Título:
Something (that blooms)
Autora:
Riz Aino
Pareja:
ChamWoong (Jeon Woong + Park WooJin) (AB6IX)
Clasificación:
PG–13
Géneros:
AU, romance, fluff, humor
Número de palabras:
2.027 palabras
Resumen:
Woong y WooJin van a pasar el fin de semana en un hotelito rural para
relajarse… pero cuando llegan se encuentran que su reserva se ha perdido y solo
queda una habitación libre en el hotel.
Notas: básicamente
se me ocurrió esta historia después de ver este
momento del behind del AB4U Season 2 porque es que son ADORABLES y no pude
resistirme a ello.
Comentario de autora:
en su momento dije que quería escribir MUCHAS historias de estos dos y la
verdad es que me estoy poniendo a ello porque merecen. Espero que os guste.
—Una reserva a nombre de Park WooJin.
Es lo que dice WooJin, dejando su carnet para que el muchacho que les va
a hacer el check-in en el hotel mire sus datos y compruebe que todo esté
correcto para darles las tarjetas de las que van a ser sus habitaciones el par
de días que se van a quedar allí. Woong se dedica a observar el pequeño hall
del hotel mientras el menor termina de arreglar aquello. Cuando WooJin le había
propuesto que aquel fin de semana hicieran un pequeño viaje y se quedaran en un
hotelito rural muy mono para desconectar un poco de la vida, había estado a
punto de decir que no porque tenía muchas cosas que terminar y no podía
permitirse ni un momento de descanso… pero lo había pensado mejor y al final
había aceptado. No se arrepiente porque el sitio es bastante cuco y acogedor y
están en mitad del monte, alejados de toda civilización, con todo verde a su
alrededor, naturaleza pura. Probablemente aquella escapada es lo que necesita
para cuando vuelva a la capital ponerse las pilas y trabajar mucho más
centrado.
—Lo siento, pero de verdad que no
encuentro dicha reserva.
Woong se gira inmediatamente para
ver cómo el muchacho le devuelve el carnet a WooJin y éste lo mira totalmente
confuso. Woong también está confuso. El menor le había dicho un millón de veces
que él se encargaba de todo lo que concerniera al viaje y, obviamente, había
hecho todos los planes, incluida la reserva en aquel hotel, pero parece que hay
algún problema.
—¿Qué pasa? —pregunta, acercándose.
—Me ha dicho que no encuentra
ninguna reserva a mi nombre, pero estoy seguro de que la hice correctamente —le
responde WooJin—. Te acuerdas que llamé en la hora del almuerzo aquel día que
comimos con DongHyun.
—Sí, sí me
acuerdo —dice él.
Habían pasado al menos unas tres
semanas de aquello, pero Woong se acordaba. Ese día le había estado contando
sus planes para el viaje y le había enseñado fotos del hotel en el que ahora
mismo se encuentran para ver si todo lo que había elegido le parecía bien y
comenzar las reservas. Y se acuerda perfectamente cómo DongHyun había llegado y
se había sentado con ellos a comer y había querido apuntarse al viaje muy
ilusionado, aunque poco después se había acordado de que no podía porque tenía
una presentación con el conservatorio ese fin de semana y había dicho que a la
siguiente escapada que contaran con él para cuadrarla también con su agenda.
—¿Tenéis habitaciones libres? —pregunta
WooJin—. Aunque no sean las que reservé… —se gira hacia él mientras el muchacho
en la recepción teclea en el ordenador—. Tenían unas vistas maravillosas, es
una pena.
—No pasa nada, hombre —responde con
una sonrisa, tratando de quitarle un poco de hierro a la situación—. Mientras
tengan un par de habitaciones, todo correcto…
—Me temo que no las tenemos —murmura
el muchacho—. Estamos en pleno fin de semana y muchas personas vienen para
relajarse y alejarse de la ciudad, así que, estamos prácticamente completos.
—¿Puedes mirar de nuevo lo de la
reserva? —le pregunta WooJin al chico—. Mira a nombre de Jeon Woong sino
encuentras nada a mi nombre de nuevo. No creo que la hiciera a tu nombre, pero
por si acaso, estas semanas he estado tan liado con las clases que no me
acuerdo.
—Voy a comprobarlo —pero tan solo
unos segundos después vuelve a dirigirse hacia ellos y, antes de que abra la
boca, Woong sabe que va a decir que no—. Me temo que tampoco. No tenemos
ninguna reserva con estos nombres.
—¿Qué hacemos? —no puede evitar
preguntarle a WooJin, pero antes de que su amigo pueda decirle nada, interviene
el muchacho de la recepción.
—Queda una habitación —les dice—. Es
individual y la cama no es muy grande, pero al menos puede haceros el apaño
esta noche, mañana podemos mirar si hay alguna cancelación o alguien hace
check-out.
—Bueno, me parece que la situación
se podría haber evitado si hubierais apuntado mi reserva —comienza WooJin,
sonando bastante cabreado. Entiende que lo esté, pero no lo tiene que pagar con
el pobre muchacho que los está atendiendo, así que, lo coge del brazo y cuando
el chico se gira hacia él, niega con la cabeza, indicándole de esa forma que no
siga por ahí.
—A mí no me importa —dice—. Será
como cuando éramos pequeños y te quedabas en mi casa.
—No creo que sea exactamente igual
porque ya no somos críos —replica WooJin, esbozando una pequeña sonrisa,
dejando ver su colmillo—, pero si crees que nos podemos apañar…
—Os hago el chek-in en esa
habitación —comenta el muchacho—. Y seguiré mirando en mis ratos libres qué ha
podido pasar con la reserva.
—Gracias —murmura Woong.
Cuando por fin les da la tarjeta de
la habitación, ambos suben el tramo de escaleras que los separa de la planta en
la que ésta se encuentra. De equipaje no llevan más que una maleta pequeña que
carga Woong y una mochila que lleva WooJin. Al meter la tarjeta y tratar de
abrir la puerta, esta se queda un poco atascada, pero al empujarla un poco se
abre y les deja la vista de una habitación pequeña y acogedora que tiene vistas
al bosque que circunda aquel hotelito rural. Es bonita y Woong se alegra de que
al menos hayan podido coger aquella habitación, aunque no fuera lo que habían
elegido. Seguro que el fin de semana no hacía más que mejorar después de aquel
pequeño contratiempo.
Como han llegado tarde al hotel,
después de cenar por el camino, lo único que les queda por hacer esa noche es
simplemente ducharse y echarse a dormir porque al día siguiente tienen que
hacer una pequeña ruta de senderismo para disfrutar de las vistas. WooJin se
mete en la ducha antes de nada y Woong se acerca a la ventana para mirar el
paisaje, quedándose embobado por todo lo verde que hay por todas partes. Está acostumbrado
a que cada vez que se asoma por la ventana, lo único que alcanza a ver son
edificios, edificios y más edificios de hormigón, junto con calles de asfalto y
aceras de ladrillo, además de gente, gente por todas partes y coches que provocan
un ruido horrible a pesar de las ventanas que quitan la mayor parte del ruido. El
cambio es bastante grande y lo agradece. Le gusta la naturaleza y le encanta
que WooJin le haya llevado allí porque es lo que necesita.
Cuando WooJin sale de la ducha, con
el pelo chorreándole sobre la camiseta vieja que usa como pijama, tiene que
llamarle la atención dándole unos toquecitos en el hombro para que vaya a la
ducha él también.
—No me había dado cuenta de que ya habías salido —le dice—. Me he
quedado embobado mirando el paisaje.
—Es bonito, ¿verdad? —comenta WooJin
y él solo asiente.
Quiere decirle que es precioso y
quiere darle las gracias por aquello, pero tampoco quiere ponerse moñas porque
sabe cómo es el menor y que se va a estar riendo de él todo el rato si lo hace,
así que, simplemente se va a la ducha.
No tarda demasiado en el baño porque
solo se da una ducha rápida para quitarse el cansancio del viaje en coche desde
Seúl hasta aquel lugar, así que, sale a la habitación con el pijama puesto y
secándose el pelo con la toalla de forma distraída mucho antes de lo que WooJin
espera y lo pilla preparando algo en la habitación.
—¿Qué…?
Aquello es lo único que acierta a decir porque en el momento en el que
el menor se da cuenta de que ha salido del baño se acerca a él corriendo, se le
abraza fuertemente y forcejea con él para llevarlo hasta la cama, donde cae
encima de Woong, ocultando de aquella manera lo que fuera que hubiera estado
preparando. Woong está totalmente confuso con todo, pero no puede evitar que se
le escape la risa ante lo absurdo de aquella situación, mientras forcejea un
poco más con WooJin por si puede quitárselo de encima. Sin embargo, el menor se
planta sobre él, sentándose con las piernas a cada lado de su cadera y
sujetándole las manos para que no pueda seguir forcejeando con él.
—¿Qué es esto, Park WooJin? —pregunta.
WooJin no contesta. Al menos no de
momento. Lo mira fijamente a los ojos durante unos momentos y luego mira a su
alrededor, a aquello que estuviera haciendo cuando él lo ha interrumpido antes.
—Yo… —comienza, pero antes de que continúe,
le ve intenciones de mentir y lo corta.
—Quiero la verdad.
—Vale… —murmura, pareciendo
derrotado—. En realidad… no había planeado esta escapada para que fuera un
finde de relax, no al menos como lo principal que quería hacer.
—¿Y cuál es el motivo principal? —pregunta
Woong.
—Quería… quería pedirte que salieras
conmigo… y monté toda una red de espionaje con el personal del hotel para que
nos montaran el numerito de antes en la recepción… llevo dos semanas hablando
con DaeHwi, el muchacho de antes, para ver cómo hacíamos esto y que pareciera
real porque… quería que estuviéramos en la misma habitación para prepararte un
pequeño evento y sorprenderte y… hasta le tuve que contar a DongHyun mis planes
para que no viniera porque se había emperrado en que quería venir… y YoungMin
fue el que me empujó a hacer esto porque me dijo que le habías comentado que yo
te gustaba y tú a mí me gustas mucho, desde hace un montón, pero no quería
decirte que me gustabas porque no quería que nuestra amistad se volviera rara y…
bueno eso…
La fuerza que WooJin ejerce sobre su
cuerpo se vuelve mucho más débil, como si la tensión que había acumulado en sus
músculos se hubiera relajado por completo y Woong aprovecha para usar su fuerza
en contra del menor, provocando que las tornas cambien y sea él el que esté
encima de WooJin ahora. El chico lo mira confuso, pero Woong solo le dedica una
sonrisa antes de echarse sobre él y comenzar a darle besos por toda la cara,
completamente encantado. WooJin protesta ante la repentina muestra de afecto,
colorado de la cabeza a los pies probablemente por la confesión que ha hecho
antes, pero Woong no deja de darle besitos hasta que se queda completamente a
gusto. Hace mucho tiempo que piensa en WooJin como algo más que su amigo de
toda la vida, pero nunca antes se había atrevido a expresar lo que sentía,
simplemente ha estado junto a él como su amigo mientras le lloraba a YoungMin
sobre él, así que se alegra un montón que WooJin haya dado aquel paso, porque
si hubiera sido por él, está seguro de que nunca lo hubiera dado.
—Gracias —murmura cuando deja de
darle besos—. Por el fin de semana y por decirme esto.
Se acurruca junto a él, echando su cabeza sobre el pecho de WooJin y
escucha el golpeteo rápido de su corazón, por lo que no puede evitar esbozar
una sonrisa, pensando en cómo en aquel fin de semana, además de florecer las
flores aquella primavera, entre ellos también iba a florecer algo más… y espera
que sea mucho más bonito que las flores.
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