Título: 50 Sombras de Joy
Autora: Riz Aino
Pareja: JoyRene (Irene + Joy) (Red Velvet)
Clasificación: NC–17
Géneros: AU, bdsm, smut, pwp
Número de palabras: 654 palabras
Resumen: a JooHyun le gustaba que su master la castigara…
quizás le gustaba demasiado…
Advertencias: todo el prompt
que me mandaron estaba plagado de cosas pervertidas, así que básicamente hay
BDSM y expresiones obscenas, porque puedo (?)
Notas: este drabble fue escrito para kpoprompts hace
milenios y retocado un poco.
Comentario de autora: realmente no estoy acostumbrada a escribir yuri BDSM, por lo que no sé
cómo ha quedado. Espero que os guste esta cosita pervertida.
50 Sombras de Joy
Un latigazo en el trasero
le cortó la respiración y JooHyun tuvo que apretar los dientes para que un
gemido mezclado con un aullido de dolor no se escapara de su boca sin su
consentimiento. Justo después, mientras los restos de la quemazón en la parte
de su cuerpo que acaba de ser golpeada se iban haciendo más dispersos hasta
casi desaparecer, la chica tragó un poco de saliva, bajándola por su garganta
seca. Estaba sedienta, pero sabía que no iba a probar ni una gota de agua hasta
que la persona que se encontraba en aquella habitación levemente iluminada no
terminara con ella. Sin embargo, el tiempo parecía detenerse en aquel lugar y
JooHyun no sabía si solo habían pasado unos minutos desde que había llegado o
habían pasado horas.
—¿Qué debería hacerte
ahora, Irene? —cuestionó con voz dulce la otra chica, su master, muy
cerca de su oído, causándole un escalofrío que le recorrió todo su desnudo
cuerpo, de arriba abajo—. Has sido muy mala estos días y tengo que castigarte
por todo lo que has hecho.
Un dedo comenzó a recorrer
su columna vertebral, desde su cuello hasta su baja espalda. También tocó el
espacio entre sus glúteos y acabó descansando en su entrepierna, justo en la
zona más sensible de su cuerpo —y la que estaba más húmeda y más ardiente en
aquellos momentos, esperando a que su master se decidiera a darle placer
en ese lugar—.
—Estás muy caliente, Irene
—murmuró—. Parece que estás muy necesitada.
JooHyun escuchó sus
palabras, pero no dijo nada. La estaba provocando y si le contestaba algo a
aquello habría un castigo fuerte; si no le contestaba, solo sería un golpe en
su trasero con el látigo. Esperaba el latigazo… pero, aun así, cuando lo sintió
en su piel, apretó los dientes de nuevo, a la vez que se sentía cada vez más y
más excitada.
—No tienes modales, creo
que no te he enseñado bien —le dijo, otro latigazo en su trasero—, pero me
gusta cuando eres indisciplinada… así puedo castigarte y disfrutar de ello.
La chica estaba a cuatro
patas sobre la cama, tenía sus muñecas y tobillos atados unidos y apenas tenía
capacidad de movimiento, pero cuando otra vez la mano de su master se coló por
su entrepierna desde atrás, esta vez internando un par de sus dedos de golpe
por su vagina, sus piernas se abrieron un poco de forma totalmente inconsciente
por el placer que sintió en ese momento.
—Parece que lo necesitabas
desesperadamente, ¿verdad?
La menor retiró sus dedos
tan rápido como los había introducido y un gemido de protesta salió de los
labios de JooHyun antes de que pudiera detenerlo.
—SooYoung…
—Joy —le replicó la otra—.
Para ti soy Joy, no SooYoung.
Y JooHyun no tuvo que
esperar más de unos segundos para volver a sentir el cuero del látigo contra su
piel, una y otra vez. Le dolía, claro que le dolía, mentiría si dijera que no
lo hacía… pero era un dolor agradable, un dolor que se convertía en placer, un
dolor que la hacía sonreír y jadear de excitación cada vez que cada tanda de
golpes cesaba. A JooHyun le gustaba que su master la castigara… quizás
le gustaba demasiado…
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