Título: Lipbalm
Autora:
Riz Aino
Parejas: LoveJung (Love + YooJung) (OnlyOneOf)
Clasificación:
PG
Géneros:
canon, romance, fluff
Numero de palabras:
980 palabras
Resumen:
entre todas las cosas que TaeYeob guarda en su mochila, hay una que guarda como
un tesoro.
Notas: en este
vídeo, una de las cosas que YooJung saca es un lipbalm antiguo que le dio Love
y esta chorrada me dio esta idea.
Comentario de autora:
tenía muchas ganas de escribir cosas de estos dos porque me encanta la dinámica
que se traen de somos enemigos acérrimos y al segundo siguiente somos los
mejores amigos del mundo. Espero que os guste.
Lipbalm
TaeYeob sacó la mano de su pequeña mochila
después de rebuscar unos momentos, cogiendo un pequeño tubito de cacao para los
labios. El chico no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa cuando abrió su
mano y vio el cacao que había cogido. Era un pequeño tubo de color frambuesa, algo
antiguo, al que apenas le quedaba nada dentro, pero al que TaeYeob le tenía
mucho cariño. No era nada en realidad, solo un pequeño tubo de cacao para los
labios, pero para TaeYeob era muy importante. Era el primer regalo que le había
dado JiSung, cuando todavía eran trainees y lo había guardado desde
entonces con cuidado, como un tesoro, solo usándolo en contadas ocasiones. Realmente
era una tontería, ni siquiera había sido un regalo de verdad, solo un día se le
había olvidado su cacao y JiSung le había prestado el suyo, al decirle que le
había gustado, el mayor le había contestado que se lo podía quedar porque él
tenía un montón más y no lo necesitaba. TaeYeob había guardado aquel pequeño
cacao desde entonces y se había convertido en una especie de tesoro para él.
No le había dicho a ninguno de los
miembros de OnlyOneOf lo que sentía por JiSung… y a JiSung muchísimo menos. No era
algo que pudiera decir, así como así, sin poner en peligro un montón de cosas
que le había costado muchos años y esfuerzo conseguir; sin embargo, él seguía
teniendo aquellos sentimientos casi desde el primer momento en el que se había
encontrado con el mayor. Avergonzado, incluso, durante los primeros tiempos no
le había dirigido la palabra o le contestaba con monosílabos, aunque aquello
había creado algún que otro malentendido entre ellos, JiSung no había dejado de
tratar de acercarse a él y al final TaeYeob se había comenzado a comportar como
una persona más o menos normal junto a él. Al menos, a pesar de que sus sonrojos
a veces eran constantes cuando estaba con él, nadie parecía haberse dado cuenta
de qué era lo que sentía, así que, podía estar tranquilo de que, si seguía
haciendo lo mismo que había hecho hasta entonces, todo seguiría igual.
—¿Todavía tienes eso? —le pregunta
hecha con la voz de JiSung, de repente, lo sobresaltó.
TaeYeob alzó la cabeza y vio cómo
JiSung acababa de asomar la cabeza por la pequeña sala vocal que él tenía
asignada y donde se encontraba en aquellos momentos. Tan perdido en sus
pensamientos había estado que ni siquiera se había dado cuenta de que el mayor
había abierto la puerta, pero éste había tenido tiempo de observar qué era lo
que estaba haciendo y verlo con aquel cacao que le había regalado años atrás en
las manos, ajado y desvencijado después de tanto tiempo de mochila en mochila y
de uso.
—Joder, JiSung, me has asustado —le
dijo, en cuanto pudo volver a hablar después del sobresalto.
—Esa era mi intención —contestó el
mayor, esbozando una sonrisa socarrona y entrando a la sala con él—. No sabía
que todavía guardaras eso —repitió, señalando el tubo de cacao que había entre
sus manos.
—No lo sabía yo tampoco —respondió
TaeYeob, encogiéndose de hombros y dejándolo sobre la mesa ante él—. Estaba
rebuscando en la mochila a ver qué era lo que tenía y ha aparecido en uno de
los bolsillos. Todavía le queda un poco, así que imagino que terminaré de
aprovecharlo ya que lo he encontrado.
—Ya que lo tienes fuera, tengo los
labios resecos —comentó JiSung, acercándole la cara y poniéndole morritos.
TaeYeob sintió cómo se ponía como un farolillo y tuvo que hacer acopio de toda
su fuerza de voluntad para no comerle la boca en aquellos instantes y
simplemente darle un pequeño tortazo en los labios para que se alejara de él—. ¡Au!
—se quejó el mayor—. Eso duele.
—No seas exagerado —replicó—. Si quieres,
úsalo y lárgate, que tengo cosas que hacer.
—¿Mucho chino que estudiar? —le
cuestionó el mayor, alargando su brazo para coger el cacao que TaeYeob había
dejado sobre la mesa. El chico asintió, aunque en realidad no era eso lo que
tenía que hacer—. Yo tengo que volver a ponerme con el japonés, pero me da
pereza —añadió JiSung, abriendo el pequeño tubo de cacao y llevándoselo a los
labios, achuchando un poco para que saliera—. Te iba a pedir si estudiábamos
juntos, pero entonces no íbamos a estudiar —JiSung sonrió y después volvió a dejar
el cacao sobre la mesa—. Nos vemos luego en la práctica.
TaeYeob alzó la mano para despedirse
de él y éste se fue de la sala vocal cerrando la puerta a sus espaldas,
provocando que el corazón de TaeYeob volviera a latir, rápidamente, porque casi
se había detenido mientras el mayor había estado allí con él. También comenzó a
respirar profundamente, una y otra vez, tratando de calmarse, mirando el tubito
de cacao que JiSung le había dado hacía tanto tiempo y que ahora había vuelto a
utilizar. Con cuidado, se lo llevó a los labios para usarlo él también y
después lo cerró y guardó de nuevo en la mochila, deseando que nunca se le
acabara para poder seguir teniendo aquel tipo de recuerdos compartidos con JiSung.
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