Título: The Wolf
Autora: Riz Aino
Pareja: KookVin (Kim KookHeon + Song YuVin) (B.O.Y | MYTEEN)
Clasificación: R
Géneros: AU, modern fantasy,
werewolf, pseudo abo, smut, pwp
Número de palabras: 2553 palabras
Resumen: KookHeon siempre
había temido que el lobo que habitaba en su interior se hiciera con el control
de su cuerpo y su mente, por eso, lo había estado manteniendo a raya… pero ya
no puede controlarlo más.
Advertencias: algo de violencia y
sangre y un momento medio sexy, pero tampoco demasiado.
Aclaraciones:
digo lo de pseudo abo porque realmente no sigue las “normas específicas” que
deben de tener ese tipo de fanfics, simplemente son “hombres lobo” con la
clasificación entre alfas/betas/omegas y ya.
Notas: empecé a escribir este fanfic en vista
de dejarlo listo para la celebración de un nuevo comeback de MYTEEN,
ahora que están disueltos, el motivo inicial no tenía ningún sentido y ha
acabado teniendo algunos cambios significativos.
Comentario de autora: me pasé todo
un día editando la foto de la portada porque era realmente maravillosa y yo
necesitaba escribir algo igual de genial sí o sí. Espero que os guste.
El sol no había asomado por el
horizonte todavía cuando KookHeon ya se encontraba camino a la universidad para
hacer el último examen de aquel semestre. Generalmente odiaba tener que
levantarse tan temprano para hacer los exámenes porque sentía que no rendía lo
suficiente a aquellas horas… pero no podía hacer nada más que ir al examen o no
presentarse y suspender. Medio dormido como iba, no tenía realmente todos sus
sentidos alerta y, probablemente por ese motivo, no se dio cuenta antes de que
había un omega en pleno celo cerca suya hasta que prácticamente el dulce aroma
a madera de sándalo se le metió en la nariz tras una pequeña racha de viento.
Rápidamente se detuvo y se tapó la nariz con las manos y miró en todas las
direcciones, encontrando que había varios chicos y chicas en la parada del
autobús que debía coger para la facultad y nadie más, por lo que aquel olor
debía proceder de alguno de ellos.
Su lobo rugió en su interior y
KookHeon apretó aún más sus dedos sobre su nariz, enfocándose en respirar por
la boca. No estaba preparado para eso.
Normalmente, KookHeon batallaba con
su lobo interno sin muchos problemas, era algo que se había acostumbrado a
hacer como alfa e incluso había ocasiones en las que tomaba unas pastillas que
el médico le había recetado para que suprimir al lobo cuando se encontrara
cerca de un omega en celo le fuera mucho más sencillo; no obstante, en época de
exámenes era algo que no se podía permitir hacer porque las pastillas le
provocaban el efecto secundario de estar mucho más cansado y somnoliento de lo
habitual y a eso le tenía que sumar el poco tiempo para dormir que tenía en esa
época. Su cuerpo, después de dos semanas de exámenes y un mes de estudio
intensivo, no se encontraba en las mejores condiciones para suprimir a su lobo.
Por ese motivo, KookHeon tuvo que
hacer un esfuerzo inhumano para quedarse donde estaba y no correr hacia la
parada del autobús, identificar a la persona que desprendía aquel aroma que
había hecho que su cuerpo reaccionara, y lanzarse sobre quien fuera para que su
lobo hiciera lo que le diera la gana con dicha persona.
Se pasó los siguientes minutos
repasando en su cabeza el temario que se había estudiado para el examen que
tenía que hacer, concentrándose en eso y no en el olor que, a pesar de todo lo
que hacía, seguía encontrando camino para entrar en él y despertar cada vez más
a su lobo interior. En esos escasos minutos, el chico se encontró deseando más
de una vez y más de veinte que la persona que desprendía aquel aroma a sándalo
se montara en el primer autobús que pasara porque no podría aguantarlo por
mucho tiempo. No fue mucho el tiempo que tuvo que estar de aquella forma, pero
a KookHeon se le hizo tan eterno como horas.
El bus que llevaba a la facultad, el
bus que KookHeon debía haber cogido para llegar a tiempo al examen, fue el
primero que pasó y en el que se montó la persona que desprendía aquel olor. Lo
único que KookHeon pudo hacer a partir de ese momento fue esperar a que el
aroma a sándalo se fuera dispersando en el aire de la ciudad mientras trataba
de calmar a su lobo interior, deseando desesperadamente que el siguiente bus no
tardara demasiado en aparecer para no llegar tarde.
~
Durante todo el día, el aroma a
madera de sándalo del omega estuvo rondando en la nariz de KookHeon sin que
este pudiera hacer nada para evitarlo, sin saber si era porque el olor se le
había metido demasiado hondo en su sistema o si era porque el omega también
rondaba por el campus de la universidad. Realmente no lo sabía porque el chico
estaba a cada momento más fuera de sí y más fuera de control. En sus veintitrés
años de vida jamás se había cruzado con algo así, nunca había estado en una
situación similar porque siempre se había estado tomando las pastillas y porque
tampoco había tantos lobos en aquella parte de la ciudad y los que había
también tomaban todo tipo de precauciones para no provocar a sus lobos
interiores. Y, sin embargo, allí estaba, con un omega empezando su celo, que no
se había estado tomando sus pastillas por la misma razón que lo había estado
haciendo KookHeon: los exámenes.
Nunca se había enfrentado a nada
como aquello y, él, que se enorgullecía de saber controlar mejor que muchos a
su lobo interior, ahora no sabía qué podía hacer para mantenerlo a raya. Porque
su lobo, reprimido durante tanto tiempo, estaba viendo que aquella era su única
oportunidad para salir, rasgar su piel y buscar un compañero aprovechando el
celo del único omega que estaba a su alrededor y cuyo aroma a madera de sándalo
lo había vuelto loco, se le había metido bajo la piel y simplemente no sabía
cómo iba a poder controlar a su lobo si éste finalmente acababa tomando el
control.
Solo le había pasado en una ocasión.
Que el lobo tomara el control. Y KookHeon no estaba especialmente dispuesto a
que aquello volviera a ocurrir. Por eso, desde entonces, tomaba las patillas
siempre. Para no volver a perder el control nunca más. Porque despertarse tras
la neblina en su mente provocada por el cambio de consciencia, encontrando a su
mejor amigo en la cama con él, desnudo, lleno de mordiscos, arañazos y
desprendiendo olor a sexo salvaje, sin que ninguno de los dos fuera consciente
de sus actos, cegados por sus lobos, había sido demasiado. Y KookHeon no quería
volver a repetir aquel error.
Al final no supo cómo lo consiguió,
pero aguantó todo cuando el examen hubo terminado y cuando él acabó de entregar
los últimos trabajos en los respectivos despachos de sus profesores, simplemente
salió corriendo de vuelta a casa para encerrarse allí y, en el olor de casa,
poder finalmente sacarse aquel a madera de sándalo. De camino a casa, todavía
por el campus, el aroma se hacía más fuerte o se diluía dependiendo del lugar
por el que KookHeon pasara y, durante algunos momentos, le fue realmente muy
difícil contenerse y no seguir aquel olor, pero se cubrió de nuevo la nariz con
su mano y avanzó a grandes zancadas por el lugar, casi corriendo en algunos
momentos hasta llegar a la parada del autobús sin ningún contratiempo.
KookHeon se relajó. Ya le quedaba
menos para llegar a casa, tomarse la pastilla y aislarse del mundo hasta que
ésta le hiciera efecto y su lobo acabara calmándose de nuevo.
~~
KookHeon, obviamente, había cantado
victoria demasiado pronto.
Apenas se acababa de subir al
autobús cuando sintió cómo aquel olor a madera de sándalo se acercaba
repentinamente, muy rápido. No le dio tiempo a reaccionar y alejarse cuando la
persona que portaba aquel olor también se subía al autobús y las puertas se
cerraban, dejándolos a ambos allí dentro, en un espacio relativamente pequeño,
donde no podían escapar del olor del otro. KookHeon había tratado de evitar
aquel encuentro, lo había tratado con todas sus fuerzas, pero estaba claro que
le había sido imposible porque, así como él no había querido que su lobo tomara
el control, la otra persona sí que estaba cediendo a sus impulsos y lo había
buscado.
La persona que portaba el olor a
madera de sándalo y que se encontraba en los primeros estadios del celo era un
chico que debía de rondar su edad, pero era mucho más alto que él, su piel
estaba tostada por el sol y tenía un cuerpo recio y musculoso. Su rosto contenía
rasgos fuertes, sus ojos grandes, su nariz ancha y sus labios algo gruesos. Sin
poder evitarlo, KookHeon se imaginó mordiendo aquellos labios y haciendo que la
sangre brotara. A su lobo aquella imagen le pareció la más exquisita del mundo
y trató de asomar a la superficie, pero el chico se contuvo a duras penas.
No obstante, la apariencia física
del chico era mucho más propia de un alfa fuerte que de un omega y al lobo de
KookHeon le encantó porque podría dominar a alguien así.
Bajo la penetrante mirada del chico
al otro lado del autobús, no sabía cuanto podría aguantar sin cruzar los
escasos metros que los separaban, apartar a todas aquellas personas que se
encontraban en el transporte público y que se cruzaran en su camino y lanzarse
sobre él allí mismo, por lo que KookHeon decidió huir. No era algo que a su
lobo le fuera a gustar, porque huir de una situación como aquella no era del
gusto de éste, porque los alfas se enfrentaban a todo tipo de peligros y
tomaban la iniciativa cuando un omega en celo se encontraba a su alrededor,
pero era la alternativa más sensata. Los humanos normales y corrientes no
sabían que ellos existían, creían que todos habían sido eliminados en el
pasado, si es que creían de verdad en su existencia, y otros simplemente
pensaban que eran seres de cuentos, por lo tanto, montar un espectáculo allí en
mitad del autobús no era la mejor idea del mundo.
Al menos, su parada no estaba lejos
y KookHeon saldría corriendo en cuanto se bajase del autobús, alejándose lo más
rápido posible de aquel omega que no dejaba de provocar a su lobo interior,
incitándolo a salir y a comérselo. Simplemente se bajaría con rapidez y
correría hasta llegar a su casa. No pensaba ni parar para respirar hondo,
correr lo más rápido que le permitieran sus piernas y nada más.
Era
un buen plan. El mejor plan del universo. Pero KookHeon no había tenido en cuenta
todos los factores para elaborar aquel plan y, obviamente, debería haberlos
tenido.
~~~
—¡Espera! —escuchó KookHeon a sus
espaldas, cuando ya había dado el primer paso para echar a correr.
Sabía perfectamente que no debía
detenerse. Sabía perfectamente que quien lo había llamado era el omega que
llevaba toda la mañana torturándolo con aquel olor a madera de sándalo y aquel
maldito celo que provocaba que su lobo interior quisiera echarse sobre él y comérselo,
aunque ni siquiera se hubiera dado la vuelta. Lo sabía perfectamente porque el
olor no se había marchado con el autobús, sino que lo había acompañado fuera.
KookHeon movió adelante el otro pie para retomar el ritmo de la carrera que
pensaba darse hasta el complejo de apartamentos en el que vivía con sus padres;
sin embargo, no pudo hacerlo.
—Por favor, espera —dijo el chico de
nuevo, mucho más cerca.
KookHeon trató de ignorarlo y mandar
a los músculos de sus piernas que se movieran de una vez por todas, pero antes
de que pudiera hacerlo, una mano lo agarró de la muñeca, una mano que estaba
ardiendo y que provocó que, allí donde estaba en contacto con la piel de
KookHeon, éste sintiera que quemaba. Puro fuego. Su lobo rugió de placer en ese
mismo momento y KookHeon supo que cada vez tenía la batalla más perdida.
—Sé que eres un alfa —comenzó—. Sé que
sabes que soy un omega —continuó—. También sé que sabes que estoy en celo —y
terminó—: y sé que sabes que ahora mismo te necesito porque no hay ningún alfa cerca
que pueda aliviarme ahora mismo.
Con cada una de las frases, el lobo
de KookHeon se reforzó más. Con cada una de las frases, su cuerpo dejó poco a
poco de pertenecerle. Con cada una de las frases, su mente simplemente se fue volviendo
liviana, oscura. Con cada frase, lo único que podía sentir aumentar era su
deseo, su deseo de sexo, su deseo de sangre, su deseo de aquel omega.
—Está bien —acabó diciendo, sin
girarse siquiera—. ¿Dónde vamos?
El otro no le contestó, solo aprovechó
que seguía sujetándolo por la muñeca para guiarlo por las calles de la ciudad,
su aroma a madera de sándalo introduciéndose en el cerebro de KookHeon por la
cercanía y provocando que toda la sangre de su cuerpo comenzara a acumularse en
su entrepierna sin que pudiera evitarlo, cada vez siendo menos consciente de
nada porque el deseo no lo dejaba pensar con claridad. Al final llegaron hasta
un pequeño y destartalado “hotel del amor” que se encontraba en un callejón,
alejado de todo y de todos, lugar en el que pagaron a medias por una habitación
durante unas horas. Y, una vez entraron en la habitación, todo se volvió
confuso para KookHeon.
La ropa voló, entre besos y
mordiscos nada más entrar, debido a las manos rápidas que estaban en todas y en
ninguna parte a la vez. Las caricias de fuego sobre sus cuerpos desnudos, que
provocaban que sus miembros se endurecieran con cada contacto más y más. Los lobos
saliendo a la superficie, desesperados, necesitando cada vez más y más del
otro, sin poner límite o freno. Las uñas clavándose en su espalda, los dientes
clavándose en el resto de su cuerpo mientras se internaba en el muchacho omega
para aplacar el calor y el deseo de ambos. Las embestidas rápidas sobre el
colchón, arriba, abajo, los movimientos desenfrenados, el calor, el sudor, su
lobo rugiendo en su interior y saliendo por fin después de demasiado tiempo
retenido, encantado con tomar el control, hasta que finalmente ambos llegaron
al clímax y todo se calmó… solo por unos momentos.
Porque la tarde era joven y ambos
lobos necesitaban mucho más para estar satisfechos.
Notas finales:
—Básicamente, la
historia original iba a tener otro tipo de configuración, iba a ser más larga,
iban a aparecer los miembros de MYTEEN y, en general, la cosa iba a ser genial,
pero al modificarla y remodelarla, la mitad de las cosas que había planteado se
quedaban cojas y al final deseché la idea y acabé lidiando con esta durante más
de un año hasta que pude terminarla sin contratiempos (sin contratiempos, pero
con mucho esfuerzo).
—Ni siquiera he dicho
el nombre de YuVin en la historia, pero con la descripción y sabiendo que era
un fanfic de B.O.Y, creo que no era ni necesario decirlo (?)
No hay comentarios:
Publicar un comentario