Título: Sweet and warm
Autora: Riz Aino
Pareja: YongChan (Yoo YongHa + Shin YeChan) (1THE9)
Clasificación: PG
Géneros: AU, college, roomates, fluff, romance
Número de palabras: 892 palabras
Resumen: lo único que YeChan necesita para recargar
pilas es a su novio YongHa con él.
Notas: drabble escrito para el día 11 del reto del #Fictober2020,
que contenía la palabra awake.
Comentario de autora:
tenía mil ganas de hacer algo bonito y distendido de mis hijos, ya que
empecé fuerte con el primer fic de la colección. Espero que os guste.
Sweet and warm
YeChan estaba cansado. Cansado quizás era decir poco. Más
bien se sentía como un zombie, siguiendo adelante solo porque tenía que
hacerlo, como un autómata, sin pensar, sin darse un mínimo de tiempo para
disfrutar o descansar porque si quería tener todo listo era imposible tener
esos momentos de descanso. La mayoría de los días se quedaba en la facultad
prácticamente todo el día, desde que abrían las puertas de la biblioteca
temprano hasta que las cerraban cuando ya hacía muchas horas que las clases
habían acabado. A YeChan no le gustaba aquella vida, pero era la única que en
esos momentos podía llevar y tenía que tragar con ello, el final del semestre
estaba cerca.
Lo único que hacía que su vida fuera un poco menos gris debido
a la facultad, era la presencia de YongHa en ella. El año anterior simplemente
habían sido compañeros de habitación y, al principio, no se habían llevado
bien. A YeChan lo ponía de los nervios la actitud aparentemente pasota de aquel
que estudiaba música… pero con el paso de los meses había descubierto que se
tomaba muy en serio sus estudios y que, además, era una chico encantador e
increíble. Poco a poco, se había ido enamorando de YongHa en silencio, hasta
que no había podido más y lo había tenido que soltar —y ese día descubrió que
el mayor había estado enamorado de él desde que lo había visto llegar a la
habitación en primer día, pero nunca se había atrevido a expresar sus
sentimientos—. Desde ese momento, habían estado juntos como pareja y los
agobiantes días de YeChan en la universidad, acababan siendo mucho mejores,
envuelto en los brazos de YongHa.
Por aquel motivo, en cuanto YeChan salía de la facultad,
después de pasarse todo el día haciendo cosas, agotado física y mentalmente,
corría hasta la residencia de estudiantes que se encontraba cerca del campus
para llegar lo más rápido posible a su habitación y que todo aquello que lo
hacía sentirse tan horrible, se quedara atrás en cuanto cruzaba la puerta y
veía la sonrisa que YongHa le dirigía cuando se daba cuenta de que había
llegado a casa. YeChan recargaba todas sus pilas simplemente con aquella
sonrisa.
Y aquel día no iba a ser la excepción.
Cuando YeChan llegó a la habitación que compartía con
YongHa, dejó tirados sus zapatos en la entrada y la mochila con el portátil y
unos cuantos libros la soltó en el suelo con cuidado antes de adentrarse en el
lugar, buscando la zona en la que se encontraban las camas de ambos. YongHa
estaba sentado sobre su cama, con las piernas cruzadas y el portátil sobre
ellas. Llevaba los auriculares gigantes que generalmente usaba cuando estaba
componiendo, para escuchar mejor él y para no molestar a nadie en el lugar y no
se dio cuenta de que YeChan había llegado a la habitación hasta que el chico no
se puso ante él y alzó la cabeza ante el movimiento. Inmediatamente le dedicó
una sonrisa encantadora, mientras pausaba la música y se quitaba los
auriculares para escucharlo.
—¿Ya estás de vuelta? —le preguntó.
YeChan
quiso responderle que aquella era una pregunta demasiado obvia porque estaba
allí frente a él, pero las preguntas obvias y la lentitud para darse cuenta de
muchas cosas, eran los mayores encantos del mayor y él había aprendido a adorar
también ese rasgo de YongHa, por lo que simplemente asintió a su pregunta.
—Es muy tarde —comentó—. ¿por qué sigues despierto?
—Tenía algunas cosas que terminar —le contestó YonHa—, y
no quería irme a dormir antes de que volvieras. ¿Estás muy cansado? —preguntó.
—Mucho —respondió.
—Entonces ven aquí —contestó el mayor, ampliando aquella
sonrisa que le había dedicado al verlo y que no había abandonado su rostro en
ningún momento.
De inmediato, comenzó a guardar el proyecto en el que
había estado trabajando, mientras YeChan le daba la vuelta a la cama para
sentarse en ella. En cuanto todo estuvo guardado, YongHa cerró su ordenador y
lo dejó en la silla que tenía junto a la cama para después simplemente abrir
sus brazos y darle la bienvenida entre ellos a YeChan, quien se lanzó a ellos.
En el instante en el que los brazos de YongHa se cerraron entorno a él, sintió
cómo todo el cansancio acumulado a lo largo del día se iba disolviendo poco a
poco hasta que prácticamente no quedó nada. YeChan acabó suspirando
profundamente con los brazos del mayor alrededor de su cuerpo, acariciando su
pelo, acariciando su espalda, susurrándole palabras de ánimo.
Realmente, YongHa era lo mejor que le había pasado, sin
él a su lado, YeChan no sabía qué haría. Sin sus palabras, sin sus abrazos, sin
aquella dulzura, sin aquella calidez que lo envolvía, no podría seguir
adelante.
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