes de que pudiera hacer o decir nada, los demás
miembros de la seguridad de su casa cogieron su cuerpo y lo llevaron hasta la
salida mientras que a KyuHyun lo levantaban y guiaban fuera también.
En el camino de vuelta a la casa de la
familia Cho, a KyuHyun le contaron que JongWoon había recibido el disparo del
secuestrador, pero que no era nada grave y que una vez que le sacaran la bala y
reposara unos cuantos días estaría perfectamente. KyuHyun les dijo que quería
estar junto a él, pero las órdenes habían sido llevarlo sano y salvo a casa,
así que, no lo iban a dejar ir al hospital a ver cómo se encontraba el mayor
por más que lo pidiera o rogara —después de todo, JongWoon había sido herido
para salvarlo, pero aquel era su trabajo—. Por aquel motivo, KyuHyun no estaba
autorizado a ir a visitarlo, porque salir de la casa podía poner su vida en
peligro, aunque fuera al hospital simplemente.
Sin embargo, a pesar de que no estaba
autorizado a salir de su casa lo hizo, como siempre había hecho cuando le
habían negado ir a cualquier sitio.
Pasó un tiempo dando y recibiendo abrazos a
su familia y contando lo que había escuchado en el tiempo en el que había
pasado retenido para que hicieran un informe de todo, pero en cuando lo dejaron
tranquilo unos momentos y pudo irse a su habitación, salió de la casa de la
misma forma en la que lo hacía cuando era un adolescente y, sin que nadie lo
viera, se fue de la propiedad de los Cho y cogió un taxi para que lo llevara al
hospital en el que se encontraba ingresado JongWoon. Quizás estaba poniendo en
riesgo su vida demasiado pronto, quizás no fuera lo correcto, pero era lo que
quería hacer, porque JongWoon había puesto su vida en peligro por salvarlo.
En el hospital tuvo que preguntar por él y en
recepción le dijeron en la habitación en la que se encontraba, después subió
hasta la planta y recorrió los pasillos para llegar hasta ella. En la puerta de
la habitación no había nadie, así que, lo único que tuvo que hacer fue mirar
hacia un lado y a otro y entrar corriendo al lugar, cerrando justo después tras
él. JongWoon se encontraba tumbado en la única cama que había en aquella sala,
rodeado de máquinas y enganchado a un par de ellas. A KyuHyun se le encogió un
poco el corazón al verlo de aquella forma, pero en el momento en el que notó
que los párpados del otro aleteaban hasta que sus ojos se abrieron, su corazón
descansó y el chico se acercó hasta la cama.
—JongWoon —lo llamó, haciendo que se enfocara
en él—. ¿Estás bien? —el guarda asintió, pero no abrió su boca, quizás
demasiado cansado como para hacerlo—. Estaba muy asustado —murmuró—, creí que
no te iba a volver a ver nunca más.
El otro le sonrió, tranquilizándolo, y
después alzó la mano que tenía libre de tubos para rozar su rostro suavemente y
KyuHyun se dejó envolver por la cálida caricia, sintiendo que necesitaba muchas
más de aquellas caricias a partir de aquel momento, algo de lo que no se había
dado cuenta antes.
—Recupérate lo más pronto que puedas —le
susurró—. Me gustaría poder seguir disfrutando del otoño contigo.
—Te lo prometo —respondió JongWoon, con la
voz rasposa por no haberla utilizado durante todo aquel tiempo.
—Bien… ahora duerme, me quedaré aquí contigo
hasta que alguien se dé cuenta de que falto en casa y vengan a buscarme.
El mayor sonrió ante aquellas palabras y
después cerró sus ojos, haciendo que KyuHyun se relajara un poco. JongWoon
estaba bien y, a pesar de que no encontraba el motivo por el que se sentía de
aquella forma tan extraña acerca de él, eso era lo único que realmente importaba.
Notas finales:
—HJIT:
es la abreviatura de HanJin Incheon Terminal, el nombre que recibe el puerto de
contenedores de Incheon.
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